Preparación de la Misión. La Pre-Misión

La premisión: "formación de agentes"

Por Joaquín González C. M.

Introducción

San Vicente descubrió la verdadera religión entre los pobres:

"Es entre ellos, entre esa pobre gente, donde se conserva la verdadera religión, la fe viva; creer sencillamente" (XI, 200-201/ XI, 120).

Siguiendo su Espíritu nos esforzamos en leer el Evangelio entre la gente sencilla y queremos "evangelizar" con los pobres.

Los esfuerzos hechos para preparar Agentes-Animadores no pueden olvidar que esta es la perspectiva en la que nos situamos.

Está claro que la Misión Popular, desde los primeros pasos de su preparación, es decir, desde la premisión, debe integrar al seglar en su proyecto evangelizador. De hecho, el esquema actual de misiones no se puede desarrollar sin su participación activa. Todavía necesita concedérsele más protagonismo. No sabe mucha teología, pero su condición de seglar le abre las puertas al mundo joven y también del adulto, con más facilidad que al respetado misionero.

Por otra parte, la Misión Vicenciana busca que los evangelizados sean, a su vez, evangelizadores; para lo cual es necesario:

* Contar con los agentes existentes.

* Suscitar otro nuevos.

* Emplear, ya desde la preparación, las emergías y el tiempo necesarios para su formación y maduración humano/cristiana.

El convocar y preparar al grupo de seglares que va a colaborar en todo el proceso misionero, es una exigencia fundamental de la misión. De la selección y preparación de los agentes de la misión (visitadores, dueños de hogares, animadores de grupos,...) dependerá el éxito de la misión. Ciertamente no es fácil contar con un grupo de personas con la calidad humana y espiritual requerida, pero habrá que hacer un esfuerzo para que los seglares estén a la altura de las circunstancias.

1. "Retrato-robot" del agente de misión.

Podemos hablar de una serie de cualidades del Agente de pastoral ante esta nueva etapa de evangelización en la que se encuentra la Iglesia. El Agente de la Misión Popular también debería, en mayor o menor grado, participar de ellas. Estas son algunas de esas cualidades:

1. Persona unida a Cristo: coherencia entre reflexión, acción y plegaria.

2. Profundamente eclesial: ama a la Iglesia y a su parroquia.

3. Encarnada: que conozca y haga suyos los problemas de la gente.

4. Abierta: que sepa escuchar, dialogante, que se deje evangelizar.

5. Servicial: vive en actitud de servicio y se interesa por todos.

6. Instrumento de reconciliación: crea unidad y comunión.

7. Servidor y guía: no es el centro de la Comunidad cristiana.

8. Anima e impulsa: educador del grupo.

2. Criterios a tener en cuenta en la formación de agentes.

El seglar debe ser parte activa e integrante de la Misión. Y no basta con ser una persona de buena voluntad, que sirve para todo.

Lo ideal es que la Premisión y la Misión se realice con laicos preparados de la misma parroquia que se misiona para que puedan seguir la postmisión.

Para que los seglares puedan colaborar en todo el proceso de misión, es necesario ofrecerles cauces de formación.

El seglar debe conocer bien cuáles son los objetivos de una Misión Popular, como se van a programar sus diferentes etapas de premisión, misión y postmisión.

La preparación de los Agentes de misión es delicada, por lo tanto es conveniente que la realice el Equipo Misionero. El apoyo y colaboración del párroco, en todo momento es imprescindible.

Al terminar la Misión Popular, seria bueno constituir un Equipo responsable para que responda de su continuidad.

Partiendo de estos criterios, es lógico que nos preguntemos: ¿Cómo estamos preparando a los visitadores, dueños de hogares y animadores de grupos? ¿Qué dinámica seguir para una adecuada formación de los mismos?

