Religiosos de San Vicente de Paúl

Religiosos de San Vicente de Paúl

Yvon Laroche, S.V.

Superior General

Queridos hermanos y hermanas de la Familia Vicenciana, permitidme presentaros a los Religiosos de San Vicente de Paúl.

Hermanos y sacerdotes, los Religiosos de San Vicente de Paúl (anteriormente llamados Hermanos de San Vicente de Paúl) constituyen una congregación de derecho pontificio cuyas constituciones, después del Concilio Vaticano II, fueron aprobadas en 1985.

Orígenes.

Aquel día, Monseñor Anegable, obispo de Angers, bendecía la comunidad naciente a los pies de la urna de San Vicente, en la capilla de los Lazaristas, en la calle de Sèvres, en París. Allí se encontraba Juan León Le Prevost, iniciador de este proyecto, Clemente Myonnet, co-fundador, y un joven, Mauricio Maignen, que se unirá muy pronto a sus compañeros.

Le Prevost formó parte de la primera Conferencia de Caridad (conferencia de San Vicente de Paúl), unos meses después de la fundación de ésta. El 11 de septiembre de 1844, Clemente Myonnet, él también de las Conferencias, vino de Angers para entrevistarse con con el Señor Le Prevost en Paris. Los dos tenían los mismos deseos y las misma miras. Dedicar su vida al servicio de los pobres en una nueva congregación religiosa.

Las intuiciones de Le Prevost.

Durante once años, Le Prevost se dedicó a la visita de indigentes a domicilio, a la educación de los jóvenes detenidos y a los huérfanos-aprendices . Además había fundado una asociación para las familias desposeídas, la Santa Familia.

Tres intuiciones le habían orientado. Su experiencia le mostraba la urgencia de la misión en las ciudades, especialmente en la capital de Francia. Descubría también que la práctica de la Caridad es el mejor medio para reconciliar a las masas obreras con Dios y con la Iglesia. "La divina Providencia, escribe, quiere, en nuestro tiempo, salvar el mundo por la Caridad”. En fin, estas obras exigían la unión del sacerdote y del religioso-hermano para la evangelización del pueblo. Se entiende entonces que las obras de su Instituto sean “esencialmente misioneras” y que el ejercicio de la Caridad bajo todas sus formas, tome una importancia primordial para revelar el amor de Dios para con todos. En fin, los Religiosos de San Vicente, sacerdotes y hermanos son una única familia espiritual y apostólica.

Espiritualidad.

Formado en la escuela de San Vicente de Paúl y Francisco de Sales, influenciado por la Escuela Francesa de espiritualidad del siglo XVII, el fundador da a sus religiosos una doble regla: formar Jesucristo en ellos y manifestarlo al mundo con las obras.

Obras.

Desde el principio los primeros hermanos dirigieron patronatos para aprendices y escolares, círculos para jóvenes obreros, grupos de Santas Familias, obras populares como bibliotecas, comedores económicos etc. Igualmente abrieron capillas de barrio junto con obras múltiples. Mauricio Maignen se comprometió en la fundación de un Círculo obrero y tomará parte en el movimiento social católico que preparará la encíclica de León XIII, Rerum Novarum.

La Congregación de los Religiosos de San Vicente se desarrolló en Francia y, en 1884, se estableció en Canadá. Más adelante, respondiendo a la llamada de los Papas, nuevas obras fueron fundadas en el Brasil y en África (Burkina Faso, Costa de Marfil, Congo-Kinshasa). Los Religiosos de San Vicente, son actualmente alrededor de 300. La casa Generalicia se encuentra en Roma, via Palestro, 26.

Tienen patronatos y otras obras para la juventud, como hogares para trabajadores y estudiantes, círculos para jóvenes. Su campo de acción se extiende a los jóvenes de la calle, a los minusválidos, a las personas mayores, a las personas sin techo ni trabajo.

En Francia y en Canadá, aceptaron algunas parroquias en los barrios humildes. En Brasil particularmente y en el Congo, en parroquias implantadas en barrios muy poblados, trabajan en la evangelización y en la formación de las comunidades de base. Estas parroquias se rodean de numerosas obras variadas: alfabetización, roperos, clases y catequesis, asociaciones familiares, retiros.

Que con ocasión del Gran Jubileo, podamos acoger una nueva gracia, la de colaborar con la Familia Vicenciana.