Mes Vicenciano 2002: Presentación

Presentación

Por iniciativa e invitación del Superior General de la CM y de las Hijas de la Caridad, P. Robert Maloney, se hizo la invitación a todas las provincias de las dos Comunidades para participar en el primer Mes Vicenciano para asesores y asesoras de los grupos laicos de la FV, que tuvo lugar en París del 7 al 26 de julio de 2002. La respuesta fue muy positiva. Participaron 64 Hijas de la Caridad, 44 misioneros de la CM, dos religiosas de otras congregaciones y una laica. Así mismo, contamos con la presencia de los responsables de algunas de las ramas de la FV que nos acompañaron, especialmente durante la segunda semana de este Encuentro.

Los miembros de la comisión organizadora (Roberto Lovera, C.M., por el SIEV; Sor Margaret Barrett, H.C.; Marina Costa, AIC; y Benjamín Romo, C.M.) iniciamos la preparación de este Encuentro con la selección de temas que pudieran ayudar a los participantes a reflexionar sobre el rol y tareas del asesor en el hoy y aquí de nuestra Iglesia. Se fijaron los objetivos del encuentro: profundizar en la doctrina de los fundadores, conocer el ser y el quehacer de las ramas de la FV y descubrir mejor nuestro rol como asesores. La temática la dividimos en tres bloques: 1. Fieles al Evangelio, a la Iglesia y a San Vicente; 2. Ser y quehacer de la FV; 3. Rol del Asesor de los grupos de la FV.

La profundización de estos tres temas se realizó a través de conferencias, trabajos en grupos, puestas en común, experiencias compartidas y síntesis semanal. El lugar del encuentro (Casa Madre de las Hijas de la Caridad) y la visita a los lugares vicentinos del mismo París, contribuyeron para que los participantes profundizaran sobre la fidelidad al evangelio, a la Iglesia y, desde luego, a nuestros fundadores, en cuanto que ellos fueron también animadores de las Cofradías de la Caridad y de las dos Comunidades nacientes.

Los responsables internacionales de la AIC, la SSVP, la JMV, la AMM y MISEVI participaron en este Mes Vicenciano dando ponencias, respondiendo a preguntas y estando presentes en los mismos trabajos de los grupos que se organizaron por asociaciones, con lo cual nos ayudaron a conocer más el ser y quehacer de las asociaciones vicentinas. Su presencia contribuyó a un mejor conocimiento de estas asociaciones en su momento actual, sus planes y proyectos de formación. El diálogo con ellos ayudó a clarificar nuestra labor de asesores al escucharles sobre aquello que esperan de nosotros. Uno de los puntos fuertes del trabajo en común fue reforzar el conocimiento y la colaboración entre los asesores y los laicos al interno de la FV de forma que, juntos, podamos dar respuestas más eficaces a las pobrezas hoy. Hay mucho camino recorrido, pero aún falta mucho por recorrer.

En la tercera semana centramos la atención en lo específico nuestro: el rol y las tareas del asesor vicentino. Los temas reflexionados nos llevaron a focalizar nuestra atención en nuestro trabajo de asesores con respecto a la formación, la vida espiritual y el apostolado de los laicos vicentinos. Los grupos de trabajo por asociaciones ofrecieron la oportunidad de asumir compromisos concretos.

Gracias al trabajo de una comisión integrada por algunos participantes del Encuentro, pudimos tener, a la conclusión de las tres semanas, una Síntesis final. Con mucho orden y precisión nos presentaron de una manera esquemática dicho contenido: realidades, convicciones, compromisos y sugerencias. Indudablemente, este material nos ofrece una idea de toda la riqueza de contenido que se dio, tanto en las ponencias en la sala como en los grupos de trabajo.

La oración en común al comenzar el día y las cuatro Eucaristías celebradas con todos los participantes fueron momentos fuertes que ayudaron a vivir el trabajo desde un clima de Dios y de apertura al Espíritu. La buena disposición de todos creó un ambiente positivo de alegría, en medio del fuerte trabajo. En la evaluación final los participantes calificaron de muy positiva la experiencia del Mes Vicenciano.

Agradecemos a tantos hermanos y hermanas nuestros que, con grande amor y dedicación ofrecieron lo mejor de sí mismos, poniendo su “granito de arena” para que este encuentro fuera de calidad. Agradecemos particularmente al Centro de Traducción de las Hijas de la Caridad de la Casa Madre por el enorme trabajo realizado antes, durante y después del Encuentro. También nuestro agradecimiento al Consejo de Redacción de la revista Vicentiana, ya que gracias a él, podemos hoy ofrecer a todos ustedes este material que hoy ponemos en sus manos. Lo ofrecemos a ustedes que han participado y lo ofrecemos también a todos aquellos que por diversas circunstancias no pudieron estar presentes, pero que con amor y perseverancia realizan esta misión de apoyo a los grupos laicos. Lo ofrecemos en fin, a todos aquellos que están convencidos que no me basta con amar a Dios si mi prójimo no le ama (SV XII, 262 / ES XI, 553).

La Comisión organizadora del Mes Vicenciano

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