A los artistas de la Familia Vicentina

A Los Artistas de Nuestra Familia Vicentina

Por Robert Maloney C.M.

Superior General

Estoy muy contento de que ustedes estén reunidos en estos días para compartir sus dones y su experiencia como artistas de la Familia Vicentina. Estoy muy agradecido por su invitación para que hoy yo les dijera una palabras, y honestamente lamento no poder estar allí con ustedes personalmente.

El Papa Juan Pablo II, en una carta que escribio a los artistas, dijo esto:

Con una mirada de amor, el Divino Artista pasa un rayo de la misma sabiduría de Dios al artista humano, llamándolo/a a compartir el poder creador de Dios.

Por esto, en primer, lugar quiero agradecer a Dios por el don que todos ustedes han recibido. Sus dones como artistas son una participación del arte divino, de la creativa palabra que Dios está siempre pronunciando en el mundo. Cuando Dios se sentó y descansó en el séptimo día, el Creador miró a la pieza maestra que nosotros llamamos universo, se regocijó en ella y se dio cuenta que era muy, muy buena. Esto fue algo hermoso.

El tema de la belleza es decisivo para el artista. San Agustín, meditando en la existencia humana, declaró : «Nosotros no podemos ayudar amando lo que es bello». El artista ve la belleza que está en el centro del universo y en el corazón de la persona humana y que le da expresión al misterio trascendente que reposa en él. Poetas, escritores, pintores escultores, músicos, arquitectos y actores, realmente aprecian cuán hermosa es la vida. El resto de nosotros estamos frecuentemente muy distraídos para notarlo. Quizás los santos también se han dado cuenta de esto porque, como dice el salmista : «una cosa pido al Señor, esto es lo que busco, que yo pueda ver la belleza del Señor y contemplar su templo». Por supuesto que la belleza está muchas veces escondida. Pero los artistas encuentran la belleza en la luz y en la oscuridad, en las risas y las penas, en la vida y en la muerte.

Mientras ustedes estan reunidos hoy, permitanme que brevemente les sugiera tres cosas:

  1. Una Palabra de Espiritualidad. La sencillez fue la virtud que San Vicente más quiso . Él la llamó su evangelio . Él propuso la sencillez como la piedra angular de la espiritualidad de cada grupo que él fundó. En la mayoría de las grandes tradiciones filosóficas, teológicas y espirituales la belleza está íntimamente ligada con la sencillez. Las cosas más bellas tienen una unidad, una coherencia que expresa la verdad trascendente. Lo uno, lo bello y lo verdadero son todas manifestaciones de los misterios más profundos de Dios.

Por lo tanto, los animo a que ustedes mismos sean sencillos en su espiritualidad. Contemplen el misterio de la belleza que reposa en la persona de Dios y en la persona humana y exprésenla con una creatividad que alcance hasta el infinito. Francisco de Asís oraba con estas palabras: « Tu eres bello… tu eres bello!» . San Agustín, en un momento de contemplación, gritó: «hermoso es Dios, la Palabra de Dios. Dios es hermoso en el cielo, hermoso en la tierra; hermoso en el vientre; hermoso en los brazos de sus padres, hermoso en sus milagros; hermoso en sus sufrimientos; hermoso invitando a la vida; hermoso no preocupándose de la muerte; hermoso dando su vida y recuperándola de nuevo: Dios es hermoso en la cruz, hermoso en la tumba, hermoso en el cielo. Escuchen la canción de Dios entendiéndola y no permitan que la debilidad de la carne distraiga sus ojos del esplendor de su belleza.» .

