Las misiones populares en línea. Introducción del carisma vicenciano en el ciberespacio

Las misiones populares en el ordenador

Introducción del carisma vicenciano en la cibernética

por Atilano Fajardo, C.M.

Provincia de Filipinas

Si los pobres permanecen sin acceso a la información tecnológica, quedarán más marginados y encerrados en un círculo de pobreza.

(Asamblea General de la C.M. - 1998)

Introducción

La aurora del tercer milenio está iluminando rápidamente el horizonte con la visión de una nueva era. La última década ha sido el crisol de un fenómeno totalmente nuevo y extraño, que está cambiando aceleradamente nuestras tradicionales maneras de hacer las cosas. En realidad, la nueva revolución informática está creando conexiones globales a una escala sin paralelo en la historia del hombre, demoliendo los insignificantes intereses de campanario, construyendo y forjando una común cultura planetaria.

Realmente, el mundo de los ordenadores es la palestra a donde se dirige nuestra época. Se ve esto muy concretamente en el modo en que ese mundo ha ido invadiendo nuestra sociedad. La gente compra y hace transacciones a través de la red de Internet. Los estudiantes se inscriben, hacen preguntas y entregan sus trabajos en páginas electrónicas de datos y hasta se hacen con sus puntuaciones en cualquier lugar y tiempo. Las oficinas donde abundaban mesas y sillas, archivadores y carpetas ocupándolo todo, han sido reemplazadas por una sencilla mesa y ordenadores conectados en cadena, cabiendo todo en una sola habitación. La oficina en casa está convirtiéndose a toda velocidad en una realidad para toda clase de negocios. De hecho, se habla mucho del comercio electrónico, del correo electrónico, de despachos y conferencias electrónicos. Su aparición en la vida real está superando lo que en el mejor de los casos se había pensado. Todo eso está irrumpiendo con fuerza, reemplazando las maneras tradicionales de hacer las cosas:

La escala y comprensión de los nuevos intercambios informáticos cogió completamente por sorpresa a la gente de los ordenadores - su desarrollo supuso una lección sobre la dificultad de predecir lo que quedará o no de los muchos usos a los que puede aplicarse la tecnología digital.

Viendo toda esta invasión de profundos cambios tecnológicos en nuestro medio, no puedo menos de preguntarme: “¿Cómo está respondiendo la Iglesia a estos fenómenos de cambio? O por decirlo más abiertamente, ¿se ha movido la Iglesia para dar un paso adelante y usar este medio para su misión en el mundo?

Este artículo trata de abrir una discusión en el amplio mundo de esta cuestión. En su deseo de roturar un camino, puede acaecer que genere más confusión que soluciones. Con el fin de obviar este peligro, el artículo comienza echando una mirada a los métodos específicos de evangelización en uso ahora. A continuación considera diversas posibilidades de cómo enriquecer el método actual y espera ofrecer sugerencias para que dichas posibilidades puedan enriquecer tanto al evangelizador y evangelizados como al instrumento usado. Con esta intención, he escogido las Misiones Populares como trampolín para nuestro estudio.

En nuestro intento de crear una estrategia de futuro para las Misiones Populares Electrónicas (EPM), empezaremos discutiendo brevemente la naturaleza y prácticas actuales de las Misiones Populares. A continuación, veremos si las nuevas formas de comunicación, especialmente la Amplia Red Mundial de la informática encaja en este ministerio.

I. La realidad presente

El método de San Vicente

El nombre de misioneros o sacerdotes de la Misión, nombre que no nos hemos apropiado indebidamente, sino que por beneplácito de Dios nos ha impuesto la voz común del pueblo, muestra con claridad que el ministerio de las misiones debe ser para nosotros el primero y principal de entre los trabajos por el prójimo.

Este artículo sigue el método tradicional preferido de dar las misiones. Primeramente estudia los tres diferentes estadios de este apostolado: la pre-Misión, la Misión Propiamente tal y la Post-Misión. De ahí procederá a proyectos futuros.

A. La pre-Misión

1. Actualmente, así como en tiempos de San Vicente, la Pre-Misión tiene mucha importancia para la preparación de las misiones. En general, esa preparación dura de un mes a un año. Se comunica a la gente que se prepare con la oración y el ayuno para el buen resultado de la Misión. Después, como preparación remota, algún miembro del equipo misionero va a la parroquia con bastante antelación, con el fin de conseguir datos significativos que se incorporarán en las charlas y homilías. En ocasiones, los misioneros realizan una encuesta sobre la realidad de la comunidad en orden a un más amplio conocimiento de la zona que se va a misionar.

