El hambre de los estómagos al rededor del mundo tiene el mismo lenguaje…
Los corazones pobres alrededor del mundo hablan el mismo lenguaje…
Los misioneros alrededor del mundo se comunican en el mismo lenguaje, el lenguaje del amor…

El Mes Misionero Extraordinario (Octubre 2019) fue anunciado por el Papa Francisco para marcar el 100 aniversario de la Carta Apostólica del Papa Benedicto XV Maximum Illud. El tema elegido es “Bautizados y enviados: La Iglesia de Cristo en misión por el mundo” Es una iniciativa cuyo objetivo es despertar la conciencia del significado de la misión y revitalizar el sentido de responsabilidad para proclamar el Evangelio con nuevo entusiasmo.

La Misión es definida cómo, “La vocación o el llamado de una organización religiosa, especialmente cristiana, a salir al mundo y difundir su fe”. El concepto de misión no es nuevo en la Iglesia. La Biblia explica la misión desde el inicio del genero humano. El amor de Dios por su pueblo elegido, los israelitas crearon la necesidad de tener misioneros que les comunicaran el mensaje de amor y paz de Dios. Los Profetas en la Biblia fueron misioneros, dejaron su tierra, su pueblo, su cultura en orden a vivir significativamente las nuevas situaciones en las que fueron colocados por Dios. En el Nuevo Testamento encontramos a Jesús mismo convirtiéndose en misionero, moviéndose de un lugar a otro para proclamando una vida buena y moral a través de sus enseñanzas. San Vicente adoptó el mismo espíritu de Cristo para convertirse en un verdadero misionero. Creo que la identidad vicentina se encuentra en la misión. La Misión se vuelve posible y exitosa solo cuando se realiza con amor y caridad.

El Papa Francisco nos llama a redefinir el concepto de misión. Él nos invita a participar en una predicación entusiasta del Evangelio. Redefinir nuestra misión no debería ser sólo para el Mes Misionero Extraordinario, sino para toda nuestra vida. La noción tradicional de misión nos es familiar. Pero en orden a redefinir la misión tradicional con mayor responsabilidad y entusiasmo sugiero que la siguiente virtudes sean asumidas de manera personal por todos:

  1. La Fe en Dios: Fe es ir más allá de nuestras expectativas. Creo que todo es posible por y con Dios. La fe es una completa confianza y confidencia en Dios. De es creer a Dios sus promesas. Podría haber ocaciones en la vida de los misioneros en la que nos sentimos solos.Puede parecer que somos los únicos que existen en la tierra, y eso decepciona. Es entonces cuando un verdadero misionero necesita aferrarse a Dios. En la misión podemos sentirnos algunas veces bien y otras mal. Lo que debemos hacer es creer en la palabra de Dios. Dios dijo: “Estoy contigo siempre” Mt. 28; 20. Que nuestras misiones se conviertan en ejemplos de la fe de un Hijo para con su Padre.
  2. Amar al prójimo: El amor es un complejo set de emociones, comportamientos y creencias asociadas con fuertes sentimientos de afecto, protección, calidez y respeto por todos. El clamor del mor de San Vicente movió los corazones de los pecadores de vuelta a Cristo. Nuestra misión se convierte en el lugar de la presencia de Dios cuando tramitemos el amor de Dios a nuestro prójimo. Es difícil amar un lugar extraño, a su cultura y a las personas como si fueran propios. Solo podemos hacerlo poniendo a Cristo en la vida, como lo hizo nuestro fundador San Vicente. Dejemos que nuestras misiones se conviertan en lugares de amor.
  3. Caridad para todos: Caridad signify disposición para mostrar amabilidad y compasión. Caridad es mbas que dar algo como un acto humanitario. Como misioneros vicentinos debemos estar dispuestos a motivar a la personas a estrenar su propias manos a las necesidades como lo hizo San Vicente. Podemos ser caritativos ofreciendo nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros recursos para el bienestar de las personas en nuestra misión. Todo lo que necesitamos es una actitud para dar. Dejemos que nuestras misiones se conviertan en centros de caridad, donde todos sean amables y se preocupen unos de otros.

La identidad de la Congregación de la Misión como una congregación internacional de misioneros explica su propósito en sí misia. Moviéndose más allá de los límites de las comunidades locales, de la regiones, de las provincias para establecer un límite más amplio para Cristo debería ser el objetivo de todos los vicentinos. Un espíritu de misión debería inflamarse en nosotros. El fuego del amor de Cristo y su Pueblo no debe nunca permitir que un vicentino esté inactivo en su vida. No debe permitir que miremos el color de las manos para alimentar a los estómagos hambrientos. Lo que cuenta en nuestra vida como vicentinos es la bondad y la compasión mezcladas con el amor a Dios y a su pueblo. Todo lo que necesitamos es formar nuestro futuro como vicentino en conjunto. Cuando todos los demás dan cosas para la vida, un Vicentino está llamando a entregarse a sí mismo. Si soy rico teniendo, debe ser aún más rico dando. El Mes Misionero Extraordinario nos inspira a definir nuestra actitud frente a la misión. Hagamos de la misión nuestra prioridad. Seamos misioneros donde quiera que nos encontremos. Tratemos de extender la caridad y el mor de Dios y de nuestro fundador a todos los que conozcamos. Pidamos a San Vicente interceda por todos nosotros para que nos convirtamos en misioneros rejuvenecidos con el entusiasmo y el celo por la misión.

Fr. Libin P Varghese, CM
Adamson University,
Manila, Philippines

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