Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl

Sor Therezinha Remonatto

Hija de la Caridad - Asistenta General

Me encuentro aquí a título de Hija de la Caridad, hermana de tantas otras con las que, juntas, formamos la Compañía de las Hijas de la Caridad.

Me incumbe en este momento, por delegación de Madre Elizondo, formar parte de esta “ mesa redonda ”, pero todas mis Compañeras están dispuestas a colaborar en las eventuales aclaraciones a las cuestiones que pudieran surgir.

Doy las gracias al Padre Maloney por su amabilidad en invitarnos a tomar parte en esta Asamblea.

Según las orientaciones recibidas para este encuentro, el primer punto se refiere a nuestra identidad.

1. Identidad de las Hijas de la Caridad

Toda familia bien constituida siente satisfacción, a la vez que necesidad, en presentar sus orígenes, sus raíces, recordar a sus antepasados con atención, no como una forma de nostalgia, sino con el ánimo de mantener, viva y actualizada, su identidad propia.

En el orden de las fundaciones, ocupamos el tercer lugar, después de los Sacerdotes de la Misión. Tenemos un mismo Padre, muy amado por cierto, San Vicente de Paúl, y nosotras, Hijas de la Caridad, tenemos una Madre muy amada también, Santa Luisa de Marillac. ¡Es un privilegio ! ¡Una responsabilidad !

La Compañía de las Hijas de la Caridad, fundada el 29 de Noviembre de 1633 por San Vicente y Santa Luisa, es una Sociedad de Vida Apostólica, aprobada por el Papa Clemente IX el 8 de Junio de 1668.

La Hija de la Caridad, miembro integrante de esta Compañía, es la sierva de los Pobres, siempre dispuesta a responder a las llamadas del Señor, en cualquier época, en cualquier momento. Para ella no existe preferencia ni por los lugares ni por las tareas que desempeñar. De ahí la característica :

la Compañia Es Misionera Por Naturaleza (C. 2.10).

Su lema: la Caridad De Jesucristo Crucificado Nos Apremia ”.

Su espíritu : las Virtudes De Humildad, Sencillez Y Caridad ”.

Las Constituciones describen con precisión nuestra identidad y la universalidad del servicio : “Entregadas a Dios en Comunidad de vida fraterna, para el servicio de los pobres ”. “De todos los Pobres ”.“Por todas partes”.

* ¿Cómo refleja hoy la Compañía el corazón y el rostro de los Fundadores?

Dispersa en los cinco continentes, presente en ochenta y seis países, con ochenta y dos Provincias, Vice-Provincias y Regiones, establecida en 2 793 Casas, la Compañía mantiene viva la llama de la Caridad, viviendo en unidad de espíritu y diversidad de acción.

Las 25 533 Hijas de la Caridad buscan en el servicio de Cristo en los Pobres el sentido y la razón de ser de su vida y de su vocación. Esta fidelidad tiene un precio : un esfuerzo continuo de conversión y retorno a las fuentes, teniendo muy presente la inculturación del Carisma en el hoy.

El Gobierno General de la Compañía está constituido por el Superior General, la Superiora General, el Director General y diez Consejeras representantes de países y culturas diferentes. La Superiora General y su Consejo residen en París.

2. Colaboracion con los demas Grupos de la Familia Vicenciana

Desde la Fundación de la Compañía, hubo colaboración por parte de las Hijas de la Caridad, sobre todo con las Damas de la Caridad -así llamadas entonces- en el trabajo directo en favor de los Pobres enfermos.

Hoy, más concretamente, las Hijas de la Caridad colaboran con los diversos grupos de la Familia Vicenciana :

* Con las Juventudes Marianas Vicencianas :

  • En la estructura y organización de las Juventudes Marianas Vicencianas que surgen actualmente en diversos países ; en el acompañamiento y formación de los Jóvenes de las “ J.M.V. ”, numerosos en algunos países, sobre todo en Europa ;

  • en la elaboración de datos de carácter mariológico y otros ; con su presencia en Encuentros, Simposios, Foros y Direcciones ;

  • mediante la ayuda económica y con servicios en la promoción y Encuentros de los Jóvenes ;

* Con las otras Ramas de la Familia Vicenciana

  • en la formación, orientación espiritual y reflexión, para favorecer el conocimiento del Carisma Vicentino, en muchos grupos locales ;

  • en la preparación y celebración del “ Día de Oración y reflexión ” de la Familia Vicenciana ;

  • en la traducción y publicación de datos, artículos, material bibliográfico Vicenciano, como instrumentos de formación e información ;