Cuando todo está a punto, comienza la preparación inmediata. Alguien del equipo predica sobre la Misión durante las misas, en orden a que la gente tenga un mejor conocimiento de la misión. En este tiempo se colocan convenientemente anuncios y el programa de las actividades de la misión con el fin de que la gente pueda incorporar las actividades de la misión en sus agendas personales.


2. Como se hace en algunas Misiones Populares, por ejemplo en Filipinas, los miembros del equipo misionero se alojan en las casas de los parroquianos, y viven con ellos durante todo el tiempo de la misión. Este estratégico alojamiento del personal misionero en medio de la gente es de mucha ayuda para hacer que las familias asistan a la misión. De hecho, mientras los misioneros viven con esas familias, éstas se sienten animadas a llevar a todos sus miembros, así como a los vecinos, a las charlas y demás actividades de la misión.

3. Durante este período, los misioneros son presentados no sólo al párroco, sino también a las autoridades civiles del lugar. Se hace esto para facilitar el posible uso de algunas instalaciones públicas durante la misión. Al mismo tiempo se previene así cualquier incidente adverso entre lo misioneros y las autoridades civiles del lugar. El prestar el debido respeto a las autoridades es tanto como prestarlo a la gente que les ha dado su voto.

4. Durante esta preparación próxima para la Misión se escogen y forman como auxiliares de la misma los agentes pastorales laicos. Después, éstos se unen al resto de los misioneros en la visita a las familias casa por casa. Esta visita tiene por fin invitar a la gente a que asista a la predicación misionera.

B. La Misión propiamente tal

1. Ésta es la principal actividad de la Misión Popular. Es el tiempo en el que se predica en las plazas públicas o en las iglesias. Es el momento en que la gente se reúne y escucha los diferentes temas sobre nuestra vida con la Trinidad y nuestra vocación y misión en el mundo.

2. La celebración de los sacramentos tiene también lugar en este estadio: bautismos, confirmaciones, matrimonios, unción de los enfermos, así como las confesiones generales que se celebran ordinariamente todas las noches.

C. La post-Misión

1. La fase final de la misión se dirige a la conservación de los frutos de la misión. En tiempos de San Vicente una de los medios concretos que él empleó para conservar estos frutos fue la formación de buenos sacerdotes que continuaran atendiendo a los fieles después de la marcha de los misioneros. Otro medio es la creación de grupos cristianos.

2. Otras ayudas para conservar los frutos de la misión serían dejar establecidas prácticas religiosas populares, tales como rosarios semanales, círculos bíblicos y procesiones en determinadas ocasiones a santuarios y ermitas a los que el pueblo iría con la intención de conmemorar la misión. Los misioneros por su parte, podrían dedicar algún tiempo a visitar, de vez en cuando, el lugar misionado en orden a revitalizar a los agentes laicos y a la comunidad cristiana. Aparte de estos medios, la estructura de seguimiento de la misión dependerá de la calidad y coherencia de la comunidad cristiana y de su párroco en el cultivo de las semillas sembradas durante la misión.


Visto el método actual de las Misiones Populares, consideremos ahora cómo el fenómeno de la Amplia Red Mundial podría incorporarse a dicho método. Las sugerencias expuestas en este articulo no son simples, vagas ideas del séptimo cielo sino realidades verificadas ya en otros campos. Mi intención en este artículo es poner una base de conexión entre el Web y la Misión Popular.

II. Las Misiones Populares Electrónicas (EPM)

Evangelizando según la manera de Vicente, animo a todos los que usan la nueva tecnología a que incrementen la presencia de la Iglesia en Internet como un medio de proclamar la Buena Nueva en la que llamamos la `Era de la Información' .

Siempre he creído que las Misiones Populares tienen tanta importancia ahora como en tiempo de San Vicente de Paúl. El dilema, sin embargo, está en cómo se realiza este apostolado, de manera que corresponda a las presentes circunstancias. Por ello, el desafío para la actividad misionera es cómo leer los Signos de los Tiempos y ser lo bastante creativos para completar los métodos tradicionales con los instrumentos que actualmente se nos ofrecen. Es cierto que la opción por los más necesitados significa que no debemos olvidar a los grupos más abandonados y marginados, pero también es cierto que los grupos particulares y pequeños no pueden ser evangelizados si descuidamos los centros donde una nueva humanidad, por hablar así, está surgiendo y donde nuevos modos de desarrollo se están conformando.

