Centro Internacional de Formación San Vicente de Paúl

CENTRO INTERNACIONAL DE FORMACIÓN: SAN VICENTE DE PAÚL

John Ribolt, C.M.

Introducción

Gracias por la bienvenida que me habéis dado en estos últimos días de esta reunión tan importante. Espero que toda esta experiencia sea tan importante para vosotros como interesante ha sido para mí.

Las observaciones que os voy a exponer tratan en primer lugar de nuestra experiencia vivida en la realización de nuestro programa de Formación Vicenciana Permanente, y en segundo lugar de las finanzas del programa.

Programa

Yo he tenido la formación de un maestro, y por eso me gustaría empezar exponiendo unas notas generales sobre nuestra Historia. ¿Cual es el origen del CIF? En Asambleas Generales anteriores se ha hablado de la necesidad de la formación permanente. Efectivamente, las Constituciones en el párrafo 15 mencionan la participación en la formación permanente del clero como uno de nuestros trabajos más importantes; y el párrafo 8 dice: "La formación de nuestros miembros debe continuarse y renovarse durante toda la vida". El Estatuto 42 llama la atención a las Provincias para que promuevan una formación común y personal permanente. Sin embargo el punto preciso de la Formación Vicenciana Permanente no aparece allí, y esto muestra que el CIF es únicamente parte de un esfuerzo de mayores dimensiones en la Congregación. Nada menos que el Papa Juan Pablo II habló favorablemente en 1986 sobre la posibilidad de establecer un Centro Internacional de Estudios Vicencianos. Estas y otras muchas llamadas han movido al P. Maloney y a su Consejo a fundar lo que más tarde había de llamarse el Centro Internacional de Formación: San Vicente de Paúl - conocido por sus iniciales francesas como CIF. Se abrió por primera vez en Septiembre de 1994.

Se nombró un equipo de tres directores. Servidor de Vds., miembro de la Provincia de Mid West de los Estados Unidos de América, Jean-Pierre Renouard de la Provincia de Toulouse, y Luis Alfonso Sterling de la Provincia de Colombia. En nosotros tres iban representadas los tres idiomas principales de la Congregación, y estamos haciendo todo lo que está de nuestra parte para poder llegar a hablar estas tres lenguas más correctamente. El equipo empezó sus reuniones en la primera parte del 1993.

En estas reuniones determinamos los objetivos y la metodología, la sede del centro (La Casa Madre de París), los idiomas que habían de usarse y las renovaciones que habían de llevarse a cabo en la Casa Madre debido a nuestra presencia.

Habéis recibido en vuestras carpetas una copia de los estatutos del CIF. Nuestro trabajo está basado en ellos. Digo esto porque es sumamente fundamental que todos nosotros lleguemos a comprender el fin primordial del programa: La Formación Permanente Vicenciana. Por consiguiente, aquí no se ofrece una formación personal, teológica o ministerial en el sentido estricto de la palabra. Esto se deja para otros en mejores condiciones.

¿Cual es nuestra experiencia actual en la práctica? En primer lugar hemos tomado nuestras Constituciones como la base de todo nuestro trabajo. En cierto sentido esto elimina el riesgo de presentar meras teorías u opiniones sobre la vida Vicenciana. Las Constituciones, aprobadas por la Iglesia, especifican nuestra identidad y misión, nuestro trabajo, nuestra vida, nuestra formación y nuestro gobierno. Seleccionamos con sumo cuidado formadores bien impuestos en los temas más importantes de las Constituciones. (Tenéis en vuestras carpetas los nombres de estos Conferenciantes). Estos normalmente exponen el desarrollo de los artículos que necesitan aclaración (tales como la doctrina de San Vicente de Paúl, las Reglas Comunes, la Historia de la Congregación), y a continuación aportan su propia experiencia para demostrar cómo la teoría puede llegar a ser práctica. Tenéis también en vuestras carpetas copias del calendario de la Sesión Cuarta (ya terminada) y de la Sesión Quinta (programada para septiembre). En todo esto podéis apreciar cómo las sesiones avanzan de semana en semana, y cómo hemos organizado el trabajo. Todas las sesiones incluyen siempre una visita a los lugares vicencianos más importantes y un retiro anual en el Berseau. Terminamos el retiro con la renovación de los votos.

