La JMV en el Tercer Milenio: una aventura de jóvenes y para jóvenes

La JMV en el Tercer Milenio:

una aventura de jóvenes y para jóvenes

por Gladys Abi-Saïd

Presidenta Internacional de la JMV

18.VII.2002

La JMV, un deseo divino transformado en realidad cotidiana…

Una aventura de jóvenes…. Una evolución…

Fue en 1830, en la Rue du Bac, donde toda una historia,

un camino comenzó... (las apariciones de la Virgen)

Una mirada del cielo... (Jesús y María)

Una escucha en la tierra... (Catalina)

Una meditación de la palabra presente y viva... (Magníficat)

Una aceptación de la misión... (el pobre, encarnación de Jesús).

He ahí la acción que cambió la vida de mucha gente...

(reuniones de jóvenes comprometidos)

1. ¿Cuál es nuestra historia? ¿Qué nos caracteriza?

“Los hijos de María”, “Las Juventudes Marianas”, “La Juventud Mariana Vicenciana”... Tres nombres para una misma Asociación Internacional. Juventud Mariana Vicenciana, que nació después de las apariciones de María con el objetivo de crear un lugar donde vivir, compartir y formar a jóvenes en dificultad. La Asociación de Hijos e Hijas de María se denomina hoy: Juventud Mariana Vicenciana. Esta Asociación nace por un deseo de María manifestado a Santa Catalina Labouré: quiero que se funde una Asociación de jóvenes... sobre la cuál derramaré abundantes gracias.

Catalina Labouré y Jean Marie Aladel desempeñaron el papel de fundadores y difusores del mensaje (igual que vosotros hoy)... Los pasos iniciales se dieron con el primer grupo en Beaune, en la diócesis de Dijon, después, la aprobación del movimiento por el Papa Pío XI, que permitió que el mensaje se difundiera por el mundo entero, llegando en 1999 a instalarse en 49 países y a la aprobación de sus Estatutos Internacionales*.

Hoy, después de la primera Asamblea en Roma 2000, disponemos de una presidenta y un Consejo Internacional; además, de un Secretariado Internacional en Madrid. La Rue du Bac, sigue siendo nuestro centro histórico y lugar de peregrinación.

JMV cimienta su ser y su actuar en cuatro notas que la distinguen (Est. Int., Art. 5):

Eclesial: porque sus miembros se sienten llamados desde el bautismo a seguir a Cristo y a formar parte de su pueblo, que es la Iglesia, comprometiéndose a vivir y trabajar activa y responsablemente, en comunión con las demás fuerzas apostólicas de la Iglesia local y con sus pastores, en las diócesis y parroquias donde se encuentra establecida.

Laica: porque es una Asociación formada principalmente por jóvenes laicos, y está registrada en el Consejo Pontificio para los laicos dentro de las Asociaciones de fieles (Cf. Can. 298-329). Este carácter laico lleva a sus miembros a una presencia activa y transformadora en el mundo, especialmente en medio de los pobres, como escenario donde se construye el Reino.

Mariana: los miembros descubren en el Evangelio a María como modelo de todos los creyentes, acogen en la fe la presencia de Dios en su Hijo Jesús, escuchan su Palabra y tratan de vivir de acuerdo con ella. Igualmente, ven en María la inspiración que les ayuda, con la fuerza del Espíritu Santo, a caminar a lo largo de su vida en la fe y en la caridad efectiva, generadora de justicia.

Vicenciana: por su nacimiento en le seno de la Familia de San Vicente de Paúl, JMV se inspira en el carisma vicenciano y hace de la evangelización y el servicio de los pobres una de las características distintivas de su presencia en la Iglesia. Como una exigencia propia de este carisma, sus miembros se comprometen a ser misioneros, dando testimonio de su amor a Cristo con la palabra y con su trabajo, estando siempre dispuestos a ejercer su acción apostólica en los ambientes juveniles y entre los más pobres.

2. ¿Cómo está JMV en la actualidad?

Somos una Asociación internacional juvenil, comprometida con los jóvenes, el mundo, la Iglesia y los pobres. Actualmente existen unos 150.000 miembros, repartidos en 4 continentes:

Europa: es la cuna de la Asociación; donde primero arraigó... Allí la Asociación posee más tradición y rodaje, teniendo por delante el reto de seguir dándole vida a ella misma. Allí se gestó la “renovación post-conciliar” de JMV. La JMV está presente en Europa en 10 países y cuenta con unos 33.000 miembros, aproximadamente.

África: la Asociación está dando aún sus primeros pasos, con grupos muy jóvenes y llenos de vitalidad..., a pesar de sus condiciones muy pobres y la gran falta de recursos... Estamos allí en 18 países, con unos 6.000 miembros, aproximadamente. Próximamente se abrirá la JMV en Chad y en Angola.