Entiendo que hacer esto puede dar miedo y que, a veces, puede resultar incomprensible, dada la rapidez de los cambios que se suceden a nuestro alrededor. Sin embargo, o nos adaptamos a estos cambios o nuestro apostolado caerá en el olvido. Si no nos adaptamos nos convertimos en intranscendentes, quedando a merced de los pasajeros convencionalismos de la época. Si somos reaccionarios y dejamos que el cambio nos aplaste o nos sobrepase, percibiremos el cambio negativamente. Si somos receptivos, si intentamos comprender el futuro ahora, y abrazamos el cambio, la idea de lo inesperado puede ser positiva e inspiradora.

En la medida en que la sociedad se está haciendo más altamente tecnológica y el lenguaje del ordenador se está convirtiendo en la lengua del Año 2010, mayor es la necesidad de ver cómo usar este medio para el apostolado tan querido de San Vicente de Paúl. Este artículo asume la tarea de investigar esa posibilidad y se pone a la cabeza del intento de remodelar este carisma en el amanecer de la nueva era por un camino menos pisado.

La nueva metodología sirve a muchas gentes: a los que están siempre conectados; a los que no encuentran tiempo para ir a la iglesia durante la misión porque tienen muchas cosas que hacer; a los que desearían asistir pero no pueden porque están en todas partes haciéndolo todo; a los jóvenes que sencillamente prefieren ver cómo todos estos inventos a su alcance se usan para fines más espirituales y religiosos. Para decirlo más sucintamente, este artículo responde a la pregunta: “¿Cómo evangelizar a las personas y estructuras mediante el ordenador?” O , para decirlo con las palabras de Juan Pablo II, “cómo iluminar los nuevos areópagos con la luz del Evangelio”.

El artículo en su presentación del tema sigue el plan tradicional de las Misiones Populares.

A. La pre-Misión

1. Aparte de lo que se hace tradicionalmente para preparar una parroquia para la Misión, en los anuncios se pone la dirección de la página Web (URL), que se puede anunciar también de palabra a la gente. Su encuentro inicial con la información de Internet sobre la misión proporcionará a los parroquianos el conocimiento que necesitan sobre la próxima actividad misional. Podrían introducirse en Internet formularios, que recojan datos e información significativa sobre la parroquia, lo que serviría de preparación de los misioneros y de la gente para la misión. Esta información electrónica ayudará a los misioneros a preparar mejor sus charlas y a responder con mayor concreción a las necesidades de la parroquia. De la misma manera los voluntarios dispuestos a ayudar en la misión podrían encontrar en la red respuesta a sus preguntas.

Estoy plenamente convencido de que cualquier joven que piensa que la Iglesia se ha convertido en algo insignificante, una vez vea que estos medios se usan para el apostolado, se sentirá cuestionado en su opinión. Como todo el mundo se ilusiona por la alta tecnología, el llegar a ser un “e-sacerdote” o un “e-hermano” tendrá sentido y merecerá la pena considerarlo.

2. Verdaderamente, la primera fase de la pre-Misión ayuda a los misioneros y a los parroquianos a tener un primer encuentro mutuo. El intercambio de información a través de la página-Web proporciona a los parroquianos una idea de lo que es una Misión Popular, y ofrece a los misioneros información sobre la condición actual, recursos y personal disponibles durante la Misión.

3. Oraciones para preparar a la comunidad para la Misión Popular pueden estar también disponibles en la red. La gente se animará a recitarlas en su casa, con sus familias, o personalmente, mientras está en casa o en el trabajo. Una “pasquinera” para las oraciones, las peticiones y los sacrificios ofrecidos por las intenciones de la misión podría ser preparada.

4. Anuncios en forma publicitaria invitando a ofrecer donaciones voluntarias para sostener la misión, podrían estar disponibles en la red.

5. Conexiones con sitios de misión o comunidades vicencianas en la red donde se han llevado a cabo Misiones Populares Electrónicas.