Frecuentemente hablo de hacer de nuestra oración «algo hermoso para Dios y atractivo para los jóvenes». Hoy les agradezco por ayudarnos a orar como miembros de la Familia Vicentina, y les pido que continúen usando sus dones generosamente para hacer nuestra oración más bella. Pinturas, estatuas, iconos, música, poesía, drama, inclusive la simple buena lectura, son formas de arte que hacen que la oración y la liturgia cobren vida. Hace 15 años en una universidad de Inglaterra escuché a una mujer joven, miembro de una compañía de teatro, leer de la mejor manera la parte de la mujer en el evangelio de San Juan durante una eucaristía de cuaresma. Yo los animo a usar sus dones artísticos para expresar los más profundos deseos del corazón humano. Éste es uno de los principales fines de la liturgia, y en la tradición cristiana los artistas han jugado siempre un papel fundamental en la expresión de la espiritualidad de la comunidad cristiana.

  1. Una palabra acerca del pobre. El pobre es muchas veces no sólo un pobre materialmente sino también culturalmente. Yo quiero decirles hoy que Ustedes como artistas tienen dones maravillosos para ofrecerles a ellos. Es útil recordar que en siglos anteriores, en el drama y en la ópera, frecuentemente los pobres tuvieron un espacio dentro de la audiencia. Frescos y mosaicos son todavía frecuentemente mencionados como el catecismo de los pobres en la Edad Media. El arte hace crecer y madurar el alma. Él abre la mente, el corazón y el espíritu a la belleza. El arte hace crecer la conciencia y, en ese sentido, es altamente liberador. Una pregunta que yo les hago es ésta : ¿como artistas, cómo podrían Ustedes compartir sus dones directamente con los pobres ? Estoy seguro de que a ellos les gustarán mucho sus dones. Cuando yo era chico y estaba en el sexto grado, una profesora muy creativa nos llevaba al salón de música una vez por semana para introducirnos en el mundo de la ópera. Yo tenía sólo 11 años. Aún recuerdo todas las piezas que nosotros escuchamos, muchas de las cuales ella nos enseñó a cantar. Hasta este día yo considero éste como uno de los grandes dones de mi vida. ¿Cuáles serían los caminos similares a éste a través de los cuales Ustedes pueden compartir la experiencia de la belleza con los pobres?

  1. Una palabra acerca de la juventud hoy. Todo arte es una expresión de la profundidad del espíritu humano. La belleza real brota del espíritu. Expresa el alma, la pasión, el deseo de la trascendencia, la búsqueda de sentido, el deseo de totalidad, de gozo. Por lo tanto, yo los animo a Ustedes, mis hermanos y hermanas, artistas de la Familia Vicentina: transmitan la belleza que ustedes contemplan a las generaciones venideras, especialmente a los jóvenes. La belleza que ustedes compartan con ellos los llevará a ellos hasta la admiración! Los conducirá a contemplar el mismo misterio que está trabajando activamente en sus corazones de artistas. Ayuden a los jóvenes a dejar crecer dentro de ellos la vida del espíritu. El arte genuino los conducirá a ellos hacia su propia interioridad. Estimúlenlos a que contemplen la belleza, como lo hizo San Agustín, quien expresó su oración tan bellamente : «tarde te he amado, oh belleza tan antigua y tan nueva, tarde te he amado!» .

Dostoyevsky escribió: «la belleza salvará el mundo» . Yo espero que la belleza que ustedes expresan será un signo transparente de que Dios está vivo en el mundo y que la gloria del Señor Resucitado brilla como el sol naciente.

Simposio de Artistas Vicentinos

Chicago, Illinois - Estados Unidos, Junio de 2001

(Traducción: GUILLERMO CAMPUZANO, C.M.)

Confesiones 14.3; Sobre la Música, 6.13.

Sal 27, 4

SV I, 284 / ES I, 310.

SV IX, 606 / ES IX, 546.

Lodi di Dio Altissimo, versos 7 y 10.

San Agustín, Exposition on the Book of Psalms, 44, 3, citado por Timothy Radcliffe, Sing A New Song: The Christian Vocation (Springfield, Illinois: Templegate Publishers, 1999) 281.

Confesiones 10, 27.

F. Dostoyevsky, The Idiot, Cap. 5.

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