Misiones de la C.M. En Europa Oriental. Bielorrusia, Ucrania y Lituania

MISIONES EN EUROPA ORIENTAL

Por P. Stanislaw Wypych, C.M.

Deseo describir en el presente artículo el trabajo pastoral de los misioneros vicencianos en tres naciones que han logrado la independencia después del derrumbamiento de la URSS: Bielorrusia, Ucrania, y Lituania. Después aludiré también a Rusia, al gran campo de trabajo apostólico que ofrece.

1.- BIELORRUSIA

1. Datos históricos.

Cinco misioneros vicencianos de la Provincia de Polonia trabajan actualmente en Bielorrusia. Hay que decir en seguida que la presencia de los misioneros vicencianos polacos en este país, nunca ha sido interrumpida después de la segunda Guerra Mundial. Entre los misioneros fieles de Bielorrusia han permanecido el Padre Michal Woroniecki y el Hermano Lodovico, muerto hace unos poco años.

El P. Michal Woroniecki, nació en 1908 en Wilejka Mala, cerca de Vilnius. Entró en la Congregación en 1927. Fue ordenado sacerdote en 1935. Después de haber trabajado dos años solamente en la parte central de Polonia, volvió a la parte oriental. Trabajó en Lwów (Leopoli - Ucrania (1937-1945) antes de la Guerra, y después de la Guerra en Lysków (Bielorrusia (1945-1949). En el mismo Lysków fue arrestado y condenado a prisión durante 25 años. Durante siete años, estuvo en Siberia condenado a trabajos forzados. Obtenida la liberación, sirvió a los fieles de Rózana (Bielorrusia) hasta 1990, año en el que fue nombrado Director espiritual del Seminario de Grodno (Bielorrusia).

Bielorussia logró la libertad en agosto de 1991. Es una nación de 207.000 km2 y de 10.200.000 habitantes. Viven también en Bielorrusia etnias menores: bastantes rusos, 430.000 polacos, 245.000 ucranianos y 143.000 judíos. La mayoría de los habitantes son ortodoxos o no creyentes. Pero aún viven en esta nación cerca de 2 millones de católicos (según los datos provenientes de fuentes civiles y 1.200.000 según las estadísticas de la Iglesia). La administración eclesiástica está dividida en tres diócesis: Minsk-Mohylew (Minskensis-Mohileviensis), Pinsk (Pinskensis) y Grodno (Grodnensis).

2. Seminario de Grodno.

San Vicente estaba convencido de que la renovación y el futuro de la Iglesia dependían en gran parte de la buena formación de los sacerdotes. Ya en 1990, el Obispo Taddeusz Kondrussiewicz, actualmente Arzobispo y Administrador Apostólico en Moscú, fundó el Seminario en Grodno. Según la autoridad estatal, solamente podían ser nombrados moderadores del Seminario los sacerdotes que habían trabajado en Bielorussia. El Obispo nombró al P. Michal Woroniecki como Director espiritual. Este misionero, a pesar de su avanzada edad, goza todavía de buena salud, mantiene buenas relaciones con los jóvenes. Además de la dirección espiritual, enseña teología espiritual, griego e historia de la salvación. Es también presidente del tribunal eclesiástico en primera y segunda instancia.

Dos años más tarde, el Obispo Aleksander Kaszkievicz pidió otro misionero preparado para enseñar en el Seminario teología fundamental y dogmática. Se destinó para esta tarea al P. Tadeusz Wyszynski. Es necesario decir que dicho misionero, cuando era niño pasó juntamente con su familia seis años en Siberia. Durante estos años, aprendió la lengua rusa que ahora le sirve para relacionarse con los alumnos. El P. Tadeusz sabe también el francés y el italiano. El Obispo A. Kaszkievicz se aprovecha bien de estas cualidades del P. Tadeo para traducir las correspondencia y para relacionarse con los huéspedes que vienen de los países occidentales y con la Nunciatura. Quiero añadir que el P. Taddeusz da lecciones de música sagrada, además de las que da en teología fundamental y dogmática.

El Seminario de Grodno cuenta actualmente con más de 100 estudiantes, provenientes la mayor parte de Bielorrusia. El Obispo Aleksander aprecia mucho el servicio que le prestan los dos misioneros. Posiblemente, en un futuro próximo, pedirá un segundo Director espiritual y quizás otro misionero como profesor. La Providencia manifestará su voluntad acerca del futuro de la Congregación en Grodno.

