Una parroquia de inspiración misionera con las Células Parroquiales de Evangelización

Una parroquia de inspiración misionera

con las Células Parroquiales de Evangelización

Emeric Amyot d'Inville,C.M.

Secretario General

Hace 8 años, en la Basílica San Eustorgio de Milán, había en general de 400 a 600 personas en el total de las misas del domingo. Lo que equivale a decir que el inmenso y prestigioso edificio aparecía casi vacío. Hoy asisten cerca de 2.000, de los que una gran parte no mantenían ya ningún lazo con la Iglesia y vivía lejos de la fe, como sucede tan frecuentemente en las grandes ciudades occidentales. ¿Qué ocurre pues en esta Parroquia? ¿Por qué acude a ella tanta gente? Cuál es el secreto de esta evangelización que produce tanto fruto?

Estas eran las preguntas que yo mismo me hacía cuando, en agosto de 1994, oí al párroco de San Eustorgio, Don Pi.Gi. Perini, y a algunos laicos de su parroquia contarnos su experiencia durante un retiro sacerdotal al que yo asistía. Adivinando que se trataba de una vía de evangelización nueva y fecunda, quise enterarme mejor y me inscribí en el Seminaire Européen sur le Système des Cellules Paroissiales d'Evangélisation que organiza la parroquia hace ya varios años para dar a conocer todos sus secretos y ayudar a cuantos quieran comenzar la experiencia. Éramos unas 270 personas, mitad por mitad sacerdotes y laicos y un obispo, sin hablar del obispo auxiliar de Milán quien vino a presidir el Seminario en ausencia del Cardenal Martini, ocupado en Roma y quien había dejado un mensaje de bienvenida.

El secreto es sencillo: Se trata de la evangelización por los laicos en su medio de vida. Une evangelización que debe tener prioridad efectiva en una parroquia y que puede y debe ser realizada por los laicos en su medio de vida, bajo la dirección de su párroco. Se toma en serio la orden de Señor: Evangelizad y haced discípulos, orden que no va solamente dirigida a los sacerdotes y religiosos, sino a todos los bautizados que todos están llamados a la evangelizacion y pueden ser apóstoles de Cristo allá donde viven. E1 ritmo misionero se basa en las Células Parroquiales de Evangelización.

Este ritmo encarna asimismo el convencimiento de que si un cristiano, si una parroquia no evangelizan, mueren. Para ilustrarlo, Don Pi.Gi trae a cuento la imagen de los dos mares de Palestina, el Mar de Galilea y el Mar muerto. Los dos se encuentran alimentados por el mismo río Jordán. El primero produce una vida abundante y cantidad de peces porque el Jordán entra y sale, el otro no produce más que muerte porque el Jordan sólo entra y no sale. Un cristiano que no quiere más que consumir en la Iglesia, sin dar nada, está condenado a vegetar y a morir.

Un poco de historia

La experiencia de la Parroquia de San Eustorgio se remonta al mes de Junio de 1986, cuando Don Pi.Gi leyó un artículo sobre lo que sucede en la parroquia de San Bonifacio en Pembroke, de Florida. Después de hablar con su obispo, el Cardenal Martini, y de recibir su apoyo, atraviesa el Atlántico y va a enterarse en el propio lugar. La realidad es todavía más hermosa que cuanto había leído. E1 empuje misionero, basado en las Células Parroquiales de Evangelización, se muestra allí poderoso y la vida surge por todas partes. Queda cautivado. Quiere hacer lo mismo en su parroquia un tanto somnolienta.

En febrero de 1987, presenta esta experiencia al Consejo pastoral de la parroquia, en presencia del Vicario General, y se decide comenzar humildemente, por la oración una hora de adoración eucaríistica cada día, en 1a capilla de la parroquia. De ahí nace la adoración perpetua, que constituye el fundamento del esfuerzo misionero de la parroquia de San Bonifacio y que es a su vez el de la parroquia de San Eustorgio.

