El Emblema y el Lema de la Congregación de la Misión

El Emblema y el Lema de la Congregación de la Misión

John Rybolt, C.M.

Introducción

¿Tiene la Congregación de la Misión un emblema y lema que la identifique?

El emblema mas comúnmente empleado, y por ello familiar a los miembros de la Congreación, consiste en un armazón ovalado que encierra la figura de Jesús de pie sobre un globo, vista de frente, la cabeza rodeada de rayos y los brazos extendidos hacia abajo. Este estudio probará que esta figura familiar de Jesús y el lema “Evangelizare pauperibus misit me” datan del tiempo de San Vicente, sin embargo, el uso combinado de ambos con el lema en torno al óvalo, tuvo lugar tan sólo a partir de mediados del siglo diecinueve.

Origen del emblema

En el origen del emblema de la Comunidad parece estar Luisa de Marillac (1). Entre las escenas religiosas que dibujó existe una figura en miniatura del Señor Jesús resucitado. Lo dibujó de pie sobre un globo o nubes y de cuya cabeza surgían rayos. De frente, con los brazos caídos y el manto ondeando sobre el hombro izquierdo. Además, ostenta las marcas de cuatro heridas que indican el lugar de los clavos en las manos abiertas y en los pies. Esta miniatura no tiene fecha, ni existen alusiones a ella en sus escritos existentes, pero es el más antiguo “Señor de la Caridad” que poseemos.

Era esta una figura de Jesús, que hace señas a los pobres situados en el plano inferior, y que pretendía inspirar la piedad de los miembros de las Confraternidades de Caridad. Luisa escribió una carta a Vicente en agosto de 1647: “Si Vd. tiene en sus libros alguna estampa que se parezca a la del Señor de la Caridad, le rogaría muy humildemente tuviera la bondad de darme una” (2). El significado aquí no está claro. Luisa puede estar refiriéndose a cuadros (estampas) introducidos en un libro, o a otras reproducciones. La alusión más clara se encuentra en otra carta escrita también entre l640 y 1646. Luisa escribió a una hermana: “Le envío a Vd. unos cuadros. Uno es un Señor de la Caridad para colocarlo en la habitación donde Vd. recibe a los pobres. El otro es para su habitacion” (3). El Sr. Vicente el 2 de Septiembre de 1656 en una carta desde París a Jean Martin hace alusión con toda probabilidad a los mismos cuadros: “Le enviaremos las estampas de la Caridad que Vd. pide” (4). Como el término “imagen” (estampa) a menudo se refería a pequeñas reproducciones, no está claro si se estaba refiriendo a ellas o a los seis, o más, lienzos grandes que todavía existen. Debe señalarse que ninguno de estos cuadros del Señor de la Caridad incluye el lema de la Congregación de la Misión.

Uso del emblema en Sellos

Un exámen de los sellos de lacre en las cartas que escribió Vicente de Paúl y de otros sellos de los primeros tiempos de la Congregación, prueban que el Señor de la Caridad había sido elegido

como el sello de la Congregación, pero sin las cuatro heridas. El texto de estos primeros sellos se relaciona con la persona o casa que lo usaba, por ejemplo, SUPERIOR GENERALIS. CONGREG. MISSIONIS. La utilización más antigua que se conserva del uso de este sello, está en una carta fechada el 31 de Marzo de 1641. El uso de sellos similares por otras casas se hizo común en los años 1650.

Fue René Alméras quien reguló la cuestión de los sellos. Lo hizo en una carta circular fechada el 4 de agosto de 1670 que acompañaba a las Reglas de Oficios revisadas por la asamblea de l668. Describía el texto, pero no el sello. Tampoco trataba el tema del lema.

Hay que señalar que el grabado hecho para la portada de las Reglas Comunes en 1658 no representa ni el sello ni el lema, ni tampoco se prescribía su uso en las reglas ni en otros documentos de los comienzos. No obstante, Firmin Get, superior de Marsella, escribió al Fundador pidiendo permiso para colocar las armas de la Congregación en un edificio nuevo. Recibió la respuesta siguiente: “Très volontiers je trouve bon que vous fassiez mettre sur la porte de votre nouveau bâtiment les armes dont vous m'avez envoyé le modèle (5)”. (“Me parece muy bien que haga usted poner sobre la puerta de su nuevo edificio esas armas cuyo modelo me envía”). La frágil página enviada por Get con el dibujo de las armas y el lema puede que sea la que aún se conserva en los archivos de la Casa Madre. Siguiendo el formato tradicional, las armas no son ovaladas, como los sellos, sino rectangulares.

En este dibujo, el lema aparece en una cinta al pie del escudo, y no rodeando la figura. Esta carta podría hacer pensar que Get fue el diseñador del emblema, pero la fecha tardía de la carta demuestra que no fue así. Lo que probablemente quería decir el santo era que aprobaba el uso del emblema tradicional, tomado de los sellos labrados en escudo de armas con la adición del texto.

