Nuevos Estatutos de la Asociación de la Medalla Milagrosa

Roma, 24 de diciembre de 1997

A los Visitadores de la Congregación de la Misión

Querido cohermano:

Ya han pasado algunos meses desde que tuvo lugar el París, durante el verano, el último Mes Vicenciano sobre la Misión Popular. Dicho Mes fue una experiencia muy rica que, espero, dará grandes frutos en muchas Provincias de la Congregación.

El Mes Vicenciano tomaron parte participantes de numerosos países de todos los continentes y, por primera vez, no sólo a miembros de la Congregación de la Misión sino también a Hermanas y laicos que trabajan habitualmente con nosotros en las misiones. Su presencia constituyó un enriquecimiento evidente para todos y reflejó la colaboración creciente que existe en la Congregación de la Misión con las Hermanas, sobre todo las Hijas de la Caridad, y los laicos. A pesar de las diferencias en la forma de concebir y realizar la misión, todos se sintieron unidos en un mismo carisma Vicenciano y en una misma pasión por la evangelización de los pobres en el mundo de hoy.

El Mes concluyó con la redacción de un "Documento Final" que me hicieron llegar y en el que figuran especialmente las diez proposiciones que fueron votadas por los participantes para estimular y desarrollar la misión popular. Este documento fue publicado en un número especial de Vincentiana (1997/4-5) que reproduce también todas las conferencias del Mes. En un reciente Consejo General hemos estudiado estas proposiciones. Deseo informarles cómo lo hemos tratado.

De las diez proposiciones, sólo la segunda se dirige directamente a mi. Dicha proposición pide la creación de un Secretariado Internacional de Misiones Populares, a fin de asegurar una mejor colaboración y un intercambio de información más eficaz entre los misioneros. Este objetivo es excelente y prometedor, y deseo alentarlo.

Actualmente estamos reflexionando en el Consejo sobre la posibilidad de nombrar un delegado del Superior General para seguir y coordinar las diversas ramas de la Familia Vicenciana. El podría también encargarse de asegurar cierta coordinación de la misión popular a nivel internacional, dado que se lleva a cabo con frecuencia, y cada vez más, con la participación de miembros de las diversas ramas de nuestra Familia. No sería propiamente un Secretariado Internacional de Misiones Populares, que podría ser un poco pesado de organizar y seguir, pero si un centro internacional de unidad y de comunicación. Sin embargo, este proyecto no se llevará a cabo inmediatamente.

Quisiera, por consiguiente, sugerir otra fórmula, complementaria y necesaria que es, probablemente, más eficaz para conseguir el objetivo deseado y que puede empezar inmediatamente. Propongo partir de la base para llegar poco a poco hasta la cima. Es decir, deseo animar la formación de una buena coordinación de los equipos misioneros a nivel provincial, interprovincial y regional, para llegar poco a poco a la formación de una red internacional que sirva de enlace a esta coordinación. Los medios de comunicación modernos hacen muy fácil la creación de tal red. Ello permitirá un gran intercambio de información, de experiencias y de documentos, así como la petición de ayuda en personal o en material. Compete ahora a los Visitadores, a nivel provincial y de Conferencias de Visitadores, así como a los mismos misioneros, el ver el modo de poner esto en práctica.

Hemos estudiado igualmente las otras proposiciones y hemos llegado a la conclusión de que la quinta dirigida a la Asamblea General, debía pasarse a la Comisión Preparatoria de la Asamblea para que ella viera el tratamiento que se le debe dar.

En cuanto a las otras proposiciones, de hecho competen directamente a los Visitadores o Conferencias de Visitadores. Se las transmito también a Vds. y les invito a examinarlas con atención para ver la respuesta que deben dar a las mismas. La idea fundamental en todas ellas, que coincide con el tema de nuestra próxima Asamblea General, es que la colaboración entre los cohermanos de las diferentes provincias y países, así como con las Hermanas y laicos, es una fuente de renovación y de fecundidad apostólica en la misión.

Si Vds. enviaron al Mes Vicenciano cohermanos de su Provincia, Hermanas o laicos, les ruego envíen a cada uno de ellos una copia de esta carta, a fin de que tengan conocimiento de mi respuesta a las proposiciones que ellos me presentaron.

En el día de la vigila de Navidad, pido al Señor le bendiga a Vd. y a todos los cohermanos de su Provincia, y les colme de un profundo sentido de su presencia y de su amor.

Su hermano en San Vicente.

Robert P. Maloney, C.M.

Superior General