Sociedad de San Vicente de Paúl

Sociedad de San Vicente de Paúl

Por César Viana

Presidente Internacional SSVP

La S.S.V.P es una asociación laica, siempre fiel a la Iglesia y al espíritu de San Vicente de Paúl, fundada por Federico Ozanam en 1883 cuando las dramáticas consecuencias de la Revolución Francesa: paro, enfermedad y pobreza eran causa de víctimas por doquier. Por iniciativa de su fundador, Ozanam, se reunieron 6 compañeros, naciendo así la primera conferencia, que es la célula básica de todo trabajo vicentino, para reflexionar sobre la situación social y simultáneamente promover acciones de ayuda concreta a todos los que sufrían enfermedades o hambre.

Esta fue la inspiración profética, que se propagó rápidamente en Francia y en muchos otros países.

Hoy la S.S.V.P está presente en 135 pases, siendo 900.000 sus miembros, distribuidos

en alrededor de 50.000 conferencias.

Las líneas fundamentales de la S.S.V.P. están dentro de la Espiritualidad de toda la Familia Vicenciana. Esta espiritualidad, corno todo el trabajo, se inspira en el Evangelio, en fidelidad al pensamiento de San Vicente y a las orientaciones de Ozanam.

Toda su acción se realiza siempre comenzando por un diálogo persona a persona con quienes se visita que, se debe hacer en total espíritu de pobreza y mutua aceptación. La S.S.V.P. está atenta a las pobrezas. Ninguna pobreza, tanto material como espiritual, es extraña a la S.S.V.P., procurando siempre remediarlas.

La actitud de diálogo ha de estar presente siempre al visitar a algún pobre, así como entre los miembros entre sí.

La organización en conferencias tiene su base normalmente en la parroquia, aún cuando algunas de estas células se desarrollan en escuelas y universidades e incluso en algunas empresas.

La preparación de las visitas, en la conferencia, ha de transcurrir siempre en un ambiente de espiritualidad, formación genérica y especifica, además de ofrecer una detallada información sobre las dificultades encontradas durante la visita a fin de buscar las soluciones más adecuadas, en espíritu de familia.

El objetivo final de las visitas es siempre procurar la solución más eficaz y oportuna, intentando ir más allá de las situaciones de pobreza material o espiritual, aunque sin olvidar los casos de emergencia que siempre surgen.

Procuramos que las relaciones de la S.S.V.P con las demás ramas de la Familia Vicenciana sean lo mejor posible, no sólo en lo que se refiere a crear un clima fraternal y cordial entre todos, sino también en el respeto e información, comunicando experiencias significativas y realizando proyectos en colaboración con los diferentes miembros de la familia que sirven para progresar y mejorar, y más importante aún, para fundamentar una esperanza para el futuro.

Esta colaboración asume formas variadas considerando como esencial la existencia de jornadas de oración y reflexión en común, en primer lugar en la fiesta de San Vicente de Paúl, el 27 de Septiembre, deseando que se celebre conjuntamente por todas las ramas de la Familia Vicenciana que existan en el lugar. A nosotros, S.S.V.P, después de la Beatificación de Federico Ozanam el pasado año, nos gustaría que se celebrara de modo semejante el día 9 de Septiembre (día de Ozanam). Desearíamos también promover un encuentro para todos en el fin de semana del próximo 23 de abril para reflexionar sobre nuestros trabajos, a fin de unirnos cada vez más con nuestros hermanos que viven en países con enormes dificultades materiales o espirituales.

Con vistas al tercer milenio, e inspirados en la Beatificación de Federico Ozanam, somos conscientes de vivir en una época revolucionaria, quizás en algunos aspectos más dramática que la del tiempo de nuestro Fundador, por ello en el próximo año 1999, después de Pascua, vamos a organizar una Asamblea plenaria en Fátima donde se analizarán los problemas resultado de esta sociedad post-moderna. En tiempos de Ozanam con la revolución industrial la máquina sustituyó parte del trabajo básico del hombre, hoy los ordenadores sustituyen también parte del trabajo intelectual. Por ello, es necesario que seamos capaces de imaginación y de encontrar nuevo equilibrio que permita una mayor justicia social teniendo en cuenta los nuevos sectores de desarrollo del mundo.

Los problemas son enormes, el paro, la falta de vivienda, la destrucción sistemática del espíritu de familia, las nuevas enfermedades y pobrezas como el SIDA, el cáncer, la droga, los encarcelados, las prostitutas, la explotación de los niños y jóvenes, la exclusión de los pueblos más pobres por las naciones más ricas.

En todo esto los vicentinos tienen una acción fundamental, para que la caridad cristiana dé sentido a nuestra vida y podamos colaborar, unos con otros, haciendo siempre más viva y actual la fraternidad cristiana.