Debéis observar también la manera como se organiza cada semana. Normalmente empezamos la semana con ocho horas de conferencias que los ponentes imparten. Después los participantes se reúnen en grupos pequeños, dividiéndose por lenguas. Al final de la semana, se presentan en sesión plenaria, con la asistencia de todos los participantes, los resultados de todas sus discusiones y se comparten mutuas enseñanzas. De vez en cuando se traen conferenciantes para temas especiales, pero siempre sobre temas vicencianos.

Parte final del programa es la realización por escrito de un análisis del apostolado y de la vida de comunidad del propio participante. Nosotros les ofrecemos el modelo que deben de seguir para hacer este análisis. Pedimos a nuestros cohermanos participantes que examinen cuidadosamente sus vidas desde una perspectiva Vicenciana, basándolo en todo lo que ellos han estudiado y experimentado en los meses que ha durado el programa. Muchos han encontrado esta práctica sumamente provechosa para su propia vida personal.

Habréis observado que he venido llamando a los cohermanos en este programa "participantes". Estuvimos buscando una palabra que eludiese la idea de que estos hombres muy maduros fuesen llamados "estudiantes" o "los cohermanos jóvenes". Hemos tenido ya alrededor de cien y en ellos han estado representados todos los sectores del trabajo de la Congregación: párrocos, profesores, misioneros, directores de las Hijas de la Caridad, superiores de las casas, un exprovincial, miembros de Consejos Provinciales. Estos hombres son sacerdotes, diáconos y hermanos trabajadores muy concienzudos. En muchos casos, es la primera oportunidad que sus provinciales les han proporcionado para dejar su trabajo por unos días y dedicar algún tiempo para reflexionar seriamente sobre sus propias vidas y sus trabajos.

Nos hemos visto obligados a limitar el número de participantes a treinta por dos razones principales: En primer lugar no hay locales para más y en segundo lugar un número mayor iría contra la perspectiva de la dinámica de grupos. Limitamos también la edad, entre 35 y 50 años, ya que es en esas edades cuando los cohermanos sienten generalmente la necesidad de interrumpir la rutina de su trabajo para examinar de nuevo sus compromisos. En inglés hablamos de una crisis de los años 40s que ocurre con frecuencia. También nos hemos enriquecido con participantes de miembros de otra Congregación, como es el caso de la Congregación Vicenciana de la India. Ellos comparten nuestro espíritu y misión, y han sido muy bien recibidos entre nosotros. Miembros de otras comunidades puede que vengan en el futuro. Encontraréis en vuestras carpetas una lista de las Provincias que han enviado candidatos a las cuatro primeras sesiones, y la lista para las dos sesiones próximas. Espero que estas listas os animarán a limitar vuestras selecciones para que nosotros podamos recibir a los 30 cohermanos que podemos acomodar.

Os hemos pedido también a vosotros, o a vuestros predecesores en el oficio, que nos enviéis únicamente aquellos cohermanos que puedan sacar provecho del programa. ¿Qué significa esto? Esto significa sencillamente que no deberíais enviarnos cohermanos problemáticos con la intención y esperanza de que nosotros podamos hacer algo por ellos. No pidáis sorpresas, por favor. Esto significa también que no nos debéis enviar cohermanos que no puedan, o no quieran beneficiarse del programa, por causa de sus trabajos anteriores: Por ejemplo, puede darse el caso de que ellos sepan y sean ya expertos en todo lo que nosotros les podamos ofrecer en el programa.

En el futuro los participantes deberían estar dispuestos a comunicarse con personas de diferentes culturas y de otras lenguas. Algunos se han sentido muy aislados por su incapacidad de hacerlo. Hemos averiguado que los idiomas de uso más frecuente en la Congregación de la Misión son el inglés, el español, y el francés. Por esta razón nos concentramos en estos tres idiomas y proveemos traducción simultánea a los Conferenciantes en las sesiones plenarias. Idiomas menos usados son el polaco, el portugués y el italiano. Ofrecemos cursos menos frecuentes para estos grupos lingüísticos. Ocasionalmente ofrecemos también alguna sesión en Alemán.

Gracias por las respuestas vuestras que he recibido dándome los nombres de los participantes para los ocho próximos años hasta el año 2.000. Esto no quiere decir que el programa finalizaráa para entonces, ni tampoco que el Superior General espera que enviéis todos los cohermanos disponibles antes de esa fecha.