3. Dimensiones fundamentales en la formación de agentes.

Las dimensiones que se deben tener en cuenta a la hora de la formación de los Agentes de Misión, deben ser las mismas que para la formación de catequistas; ahora bien, adaptadas a esta situación concreta y siempre contando con el elemento humano y con el espacio tiempo. Y "la formación catequética se centra, fundamentalmente, en desarrollar la aptitud y la capacidad de comunicar el mensaje evangélico" (DCG,111 )

La formación de catequistas trata de:

* Situar al catequista en la misión evangelizadora de la Iglesia, y de capacitarle para poder iniciar en la totalidad de la vida cristiana al hombre de hoy.

* Con la pedagogía original del Evangelio.

* Todo ello dentro de un clima comunitario y de diálogo.

* Que le lleve a madurar como hombre, creyente y educacador de la fe.

Concretando todo esto, en la preparación de los agentes de Misión, se trataría de:

1. Lograr una formación básica de los Agentes de la Misión en los temas fundamentales de la Misión Parroquial: Difícilmente podrá evangelizar para transformar la parroquia en una comunidad Misionera quien no ha descubierto la naturaleza y el alcance de esa nueva perspectiva misionera.

2. Ofrecer a los Agentes de la Misión un conjunto de criterios de pedagogía pastoral, de una manera especial sobre la comunicación y el encuentro personal, ya que estas han de ser las técnicas de una pastoral misionera.

3. Ayudar a quienes van a ser portadores del mensaje cristiano a descubrir el verdadero sentido bíblico y pastoral que tiene el Kerigma como contenido del anuncio.

4. Iniciar en la dinámica y animación de grupos a quienes van a dirigir las comunidades resultantes de la Misión.

5. Dotar al grupo de Agentes de Misión de una fuerte cohesión para que todo su trabajo sea realmente una actividad de la parroquia y no una acción individual o de un grupito.

4. Pasos a dar en su preparación

A los Agentes de Misión no se les puede encomendar una tarea sin ayudarles a enmarcar y a dar sentido a lo que van a hacer.

Durante el tiempo de premisión se pretende, por tanto,:

- proporcionar una elemental orientación para ejercer adecuadamente su cometido.

- despertar o consolidar la vocación evangelizadora y misionera.

- suscitar el deseo de una formación cristiana más profunda.

Si uno de los objetivos prioritarios de la Misión consiste en detectar y suscitar "agentes", convendrá dedicar a esta área un especial cuidado. Para ello:

1. Comenzamos hablando de ello con el párroco y los seglares que acuden a la preparación. Hacemos que se dediquen a esta tarea desde el principio de la preparación. Luego, también nosotros juntamente con ellos, en el Tiempo fuerte de la Misión, nos dedicaremos personalmente al trabajo de buscar agentes.

2. Una vez reunido un grupito, les ayudamos a superar los miedos que "dicen tener" a realizar un servicio desconocido por ellos y, a veces, cuestionado en el ambiente.

3. Procuramos que tomen de la realidad, de los objetivos de la Misión, de contenidos básicos de fe, de técnicas de animación de grupos...

4. Han de tomar conciencia de su papel de "animadores" y de "evangelizadores", para lo cual les ayudamos a desarrollar un talante de apertura, de acogida, de comprensión, de sencillez, de fe encarnada... Procuramos hacerles conscientes de los retos que tiene hoy la evangelización en su necesidad de conjugar la fidelidad a Dios y a los hombres de hoy.

5. No olvidamos lo que pide el Papa a una nueva evangelización que sea nueva de verdad, y no mera acomodación o restauración. Para que la evangelización sea nueva, como dice Juan Pablo II, debe ser nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión, pero también, en la respuesta al hombre y en la fidelidad renovada de los contenidos.

6. Como misioneros que tienen el carisma del servicio a los pobres, hemos de poner en nuestro punto de mira la fidelidad que nos piden nuestro Proyecto de Misiones: "Ayudan en su formación a clérigos y laicos y los llevan a una participación en la evangelización de los pobres" (Cons. 1,3º).

Este objetivo signo por otra parte de autenticidad para toda la iglesia- que no acaba de tener lugar en nuestras misiones ha de ser el objetivo primero.

5. Distintas posibilidades en la formación de agentes.

Esta formación inicial puede realizarse de diversas formas:

5.1 Jornada mensual de formación y reflexión en la propia parroquia. El responsable es el Equipo Misionero. Continuaría un trabajo personal mediante unas posibles fichas que se trabajarían en otra sesión.

