Queridos Amigos y amigas de la Familia Vicentina: 

Me encuentro en este momento realizando una visita a nuestra Misión de Chad, donde cinco cohermanos de varias nacionalidades se encuentran para llevar la Buena Nueva a los pobres de esta bello país, que tiene tantas necesidades. 

El Portal de Belén, es una Oda a la Providencia que San Vicente de Paúl entonó en su mas intima profundidad.

 Dios  se hace hombre. 

 San Vicente cultivó una profunda devoción al misterio de la Encarnación, porque allí, en ese humilde pesebre que recordamos en cada navidad, la Divina Providencia mostró al mundo el rostro perfecto del amor. 

En el Portal de Belén nace el Salvador, el niño indefenso al cuidado de la Virgen Santísima y de San José.

 El misterio de la Encarnación y la Divina Providencia nos ponen en movimiento, nos convierten en peregrinos del Evangelio, nos invitan a tomar un lugar protagónico en mundo tan lleno de necesidades. Allí hemos sido llamados los vicentinos. 

Mis mas profundos deseos de alegría interior por cada Misionero de la Pequeña Compañía, cada Hija de la Caridad, cada miembro de las demás Congregaciones pertenecientes a la Familia Vicentina, cada laico de la Familia Vicentina, en este tiempo de inmensa gracia.

Continuemos juntos a facilitar el nacimiento de Jesus en el corazón de las personas, hasta los confines de la tierra!

Recemos los unos por los otros!

¡Feliz navidad y ano nuevo 2020!

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