Asia: este continente es una promesa para nuestra Asociación porque tiene comunidades juveniles muy numerosas y llenas de vida, ciertamente con sus limitaciones pero también con un grande amor por la Virgen. Allí JMV está sólo en 9 países con unos 16.000 miembros, aproximadamente.

América: es no sólo la esperanza de la Iglesia sino también de la Asociación... Allí JMV está recorriendo un camino común muy interesante. Cuentan con un Consejo y un boletín continental propio, y se reúnen cada 3 años para celebrar un encuentro-misión... Allí JMV está en 26 países con unos 20.000 miembros, aproximadamente.

Oceanía: en este continente todavía no está presente la Asociación. Contamos con algunos de ustedes para establecernos también allí, pues aunque sabemos que ya están presentes y muy pujantes otras ramas de nuestra Familia, creemos que cada una tiene una riqueza propia para ofrecer.

Así... surgen las cosas de Dios: esta semilla brotó, creció, se ha fortalecido, y hoy son aproximadamente 63 países los que han recibido el mensaje y proyecto de María. JMV sigue transmitiendo un mensaje que orienta, fortalece y consolida nuestro compromiso bautismal, compromiso llamado a crecer en raíces y fortaleza.

3. ¿Cómo trabajamos? ¿Qué pretendemos?... (nuestra misión)

El grupo o centro local es la célula fundamental donde se hace vida el carisma y espíritu de la JMV y del que nos vamos llenando, principalmente mediante reuniones periódicas semanales, en las cuales se invita a los jóvenes a seguir un proceso catequético-formativo de maduración en la fe, a vivir la experiencia de la fraternidad cristiana, a hacer experiencia la espiritualidad y a comprometerse progresivamente en alguna tarea apostólica, al estilo vicenciano. Esto también lo vivimos en convivencias, retiros y encuentros a nivel diocesano, provincial, regional, nacional e internacional.

Cada grupo tiene un asesor o acompañante adulto (generalmente un Misionero Vicentino, una Hija de la Caridad, un adulto de la JMV, alguna religiosa o un sacerdote secular). El asesor es la persona que camina no delante, ni detrás, sino al lado de los jóvenes; aprende de ellos y con ellos, y les ofrece herramientas y experiencias que les permiten llegar a ser sujetos de su propia historia, cristianos adultos y responsables

Cada Centro tiene un pequeño consejo local, que se procura realizar creativamente los cuatro fines fundamentales de la Asociación (Est. Int. Art. 9):

  • Ofrecer una formación cristiana e integral, preferencialmente a los adolescentes y jóvenes -según la petición de la Santísima Virgen-, para que lleguen a la vivencia de una fe sólida en el seguimiento de Jesucristo, evangelizador de los pobres.

  • Promover sesiones de formación integral, escuela de catequesis, congresos, asambleas, publicaciones y diversos medios que permitan al joven crecer como persona y como cristiano.

  • Vivir y orar, como María, en sencillez y humildad, asumiendo la espiritualidad del Magníficat.

JMV vive una espiritualidad caracterizada por la alegría, la oración y la celebración gozosa de la fe. Inspirados en el cántico de la Virgen:

    • Viviendo en actitud de alegría y agradecimiento a Dios por las maravillas de su salvación;

    • Haciendo una opción clara por Dios como único absoluto;

    • Situándose entre los pobres y los débiles como el medio ambiente en el cual hacemos efectiva nuestra entrega a Dios;

    • Asumiendo el estilo de vida propio de un miembro de la JMV, expresado en cuatro valores / virtudes características de nuestra Asociación: humildad o espíritu de colaboración, obediencia o búsqueda de la voluntad de Dios, caridad o solidaridad con los pobres, y pureza o transparencia de vida.

Un lugar importante en nuestra espiritualidad lo ocupa la consagración a Cristo por María como una manera de explicitar nuestro compromiso bautismal, haciendo de nuestras vidas un don total a Cristo, desde el servicio y la evangelización de los pobres, tomando como modelo a Maria... :

    • Suscitando, animando y manteniendo el espíritu misionero en la Asociación, sobre todo a través de las experiencias misioneras entre los más pobres y los jóvenes. De hecho, la JMV ofrece a los jóvenes la posibilidad de servir a otros jóvenes y a los pobres en su propio país y de actuar en solidaridad con ellos en el ámbito continental e internacional. Una experiencia interesante es la de las 4 comunidades misioneras permanentes que tiene la JMV de España en Bolivia, Honduras, Mozambique y La Línea (España), y las misiones populares.

    • Preparando a los miembros de la Asociación individual y comunitariamente, para trabajar apostólicamente con otros agentes de pastoral, siguiendo las orientaciones de la Iglesia universal y local.

Intentamos :

    • ser presencia viva en nuestras Parroquias y Diócesis,

    • trabajar conjuntamente en proyectos de servicio con otras ramas de la FV (sobre todo CM e HC; pero también, cada vez más, con la AIC, la AMM, MISEVI y la SSVP). Ahora mismo trabajamos en un proyecto común: Globalización de la caridad: lucha contra el hambre.

