El Centro Internacional de Formación (C.I.F.). Una peregrinación vicenciana

EL CIF UNA PEREGRINACIÓN VICENCIANA

VICENCIANA solicita de los participantes españoles en este Curso una breve reseña. Con sumo gusto y prontitud accedemos a ello. Consideramos una suerte y un privilegio el haber sido los “FUNDADORES" o pioneros de este acontecimiento tan importante en la vida de la C.M. Compartimos con los lectores todo lo que hemos vivido y experimentado a lo largo de tres meses de PEREGRINACIÓN. Efectivamente para nosotros ha sido una auténtica peregrinación con todo lo que encierra la palabra: CAMINO, REFLEXIÓN, FORMACIÓN, CONVIVENCIA, ACOMPAÑAMIENTO.

La idea surgió del Padre General y de su Consejo de acuerdo con lo que dicen nuestras Constituciones: “La formación de los nuestros ha de prolongarse y renovarse todo el tiempo de la vida” (CC. c. VI, nº 81). Y también siguiendo las orientaciones de la última Asamblea General que nos invitaba a la “RENOVACIÓN DE TODOS LOS MINISTERIOS Y DE TODAS LAS COMUNIDADES Y NOS EXIGE UNA FORMACIÓN INTEGRAL, GUIADA POR EL PRINCIPIO DE SEGUIR A CRISTO EVANGELIZADOR DE LOS POBRES”

1. METAS DE LA PEREGRINACIÓN

La iniciativa tenía unos claros objetivos o metas concretas. Nada se inicia sin ello. Es de suma importancia. Nuestro camino estaba bien trazado.

a - Conocerse y compartir experiencias. Éramos de la misma familia y no nos conocíamos. Se trataba de establecer una auténtica comunicación humana e idiomática. Se quería que la C.M reflejara y experimentara su unidad y su universalidad.

b - Profundizar en el conocimiento de San Vicente, y hacer con él, a través de los lugares donde vivió, e1 camino que le llevó al encuentro con el pobre.

c.- Reflexionar sobre nuestras vidas, nuestras Comunidades y nuestros apostolados en orden a mejorar nuestra capacidad personal y poder ser buenos evanngelizadores.

2. NO HAY PEREGRINACIÓN SIN PEREGRINOS:

Treinta Paúles de todo el mundo nos pusimos en camino el pasado 4 de Septiembre, en París, una comunidad muy internacional. La “Casa Madre” de Rue de Sèvres nos abrió las puertas de par en par a los participantcs, seis españoles, cinco de los EE.UU., tres de la India, dos de América Central, dos de Puerto Rico, dos de Brasil, dos de Indonesia, uno de Portugal, uno del Perú, uno de Colombia, uno de Irlanda, uno de Eritrea, dos de Méjico y uno de Filipinas.

3. NO HAY PEREGRINACIÓN SIN UN PLANO O MÉTODO:

No se puede caminar de cualquier forma. Hicimos este camino de una manera peculiar. Por cierto nos costó un tanto asimilar. Poco a poco, a medida que pasaban los días y las sesiones, ibamos descubriendo los valores que encerraba el método. Veníamos con la idea sobre todo de escuchar y de aprender grandes y reveladoras ideas. Los temas y los ponentes tan relevantes parecían confirmarlo así.

La forma de caminar se apoyaba en cuatro grandes pilares:

a.- La exposición de un tema: Lo hacía por lo general un especialista en la materia. Al concluir la exposición seguían unas preguntas.

b.- Reflexión personal. A ésta, según la mayoría de los asistentes, no se le dió un espacio suficiente de tiempo.

c.- Trabajo en grupos. En esta etapa cada uno de nosotros daba su visión sobre el tema y sobre las preguntas que anteriormente se nos habían formulado. Esta fase exigía una consulta y estudio de textos, generalmente vicencianos. Las conclusiones, reflexiones y experiencias eran recogidas y seleccionadas para después compartirlas en el grupo general.

d.- Presentación al gran grupo. Nuestra sala de conferencias, con traducción simultánea, se convertía los jueves y viernes en un pequeño parlamento. Estas sesiones creaban en nosotros una gran expectación e interés, pues siempre algún grupo nos sorprendía, bien por el contenido o por la técnica de su exposición.

