En 1976 un misionero dio inicio a un trabajo pastoral novedoso, la atención a los camioneros y viajeros en las carreteras de Brasil, llamada la Pastoral Rodoviaria o de las carreteras. El padre padre Eliezer Okonoski, CM nos recuerda sus inicios y el estado actual de un trabajo muy auténtico de proclamación del evangelio en las periferias.

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La Pastoral Rodoviaria, como es conocida en Brasil, es un organismo de la Iglesia Católica, promovido por la Provincia del Sur, de Curitiba-Paraná (PR) de la Congregación de la Misión. La misión es realizada en las autopistas y carreteras del Brasil desde 1976. Este estilo de pastoral como se realiza en Brasil, es único en el mundo. Es reconocida por la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil) como una de las pastorales que hace parte del Sector de Movilidad Humana. Desde Curitiba-PR, tres misioneros viajan por todo Brasil celebrando la eucaristía con los camioneros en las Gasolineras.

A cargo de la Pastoral de la Carretera se encuentran los padres Miguel Staron, de Contenda-PR, sacerdote desde 1980 y en esta pastoral desde 1993; el padre Germano Nalepa, de Campo Magro-PR, sacerdote desde 1979 y en la pastoral desde 1996 y el padre Arno Longo, de Campinas del Sul – Rio Grande do Sul (RS), sacerdote desde 1982 y en la Pastoral de la Carretera desde 2012.

Los padres de la Pastoral de la Carretera viajan por las autopistas de 24 de los 26 estados brasileños. Su objetivo es hacer presencia como Iglesia, visitando las gasolineras, los establecimientos y otros ambientes los que frecuentan los conductores y viajeros. Anualmente celebran la Eucaristía en unas 900 gasolineras. El equipo dispone de tres camiones furgonetas (las capillas están montadas dentro de las furgonetas), con los cuales hacen los recorridos. Abriendo la puerta trasera de la furgoneta, se encuentra el altar, los bafles de sonido, el micrófono, los volantes de la celebración, las hojas de cantos y los demás accesorios preparados para todos los fines religiosos. Los servicios prestados como misas y otros servicios pastorales, son gratis.

Los propietarios o administradores de los establecimientos de la carretera son los encargados de promover e invitar a las misas programadas. Cada gasolinera es visitada una vez al año y, con ocasión de esa visita, que dura toda la jornada diaria, se celebra la eucaristía. Al día siguiente, visitan otra gasolinera, recorriendo de diez o hasta 400 kilómetros por trayecto.

El iniciador y uno de los agentes de este proyecto fue el padre Marian Litewka, CM nacido el 07 de agosto de 1937 en Cracovia – Polonia. Ordenado sacerdote el 18 de octubre de 1961, fue enviado a Brasil como misionero en 1962. Viendo la magnitud de Brasil y el gran número de camiones que circulaban por las carreteras, percibió también allí un universo del cual la Iglesia no podría quedar distante. Inició la pastoral con las personas de la carretera en 1976, naciendo así la Pastoral Rodoviaria o de la Carretera. Poco a poco el trabajo se fue ampliando y se fortaleció, las visitas a las gasolineras se fueron extendiendo por estados y regiones más distantes y otros padres se sumaron a este gran trabajo: el padre José Carlos Chacorowski, CM hoy obispo diocesano de Caraguatatuba – Sao Paulo (SP), fue misionero camionero por ocho años, y después de él, pasaron a hacer parte del equipo los padres que viajan actualmente, Miguel, Germano y Arno. El padre Marian, se jubiló de las carreteras en 2003.

Los padres en las eucaristías difunden la devoción a Nuestra Señora del Camino, cuya imagen fue regalada al Pe. Marian al inicio del suyo trabajo por el Papa Juan Pablo II, por ocasión de una visita del sacerdote vicentino al Papa, de lo cual ha sido acólito en Cracóvia. Al final de las celebraciones distribuyen rosarios, adhesivos, carteles y sellos con la imagen de la Virgen. El cuadro original de Nuestra Señora del Camino se encuentra en la iglesia “Del Gesú” en Roma y fue pintado por un artista desconocido, talvez hace unos 800 años. Alguien colocó ese cuadro en una capillita al borde de la carretera, en un camino que salía de Roma hacía el interior del país. Los viajantes acostumbraban a parar frente a la capillita al borde de la carretera y pedían a Dios su protección por intercesión de la Virgen María. Con el pasar del tiempo, la gente comenzó a llamarla, Nuestra Señora del Camino.

Eliezer Okonoski, CM

Provincia de Curitiba