3. Dos regiones misioneras.

Tres misioneros trabajan en la diócesis de Pinsk (Pinskensis). Después de haber logrado la independencia, el gobierno de Bielorrusia ha permitido entrar a 50 sacerdotes de otros países. Entre éstos, hay que contar a dos misioneros de la Congregación, oficialmente reconocidos como párrocos. De esta manera, la Provincia de Polonia se ha hecho responsable de la atención pastoral de dos regiones no muy distantes entre sí.

La primera región se compone de las parroquias de Prózana, Kosów y Podorosk. Dos iglesias estaban siempre abiertas, atendidas por el mencionado P. Woroniescki. Sin embargo, la de Podorosk ha tenido que ser reconstruida después de la independencia. Es conveniente añadir que, no muy lejos de Prózany, sigue en ruinas la iglesia de Lysków, tan querida por los misioneros de nuestra Provincia. El párroco de esta región era el P. Jerzy Tumas (1990-1994). Ahora es el P. Janusz Pulit, ayudado por el joven misionero, P. Dariusz Blaszczyk. Ambos se dedican ante todo a la evangelización. La gente de edad avanzada ha conservado en sus corazones el tesoro de la fe y los misioneros hacen lo posible para que profundice en ella. Los niños y los jóvenes (unos 120) son terreno fértil para sembrar la semilla del Evangelio... No es fácil suscitar el interés por el Evangelio entre la gente de mediana edad, penetrada como está de la ideología marxista y atea, en la que ha crecido.

Pruzana se encuentra a unos 45 km de Rózama y 18 km más lejos se encuentra Szreszów. Estas dos parroquias constituyen la segunda región confiada al cuidado pastoral de nuestros misioneros. Merece la pena que escribamos brevemente la historia de estas dos parroquias.

Szereszów cuenta con 3.000 habitantes, de los cuales 2/3 son ortodoxos y 1/3 son católicos. La iglesia fue construida en el siglo XVI. En 1948, el párroco fue arrestado y la iglesia fue cerrada al culto. El gobierno civil la destinó a ser almacén de sal, de aceite y de alcohol. El interior de la Iglesia fue totalmente demolido, los vestidos litúrgicos y los vasos sagrados fueron trasladados a otros lugares. Desde 1948 hasta 1988, todos los domingos y fiestas, a las 9'00, los fieles se reunían delante de las puertas cerradas para orar. Su oración ha sido escuchada. En el mes de julio de 1988, la autoridad civil devolvió las llaves de la iglesia, y el P. M. Woroniecki pudo celebrar la Santa Misa. En 1990, el P. Tadeusz Wojtonis fue destinado para atender esta iglesia. Dicho Padre ha sido reconocido oficialmente como párroco. En el mes de agosto de 1991, a causa de su precaria salud, ha sido sustituido por el P. Edward Lojek, que sigue trabajando hasta ahora. La iglesia ha sido renovada. La autoridad civil ha restituido también la casa parroquial que se encontraba casi destruida. En ella, habita actualmente el P. Edward.

Pruzany es una ciudad de unos 25.000 habitantes, poco más o menos. La mayor parte son ortodoxos o más bien no creyentes. No se sabe con precisión cuántos católicos hay. En la primera Misa que se celebró, tomaron parte unos 300 fieles. La iglesia de Pruzana fue construida en el siglo XVI. Aquí, ha trabajado Don Kazimierz Swiatek, actualmente Cardenal. Fue arrestado y deportado a Siberia donde ha trabajado durante 10 años. En 1948, la autoridad civil destinó la iglesia a casa de cultura. Como es obvio, era necesaria adaptarla para el nuevo destino. Se construyó en el presbiterio un escenario para el teatro, se quitaron 4 columnas y se demolió la bóveda y el pavimento. La iglesia fue dividida en dos pisos, y los ornamentos litúrgicos y los vasos sagrados fueron trasladados a otro lugar. Podemos decir que solamente quedaron las paredes externas. Todo el interior fue totalmente cambiado.

