Carta sobre la jornada anual de oración de la Familia Vicenciana (29 de junio de 1997)

Roma, 29 de Junio de 1997

Fiesta de San Pedro y San Pablo

Queridos hermanos y hermanas, miembros de la Familia Vicenciana:

La gracia y paz del Señor, Nuestro Padre, y el Señor Jesucristo sea con vosotros.

El año pasado, el 27 de Septiembre, los miembros de nuestra familia Vicenciana celebramos día de oración en común. Los comentarios entusiastas de los participantes de todo el mundo atestiguan que fue una experiencia muy positiva. Las diversas ramas de nuestra Familia pidieron unánimemente que este día de oración común sea un acontecimiento anual.

Como Vds. saben, San Vicente estaba profundamente convencido de que nuestras obras de caridad práctica debían proceder del amor de Dios. Por esta razón exhortó a todos los miembros de los grupos que él fundó a apoyarse unos a otros en la oración, a fin de que su experiencia del amor de Dios fuera la fuente de su amor a los pobres.

Hoy nos ponemos en comunicación con Vds. a fin de ofrecerles algunos detalles sobre la organización de este día de oración anual. Con el fin de que esté bien preparado, les rogamos sigan los pasos siguientes:

1. Los responsables de la Congregación de la Misión, de las Hijas de la Caridad, de AIC y de la Sociedad de San Vicente de Paúl en cada ciudad, o área, deberán reunirse tan pronto como sea posible a fin de comenzar a programar la celebración de la oración. Por favor, cuando reciban esta carta, pónganse en contacto por teléfono, o por otros medios apropiados, tan pronto como les sea posible. Para mayor facilidad, pedimos al Superior de la Congregación de la Misión de cada zona que inicie los contactos. Si en algún lugar no estuviera la Congregación de la Misión, pedimos a la Superiora de las Hijas de la Caridad que sea ella quien los inicie.

2. Por favor invite a las otras ramas de la Familia Vicenciana de su zona a unirse a esta celebración (ej. Los grupos de Juventud Mariana Vicenciana, los miembros de la Asociación de la Medalla Milagrosa, etc.). Tiene una importancia especial que los jóvenes se sientan a gusto en nuestras celebraciones.

3. Les exhorto a asegurar la participación de los pobres, que nos evangelizan con su presencia.

4. Esta oración puede ser la celebración de la Eucaristía u otro servicio común, de acuerdo con las circunstancias de cada zona. Si la Misa no fuera posible, se podría celebrar una Paraliturgia, con lecturas, himnos, oraciones, intercambio de la oración, etc. En otros contextos, se podría pensar en una “Hora Santa”, con las acciones litúrgicas usuales (procesiones, exposición del Santísimo, lecturas, etc.).

5. La celebración deberá organizarse alrededor del 27 de Septiembre, de acuerdo con la fecha mejor para la participación de los diversos miembros de nuestra familia. Es importante que la celebración sea verdaderamente común, con la participación activa de los miembros de las diferentes ramas. Una buena distribución de funciones garantizará que todos los grupos tomen parte.

6. Deberán usarse las lecturas sugeridas para la Misa de San Vicente además, si se juzga útil, de otras seleccionadas de sus escritos. Dependerá de la clase de celebración que se organice en cada zona. Deberá prepararse una oración de los fieles con intenciones aportadas por las diversas ramas de la Familia Vicenciana.

7. El año pasado muchos grupos aprovecharon la ocasión para recordar a Juan Gabriel Perborye, que había sido canonizado unos meses antes. Este año quizás deseen Vds. dedicar una atención especial a Federico Ozanám, cuya beatificación celebraremos en París el 22 de Agosto.

San Vicente nos ha legado una maravillosa herencia. Con él, el 27 de Septiembre, pedimos que el Señor continúe encendiendo en nuestros corazones la llama de la caridad de Cristo a fin de que llegue a los pobres, a través nuestro, cada vez en formas más concretas.

Robert P. Maloney. C.M.Sor Juana Elizondo, H.C.

César Nunes VianaPatricia Palacios de Nava