El nuevo contexto de evangelización y el nuevo paradigma misionero anteriormente descritos requieren una renovada respuesta de nuestra parte como miembros de la Congregación de la Misión. 

A lo largo de nuestra historia, muchas provincias de la Congregación han respondido a la llamada de la Iglesia a enviar misioneros a regiones donde el Evangelio no había sido aún predicado. Junto con miembros de otras congregaciones misioneras, nuestros cohermanos han colaborado en el establecimiento de la Iglesia local en muchas partes del mundo. Algunas provincias tienen una larga historia de ayuda a Iglesias locales ya constituidas enviándoles misioneros y asistencia material. 

Aun cuando en casi todas las partes del mundo actualmente existen Iglesias locales, muchas tienen todavía necesidades perentorias de personal, de ayuda económica y de asistencia profesional. Es continuo el diálogo entre las provincias que patrocinan misiones y las Iglesias locales sobre sus necesidades y nuestra capacidad de responder a ellas. 

Los Superiores Generales han pedido con frecuencia a nuestras provincias y a los cohermanos que respondiesen a las llamadas misioneras, lo que muchísimos han hecho con generosidad. 

Qué son?

Como miembros de la Congregación de la Misión tratamos de responder a esas necesidades desde la fidelidad al carisma vicenciano de evangelizar a los pobres. 

El artículo 12 de nuestras Constituciones indica muy claramente otros criterios              que hay que tener en cuenta: 

– preferencia clara por el apostolado entre los pobres, 

– atención a las realidades de la sociedad actual, 

– participación en la condición de los pobres, 

– verdadero sentido comunitario en nuestras obras apostólicas, 

– disponibilidad para ir a cualquier parte en el mundo, 

– búsqueda continua de la conversión. 

Dónde están?

Alaska
Túnez
Chad
Bolivia
Angola
Papúa Nueva Guinea
Chile
Brasil
Islas Salomón

Por qué?

Las nuevas misiones internacionales nos han hecho sentir de una manera nueva y más profunda que pertenecemos a una comunidad mundial. En muchas provincias las misiones internacionales han despertado un nuevo interés por las misiones extranjeras. Los miembros de los equipos internacionales han dado un testimonio elocuente de la universalidad de la Iglesia y de la posibilidad de construir una comunidad fraterna que supera las fronteras culturales. 

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