En el mes de diciembre de 1991, la autoridad civil permitió celebrar la Santa Misa todos los domingos por la mañana en el salón de baile. Desde este día hasta febrero de 1993, en dicho salón, un misionero celebra la santa Misa por la mañana y por la tarde organiza bailes para los jóvenes. Finalmente, el día primero de febrero de 1993, el edificio fue restituido definitivamente a los fieles. Ahora debe ser renovado. La comunidad de fieles no es numerosa. La gente en gran parte es muy pobre y esta situación de pobreza no ayuda a la reconstrucción de la iglesia. Hay que añadir, también, que la autoridad civil ha dado un terreno donde se puede edificar la casa parroquial, porque la casa parroquial anterior está todavía habitada por algunas familias. Esta nueva casa podría ser la casa de los misioneros que trabajan en estas dos regiones. En 1993, el Arzobispo K. Swiatek manifestó su consentimiento de fundar una casa de la Congregación en Pruzany, confiando a la Congregación el cuidado pastoral de las parroquias de Rózany, Kosów, Szereszów y Pruzany.

Conviene tener presente que, hasta ahora, el gobierno de Bielorrusia no ha reconocido a ningún Instituto de Vida Consagrada ni a ninguna Sociedad de Vida Apostólica, excepto a las Hermanas Nazarenas que han sido registradas como sociedad religiosa cuasi-parroquial. Los misioneros son reconocidos por la autoridad civil como párrocos de las respectivas parroquias. La Congregación, en cambio, no goza de personalidad jurídica. También hay que tener en cuenta que la autoridad civil, habituada a la vida y a la actividad de la Iglesia Ortodoxa, no ve la necesidad de tener dos o tres sacerdotes en el mismo lugar. Lo que ven de hecho es un sacerdote ortodoxo que vive con su familia en la parroquia a la que atiende.

4. Cuatro observaciones.

a-. Además de la reconstrucción material de las iglesias, es más urgente la renovación de la religiosidad en el corazón de los fieles, destruida durante años mediante la enseñanza comunista. Los fieles que actualmente están en edad avanzada han conservado la fe. A los niños y a la juventud se puede llegar con relativa facilidad, pero es más difícil acercarse con el Evangelio a la gente de mediana edad que ha estado sometida de una manera especial al influjo de la ideología oficial comunista.

b-. Puesto que en este territorio, la mayor parte de los habitantes eran de nacionalidad polaca, el catolicismo va unido a la lengua polaca. La Iglesia Ortodoxa, por el contrario, a la lengua rusa. Los fieles ancianos no ven muy a gusto que se use la lengua bielorrusa en la liturgia. Los niños y los jóvenes, en cambio, no saben el polaco. Es necesario usar la lengua bielorrusa en la liturgia, por los niños y por la inculturación de la Iglesia universal, lo cual exige un cambio de mentalidad en los fieles y un cierto periodo de tiempo.

c-. La llegada de más de 50 sacerdotes desde Polonia, ha sido visto por alguno, sobre todo por la autoridad civil, como la "polonización" de la Iglesia de Bielorrusia. Esta acusación, en gran medida injustificada, se oye con bastante frecuencia. Debido a esto, el Cardenal Swiatek manifiesta con frecuencia el deseo de que vengan sacerdotes de otros países, para no dar la razón a los que acusan y hacerles ver mejor el rostro de la Iglesia Universal.

d-. El Cardenal K. Switek piensa fundar en los próximos años un Seminario Mayor en Pinsk. Desde hace mucho tiempo viene diciendo que pedirá a nuestra Congregación que asuma la dirección de dicho Seminario. ¿Podremos decir no a esta petición?

11. UCRANIA

1. Población y confesiones religiosas.

A primeros de diciembre de 1991, Ucrania se proclamó independiente. Es una país de 603.700 km2 y de 51.700.000 habitantes. Entre estos, 41.000.000 ortodoxos, 6,000.000 grecocatólicos, cerca de 1.000.000 católicos y casi 200.000 protestantes. La Administración de la Iglesia católica se compone de tres diócesis: Leopoldensis, Zydomerensis y Camenecensis.

Hasta 1945, nuestros misioneros trabajaron sobre todo en la diócesis Leopolensis y en el territorio de Bukowina. Después de la segunda Guerra Mundial, no permanecieron en los territorios indicados ninguno de nuestros misioneros Ahora, la atención de la Provincia de Polonia se encamina hacia Bukowina, donde antes habían trabajado nuestros misioneros y de donde provienen también las familias de alguno de nosotros, por ejemplo, la familia del Padre S. Irisik.