B. La Misión propiamente tal

Además de la misión tradicional que tiene lugar en la parroquia, la misión por la red proporcionará a los parroquianos las siguientes ayudas complementarias:

1. Conferencias, vídeos o simplemente materiales audiovisuales por la red en directo estarán a disposición en la página del ordenador. Las conferencias en directo por la red podrían tener una conexión directa con el lugar donde se está dando la misión. Esto da al usuario la impresión de realidad del acontecimiento que está teniendo lugar en su comunidad, se encuentre él donde sea con tal de que pueda conectar con Internet. Estas secuencias permanecen en la página relativa a la misión durante toda ella, de tal manera que cualquiera que desee verlas o sencillamente escucharlas puede echar mano de esos materiales, lo que da al usuario acceso completo a la información y el lujo de conservarla o simplemente actuarla según sus necesidades.

Para profundizar más las pláticas, se formarán en la red durante todo el tiempo de la misión salones de charla y comunidades o grupos. Lo que se espera del grupo virtual de diálogo es que no se quede exclusivamente en el nivel de charla, sino que sea un encuentro real de personas y experiencias. Es de suma importancia que a estas comunidades en la red, después de su experiencia virtual se les dé la oportunidad de ver en la realidad a las personas con las que hablan por la red. Conviene recordar que la persona sustituida no es una información de datos manipulados. La substitución de las personas en el ordenador nunca es completa porque en el caso de las personas se trata de seres vivos, mientras que en el caso del ordenador se trata sólo de una máquina y su información.

Posteriormente, sin embargo, la comunidad en la red puede llegar a ser un grupo en el que las personas se encuentren no sólo para relaciones sociales sino también para ver los retos pastorales y los compromisos con la sociedad del Amplio Mundo de la Red y ver asimismo cómo pueden ayudar a sus co-parroquianos en el uso más conveniente de estos medios.

El entender esta tecnología es un componente esencial de una ciudadanía global, es ser esencialmente católico.

3. También se puede proporcionar dirección espiritual y orientación matrimonial en la página del ordenador relativa a la Misión. Conversar en la red con un misionero que aparece en la pantalla, hablar y actuar como en un encuentro cara a cara puede ser un rasgo especial de las misiones por ordenador. Esto puede proporcionar a los enfermos y ancianos un contacto con los misioneros para orar y para recibir ánimo. Asimismo los salones de charlas privadas podrían ser un lugar para hacer que se encuentren los enemigos. Con la ayuda de un misionero que facilite el encuentro, la charla por el ordenador puede ser un primer paso hacia la reconciliación. Una vez más y siempre, a los usuarios del ordenador se les anima a que salgan de las misiones virtuales y participen en las misiones reales para tener así una experiencia comunitaria de lo que es ser Iglesia, pues el ordenador no puede relacionarse con nosotros al nivel en el que nosotros debemos relacionarnos como comunidad eclesial.

4. Más aún, una de las muchas aspiraciones de la Misión Popular en el ordenador podría ser enganchar a los que usan la red como su medio principal de comunicación o modo de vida. Se podría esperar que el apostolado ofreciera una dimensión evangelizadora en ese solitario mundo virtual de muchos usuarios. La aspiración del apostolado por el ordenador sería no sólo relacionarse en el plano virtual y digital, sino, muy especialmente, llegar al encuentro real de personas y comunidades como miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Juan Pablo II en su Mensaje del Domund de 1998 afirmó:

El hombre no está contento consigo mismo. Hoy es opinión ampliamente extendida que el hombre no se contenta con dominar la naturaleza y el cosmos; la ciencia y la tecnología más avanzadas no satisfacen al hombre, porque son incapaces de revelar el sentido último de la realidad: ellas son simplemente instrumentos, pero no fines para la vida del hombre y el caminar de la humanidad.

5. Las noticias, anuncios, avisos y horarios sobre la Misión podrían darse no solamente impresos sino también por correo electrónico. Al conocer las direcciones de los que viven en la parroquia, la Misión por el ordenador puede ser la ocasión para que el párroco conozca las direcciones e-mail de sus parroquianos. Con toda esa información, el despacho parroquial puede empezar a formar una lista e-mail base de datos de todos los parroquianos con el fin de enviar noticias, correo y avisos. Es éste un medio muy eficaz de llegar a los que no van a la iglesia.

Finalmente, una vez que se han realizado estas experiencias de la comunidad en el ordenador, ¿qué acontece a continuación? Esto nos lleva en nuestro estudio a la siguiente fase, la Pos-Misión.

