Lanzamiento de un proyecto innovador, resultado de la sinergia entre los Grupos de Voluntarios Vicencianos, la Congregación de la Misión, la Sociedad Cooperativa Tre Fontane, la Asociación sin ánimo de lucro Linaria y algunos individuos particulares.

Como resultado de los 400 años del carisma vicenciano —celebrados recientemente con el jubileo que reunió en Roma en el Simposio Internacional a representantes de la numerosa Familia Vicenciana— la realización del proyecto “Cultivamos la integración: flores y frutas en la tierra del asilo” ha sido posible gracias a la sinergia entre la Familia Vicenciana, la Sociedad Cooperativa Social “Tre Fontane”, la asociación sin ánimo de lucro Linaria y la señora Margherita Grasselli. El lema del Jubileo: “Fui forastero y me acogisteis…” (Mt 25, 35) tiene en esta iniciativa un ejemplo concreto de lo que significa verdaderamente dar la bienvenida. El proyecto consiste en la mejora y desarrollo de aproximadamente dos hectáreas de tierra sin cultivar, propiedad de la Congregación de la Misión en Roma, en la Via dei Capasso 30, en las que se cultivan variedades botánicas especiales, que pueden responder a un mercado hasta el momento poco conocido, pero seguramente en expansión. Permitirá proceder a calificar las habilidades profesionales de un grupo de solicitantes de asilo y titulares de protección internacional y humanitaria, que residen regularmente en Roma, con el fin de su inserción social y laboral en la ciudad. Una iniciativa que es, al mismo tiempo, un experimento por su evidente impacto social, económico y ambiental, con el potencial de convertirse en un proyecto piloto replicable en otras realidades urbanas nacionales.

Autora: Elena Grazini.

Fotografías gentileza de: Michela Pasquali.

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