La Asociación de la Medalla Milagrosa

LA ASOCIACIÓN DE LA MEDALLA MILAGROSA

1. La Identidad de la Asociación de la Medalla Milagrosa

Asumiré que este grupo a quien me dirijo está familiarizado con la historia de la Medalla Milagrosa. La Asociación de la Santa Medalla de la Inmaculada Concepción empezó en París y fue aprobada para París por la Santa Sede en 1847. La aprobación universal tuvo lugar el día 8 de Julio del 1909, y los estatutos internacionales revisados fueron aprobados en 1998. Todo el que lleve una medalla milagrosa bendecida es un miembro de esta Asociación Internacional.

La Asociación que yo dirijo, una parte de la Asociación Internacional, lleva a María concebida sin pecado a los Católicos de Norte América. Hay más de 2,250.000 miembros registrados y unos 60.000 promotores que propagan la devoción reclutando miembros. Unas 350.000 personas en los Estados Unidos reciben regularmente folletos con contenido devocional y educacional. Este movimiento organizado se estableció en 1918 con 25 céntimos de dólar como donación/cuota de afiliación ($10 para afiliación perpetua), manteniendose actualmente esa misma cantidad, después de 80 años. Es una de las mejores gangas en el Cristianismo.

La Relación de la Asociación con los otros miembros de la Familia Vicenciana: Experiencias y Esperanzas sobre Colaboración

En principio, la base la relación entre la Asociación de la Santa Medalla y la Familia Vicenciana es que la Asociación está confiada a nuestro Superior General como su Director General. En la práctica, la relación entre la Asociación y la Familia Vicenciana depende en gran parte de las circunstancias de cada país. En las seis asociaciones nacionales con las que estoy familiarizado, el director nacional es un cohermano que infunde en la asociación el espíritu de San Vicente. En tres ocasiones hay reuniones nacionales anuales de miembros o de asesores locales para la formación y para orar juntos. En México la Asociación participa en uno de los proyectos modelo de colaboración de la Familia Vicenciana. Hay también una buena relación desde hace mucho tiempo entre la Asociación y las Juventudes Marianas Vicencianas.

A continuación os presento un ejemplo de colaboración en el que está envuelta implicada mi propia Asociación. En el Oeste de los Estados Unidos la Asociación constituye uno de los factores principales de sostenimiento para las obras de la Congregación. Anualmente entregamos más de $2.000.000 a la provincia y a las misiones internacionales de la Congregación. También ofrecemos nuestros recursos, especialmente en el área de comunicación, al servicio de la Provincia y de sus ministerios.

¿Hay algo más? Nuestra intención es llevar a la mayoría de socios de la Asociación, esparcidos por todas las partes, al servicio activo de los pobres y del evangelio, dondequiera que se encuentren. Quiero que oigan el mensaje de María por lo que significa: la intervención de Dios en el mundo de hoy a favor del pobre, hambriento por llegar a conocer su razón de vivir, pero sin saber dónde buscarla.

Los tres desafíos más importantes que la Asociación tiene que afrontar en el tercer Milenio.

El tamaño de la Asociación hace que sea una fuerza formidable y potente para realizar la visión de San Vicente.

1. La Asociación tiene que llegar a ser más conocida como un medio de evangelización y de servicio para el pobre.

2. El mensaje de la Medalla Milagrosa debe traducirse a un lenguaje de la próxima generación, una generación que ha perdido su fe o que nunca la recibió, una generación en una sociedad que no puede continuar llamándose católica.

3. El mensaje de la Medalla Milagrosa debe extenderse por todo el mundo de forma que comprometa a las multitudes en la propagación del evangelio y en la caridad y amor efectivo hacia los más abandonados.

Fr. Charles Shelby, C.M.

Roma, Julio 9, l998