La historia de Bukowina es rica y enormemente complicada. Ahora viven aquí distintas nacionalidades: ucranianos, rusos, rumanos, polacos, judíos y gitanos. Actualmente, Bukowina septentrional forma parte de Ucrania, mientras que la meridional se encuentra en la frontera de Rumanía.

2. Misioneros en Bukowina.

En 1991, el P. Dtasnislaw Irisik fue destinado a Bukowin y durante dos años colaboró con los sacerdotes diocesanos. En 1993, el Arzobispo de Leopoli, Mariam Jaworski le dio permiso para fundar una casa de La Congregación en Storozymiec, confiando a los misioneros de la Congregación el cuidado pastoral del vasto territorio de Storozyniec, Banilów, Górny, Czeresz, Dawideny Centrum, Dawideny Zrab, Piotrowce Dolne, Piotrowce Gorne, Gleboka, Klinówka, Stara Huta y Wyznica. Se creó la Comunidad y actualmente, la integran tres misioneros: P. Stanislaw Irisik, P. Franciszek Dragosz y el P. Marek Chociej. En 1994, llegaron las Hijas de la Caridad de la Provincia de Cracovia.

Los misioneros celebran la Misa en nueve iglesias. Por razones pastorales, cada semana recorren unos 500 km. Antes, solamente dos iglesias estaban siempre abiertas y estaban bastante bien conservadas. Las otras iglesias fueron cerradas o destinadas a fines civiles. La iglesia de Piotrowce Górne, restituida en 1993, se usaba como casa de cultura, biblioteca y también como sala de cine.

Todas las iglesias deben ser renovadas. Sin duda alguna, en la región mencionada, será necesario construir nuevas iglesias o capillas. Los misioneros se están esforzando principalmente en la renovación de la vida de fe de los bautizados. Primero hay que encontrar a los adultos y prepararlos para la recepción de los sacramentos. El empeño prioritario es enseñar el catecismo los niños y a la juventud (cerca de 300 niños y jóvenes frecuentan las clases de religión). En 1994, un misionero polaco de la Congregación ha predicado los retiros durante la Cuaresma para preparar a la gente a confesarse antes de la Pascua.

No faltan los problemas. Entre los más urgentes está el de las lenguas. Aquí, se requiere saber al menos tres lenguas: ucraniana, polaca y rumana.

3. En busca de obreros

Es necesario poner de relieve que la situación de la Iglesia en Ucrania Occidental es mejor que la de Ucrania Oriental, porque ésta ha estado durante muchos bajo la dominación rusa. El Obispo de la diócesis Zytomerensis, Jan Purwinski, en su carta dirigida a los Superiores Mayores de Polonia, escribió: "...en mi diócesis, hay actualmente 42 sacerdotes (14 nativos y 26 llegados de Polonia). Las sectas surgen y se desarrollan por todas partes... Veo la urgencia de tener buenos sacerdotes, provenientes de otros países, con el fin de que mediante su sacrificio y empeño puedan buscar candidatos, 'obreros para la mies' en nuestro país. "La mies es mucha, pero lo obreros son pocos..." Algunos fieles, para encontrar a un sacerdote, deben viajar diez y hasta cien kilómetros.

Estoy plenamente convencido que la diócesis Camanecensis tiene mayor y más urgente necesidad de sacerdotes que las otras.

En el territorio de Ucrania, trabajan también los misioneros de la Congregación provenientes de la Provincia Slovaca. Como no dispongo de información suficiente, solamente expongo la esperanza de que algún miembro de la Provincia Slovaca nos dé información pertinente y actualizada.

III. LITUANIA.

1. Una interesante historia de la Congregación.

Lituania, uno de los tres países bálticos, cuenta con 3 millones de habitantes. La mayor parte, alrededor del 89%, son católicos. También en esta nación, viven minorías étnicas, entre ellas, unos 300.000 polacos.

La historia de la Congregación de la Misión en Lituania es larga y muy rica. La Casa de la Congregación en Vilnius fue erigida ya en 1685. A fines del siglo XVII, fue construida la iglesia con el título de la "Transfiguración del Señor". En 1725, se fundó el Seminario Interno de la Congregación en Vilnius. La Provincia de Lituania existió durante los años 1796-1844. En 1908, por ejemplo, había en ella 87 sacerdotes, 20 Estudiantes y 24 Seminaristas.

Después de la primera Guerra Mundial, los misioneros vicencianos volvieron a Vilnius y estuvieron trabajando hasta 1941. En este año, se les obligó a abandonar Vilnius. Permaneció allí solamente el P. Adolf Trusewicz.

