Reseña Histórica de CLAPVI

Reseña histórica de Clapvi:

Conferencia Latinoamericana de Provincias Vicentinas

por Gabriel Naranjo Salazar, C.M.

Visitador de Colombia

Presidente de Clapvi

No son pocos los artículos que se han escrito sobre este tema. Me limito a hablar de tres puntos: las etapas, los mecanismos de animación, los responsables de Clapvi, en estos 31 años de vida.

Clapvi nació en un encuentro, convocado para tal fin por el padre Luis Antonio Mojica, Visitador de Colombia, que tuvo la idea en la Asamblea General de 1968-69 y se la consultó al Superior General, Padre James Richardson, sin dejar de compartirla con sus colegas latino-americanos. A Luis Vela, de Venezuela, se le debe considerar como cofundador, por su particular apoyo en los comienzos.

Acudieron también a esa cita inicial, entre el 21 y el 24 de septiembre de 1971, en la casa de encuentros de los padres capuchinos, Tranquilandia, en Santandercito, Colombia, los Visitadores de: Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Puerto Rico; y representantes de los de América Central y México.

El Vicario General de aquel entonces, P. Rafael Sáinz, estuvo presente en esta primera reunión, inaugurando una línea de relación entre el Gobierno General y Clapvi que se ha mantenido siempre.

  1. Las etapas: se puede hablar de tres.

1ª Etapa: proceso de fundación, entre 1971 y 1980

Durante estos 9 años el estribillo de la canción de moda: “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”, parece haber sido la consigna. Los primeros pasos se inspiraron en los cuatro objetivos fundacionales: formulación del ideal del vicentino latinoamericano, renovación de los misioneros y las obras, organización de la formación permanente, cooperación interprovincial.

Bien pronto se consolidó la pertenencia, así: a las nueve provincias fundadoras se unieron la Viceprovincia de Costa Rica, a mediados de 1972, y la misión en Panamá de la Provincia de Filadelfia de los Estados Unidos; las tres Provincias del Brasil, en la Asamblea de Roma, en agosto de 1974; la Provincia de Cuba, en la Asamblea de México, de diciembre de 1977.

Después de una visita del recién nombrado Secretario Ejecutivo por todas las Provincias, en 1972, se orientó Clapvi por dos caminos que la marcaron para siempre: la publicación de un boletín que rápidamente se convirtió en revista, los cursos de formación de cohermanos.

2ª Etapa: proceso de consolidación, entre 1980 y 1995

El punto de partida fue la Asamblea de 1980, en Roma, que coincidió con la General de la Congregación, de por sí novedosa y determinante.

En 1983 se oficializó el carácter de miembro representante del Superior Regional de Barcelona en Honduras, y en 1990 del de Zaragoza en el mismo país centroamericano.

La gran novedad de estos 17 años consiste en el cambio de método para el logro de los fines: los encuentros -especie de seminarios- en lugar de cursos, de formación permanente, más breves, de una semana de 10 días; y la apertura a la presencia de las Hijas de la Caridad y de los laicos vicentinos.

3ª Etapa: proceso de madurez, desde 1999

Varios factores hacen que se hable del comienzo de un tercer momento en estos tres últimos años: por primera vez hablan en una Asamblea cuatro Visitadoras de las Hijas de la Caridad (América Central, Chile, Bogotá, Ecuador); es nombrado un secretario ejecutivo no colombiano, español pero de la Provincia de Venezuela, Emilio Melchor; la sede de la Secretaría Ejecutiva pasa de Bogotá a Maracaibo; siguiendo las conclusiones de la reciente Asamblea General y la voluntad del Superior General se organizan los cursos anuales de formación de formadores, en tres zonas: Clapvi Norte, Clapvi Sur-Lengua Hispana, Clapvi Sur-Lengua Portuguesa; se sugiere a los Visitadores de Estados Unidos nombrar un delegado como miembro representante, en razón del trabajo de los cohermanos norteamericanos con inmigrantes latinoamericanos.

Dos definidas políticas surgen en esta época: el desempeño colegial del Consejo Ejecutivo, y el respeto a la autonomía de las diversas ramas de la Familia Vicentina.

Durante este último trienio la marcha de Clapvi se ha concentrado en el logro de tres objetivos: formación permanente de los cohermanos, intercambio de experiencias, cooperación interprovincial; y se ha inspirado en: la actualidad y la centralidad de la opción preferencial por los pobres, la universalidad del carisma, la refundación de la Congregación en el continente, el sentido de pertenencia a la CM y a la Familia Vicentina, la eclesiología del protagonismo de los laicos y los pobres, la inculturación del carisma y su actualización.

