Carta sobre la jornada anual de oración de la Familia Vicenciana (1 de mayo de 1998)

Roma, 1 de Mayo de 1998

Fiesta de San José Obrero

Queridos hermanos y hermanas, miembros de la Familia Vicenciana

La gracia y la paz de Dios, Nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sea con todos vosotros.

Los últimos años, sobre el 27 de Septiembre, los miembros de nuestra Familia Vicenciana hemos celebrado un día de oración en común. En Enero de este año cuando los representantes de varias ramas de nuestra familia nos reunimos en París, evaluamos este acontecimiento. Los comentarios entusiastas de los participantes de todo el mundo confirman que ha sido muy positivo. Las diversas ramas de nuestra familia pidieron con unanimidad que este día de oración común continuara.

En el transcurso del año, como ya indiqué en una carta anterior, algunas de nuestras ramas tendrán sus Asambleas Generales. Esto hace aún más importante que oremos unidos a fin de que el Espíritu del Señor descienda sobre nosotros, nos ilumine y fortalezca a fin de que encontremos cada vez más medios eficaces de servir a los pobres.

Hoy les escribo para ofrecerles algunos detalles sobre la organización este año del día anual de oración. A fin de que esté bien preparado, les ruego sigan los pasos siguientes:

  1. Los representantes de la Congregación de la Misión, las Hijas de la Caridad, AIC y la Sociedad de San Vicente de Paúl de cada ciudad o lugar deben reunirse tan pronto como sea posible a fin de comenzar a programar la celebración. Por favor, al recibir esta carta, tan pronto como les sea posible, pónganse en contacto por teléfono u otro medio apropiado. Para facilitar este asunto, pedimos al superior local de la Congregación que inicie este contacto. Si no hubiera Paúles en el área, ruego a la superiora de las Hijas de la Caridad que sea ella quien lo inicie.

  1. Por favor, invite a las otras ramas de la Familia Vicenciana de su lugar a unirse a esta celebración (por ej. a los Grupos de Juventudes Marianas Vicencianas, los miembros de la Asociación de la Medalla Milagrosa, a otros grupos laicos, hermanas, hermanos, o sacerdotes que vivan el espíritu Vicenciano, etc.) Es muy importante que los jóvenes se encuentren a gusto en nuestras celebraciones.

  1. Les animo a facilitar la participación de los pobres, que nos evangelizan con su presencia.

  1. La oración podría ser, según las circunstancias de cada lugar, una celebración común de la Eucaristía o cualquier otro servicio común. Si no es posible una Misa, se puede considerar la celebración de la palabra, con lecturas, cantos, oraciones, intercambios, etc. En otros contextos, se podría contemplar la celebración de una “Hora Santa”, con las liturgias normales (procesiones, exposición del Santísimo, lecturas, etc.).

  1. Según las circunstancias, se podría también organizar una sesión de formación permanente y/o tener un encuentro fraternal.

  1. La celebración debe ser organizada en o alrededor del 27 de Septiembre, de acuerdo con la fecha que sea más conveniente para la participación de los diversos miembros de nuestra familia. Es muy importante que la celebración sea verdaderamente comunitaria, con la participación activa de los miembros de las diversas ramas. Una distribución acertada de funciones garantizará que todos los grupos tomen parte.

  1. Se deben usar las lecturas sugeridas para la Misa de San Vicente y, si Vds. lo juzgan oportuno, otras lecturas apropiadas elegidas de sus escritos. En gran parte dependerá del tipo de celebración que se organice en cada lugar. La oración de los fieles debe ser preparada con intenciones aportadas por los miembros de las diversas ramas de la Familia Vicenciana.

San Vicente dijo en una ocasión que la oración era una “fuente de juventud” por la que encontramos nueva vitalidad (SV IX, 210). En este año dedicado al Espíritu Santo les apremio a beber profundamente de esta fuente a fin de que el Espíritu nos refresque y renueve en nuestro servicio común a los pobres a fin de que el fuego del amor de Dios nos impulse a encontrar cada vez más formas efectivas y concretas de servirles.

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Robert P. Maloney, C.M.Sr. Juana Elizondo, D.C.

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César Nunes Viana, SSVPPatricia Palacios de Nava, AIC