Origen del Lema

El origen del lema es desconocido. Luis Abelly, primer biógrafo de Vicente, no mencionó la elección de un lema ni para la Congregación en general, ni para el fundador personalmente (6). Firmin Get puede haber escogido el texto (véase la carta 1872 más arriba), pero esto no es probable dada su importancia. Vicente comentó el texto mas de una vez, tomado de Lucas 4, 18, basado en Isaías, “Evangelizare pauperibus misit me”, pero no dijo que este texto resumía todo su talante espiritual (7). Las Reglas Comunes, en la carta introductoria, sí aluden al texto: “Nos pareció que quienes han sido llamados a continuar la misión del mismo Cristo, misión que consiste sobre todo en evangelizar a los pobres, («quae potissimum in Pauperum Evangelizatione consistit»), deberían llenarse de los sentimientos y afectos de Cristo mismo; más aún deberían llenarse de su mismo espíritu y seguir fielmente sus huellas”. Esto dista mucho de la elección de un lema (8).

En un grabado antiguo, de finales del siglo diecisiete, realizado por Hérault, que representa “al Señor Vicente de Paúl, fundador y primer Superior General de los Sacerdotes de la Congregación de la Misión”, ha incluído el lema como parte del texto al pie del retrato: “Evangelizare pauperibus misit me, etc. Luc 4” (9). Esto podría probar tan sólo que alguien, Hérault, asoció este texto con Vicente de Paúl. Sin embargo, puede también significar que el texto, conectado con el fundador, se extendía cada vez más.

Desuso y Restauración

En el período anterior a la Revolución Francesa la única aparición del emblema parece haber sido en sellos ovalados o circulares en cartas y documentos. Debido a la necesidad de identificar, tras el sello, la autoridad que lo utilizaba, pero el lema no aparecía con él. El texto sí aparece en el libro representado a los pies del santo, en una gran estatua esculpida por Pietro Bracci (1700-1773) para la basílica de San Pedro en el Vaticano, y colocada allí en 1754.

Aunque el lema no aparece con el emblema usado como sello, sin embargo, en el siglo XVIII se encuentran otros dos textos también asociados con San Vicente. Estos aparecieron en varios grabados, cuadros y estampas piadosas, más quizá como slogans que como lemas. El primero y más común fue CHARITAS CRISTI URGET NOS, (“La caridad de Cristo nos urge”) (10). Aunque Santa Luisa probablemente escogió una forma del texto como lema de la Compañia de las Hijas de la Caridad, (“La Caridad de Jesús Crucificado nos urge”), también se empleó para conmemorar la devoción de Vicente a la caridad práctica.

El segundo texto empleado en cierta manera como lema es AD SALUTEN PAUPERUM ET CLERI DISCIPLINAM, (“para la salvación de los pobres y educación del clero”) tomado de la colecta (oración de apertura en la Liturgia de la Palabra) escrita después de la canonización de San Vicente en 1737. Esta frase aparece en algunos grabados del período.

Inmediatamente después de la Revolución Francesa, no hubo mucha necesidad, ni interés en la cuestión del emblema y lema de la Congregación. Además, el emblema, con o sin el lema, no apareció en la cabecera de los libros oficiales de la Congregación impresos en Francia. Ni figuraron tampoco en las obras del Hermano François Charbonnier, el artista de la Casa Madre, que trabajó durante los años 1840. Nunca se han encontrado reproduciones en serie basadas en los emblemas primitivos en Europa, (por ejemplo en Italia, España, Polonia), ni en las misiones de ultramar. Por el contrario se comienza a adoptar el monograma SV, como en el nuevo cofre hecho para las reliquias del fundador, y que fue colocado encima del altar de la Casa Madre en 1830. Después de lo cual, el monograma SV llegó a ser usado en las cabeceras de libros, en papel con membrete, y a veces para los sellos de las casas.

En el generalato de Jean-Baptiste Etienne (1843-1874) la iconografía de la Congregación comenzó a desarrollarse de nuevo a medida que la Comunidad misma estaba cada vez más organizada. Los sellos restaurados de las Provincias, o visitadores, o continuaron usándose o fueron remplazados en las Provincias más antiguas, y se crearon nuevos para las de más reciente creación. El emblema restaurado figura también en la decoración de la capilla de la Casa Madre, pero sin ningún lema. En su lugar, el texto más importante en la capilla es PERTRANSIT BENEFACIENDO (“Pasó haciendo el bien”) (11).

A pesar de esto, no existe en el siglo XIX indicación alguna de una adopción oficial de emblema y lema para usarlos como sello en los decretos de ninguna asamblea general, ni en las actas del consejo general del mismo periodo. El impulso a adoptar un emblema y lema, puede haber sido consecuencia de la aparición a partir de 1852 (12) de un emblema y lema en la portada de los libros oficiales de las Hijas de la Caridad.

Otra influencia podría muy bien haber sido los grabados de la Medalla Milagrosa. Vistos a distancia, el emblema Vicenciano y el anverso de la Medalla Milagrosa son virtualmente indistinguibles. En cualquier caso, si el emblema Vicenciano ofreció un modelo para la medalla, fue muy probablemente la medalla la que sugerirá a los Misioneros Vicencianos el uso del emblema y el lema juntos.