La evaluación de las sesiones ocupa una buena parte de nuestro trabajo. Pedimos a todos los participantes que nos den por escrito una evaluación dos veces en cada sesión. Después el equipo las repasa y manda un informe al Consejo General con la ayuda de nuestro enlace, el P. Patrick Griffin. A continuación el Consejo revisa los resultados y nos envía sus comentarios. Pedimos también a los Conferenciantes que hagan una evaluación; muchos la hacen y nosotros añadimos esta información a nuestros otros informes. En general los informes han sido muy favorables, particularmente en lo que se refiere a la estructura, organización e idea fundamental del programa. Muchas de sus sugerencias han sido causa de cambios en muchos detalles del programa. Pedimos a los participantes que gradúen a los Conferenciantes teniendo en consideración el contenido y la presentación del tema. A algunos conferenciantes se les han dado una graduación muy baja. Como todavía estamos en las fases iniciales de nuestro desarrollo, estamos aún tratando de encontrar a los conferenciantes mejores disponibles. En vuestras carpetas encontraréis una lista de conferenciantes cuyos nombres nos han sido recomendados. Los miembros del equipo del CIF os estarían muy agradecidos si revisaseis esa lista y enviaséis vuestros comentarios, así como también si sugirieséis otros nombres para los temas presentados.

¿Qué dificultades hemos tenido que afrontar?. Hay dos que sobresalen considerablemente. El problema de comunicación entre los participantes y con los conferenciantes (por razón de la lengua, la cultura, el conocimiento teológico, niveles de formación y de experiencias apostólicas) y el problema de encontrarse muy lejos de casa (comunidad, familia y amigos, cultura, rutina diaria, comida). Algunos han tenido problemas por la razón fundamental del programa mismo: formación permanente Vicenciana, o el abrirse a un cambio personal por causa de nuestra herencia común y de la llamada de las Constituciones.

Después de nuestros tres primeros años de existencia, estamos proyectando contactar con participantes del pasado para pedirles de nuevo que nos den su evaluación del programa y sus comentarios de cómo este curso ha afectado a sus vidas, en caso de que haya producido algún efecto.

Finanzas

Ahora vamos a las finanzas. Para empezar el programa, el Consejo General se hizo responsable de todos los gastos. Esto incluía algunos de los costes de remodelación de la casa, la compra del equipo de traducción simultánea (con la ayuda de fondos de fuera), muebles y otros objetos. La Provincia de París y la Casa Madre tuvieron una buena participación en la rehabilitación de parte del edificio destinado para nuestro uso. Los estudiantes seminaristas se trasladaron a otro lugar de la casa cediendo para nuestros participantes dos grandes corredores con sus correspondientes habitaciones. También los cohermanos de la comunidad tuvieron que experimentar varios cambios en su rutina diaria por causa de nuestra presencia. Por todo esto estamos sumamente agradecidos. Tanto la Provincia de París como la Casa Madre han sido muy amables ofreciéndonos su bienvenida y su constante ayuda.

El principio adoptado por el Consejo General es que el Centro debería autofinanciarse. Intentamos conseguirlo tratando de equilibrar las entradas con los gastos. Tenéis en las carpetas un breve informe sobre nuestra situación financiera al final del año 1995. Desafortunadamente, nuestros libros de cuentas no están en disposición de poder ofrecérselos con el informe completo del estado de cuentas. Estará disponible para el año 1996. Notaréis que después de pagar todos los gastos del 1995, tenemos todavía un pequeño remanente.

SICAV, que se menciona en el informe de finanzas, se refiere a las "acciones bancarias", que compramos con el fin de invertir un dinero que teníamos disponible. Esto significa que a finales de 1995 teníamos 5.000 F de remanente, mas alrededor de 68.000 F disponibles en "acciones bancarias". Sin embargo teníamos varios pagos pendientes para 1996 de nuestra Sesión III, 1995; Estas cuentas pendientes se liquidaron con pagos que se deberían haber recibido en 1995, pero que llegaron en 1996. Para finales de 1996 se tendrá la revisión profesional de nuestras cuentas.