El proyecto, impulsado conjuntamente por el Presidente, el Consejo Ejecutivo y el Secretario, ha privilegiado los encuentros y los cursos de formación de formadores. Los primeros han cubierto áreas pastorales: educativa, de pueblos autóctonos, misionera, y formativa del clero; y se combinaron con un encuentro de jóvenes, y otro de misiones populares, por primera vez fuera de América Latina, en Estados Unidos.

  1. Los mecanismos de animación

Los Estatutos y el caminar histórico han privilegiado tres: las asambleas, los encuentros y la revista.

    1. Las Asambleas: se acaba de tener en Curitiba, con motivo de la apertura del año centenario de esta provincia, la última, número XI. La I, se celebró en San Miguel, Argentina, en 1973, para estudiar las propuestas hechas por los cohermanos a raíz de la fundación de Clapvi. Desde la II, de 1974, en Roma, y desde la V, de 1983, en Funza, las asambleas “pares” se han realizado en concomitancia con las Asambleas Generales de la CM y las “impares” con los encuentros inter-asambleas de Visitadores, a excepción de las dos últimas.

Con derecho a voz y voto pueden asistir el Padre General, el Vicario, los Asistentes. De hecho siempre se ha contado con la presencia de alguno de ellos. Por ejemplo, el Padre James Richardson, con el Vicario, Rafael Sáinz, y dos de los Asistentes, Zico y Sylvestre, estuvo en la III, celebrada en México, en noviembre de 1977, para reflexionar sobre el problema vocacional; el Padre Richard McCullen, con el Vicario General, Miguel Pérez Flórez, dos Asistentes, Gaziello y Pires de Almeida, y el Secretario General, Paul Henzmann, en la V, celebrada en Villa Paúl, Funza, entre el 7 y el 10 de enero de 1983, inmediatamente antes del I encuentro mundial de Visitadores, para la aprobación de los Estatutos.

    1. Los Encuentros se han alimentado de un doble contenido: doctrinal y experiencial.

A nivel teórico se ha intentado divulgar la enseñanza de San Vicente de Paúl, y el magisterio de los Superiores y las Asambleas Generales, así como el significado de las grandes figuras de la Familia Vicentina con motivo de aniversarios y celebraciones importantes; y el magisterio papal y del episcopado latinoamericano, CELAM, sobre todo con motivo de Medellín (1968), Puebla (1979), y Santo Domingo (1992).

A nivel experiencial éstos han sido tribuna para compartir la realidad de la pastoral vicentina en el continente, mirada con el lente de la teología de la liberación; y de la formación de los nuestros, mirada con el lente de la personalización liberadora.

Por lo general han sostenido dos vertientes de la reflexión y de la acción vicentinas: las misiones y la formación de los nuestros. Estos dos rieles han producido un documento importante: “el manual de misiones de Clapvi”; y una “lectura latino-americana” de la Ratio Formationis Vincentianae.

    1. La Revista comenzó como un boletín pero bien pronto ascendió de categoría, convirtiéndose en un medio clave de memoria, comunicación y reflexión que ha llegado al año XXVIII, y al número 112, con la edición correspondiente a septiembre-diciembre de 2002.

Su más importante función ha sido la de recoger el contenido de las asambleas, los cursos y los encuentros. Pero ha sido portadora también de la historia de las provincias y sus perspectivas, especialmente cuando a éstas les ha correspondido el turno de determinado volumen. Y ha servido de foro para el intercambio de ideas, no de expertos o técnicos sino de inquietos en teología, pastoral o vicentinismo.

Ha hablado sobre todo de dos temas: la teología de la liberación y la nueva evangelización. Y es claro que la mayoría de las páginas ha recogido experiencias y reflexión sobre pastoral vocacional y formación de los nuestros, y evangelización de los pobres. Su más importante aporte es el histórico.

  1. Los responsables

La tradición, consagrada en las normas, ha privilegiado el liderazgo de los presidentes y los secretarios, pero a éstos los respalda el de los estatutos.

    1. Los Estatutos fueron aprobados en la V Asamblea, el 25 de enero de 1983.

Después de una precisa introducción histórica y de un capítulo de preliminares sobre el nombre, la naturaleza, la constitución y la sede, vienen tres acerca de: finalidades, miembros y estructura administrativa, para concluir con unas disposiciones finales que se refieren a cuestiones económicas y a asuntos menores.

    1. Los Presidentes han sido hasta ahora doce Visitadores: cuatro de Colombia, tres de México, dos de Chile, uno de Curitiba, Venezuela y Río.