  • por la participación y colaboración efectiva en cursos de corta o larga duración, en Congresos, Seminarios, Encuentros, Asambleas, en los grupos de Estudios Vicencianos de Centro Europa, en reuniones, etc. ... ;

  • en la administración de Obras de las que la Sociedad de San Vicente de Paúl o la A.I.C. son propietarias y que dan respuesta a toda clase de pobrezas ;

  • con el fin de promover gestos concretos de acción y Evangelización entre los Pobres. Especialmente en estos momentos, a las puertas del Tercer Milenio y de la próxima celebración del Año de la Caridad, surgen muchas organizaciones con participación de las Hijas de la Caridad y de numerosos miembros de la Familia Vicenciana ;

  • en la participación de las “ Misiones Populares de Vacaciones ”, en colaboración especialmente con los Sacerdotes de la Misión y Seminaristas ;

  • en la acogida, la transmisión del Mensaje de María de 1830 y la información acerca de los Fundadores a grupos de inspiración Vicenciana, en la Calle del Bac, en París.

4.Desafíos y Esperanzas

La Compañía es consciente de que, para mantener viva la llama del “ Fuego Nuevo ”, es urgente acelerar el paso y estar atenta a las llamadas de los Pobres, hoy, en este mundo multicultural y en mutación constante; por eso :

Deseamos que la Compañía se haga consciente, cada vez más, de su carácter internacional y deseamos ayudarla a asumirlo. Será así como podremos responder a las llamadas de los Pobres, enviando Hermanas a los países en los que la Compañía no está presente, así como a las Provincias que pasan por dificultades.

Convencidas de que servimos a Cristo en los Pobres y a los Pobres en Cristo, deseamos revisar con regularidad nuestra vida y nuestro servicio a los más pobres, especialmente a los niños, a los jóvenes, a las mujeres.

A título de Consejo General, alentamos a los Consejos Provinciales a que dinamicen a las Comunidades locales para que lleguen a ser, cada vez más, Comunidades de Fe, fraternales, misioneras, abiertas, acogedoras.

* Por lo que a nosotras, Hijas de la Caridad, se refiere, éstos son los signos más estimulantes para el porvenir :

La Iglesia, la Compañía y, de manera especial las Asambleas, nos invitan a que abramos horizontes por el camino ascendente de la santidad. Pero la Hija de la Caridad necesita ayuda en este proceso de búsqueda personal y comunitaria. Hoy, más que antes, la Hija de la Caridad es exigente por lo que se refiere a su formación espiritual y, por lo tanto, desearía poder contar con la ayuda de Padres preparados para ello .

En nuestro mundo moderno, con signos de los tiempos tan ambiguos, con sus valores y contravalores, a las puertas del tercer milenio, ¿cuáles son, para nosotras, los signos de Dios ?

En esta época, en la que se descubre el protagonismo de la mujer, con su gran deseo de asumir la función que le corresponde en la construcción de la sociedad y en la construcción del Reino de Dios, la Hija de la Caridad, como mujer y como consagrada, desea que se la considere y respete en sus valores potenciales femeninos.

Somos lo que comunicamos y testimoniamos. ¿Cómo ser signos de la ternura y de la bondad de Dios en un mundo de eficiencia, de técnica, de informática ?

¿Cómo dejar percibir al Pobre del Tercer Milenio que el precio del servicio que le ofrecemos es el Amor Gratuito, Desinteresado, Respetuoso, Humilde ?

Al preparar la Asamblea General de las Hijas de la Caridad, hemos estudiado, reflexionado, orado, investigado, por espacio de tres años, sobre el tema “ la Inculturacion del Carisma en un Mundo en mutacion ”. Esta misma Asamblea nos ha ofrecido, para los seis años siguientes, un documento titulado “ un Fuego Nuevo ”, que contiene convicciones y compromisos. A nosotras nos corresponde ahora dar respuestas nuevas a los nuevos desafíos de nuestros días.

En conclusión, para ser fieles a San Vicente y a Santa Luisa, nosotras, Hijas de la Caridad, debemos ser :

- Mujeres de Fe y oración, que viven la radicalidad de la entrega a Dios, en el servicio a los Pobres ;

- mujeres que han de saber compartir su experiencia de Dios, vivir la comunión en el diálogo y la escucha mutua ;

- mujeres creativas, solidarias, abiertas, acogedoras ;

- mujeres sembradoras de signos de vida y Esperanza.

(cf. “ Un fuego Nuevo ”)

Queremos expresar nuestra identidad en el mundo y en la Iglesia, a través de nuestro testimonio de vida y de nuestro servicio realizado con humildad y sencillez, a fin de ser “ portadoras ” de la ternura de Dios entre los Pobres.