2. El P. Adolf no es el último misionero vicenciano.

El P. Adolf Trusewicz nació en 1919 en Stare Troki, cerca de Vilnius, donde fue ordenado sacerdote en 1945. Después de la ordenación, permaneció entre los fieles del país y hasta 1949, trabajó en la iglesia que la Congregación tiene en la cima del monte del Salvador en Vilnius. Después que la iglesia fue cerrada, trabajó en diversas parroquias conforme a las indicaciones de la autoridad eclesiástica, en Turmonty (1949-1953), Olany (1953-1956) y, finalmente, en Suderve (desde 1956 hasta hoy).

Suderve es un país que dista de Vilnius 15 km. La parroquia cuenta con unos 1. 500 fieles, casi todos polacos. El P. Adolf ha desarrollado aquí el habitual servicio pastoral. Desde hace dos años, es ayudado por el joven misionero, P. Dariusz Górski.

3. Deseos del Arzobispo y de los misioneros vicencianos.

La Provincia polaca centra su mirada en la iglesia de la Transfiguración de Nuestro Señor, en el Monte del Salvador, que hasta ahora permanece cerrada. Dentro de la iglesia, hay objetos diversos, recogidos y traídos de otras iglesias cerradas por los comunistas: imágenes, cuadros, muebles, bancos. En el edificio, antes Seminario Interno, funciona ahora un hospital. Se está presionando para que la iglesia y alguna que otra habitación se devuelvan a la Congregación. El Arzobispo, Audrys Juozas Backis, desea que inicien de nuevo su ministerio los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. En la Iglesia lituana, faltan sacerdotes. No es fácil, sobre todo, organizar la pastoral de los diversos grupos. Los misioneros, dice el Arzobispo, podrían comprometerse como capellanes de los hospitales y de las prisiones. Teniendo en cuenta la situación política y social de Lituania, lo indicado es fundar una comunidad internacional, dependiendo directamente de la Curia General, como germen de la futura Provincia lituana. Y, por supuesto, que el Arzobispo acogería con agradecimiento y muy de buena gana a las Hijas de la Caridad.

IV. RUSIA

Quiero también señalar que Rusia ofrece un campo inmenso para el trabajo de los misioneros. Rusia es un país inmenso. Basta decir que para atravesarlo en avión se necesitan 9 horas de vuelo.

El Arzobispo de Moscú, T. Kondrusiewicz, Administrador de la parte europea de Rusia, ha manifestado su disposición de confiar a la Congregación alguna parroquia. Estaría bien que la Familia vicenciana pudiera hacer ver aquí el rostro de la Iglesia-Caridad. La Iglesia Ortodoxa no muestra este rostro. En cambio, las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa suscitan admiración y encanto. Las Hermanas han venido de países lejanos, han fundado una casa para niños minusválidos y otra casa para personas ancianas~ Visitan a mucha gente enferma que vive en soledad. La gente se pregunta: ¿De dónde han venido y qué es lo que quieren hacer en Rusia? Esta actividad puede preparar muy bien el anuncio verbal del Evangelio.

Los Padres jesuitas ya han sido reconocidos por el Gobierno Ruso y están registrados oficialmente. Me parece que nuestra Comunidad podría ser reconocida y registrada, sobre todo, como Sociedad de Caridad. La necesidad de ayuda espiritual y material es enorme y cada día crece más.

Observaciones a modo de conclusión.

a-. Algunos Institutos de Vida Consagrada (Jesuitas, Salesianos, Dominicos) han creado en el territorio Ex-URSS, Regiones dependientes de las Curias Generales respectivas. Esto facilita su trabajo.

b-. En los países antes mencionados, vive aún gente que ha conservado la fe y el fervor religioso. Estas personas pueden ser el puente para la evangelización de la generación más joven.

c-. La población de los países antes citados tiene sed de "religión". En muchos casos, ignoran los criterios para juzgar el valor del mensaje que se les proclama y aceptan el primer mensaje que se les ofrece. Por esto, estos países constituyen un campo abonado para la siembra y el cultivo de movimientos y sectas religiosas. Estos países, estoy plenamente convencido, pueden ser una tierra muy fértil para la labor evangelizadora de las Comunidades Vicencianas.

(Traduc. Miguel P. Flores)