    1. Los Secretarios Ejecutivos han jugado un rol clave en la historia de Clapvi, hasta el punto de que en buena parte definen sus etapas:

        • Luis Jenaro Rojas dio forma a las intuiciones de los fundadores y se hizo partícipe de la misma condición: a él se deben los primeros caminos en cuanto a objetivos, actividades y mecanismos;

        • Álvaro Juan Quevedo imprimió a la Conferencia un corte marcado por la teología de la liberación y los temas vicentinos;

        • Hernando Escobar hizo respirar a Clapvi los aires de la Familia Vicentina, y se preocupó especialmente por la formación de los nuestros;

        • Emilio Melchor con decisión adelantó el traslado de las oficinas a su Provincia, Venezuela, y bendijo el matrimonio de Clapvi con la informática; ha apoyado incansablemente los cursos de formación de formadores.

Una mención especial merece Antonio Elduayen que se auto-define como “un Secretario Ejecutivo que duró 3 meses”. Con su energía alcanzó en ese poco tiempo a editar el No. 64 de la revista, en Chile, y a iniciar el traslado de las oficinas a Santiago.

Conclusión

Clapvi está íntimamente ligada al Concilio Vaticano II y a la inmediata reacción que este suscitó en la Congregación de la Misión. Influenciado por la “nouvelle théologie”, el Concilio cambió muchos modelos de vida eclesial. América Latina es el continente que la acogió de manera más rápida y entusiasta, y la Congregación una de las instituciones eclesiales que la ha asumido con más juicio y equilibrio.

El secreto de este impulso radica en dos afirmaciones fundamentales: lo que el Concilio dijo de la Iglesia en sí misma, en la Lumen Gentium, y lo que dijo sobre sus relaciones con el mundo, en la Gaudium et Spes.

De una Iglesia fuertemente universalista se pasó a una clara afirmación de la comunión de Iglesias hermanas. Con la imagen de Pueblo de Dios, se subrayó su carácter carismático y peregrino, por sobre la imagen de institución estática y burocrática. Esto abrió dos caminos de insospechados senderos: la colegialidad de la jerarquía y el deseo cada vez mayor de la presencia del laicado en las estructuras y actividades de la Iglesia.

La relación de la Iglesia con el mundo es quizás lo que del Concilio más se desarrolló en América Latina, gracias a las Asambleas del CELAM, en Medellín, 1968, y en Puebla, 1982, pero su origen está en las palabras de Juan XXIII en la apertura del Concilio, cuando habló de la “Iglesia de los pobres”.

Clapvi ha sido un nido y una escuela de la eclesiología de comunión y liberación, por ejemplo con la referencia a las llamadas “bases”. Al respecto hay dos detalles históricos dicientes: es la única de las 5 conferencias de la Congregación que no es de los Visitadores sino de las Provincias; los delegados de América Latina a las Asambleas Generales de la C.M. son miembros, con derecho a voz y voto, de las Asambleas de Clapvi cuando éstas se han celebrado en concomitancia con aquellas.

Hija legítima de este autorizado enfoque eclesiológico ha sido la teología de la liberación que ha determinado como un hilo conductor lo que Clapvi ha tenido de reflexión teológica y, todavía más, su línea pastoral.

No es pretencioso afirmar que cuando el actual Superior General nos invitó a tomar conciencia de la realidad de la Familia Vicentina y la última Asamblea General nos movía hacia la unidad en la humildad, América Latina ya había recorrido un camino relativamente largo, por ejemplo en México, Perú, Brasil, Colombia. El mismo Padre Robert Maloney lo reconoció en la apertura de la reunión que Clapvi tuvo en Roma, en vísperas de la Asamblea General de 1998: “Durante una reunión de Clapvi, en México, fue cuando yo empecé a apreciar lo importante que es la Familia Vicenciana. Como Ustedes saben, esta cuestión ha llegado a tener un gran impulso en la Congregación de la Misión y es el tema de la Asamblea General de 1998. Por eso, gracias”.

León M. “La Provincia de Venezuela en el contexto de Clapvi”. Clapvi 83 (octubre-diciembre 1995) 283-299. Bastiaensen A. “Clavpi, 25 años: la historia detrás de la historia”. Clapvi 93 (octubre-diciembre 1996) 238-244.

Quevedo A. “Breve historia de Clapvi”. Ibid: 357-366. Varios. “Historia”. Clapvi 100-101 (septiembre 1998-febrero 1999) 87-110.

Asamblea de Clapvi, en San José de Costa Rica, el 27 de julio de 1999.

150 años de las apariciones de La Milagrosa a Santa Catalina Labouré, en 1980; IV centenario del nacimiento de San Vicente de Paúl, en 1981; 350 años de la AIC y sesquicentenario de la SSVP, en 1983; beatificación de las mártires de Angers, en 1984; 250 años de la canonización de San Vicente de Paúl, en 1987; 20 años de Medellín, en 1988; IV centenario del nacimiento de Santa Luisa de Marillac, en 1991; 500 años de la evangelización en América Latina, en 1992, etc.

Cfr. Clapvi 99 (mayo-agosto 1999) 198.

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