Este año se espera el 30o aniversario de la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño (CNUDH), que es el tratado de derechos humanos más ratificado en la historia de este mundo. Miramos hacia atrás hacia una mejora significativa en todo el mundo, aumentando las regulaciones y el apoyo de los Estados para garantizar que los niños en cualquier circunstancia tengan las mejores oportunidades posibles para crecer y alcanzar su máximo potencial. Especialmente el estudio mundial realizado por el Señor Nowak que fue presentado al Tercer Comité en la Sede de las Naciones Unidas el 8 de octubre de 2019, proporciona información valiosa de que incluso las medidas recientemente establecidas ya muestran que las regulaciones de los estados han mejorado varios aspectos de algunos de los grupos de niños más vulnerables de todo el mundo. El número de niños mantenidos en instituciones estatales ha disminuido en 2,6 millones (más del 32 %) desde 2006, mientras que hay más del 50 % menos de encarcelados. El señor Nowak explica esos cambios significativos refiriéndose a varias regulaciones implementadas más eficazmente por varios estados que se adhieren a los tratados de derechos humanos.

Como indica el tema de este año del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza, es vital ver a los niños no como objetos que necesitan ser tratados, sino como parte de una comunidad, además de las familias que son los principales partidarios de garantizar un niño protegido y saludable Desarrollo. Cuando hablamos de poner fin a la pobreza, tenemos que desglosar este problema a las comunidades más pequeñas para luchar y resolver las causas profundas. Los niños son a menudo olvidados en la lucha contra la pobreza, pero como han declarado varias veces varios expertos en la Reunión del Tercer Comité de las Naciones Unidas el 8 de octubre de 2019, tienen que ser puestos a la vanguardia de esta lucha. Las consecuencias de que los niños crezcan en un entorno roto e inestable son perjudiciales para toda la sociedad. Los costos económicos por sí solos , 7 billones de dólares al año según el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños, están más allá de la imaginación. ¿Cuánto peores son las consecuencias negativas en el desarrollo, el corazón y la salud de un niño.

De hecho, ha habido progresos significativos, pero queda mucho por hacer. La cuestión de la pobreza, así como proporcionar circunstancias estables y seguras para que los niños crezcan sigue siendo apremiante. Como informó el 8 de octubre de 2019 al Director Ejecutivo Adjunto de UNICEF al Tercer Comité de la Sede de las Naciones Unidas, 15.000 niños mueren cada día por causas tratables. Además, la pobreza es el principal motor del trabajo infantil, mientras que cada año mil millones de niños, la mitad de los niños del mundo, sufren violencia. Esas estadísticas son una realidad horrible para los niños de todo el mundo. Como muestra el tema de este año del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, actuando juntos para empoderar a los niños, sus familias y comunidades para poner fin a la pobreza, se requiere un esfuerzo conjunto para poner fin a la pobreza, especialmente en el nivel más pequeño de la sociedad. Como vicentales, nuestro compromiso de servir a los pobres no excluye a los niños, sino que debe centrarse principalmente en ellos. ¡Son el futuro de este mundo! Para crear un cambio duradero y sistémico, promover la paz y la dignidad – como afirman nuestras creencias vicentinas básicas – necesitamos comenzar con aquellos que sufren de un sistema y circunstancias que ni crearon ni eligieron vivir.

En el objetivo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de no dejar a nadie atrás, como vicentinos debemos tomar un papel destacado en el servicio a los pobres y más vulnerables del mundo, aquellos que son el futuro de este mismo planeta. El cambio duradero comienza apoyando e influyendo en las comunidades más pequeñas que es la familia. El cuidado parental es un elemento clave para prevenir la exclusión temprana, el abandono y la discriminación de los niños. Como dijo repetidamente el Director Ejecutivo Adjunto de UNICEF, las circunstancias estables y protegidas son vitales para que los niños crezcan y alcancen su máximo potencial. Acabar con la pobreza requiere un cambio sistémico del comportamiento de nuestra sociedad que proteja a los grupos más vulnerables de esta tierra para desarrollarse y crecer de manera saludable. En el ejemplo de San Vicente de Paul, nosotros, como vicenios, debemos servir a los pobres con un esfuerzo implacable. Los pobres en el contexto de los recursos económicos, pero también los que son pobres en espíritu. Aquellos que no tuvieron más remedio que crecer en un sistema roto e injusto que les impide alcanzar su máximo potencial y apoyar un cambio duradero y sistémico. Servir a los pobres comienza sirviendo a los más vulnerables para mantener esta distribución injusta en este mundo, no porque elijan eso deliberadamente, además, ya que no tienen una opción diferente. Es nuestra responsabilidad servirles ante todo para crear un cambio duradero.

Por último, dado que este es el 30aniversario de uno de los tratados de derechos humanos más influyentes de la historia de la humanidad, es una gran oportunidad como vicentinos para mirar hacia atrás en nuestros esfuerzos y evaluar lo que podemos hacer mejor o más eficazmente. A medida que los países y organizaciones de todo el mundo recuerdan esta ratificación histórica, nosotros, como vicentinos, debemos tener en cuenta que se trata de un esfuerzo conjunto para luchar contra la pobreza. Como este año es un momento ideal para repasar las últimas tres décadas, nos permite fortalecer nuestras asociaciones, crear nuevos aliados y construir estrategias más efectivas para nuestro servicio a los pobres del mundo para acabar finalmente con la pobreza en esta tierra,

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