En el mismo mes de febrero de 1987, el Cardenal Martini envía a tres miembros de la parroquia y a un sacerdote a la parroquia de San Bonifacio para participar en el congreso que ésta organiza cada año sobre las Células parroquiales de Evangelización. Regresan entusiasmados y deseos de buscar al Señor no sólo para sí, sino sobre todo para poder entregarlo a los demás. Comprenden que una parroquia viva y evangelizadora puede existir.

Don Pi.Gi, por su parte, ve que hay que transformar la mentalidad y el estilo de evangelización de la parroquia. Para eso organiza un ciclo de encuentros semanales abierto a todos para estudiar la enciclica Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, que alcanza un gran éxito. Después, en abril, organiza un curso de formación de 6 semanas para los futuros responsables (líderes) de células, en el que toman parte 42 personas. De ahí nacen 4 células de formación, o células provisionales, que se reúnen durante 6 meses, con el fin de entrenarse como líderes de células. Toda la parroquia recibe una información continua de cuanto acontece y cada uno puede participar en encuentros de célula, sólo con pedirlo, para “ver” lo que pasa.

A finales de enero de 1988, Don Pi.Gi, en presencia del Vicario General, hace el balance de la experiencia durante las misas dominicales invitando a todos los parroquianos que así lo deseen a entrar en la Células Parroquiales de Evangelización. Los voluntarios son numerosos. Se establecen 12 células de adultos y tres de jóvenes. Se crea también una estrucutura llamada Célula ejecutiva, encargada de asegurar el lazo entre el párroco y las células y que se reúnen cada semana. Hoy las células son cerca de ll0 en total y en constante progresión, progresión que podriamos llamar geométrica, que avanza cada vez más. En la actualidad congregan a unas 1500 personas, que en su mayoría se encontraban lejos de la fe y de la lglesia.

Qué es una Célula Parroquial de Evanzelización?

La imagen de la célula viene de la biología. La célula es un microorganismo vivo que forma parte integrante de un organismo vivo mayor y que es capaz de crecer y multiplicarse. Así son las Células Parroquiales de Evangelización que forman parte del organismo parroquial e incluso diocesano, que crecen gracias al esfuerzo de evangelización de cada uno de los miembros y, cuando han llegado a ser demasiado grandes, se dividen y dan nacimiento a células-hijas.

La célula es una pequeña comunidad de cristianos que mantienen entre sus relaciones naturales, y que quieren evangelizar en sus Oikos (cf.Act 10 y ll, por ejemplo). ¿De qué se trata? El Oikos corresponde al conjunto de las personas con quienes yo estoy naturalmente en relación: la familia, los vecinos, los amigos, los compañeros de trabajo, los camaradas de escuela y de ocio. Con ellos es con quienes, en las relaciones naturales de cada día, estoy llamado por Dios a vivir v compartir mi fe.

Los miembros de la célula se reúnen en una casa o en un piso una vez a la semana para ayudarse mutuamente a ser más verdaderos discípulos de Jesús y mejores evangelizadores. Tratan durante toda la semana de servir a sus prójimos y de establecer relaciones de mutua ayuda y de caridad fraterna. Durante el encuentro de célula, oran, meditan la Palabra de Dios guiados por una casette grabada por el cura, y comparten su fe y esfuerzos de evangelización. Las preguntas esenciales de cada reunión son: ¿Qué ha hecho el Señor por mí en el curso de esta semana? (Descubrir a Dios actuando en mi vida y en la de mis hermanos y qué he hecho yo por el Señor? (Comunicar cómo he tratado yo de servir a mis hermanos durante la semana, como he tratado de evangelizar). La célula está animada por un líder o responsable, que ha seguido el curso de formaci6n del que ya se ha hablado aquí, que dirige la oración y los intercambios.