C. La post-Misión

1. Un modo concreto de fomentar la comunicación y la relación entre los miembros de la comunidad es a través del ordenador. Una aspiración de la actividad misionera en las parroquias podría ser que éstas tuvieran su propia página, que serviría como lugar donde las personas se relacionaran y comunicaran usando la nueva tecnología. Podrían compartir sus experiencias enviando su lugar en el e-mail a otros, o sencillamente compartiendo por correo electrónico los efectos que en ellos ha producido la misión por ordenador. Éste es un modo práctico de aportar su contribución como misioneros por ordenador. Es como poner un sello al nuevo medio de evangelización.

2. Es una buena idea reunir todas las direcciones del correo electrónico y lugares-Web de todos los que han participado en la Misión Popular por ordenador con el fin de que el despacho parroquial los tenga registrados. Ello servirá para enviar correspondencia, noticias o anuncios a los miembros de la parroquia. Con el correo electrónico no importa que el parroquiano esté en casa o en el Extranjero. El correo electrónico lo pone al día de todo lo que está pasando en la parroquia, esté donde esté. Se podrían incluir en la página enlaces con otros lugares-Web creados por los parroquianos. De hecho, el lugar-Web de la parroquia tiene que ser un lugar creado no sólo por el párroco, sino una parroquia virtual donde pueda verse toda la información acerca de la parroquia y los parroquianos. Más aún, no sólo se convierte en una fuente de información pasiva, sino en una parroquia virtual activa, en la que mayores, ancianos y niños se encuentran con otras personas compartiendo sus propios intereses y edad.

3. Habrá disponibles en la red formularios que rellenar con comentarios y sugerencias sobre la misión y posteriormente con sugerencias para la mejora y progreso de la parroquia. El uso por la parroquia de formularios electrónicos ayuda asimismo a preparar a los parroquianos en la utilización de los medios de imprenta e hipertexto.

4. Las “pasquineras” en la red para que los parroquianos lean o pongan sus mensajes serán también un buen medio para mantener vivos los frutos de la misión y, después, para seguir la pista de los acontecimientos de la parroquia.

III. Los medios

Informatizando el carisma vicenciano

“¡Oh, Dios mío, qué necesario es tener una gran comunicación unos con otros. Compartir todo. No hay nada más necesario. Esto e lo que une nuestros corazones.

(SV XIII, 641 / X, 773)

Voy a dividir en tres partes los medios para llevar a cabo la Misión Popular por ordenador. Al mismo tiempo es mi intención presentar muy concretamente a los grupos los diversos retos que se van a ver comprometidos en el proceso de re-descubrir el Carisma Vicenciano.

A. Por parte de los misioneros

1. Después de haber enumerado los programas utilizables en este apostolado, pasemos a estudiar ahora los modos y medios para llevar a cabo la Misión Popular en el ordenador. Lo primero y principal que se necesita es preparar misioneros expertos en Internet. Esta idea la podríamos sacar de los desafíos presentados por el Superior General, P. Robert Maloney, C.M., en las recomendaciones a la Asamblea General de 1998 respecto a la formación de formadores . Como mínimo, los formadores debieran conocer el manejo del Internet. Lo óptimo sería que se les animara a tener una buena base en la tecnología del ordenador y en el diseño de Web y un buen conocimiento de la programación por ordenador.

Esto es importante en la mecánica de las Misiones Populares Electrónicas. Si se dedica tanto entrenamiento para las misiones “reales”, por la misma razón, consideradas las necesidades de las misiones electrónicas, los misioneros tienen que estar más preparados para afrontar los retos de este nuevo método. Aún en el caso de que un misionero que tomara parte en la misión por ordenador tuviera ayudantes para los aspectos técnicos, tendría él que estar preparado en esos aspectos para poder dirigir todo ese apostolado. El misionero no debe apoyarse simplemente en los ayudantes, aunque está bien y muy aconsejable que los tenga durante la misión. El desconocimiento del mundo del ordenador puede conducir a toda la misión virtual a una confusión, porque o el misionero estropea los servicios por el ordenador o él es el estropeado si algo sale mal. 2. Asimismo, se necesita la ayuda técnica para escribir en cifra o descifrar datos, así como para la codificación de fianzas en orden a mantener en secreto las transacciones financieras. Un colaborador laico vicenciano podría hacer esto muy bien. De esta manera toda la Familia Vicenciana colaboraría con sus diversos talentos en el ministerio tan querido por San Vicente de Paúl. En un momento de gran espontaneidad durante un consejo de las Hijas de la Caridad, San Vicente exclamó. “Oh, Dios mío, qué necesaria es una gran comunicación de unas con otras. No hay nada más necesario” (SV XIII, 641/X, 773). Y con esta mayor unión los miembros de la Familia Vicenciana pueden servir más eficazmente a los pobres.