5.2 Un cursillo intensivo: durante una o dos semanas.

5.3 Unas convivencias de fin de semana de formación y sensibilización misionera. En las tres modalidades el responsable de la formación será el propio Equipo de misioneros.

5.4 Curso más completo de Formación. Además, si lo vemos posible, podemos ofrecer un curso de formación para la evangelización, cuyo temario comprende los núcleos fundamentales de nuestra fe cristiana:

-Introducción a la Biblia;

-Jesús de Nazaret, el Señor;

-Creer en Dios en tiempos de increencia;

-La Iglesia, comunidad de los discípulos de Jesús;

-La Iglesia, comunidad que celebra su fe;

-La Espiritualidad Cristiana.

La metodología del curso de formación consta de los siguientes pasos:

1º Presentación del tema: Si es posible la realiza algún miembro del el equipo misionero. Pero si hubiera dificultades, la pueden realizar los propios sacerdotes de la parroquia.

2° Estudio personal del tema. Cada persona que participa en los cursos estudia, reflexiona, ora, la parte del tema correspondiente a cada semana. Debe cuidarse especialmente la lectura y el contacto con la Palabra de Dios.

3° Reunión semanal de grupo. En ella se comparte lo estudiado, reflexionado y orado personalmente. Su duración es de una hora. Se reúnen en el lugar elegido por el grupo (casa particular, salón parroquial...). El horario de reunión lo fija el grupo. Lo componen entre 5 y 10. Personas que son moderadas por un coordinador, que puede ser un seglar o un sacerdote de la parroquia.

4° Celebración del tema estudiado-reflexionado: Es conveniente que los nuevos conocimientos desemboquen en una celebración. Si coincide que cuando llega este momento pasa por la parroquia algún misionero para llevar a cabo alguna tarea de preparación, será bueno que sea el misionero el que anime esta celebración. Pero si no se da esta coincidencia, puede encargarse de dicha celebración el párroco o uno de los sacerdotes de la parroquia.

¿Quienes son los invitados a realizar este curso? No se trata de sobrecargar con una cosa más a los que ya están comprometidos en procesos formativos parecidos (catecumenados, movimientos con planes de formación bien planteados...) Estas personas no tendrían que meterse en este curso.

Está pensado para personas que quieran revitalizar y fortalecer su fe y su compromiso evangelizador, tanto cercanos como alejados.

Cualquiera de las posibilidades anteriores puede ser válida para preparar Agentes misioneros. Pero hay otra posibilidad: Promover la integración en las escuelas diocesanas de formación de agentes de pastoral de las personas que puedan ser claves para puesta en marcha o la potenciación en la Misión-Postmisión de las diferentes acciones pastorales de la parroquia (Cáritas, pastoral de enfermos, animación litúrgica, catequesis...) En ella recibirán formación básica y especifica para su tarea dentro de la parroquia.

Papel de los sacerdotes:

• Mensualmente se reúnen con el grupo de coordinadores de grupos. En esta reunión: evalúan las reuniones pasadas, preparan las reuniones siguientes y les animan a realizar su misión con competencia.

• Se hacen presentes en todas las reuniones de grupo. Para ello deben disponer del horario y lugar de reunión de todos los grupos. En su visita resuelven las dudas que los grupos hayan podido encontrar, ayudan a la profundización del tema y animan a seguir en la formación a todos los componentes del grupo.

• En caso de que el coordinador no realizara bien sus funciones, la presencia del sacerdote debe ser más prolongada supliendo sus deficiencias. (En algunos casos la coordinación de los grupos debió asumirla un sacerdote para que el grupo lograra la formación deseada)

• Como medio de “corresponsabilidad” pueden poner en marcha una COMISIÓN CENTRAL. Esta comisión, presidida por el párroco e integrada por seglares, coordina el proceso misionero en la parroquia. Dentro de ella pueden funcionar subcomisiones (secretaría, comunicación, economía, formación...)