El uso más antiguo, que se conoce, del emblema rodeado por el lema tuvo lugar fuera de Europa, entre los cohermanos de la provincia Americana. A medida que crecía la necesidad de identificación, los cohermanos comenzaron a adoptar varios medios para conseguirlo en los primeros artículos impresos de material de oficina. De estos proyectos provisionales surgió en 1862 el primer uso del emblema oval con el lema. Se empleó en el papel con membrete impreso por Murphy de Baltimore para la Provincia y las casas. Como el papel americano alcanzó gran difusión, se puede presumir que ofreció un modelo a imitar por otros (13).

El uso más antiguo, que se conoce en Francia, del emblema ovalado y del lema se encuentra en un pergamino ilustrado preparado para el 50 aniversario de los votos del P. Etienne, en 1870, día también del 27 aniversario de su elección como superior general. A este siguió otro grabado por el artista Dumont en una publicación oficial en 1876 (14).

No se sabe si el modelo francés fue copia de la versión Americana, o si evolucionó independientemente, pero parece probable que el papel usado por los americanos ofreció un modelo que otros imitarían. Desde 1876 el emblema de Dumont con el lema comenzó a adquirir un uso más generalizado, pudiendo verse en el Catalogue des Maisons et du Personnel y en la cubierta de los Annales de la Congrégation de la Mission. No obstante, el nuevo diseño también aparecía en la forma del escudo de armas mencionado anteriormente, y los dos se alternaban en diversas publicaciones oficiales (15).

Uso Contemporáneo, Contenido Teológico

Hoy existen muchas variedades en el uso del emblema y su adjunto lema. No existe, sin embargo, ningún "logotipo" oficial en uso. En la Congregación se usan diversos modelos de emblema simultáneamente.

Los que siguen a San Vicente pueden recibir consuelo y fuerzas al sentirse identificados con el Jesús glorificado y sin embargo herido, enviado a evangelizar. El texto “Él me envió” se puede tomar como una llamada personal incesante a la misión, y un estímulo a la fidelidad.

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NOTAS

1) A esta conclusión lleva también E. Didron, “Louise de Marillac et le Sacré Coeur”, Petits Annales de Saint Vincent de Paul, 1,6 (15 de Junio de 1900) 174.

2) Spiritual Writings of Louise de Marillac. Correspondence and Thoughts (Ed. y trad. Louise Sullivan), Brooklyn: New City Press, 199l, p. 224. Coste 3, 254, carta 999; Coste fecha la carta hacia octubre de 1647.

3) Spiritual writings, p.335 (carta 3).

4) Coste, 6,98; carta 2150.

5) Coste, 5, 779, carta 1872 y nota 2, con fecha 14 de mayo de 1655. El proyecto de este sello, como se describe en el Armorial de Marseille (heráldica) por Godefroi de Montgrand, se ofrece en H. Simard, Saint Vincent de Paul et ses oeuvres a Marseille (Lyon: E. Vitte, 1894), pag. 96.

6) Abbelly hizo esta advertencia: “Podemos decir en verdad que sin darse cuenta de ello, él - Vicente- nos dejó un retrato en miniatura de toda su vida y una especie de lema, cuando dijo un dia: «Nada me agrada sino en Jesucristo» (Abelly, Vida, lib. l, p.103).

7) Véase la conferencia 180, sobre las reglas, el 17 de mayo de 1658 para una discusión de este texto (Coste 12, 3ss); conferencia 195, 6 de diciembre de 1558, sobre el fin de la Congregación (Coste 12, 90ss.); conferencia 216, 7 de noviembre de 1659, sobre los votos (Coste 12, 367s.); conferencia 19 (Coste 11, 32), y conferencia 86, 29 de octubre de 1638, sobre la perseverancia Coste 11, 108ss.). Aunque el texto en la Vulgata Latina es el citado aquí, las versiones del lenguaje original (Griego, Hebreo) y las traducciones modernas dividen la oración de diferentes maneras. “...porque él me ha ungido para llevar la buena noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar la libertad a los cautivos...”

8) Otras referencias se encuentran en las Reglas Comunes, 1,1: “quando evangelizavit pauperibus, y evangelizare pauperibus maxime ruricolis”.

9) Papeles de Chalumeau, C613, Hérault, en Archivos de la Misión, París.

10) 2 Cor 5, 14.

11) Hech 10, 38.

12) Plegarias extraídas del formulario para uso de las Hijas de la Caridad, París 1852.

13) El texto Americano a veces decía: “EVANGELIZARE PAUPERIBUS MISIT ME DEUS. CONG.MISS”.

14) Acta Apostólica... in Gratiam Congregationis Missionis. (París 1876).

15) El uso combinado de los emblemas de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad, junto con los monogramas SV o a veces AM, parece datar tan sólo de finales de los 1930.

(Trad. Máximo Agustín)