Cuando las noticia del nuevo coronavirus letal (COVID-19) estalló entre la población local de China, todos los cohermanos menos uno estaban en casa de regreso de las largas celebraciones del Año Nuevo Chino. El gobierno prohibió enérgicamente todas las reuniones públicas y restringió la mayor parte de los viajes para contener el virus que se originó en la ciudad de Wuhan, la capital de la Provincia de Hubei – el área donde nuestro cohermano San Juan Gabriel Perboyre fue martirizado.

El Padre Paul Xi, el único cohermano que no fue capaz de volver a casa antes de las prohibiciones del gobierno y que la contención surtiera efecto, está confinado él solo en la rectoría sencilla de su parroquia.  Él recibe sus provisiones diarias a través de la generosidad y bondad de algunos feligreses. Otros cohermanos, aunque quisieran estar con sus feligreses en estos tiempos difíciles, no pueden hacer demasiado debido a las restricciones.

Es en realidad desde la distancia que se están llevando a cabo acciones para ayudar a las personas afectadas por el virus. Conociendo la gravedad de la situación, la Oficina Provincial, establecida en la Ciudad de Taipei, Taiwán, inmediatamente coordinó con Jinde Charities, una organización establecida en Shijiazhuang y un buen socio de la CM en servicios sociales y otros programas, para ayudar en las necesidades de emergencia de las gentes del lugar, especialmente con los que son pobres. Gracias a la Curia General y otras provincias que respondieron a la llamada de la Provincia China, un número de personas ha sido provisto con mascarillas protectoras y suministros, y así están protegidos del mortal virus. Las personas del lugar están conmovidas por la generosidad y eficacia de la CM en responder a su llamada. El dinero recibido del extranjero se envió a Alemania para comprar mascarillas protectoras y suministros para los primeros en responder y para las personas pobres del campo. La demanda de tales materiales dentro de China es tan alta que el dinero es de no uso en este tiempo de emergencia.

A pesar de la distancia, encontramos caminos para ayudar en este tiempo de emergencia. Debemos mencionar al P. Joseph Lin, un cohermano chino establecido en Queens, Nueva York. Sus esfuerzos de estar en solidaridad con los sufrimientos del pueblo chino, no terminó sólo con oraciones, sino con acciones concretas para hacer algo por los pobres. Organizó incansablemente la comunidad china inmigrante para donar mascarillas protectoras y suministros  para China. Tomó el camino de la acción desde la distancia ofreciendo solidaridad a los afectados.

Aunque este nuevo coronavirus ha restringido y confinado a muchos, nuestra caridad sin embargo no conoce fronteras. La Congregación de la Misión lo ha mostrado desde la distancia.

 Ferdinand Labitag, CM

Visitador

Provincia China

Febrero 26, 2020

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