Permitidme que os dé los puntos principales de nuestro presupuesto anual. La partida principal de gastos es el coste mensual de las habitaciones (1450 F por mes), y las comidas (124 F por día). Otros pagos. A los Conferenciantes: viaje de ida y vuelta a París, pensión completa y un estipendio. A los miembros del equipo: pensión completa, seguros, gastos personales, viajes a la Provincia una vez al año. A los traductores: Estipendio por hora. Hay también otros gastos como teléfono, fax, fotocopiadora, periódicos y revistas, libros y coche. Finalmente tenemos también los gastos de contabilidad y de depreciación del equipamiento.

Habréis notado que no facilitamos becas. Esa es responsabilidad de las Provincias. Algunas Provincias pagan por sus miembros participantes, mientras que otras buscan fondos totales o parciales en otras partes. Estas fuentes externas de subvención han sido, hasta el presente, agencias, tales como "Ayuda a la Iglesia Necesitada, Obra de Oriente y la Obra de San Gabriel Perboyre". Algunas Provincias han patrocinado generosamente estos estudios a sus hermanos en necesidad de ayuda. Hay también un pequeño fondo que el Consejo General ha reservado para estos fines. Quizás esta reunión de Visitadores sea una buena oportunidad para que planeéis algún medio de compartir recursos con Provincias más pobres, ayudándolas así a participar en el programa.

Algunos se han quejado de que el programa es demasiado caro, y han pedido que se rebaje su precio. Lo hemos ya rebajado de 30.000 F a 29.000 F. Sin embargo, podréis apreciar por el breve informe de nuestra situación económica que apenas si podemos cubrir los gastos con las entradas que tenemos. La única manera de reducir los gastos sería pagando menos a la Casa Madre por las habitaciones y por la comida o acortando el programa. Digo esto porque el coste de la habitación y el mantenimiento se lleva el 60% de lo que recibimos por participante. El 40% restante es para cubrir los demás gastos. Hemos tratado de negociar con la Casa Madre para solucionar este problema, pero comprendemos también los grandes gastos que ellos tienen con el personal de servicio, electricidad y gas, mantenimiento, seguros, etc.. Espero que vosotros lo entendáis también.

El equipo es también consciente de que la cantidad de 29.000 F no es el coste total y único para vosotros, ya que tenéis que pagar también el viaje entre París y el lugar de la Provincia de origen además de otros gastos como correo, pequeñas compras, corte de pelo, teléfono, fax. fotocopias, entradas a lugares no incluidos en el programa, medicinas, médicos, etc..

La partida principal de las entradas es la cantidad que vosotros pagáis. Se recibe una pequeña cantidad por los servicios prestados por los miembros del equipo por cuyo servicio recibimos un estipendio. Estas entradas se ingresan a las cuentas del programa y hemos acordado que el 50% de esto se entregue de vuelta a los miembros del equipo para su propio uso.

Conclusiones

En general, nuestra experiencia nos ha convencido de que tenemos unos cohermanos excelentes en la Congregación de la Misión. Es emocionante encontrar a estos hombres y el compartir en sus vidas y experiencias el ser hoy Vicentinos. También hemos tenido oportunidad de compartir con ellos sus dificultades y penas. En vuestras carpetas encontraréis las sugerencias y comentarios tomados en la última reunión de dos sesiones.

Nosotros, los que componemos el equipo CIF, hemos sacado de las cuatro sesiones que se han llevado ya a cabo cuatro temas que deseo mencionaros para vuestra reflexión.

Primero, los cohermanos están interesados en ser fieles: como cristianos creyentes, como católicos, como Vicentinos, como sacerdotes, diáconos o hermanos. Piensan como pueden vivir en medio de tantos cambios que ellos ven a su alrededor.

Segundo, están muy interesados en la calidad de su vida comunitaria, y tratan de mejorarla.

Tercero, examinan con cuidado el carácter vicenciano de su trabajo, y están interesados de una manera especial en continuar con el trabajo de las misiones populares, tanto a nivel personal como provincial, así como también en discernir el significado de tener "parroquias misioneras".

Cuarto, les causa agonía el problema de las vocaciones, es decir, la falta de vocaciones, bien en su provincia o en cualquier otra parte de la Congregación.

Para terminar, os agradezco vuestra consideración y apoyo al CIF. Los miembros del equipo, Jean Pierre Renouard (ahora de vuelta a su provincia), Luis Alfonso y servidor de Vds. valoran muy alto la oportunidad de poder servir a vuestras provincias en esta tarea tan importante.

(Traductor: Teodoro Barquín, C.M.)