¿Vida por debajo del agua? ¡Por qué debería importarme—yo vivo por encima del agua! El Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 habla de la vida por debajo del agua, y nos debe preocupar si queremos recursos sostenibles para un futuro saludable.

 

¿Sabía usted que alrededor del 71 por ciento de la superficie de la Tierra está cubierta de agua, y los océanos tienen alrededor del 96.5 por ciento de toda el agua de la Tierra? Sólo piense, por un momento, donde estaríamos sin nuestros océanos. La cuestión se extiende mucho más allá de la falta de vacaciones en la playa. De hecho, la ONU dice que sin océanos, planeta tierra no sería un planeta habitable.

“Nuestra agua de lluvia, agua potable, clima, costas, gran parte de nuestros alimentos e incluso el oxígeno en el aire que respiramos, son en última instancia proporcionados y regulados por el mar”.

 

Nuestras vías navegables sirven muchas funciones. Además de alimentarnos, regular el clima y producir gran parte de nuestro oxígeno, también sirven de “base para gran parte de la economía mundial, apoyando sectores desde el turismo hasta la pesca y la navegación internacional”. Afortunadamente, la prioridad de nuestras vías fluviales ha aumentado recientemente y, según las Naciones Unidas, “97 países firmaron el Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto, el primer acuerdo internacional vinculante sobre pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”. Igualmente, el impacto del COVID-19 en la reducción de la actividad humana ha dado a nuestros océanos un poco de tiempo para respirar y sanar. Sin embargo, la contaminación y la acidificación siguen amenazando nuestros ecosistemas marinos.

 

Entonces, ¿qué podemos hacer? O como dice la pregunta Vicentina: ¿Qué hay que hacer? En nuestra vida diaria, hay varios pasos que podemos tomar para reducir el daño que podríamos causar. En primer lugar, podemos evitar los plásticos de un solo uso e intentar vivir un estilo de vida más minimalista. Eso sería un gran paso, aunque probablemente no atractivo para muchos de nosotros, pero hay que hacer algo.

 

También podemos comer solo peces certificados por el MSC (Marine Stewardship Council), y menos de ellos, ya que el 85% de las pesquerías del mundo están totalmente explotadas, agotadas o en estado de colapso. Podemos cambiar a productos respetuosos con el medio ambiente y ser conscientes de la falsa comercialización ecológica. Podemos trabajar activamente para reducir nuestra huella de carbono. Coma, compre, planifique y viva estratégicamente con el medio ambiente en mente.

 

Jim Claffey, NGO de la CM a la ONU

Chloe Bergeron, UN intern de la CM

congregationofthemissionUN@gmail.com

 

 

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