3. Para dirigir una Misión Popular Electrónica o por ordenador se necesitan agendas de ordenador con impresoras “modem”portátiles y otros accesorios como cámaras digitales y vídeos. Los ordenadores deberán tener una gran amplitud de disco duro y de memoria. Los “servidores” deberán ser suficientemente amplios para cargar toda esta información.

4. Enchufes de ordenador y software deberán tenerse a disposición, bien por parte del “servidor”, bien por parte de los misioneros mismos por si los parroquianos los necesitan.

B. De parte de los parroquianos

1. A todo el que acceda al lugar-Web de la misión se le dará un nombre como usuario y una contraseña. De esta manera se compilará la información de los inscritos y la identificación completa de los que se unan al apostolado por el ordenador. De todas maneras, se supone que como miembros de la parroquia figuran con sus datos en los registros parroquiales.

C. De parte del párroco y sus vicarios

La preparación del párroco y sus vicarios en todas estas materias y el inicio de un sistema-base de datos parroquiales para su correo electrónico y página-Web será un buen medio para mantener los frutos de la misión por ordenador. Todo esto es un modo sutil de introducir a nuestros clérigos y agentes parroquiales en la nueva tecnología. Estoy firmemente convencido de que si a los clérigos se les habilita para hacer uso de esta nueva tecnología, la Cristiandad quedará asombrada de la gran creatividad e iniciativa que florecerá en la actividad evangelizadora de la Iglesia. El futuro del apostolado pertenece a los que participen en la nueva era de la información en el más amplio sentido.

2. Los misioneros encargados de la tecnología del ordenador se prestarán con la mejor voluntad a ayudar en la creación de un sistema-base de datos, que será un buen punto de partida para hacer seguimiento de los frutos de la misión.

3. Es también aconsejable animar a alguno de la parroquia a prepararse en los medios y métodos de manejar salones de charla o grupos religiosos con el ordenador. Hacer eso es dar poder a los laicos. La persona así preparada puede ser el administrador de un salón de charla y encargarse directamente del mantenimiento y sostén de esos grupos. Ello, sin embargo, reclama suficiente espacio en el servidor de los misioneros.

Ciertamente, hacer todo esto es re-equipar con nuevas herramientas al evangelizador. Con parecidas palabras podíamos decir que:

El evangelizador, como el buen agricultor, tiene que estar en contacto continuo con el terreno cuando ara y cuando siembra. La simiente puede ser de alta calidad, pero ello solo no asegurará una buena cosecha. El desafío más importante con el que se va a encontrar el evangelizador en relación con la proclamación de Cristo es hallar caminos nuevos que aseguren que la buena semilla no se esparce alrededor al azar. La Buena Nueva que hemos recibido en herencia y que estamos invitados a proclamar es eterna y demasiado preciosa para dejarla abandonada a sí misma. El reto más importante del evangelizador del siglo 21, consiguientemente, es proseguir la interminable búsqueda en orden a descubrir nuevas formas de expresión del intemporal mensaje .

Conclusión

Después de intentar presentar para el alborear del milenio la visión del apostolado tan querido para San Vicente de Paúl y su capacidad de ser hermanado con la cultura digital y altamente tecnológica de hoy, al vicenciano no le queda otra opción que ser trascendente y significativo. Hemos visto cuán atemorizador puede ser el camino porque todavía es desconocido, pero, al mismo tiempo, podemos percibir lo importante que es dar el primer paso y vencer este miedo porque, en lo desconocido donde pensábamos que no había nadie, allí estaba presente Dios todo el tiempo.

La Misión Popular “En-línea o en el ordenador” requiere más del doble de trabajo y esfuerzo en la preparación, recogida de datos y procesamiento de la información. Espero que este artículo haya aportado una piedra para seguir andando hacia un camino menos transitado.

Bibliografía

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(Traducción: RAFAEL SÁINZ, C.M.)


Charles Jonscher, The Evolution of Wired Life, From the Alphabet to the Soul-Catcher Chip - How Information Technologies Change our World (New York: John Wiley and Sons, Inc., 1999), p. 246.