Pero ¿cómo evangelizar en su medio de vida? Todo el mundo se cree espontáneamente poco preparado para esta misión que parece difícil. ¿Cuáles son los pasos propuestos?

Las etapas de evangelización

Todos son invitados a tomar conciencia de los miembros de su Oikos y a escribir sus nombres en un folio de papel.

Luego será conveniente rezar cada día por todas estas personas y en particular por algunas a quienes nos parezca que el Señor nos llama más especialmente a evangelizar. La oración es el punto más importante en el proceso de evangelización. Es su punto de partida y lo que debe acompañarle paso a paso para que resulte realmente eficaz. Es en efecto el Espíritu Santo quien convierte a un corazón, no un método cualquiera que no tiene más que una importancia secundaria.

Viene luego paralelamente el nivel del servicio. Amar al prójimo sirviéndole. Es el gran mandato del Señor, cómo podríamos prescindir de de él en un proceso de evangelización. Precisamente de esa forma es como ofrecemos el testimonio de vida que se espera de nosotros los cristianos. Ello supone hacer entrega de su tiempo, de su persona, a veces de su dinero o de sus bienes, sin darle más importancia. A1 servir a los que no conocen la fe, construímos con ellos puentes de amistad que más tarde podrán conducir a estas personas al Evangelio.

A partir del momento en que hayamos obtenido la confianza del prójimo, nuestros amigos no-creyentes se harán más receptivos al Evangelio. podrán surgir preguntas y nosotros deberemos responder compartiendo nuestra experiencia de fe, exponiendo lo más clara y concretamente posible lo que el Señor ha hecho en nuestra vida. Lo poco de Jesús que conoces, entrégalo, como le gusta decir a Don Pi.Gi a sus Parroquianos que a menudo se creen incapaces de dar testimonio de su fe.

Compartir la propia experiencia del Evangelio con alguien puede suscitar numerosas preguntas. Será preciso entonces poder responder a quien nos pida razón de la esperanza que hay en nosotros (1 Pe 3,15. Habrá que ser capaz de acompañar en los primeros pasos en la fe de aquel a quien evangelizamos, respondiendo a sus preguntas, a sus objeciones,a sus temores, etc. para eliminar los obstáculos que no le dejan entregar su vida al Señor.

Llegará entonces el momento de ayudar a nuestro amigo a comprometerse en una relación persona1 con Jesús y a convertir su vida concreta según el Evangelio.

Cuando nuestro amigo haya aceptado seguir a Jesús, será invitado a participar en la vida de la célula, donde todos los miembros ya habrán oído hablar de él y habrán rezado por él. La vida de la célula, que es una comunidad cristiana de fe y de oración, le permitirá caminar con otros y profundizar poco a poco su vida espiritual. Le servirá también de intermedio en la transición de su vida fuera de la Iglesia a la Comunidad Eucarística a la que podrá incorporarse cuando esté preparado, y en la que podrá, como los demás, encontrar su sitio y tomar responsabilidades.

La asamblea parroquial

La asamblea eucarítica de la parroquia de San Eustorgio es una comunidad numerosa, viva, alegre, participativa, en la que los ministerios son múltiples, con la coral, el servicio del altar, el servicio de acogida, los lectores, etc., etc.

En la parroquia, los servicios son innumerables, desde la catequesis la evangelización en las otras ciudades o en los otros países. E1 cura dice que tiene unos mil laicos comprometidos en los diversos servicios de la parroquia. Son también los laicos quienes nos dieron las conferencias y animaron los encuentros durante el Seminario sobre las células. Ellos también se encargaron de la organización del Seminario, inscripciones para la traducción simultánea, toda la intendencia, habitación, comidas.

Se advertirá tambien en la parroquia, y en particular en la liturgia, un modo de expresión influído por el Resurgimiento Carismático (canto, etc.), que está presente en 1a parroquia. Pero hay que advertir que este tipo de evangelización por las células se desarrolla con todas sus fuerzas en parroquias en las que el Resurgimiento no está presente.