Esta pedagogía tuvo su eficacia y sus valores. También detectamos algunas deficiencias. En general creemos que la metodología fué buena; quizá un poco descompensada en armonizar el tiempo y los temas. Fuimos descubriendo que el CIF tenía su propio camino. En é1, eran importantes si las conferencias y los temas, pero lo verdaderamente importante éramos nosotros. Se trataba de incidir en nuestras vidas a través de la reflexión y del compartir experiencias. Todo se orientaba, no tanto a renovar nuestra mente con nuevos conocimientos, como sobre todo a rejuvenecer nuestra vida y ministerio. Llegamos pronto a conocernos, respetarnos y estimarnos. Surgió así, casi espontáneamente, un clima fraternal que nos acompañó durante toda la sesión.

En todo camino hay siempre algún obstáculo alguna piedra o sombras. Éste no era una excepción. Hemos comprobado algunas deficiencias materiales -se trataba de la primera sesión. Alguna falta de coordinación entre los directores. Se echó en falta un mayor periodo de tiempo para la reflexión personal como ya hemos indicado. Nuestras fuentes de consulta (libros, revistas,.... ) han sido insuficientes para un grupo tan numeroso. El idioma también supuso un claro obstáculo, aunque se fué superando. Para vencer este escollo, se formaron cuatro grupos: dos de habla inglesa y dos de habla hispana: así conseguimos que al menos dentro del grupo, todos nos pudiéramos comunicar y entender más fácilmente.

4.- NO HAY PEREGRINACIÓN SIN GUÍAS:

Toda peregrinación, que quiera ofrecer unas mínimas garantías, ha de estar preparada y organizada. Buenos guías fueron nuestros tres directores. Los PP. J. Rybolt, J. P. Renouard y L.A. Sterling.

Otros muchos guías nos han aportado su orientación, su compañía y sus materiales. El P José María Román: Nos puso al día en las fuentes y estudios vicencianos y nos ofreció unas claves de interpretación hermeneútica para leer de una manera crítica, los escritos de San Vicente.

El P. Braga: Nos introdujo en las Constituciones. No podía ser de otra manera. Hacia ellas nos dirigimos porque en definitiva, son las que nos muestran la ruta por donde debemos caminar. Su profundo conocimiento, nos hizo disfrutar. Fué un volver a leer los textos, a conocerlos un poco mejor y a amarlos más.

El P. Pool: Desarrolló el tema de la actividad apostólica. Partió de los ministerios de San Vicente y presentó la evolución que éstos han sufrido en los siglos posteriores, hasta nuestros días.

El P. Maloney: Compartió con nosotros; una jornada de nuestra peregrinación. Nos expuso con claridad y realismo lo que debe ser la misión y el misionero hoy. Interpeló con sencillez y claridad nuestra manera de evangelizar, y avivó la inquietud de responder con radicalidad a los grandes retos y necesidades que la Congregación de la Misión tiene planteados en la actualidad.

El Sr. Cotinaud, psicólogo seglar, hizo un estudio de la vida de comunidad con acertadas observaciones sobre las relaciones personales, las dificultades y las trampas de la comunicación.

El P. Rybolt: Presentó, durante la quinta semana, el tema de la vida comunitaria desde San Vicente hasta las nuevas Constituciones. Un cuestionario, muy completo, nos hizo reflexionar en nuesta actitud sobre la comunidad y hasta qué punto nuestras comunidades son verdaderamente evangelizadoras.

El P. Renouard: Nos ofreció un cálido estudio sobre las cinco virtudes vicencianas. Vino a decirnos que las cinco virtudes no sólo no han perdido su vigencia y actualidad, sino que siguen siendo el alma de los misioneros y fuente inagotable de nuestra vida espiritual.

El P. Catalán, S.J: Nos habló de los Votos desde la perspectiva psicólogo-psiquiatra. Nos sumergió en el oscuro mundo de la niñez, que condiciona inconscientemente nuestros comportamientos adultos.

El P. Ubillús, provincial de Perú, nos expuso los Votos de la C.M. y cómo vivirlos hoy en las diferentes culturas. A pesar de las dificultades que se encuentran en cada país, nos hizo ver que son un verdadero reto y un arma eficaz imprescindible en la Evangelización.

El P. Lautissier, director de dos provincias de Hijas de la Caridad de Francia, nos habló sobre la identidad de la Hija de la Caridad y sobre la figura del Superior General en relación con ellas.