Ib., pp. 156-157. Se dice, además, en este libro que hasta Bill Gates, que tan brillantemente apostó por el fenómeno de la tecnología informática de los años 80, no vio que ya estaba llegando. Fue sólo a finales de 1995 cuando la orientación de su empresa giró hacia Internet. Véase también: Margaret Wertheim, The Pearly Gates of Cyberspace: A History of Space from Dante to Internet (New York, W.W. Norton & Company, 1999), pp. 223-226.

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Bill Gates, Business @ the Speed of Thought: Using a Digital Nervous System (New York, Warner Books, 1999), p. 414.

Cf. Documento Final de la Asamblea General de la C.M. de 1998 (Roma: Curia General, 1998).

Redemptoris Missio, nº 62.

URL son las siglas de Uniforme Resource Locator. Se trata de la única dirección de la red Web en Internet. Esa dirección permite al ínter nauta identificar la carpeta y directorio que necesita recuperar para su uso. Prentice Hall, Dictionary of Computing, 3ª edición.

E-Sacerdote/ E-Hermano (Sacerdote Electrónico/Hermano Electrónico) es un término que este artículo desea aplicar a los clérigos que se invierten a sí mismos y a sus apostolados en las nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, descubren caminos y medios para tender un puente entre la tecnología y la religión. “Esta tarea requiere sacerdotes y hermanos profunda y plenamente inmersos en el misterio de Cristo y capaces de dar cuerpo a un nuevo estilo de vida pastoral, respetando las funciones, carismas y ministerios presentes dentro de la comunidad eclesial”. Pastores Dabo Vobis, nº 38.

En la informática el término “realidad virtual” se refiere a un programa de ordenador junto con otros instrumentos y mecanismos que capacitan a una persona para realizar virtualmente tareas que funcionan y tienen los efectos de una situación real, aunque no dentro de una situación real. Prentice Hall, Dictionary of Computing, 3rd Edition.

Charles Jonscher, pp. 250-251.

Para la Iglesia evangelizar significa no sólo trabajar en la conversión personal, sino también, después de la conversión, llevar la Buena Noticia a todos los estratos de la humanidad y, a través de su influencia, transformarla desde dentro y renovarla. Evangelii Nuntiandi, nº 18.

David Shenk, The End of Patience. (Bloomington: Indiana University Press, 1999), p. 144.

Católico significa universal. Cf. Catecismo de la Iglesia Católica (Vaticano: Librería Editrice Vaticana, 1994), nn. 830-835.

Domund de 1998:

http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/messages/missions/documents/hf_jp-ii_mes_31051998_world-day-for-missions-1998_sp.html

Un sitio Web en el Amplio Mundo Web es el nombre que se usa para describir una o varias páginas-Web unidas entre sí para formar un solo paquete o lugar.

Evangelii Nuntiandi, nº 28.

Nicholas Negroponte, Being Digital (New York: Vintage Books, 1999), pp. 193-195.

P. Robert Maloney, C.M., “El reto de la formación. La formación de los formadores”, en Vincentiana, año 44, nº 2, marzo-abril 2000, pp. 107-114.

Primer compromiso de la Asamblea General de la Congregación de la Misión en relación con los colaboradores vicencianos. Cf. Documento Final de la Asamblea General de la Congregación de la Misión, Roma: Curia General 1998. Cf. también:

http://www.famvin.org/GeneralAssembly/finaldoc/final_document-spa.htm

P. Robert Maloney, C.M., “A los miembros de la Familia Vicenciana de todo el Mundo” en Vincentiana, Año 44, nº 2, marzo-abril 2000, p. 97.

Confer Tim Berners-Lee, Weaving the Web: The Original Design and Ultimate Destiny of the World Wide Web by Its Inventor (New York: Harper Collins Books, 1999), pp. 143-145.

Charles Jonscher, op. cit. p. 266.

El mantenimiento podría hacerse muy bien por cualquier miembro de la Familia Vicenciana. De este modo, cualquiera de la Familia de San Vicente y Santa Luisa participa activamente no sólo en la Misión propiamente tal sino también en el seguimiento de la Misiones Populares Electrónicas (EP-Missions).

George Plathottam, SDB, Chrisrtian Mission In the Third Millenium and the Information Superhighway: Challenges for Evangelization, in p. 5: http://www.sedos.org/english/Plathottam.html

Cf. Cristina Beredisckevsky, “Teaching in Cyberspace”, en Footnotes: A Publication of the American Association of University Professors, Fall 1999.

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