El testimonio de Elena

Para terminar, voy a presentar el testimonio de Elena que ilustra bien el tipo de evangelización que se vive en San Eustorgio. En un encuentro durante una pausa de café durante este Seminario, yo le había pedido que me contara su historia. Y es ésta. Se trata de una joven francesa, que vive hace unos años en Milán por razones de trabajo y está casada con un italiano de la región hace tres años. Nacida en la Región Parisiense, en una familia absolutamente no-creyente, hasta hostil a la fe y a la Iglesia, no ha recibido educación religiosa. Su marido es igualmente no-creyente. En el inmueble, vive una mujer, vamos a llamarla Silvia, que perterece a una célula y que la ha tratado siempre amablemente, siempre pronta a prestarle el menor servicio. No habla prácticamente de su fe, pero se sabe que es cristiana.

Una noche, E1ena se encuentra con un problema de salud: tiene un aborto, seguido de una hemorragia. El marido, presa del pánico, no sabe qué hacer. A medianoche, sólo se le ocurre llamar a la puerta de Silvia que siempre se muestra dispuesta. Silvia lleva a Elena al hospital y hace todo que puede por ella y su marido, por lo que ambos se sienten muy impresionados. Al entrar en la sala de operaciones Silvia entrega a Elena una imagencita de la Virgen y le dice que reza por ella.

Vivamente conmovida por tanta entrega y delicadeza, Elena quiere ver más sobre lo que anima a esta mujer a una generosidad tan poco común y pr qué ha hecho todo aquello y qué le hace vivir. Silvia comienza entonces a contarle su experiencia de fe en su vida bien concreta y ha hecho el Señor tantas cosas en su vida. Y asi la amistad y la relación mutua va creciendo más y más. Elena quiere entonces saber más sobre ese Jesús de quien no ha tenido hasta el presente más que caricaturas y burlas. A1 cabo de algún tiempo Elena descubre al Señor bajo la dirección de Silvia y comienza poco a poco a vivir esa experiencia y los favores en su vida personal y cotidiana. Un dia es invitada a la célula de Silvia donde continúa su caminar. Luego solicita poder ir a la Iglesia para ver si hay tanto amor entre los que la frecuentan como en Silvia. Y... su respuesta fue positiva! Encontró en la parroquia la vida, la alegría, el amor fraterno. Trata de evangelizar a su vez, aunque ello le dé todavía miedo. Ruega por su marido quien no ha dado aún el paso hacia la fe y le respeta en su propio caminar. De esta forma, con la incorporación de nuevos miembros, aumentan las células y la comunidad parroquial.

La experiencia de las Células Parroquiales de Evangelización se extiende por Europa

Llegada de los Estados Unidos, la experiencia de las células de evangelización se extiende progresivamente por diversos países de Europa (Francia, Suiza, Irlanda, Bélgica, Alemania, y en varias partes de Italia. Sobre todo en Sicilia, etc. Se celebra cada año un Seminario de información sobre las Células Parroquiales de Evangelización de unos cinco días de duración. Para que sirva de utilidad indico la dirección: Parroquia San Eustorgio - 20122 Milano - Italia.

Para nosotros los Vicencianos

Me parece que este Sistema de las Células Parroquiales de Evangelización debería interesar a los discipulos de san Vicente cuya vocación es evangelizar. Se trata en efecto de un medio de evangelización adaptado a un mundo en vías de descristianización o mal cristianizado; medio que se fundamenta en el poder que Dios da a la oración, en el testimonio de 1a caridad en la vida diaria, en la vida comunitaria en grupos pequeños y el compromiso concreto de todos los laicos en el apostolado. ¿No encontramos aquí a la vez medios eminentemente vicencianos y que ponen por obra las grandes orientaciones misioneras de la Iglesia a partir del Vaticano lI?

(Trad. Máximo Agustín)