Sor Elisabeth Charpy, Hija de la Caridad, nos ofreció el itinerario espiritual de Santa Luisa de Marillac y su cuestionada iniciativa en la formación de la Compañía.

El P. Sterling: presentó el Sacramento de la Penitencia; nos recordó también la riqueza e importancia del rezo del OFICIO DIVINO, y llamó la atención para estar atentos y saber discernir con criterios positivos la enorme riqueza que se eucuentra escondida en la religiosidad popular, de la gente sencilla.

De nuevo el P. Renouard resaltó la figura de María en la espiritualidad de San Vicente y Santa Luisa. A través del extraordinario regalo de la Medalla Milagrosa debemos purificar nuestra concepción de la piedad mariana y vivirla de forma concreta, unida al misterio de Cristo y de la Iglesia.

Sor Juana Elizondo, Superiora General de las Hijas de la Caridad, nos informó acerca del Sínodo recientemente celebrado en Roma, donde fué invitada como auditora. Sínodo que se distinguió por el clima fraterno, espontáneo, respetuoso y de una gran libertad de exprexión.

E1 P. Koch, con el tema de la oracion ocupó las dos últimas semanas de estudio. Su exposición estuvo enriquecida con numerosas citas vicencianas. Despertó en nosotros la inquietud por descubrir nuevas formas de orar y compartir comunitariamente la propia experiencia de relación con Dios.

5. PEREGRINACIÓN A LOS LUGARES VICENCIANOS

No podía faltar en nuestra peregrinación la visita a los lugares vicencianos. En ellos tuvimos la ocasión de reconocer las huellas de San Vicente que aún permanecen en Francia.

Recorrimos los pasos del primer misionero por París y otros lugares donde surgieron las experiencias que dieron origen a la Congregación: FOLLEVILLE, CHATILLON, CHATEAU L'EVEQUE, DAX, TOLOUSE, BUZET etc.

Los lugares nos hicieron presente las satisfacciones pastorales, el encuentro con los maestros espirituales de su época. Sus preocupaciones, y otros momentos importantes de su vida.

6. PEREGRINACIÓN A NUESTRO INTERIOR

Peregrinación al santuario del alma. Una de las cosas más importantes, ha sido la peregrinación al interior de cada persona, donde realizamos el auténtico viaje, el encuentro con uno mismo y con Dios.

La estancia en el Berceau preparó el ambiente y los corazones para profundizar durante cuatro días de Retiro espiritual, dirigido por el P. McCullen, en la vivencia de los Votos. Fueron días intensos de reflexión, que culminaron con la renovación de los Votos de todos los asistentes, realizada con la ilusión del primer día y la serenidad de los años vividos.

7.- PEREGRINACIÓN QUE DEBE CONTINUAR

Durante la última semana hicimos una reflexión-evaluación del curso. Analizamos también nuestro apostolado y nuestra vida de comunidad. Después de examinado cada uno de nuestros proyectos en el grupo de trabajo, se presentaron al grupo general los que parecían más interesantes. Una pregunta latía en e1 ánimo de todos: ¿Son nuestros apostolados o nuestras comunidades, verdaderamente vicencianos? Las respuestas fueron variadas y ricas. Terminamos describiendo planes y esperanzas que se tienen para revivir, desarrollar y fomentar el carisma vicenciano en nuestras vidas.

La peregrinación sigue abierta. Difícilmente podrá olvidarse todo lo vivido. Ha sido mucho lo experimentado y compartido. Ahora conocemos mejor el camino y las personas con quienes vamos haciendo la ruta.

Dice nuestro poeta Antonio Machado. “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Estamos de acuerdo, pero también podríamos añadir en cierta manera que el CIF ha sido el camino que nos ha ido haciendo a nosotros. Una verdadera peregrinación.

Traigo al final una oración que fué con la que cerramos el curso y que se hizo plegaria ardiente:

QUE EL CAMINO SE ENSANCHE A MEDIDA QUE TU AVANCES POR ÉL;

QUE EL SOL ILUMINE SIEMPRE TU ROSTRO;

QUE EL VIENTO SOPLE SIEMPRE A TU ESPALDA;

QUE LA LA LLUVIA CAIGA MANSAMENTE SOBRE TUS CAMPOS;

QUE, HASTA NUESTRO PRÓXIMO ENCUENTRO,

DIOS TE GUARDE SIEMPRE, EN LA PALMA DE SU MANO. AMÉN.