    • cultivar nuestra presencia en otros ámbitos: consejos de la juventud, acompañamiento a jóvenes con problemas, actividades de tiempo libre, “colonias” de verano, campamentos, en proyectos políticos y sociales, etc.

4. ¿Cómo nos organizamos? ¿Cómo es nuestro gobierno?

Para gestionar la marcha de la Asociación y tomar decisiones, la JMV trabaja en forma de Consejo en los diferentes niveles organizativos (centro, diócesis, provincia o región, nacional e internacional).

4.1. A nivel internacional

- El Director General de la Asociación es el Superior General de la CM y de las HC. Él se hace acompañar, y muchas veces ejerce esta función por medio de un Subdirector General, nombrado entre los Misioneros Vicentinos.

- La Asamblea General, que se reúne cada cinco años, es el máximo órgano de decisión en la JMV. Ella tiene la tarea de nombrar al Presidente Internacional y a los miembros laicos del Consejo internacional, entre los jóvenes representantes de los diferentes países. Tiene la responsabilidad de revisar los estatutos, la marcha económica y promover la vitalidad espiritual y pastoral de la asociación.

- Ordinariamente, la vida de la Asociación está animada a nivel internacional por el Consejo Internacional de la JMV. Éste está compuesto por el Director General, el Subdirector General, una Consejera General de las Hijas de la Caridad, el Presidente internacional (un laico) y cuatro miembros laicos de la Asociación, elegidos por la Asamblea General. Ellos son los “oficiales mayores” (Cf. Canon 318) de la Asociación. El Consejo Internacional se reúne varias veces al año, es convocado y presidido por el Presidente o, en casos excepcionales, por el Director General. Éste reúne fundamentalmente para:

1ºReflexionar sobre aspectos importantes de la vida y actividad de la Asociación.

2º Promover la comunicación con y entre las asociaciones nacionales, a través de correspondencia, visitas y otros medios posibles.

3ºEvaluar la realización de los proyectos aprobados por la Asamblea General precedente y preparar la Asamblea General siguiente.

4ºEstudiar y aprobar los presupuestos económicos y el balance final de cuentas de cada año, presentados por el Secretariado Internacional.

- También contamos desde el 1º de septiembre de 1999 con un Secretariado Internacional, con sede en Madrid (España). Éste está conformado por cinco miembros con dedicación preferencial, que son el órgano ejecutivo del Consejo Internacional. Su tarea concreta es promover la vitalidad de la Asociación, ser cauce de intercambio e información entre las diferentes asociaciones nacionales, ser medio para profundizar en la propia identidad y facilitar instrumentos que permitan a la JMV, en los distintos países, lograr sus objetivos. Actualmente los miembros permanentes del Secretariado Internacional son: Ana Mª Escaño (Filipinas), Gloria Santillán (México), Ivanildo Dantas (Brasil), el P. Pedro Castillo, C.M. (Venezuela) y Sor Asunción García, HC (España). Ellos llevan diferentes programas como:

  • Comunicaciones y mantenimiento del archivo general;

  • Administración y mantenimiento de las relaciones con la FV;

  • Seguimiento a los compromisos de la I Asamblea General;

  • Animación, formación y difusión de la Asociación;

  • Elaboración mensual el boletín internacional;

  • Administración de nuestro web site, que sirve como lugar de encuentro, intercambio y formación para todos nuestros miembros, y que les invitamos a usar con frecuencia: www.secretariadojmv.org

4.2. A nivel nacional

-En cada país existe un Consejo Nacional, integrado por un sacerdote- asesor y una Hermana delegada (generalmente un Misionero Vicentino y una Hija de la Caridad), un coordinador o presidente nacional y varios miembros laicos.

-La mayor instancia de animación y de decisión a nivel nacional es la Asamblea Nacional, que elige al Presidente Nacional, a los miembros laicos de este Consejo, da pautas de trabajo y toma decisiones importantes.

- En cada país debe haber también un Secretariado Nacional, donde al menos una persona se dedique preferentemente a la animación de la Asociación.

- Luego están los Consejos más pequeños: regionales o provinciales, diocesanos y locales.

5. ¿Qué buscamos en JMV?

  • Cultivar actitudes de interioridad, valorar el silencio, la oración creativa e integrar así fe-vida;

  • Vivir centrados en Dios y su Palabra, poniendo como medios: la oración personal y comunitaria, la eucaristía y otros sacramentos;

  • Valorar y potenciar el discernimiento y el acompañamiento espiritual;

  • Ser "contemplativos en la acción"

  • Vivir actitudes de sencillez, humildad, cercanía, respeto y escucha del otro;

  • Comprometernos en la defensa de los derechos de los más desfavorecidos y avanzar en caminos de justicia;

  • Involucrar a los jóvenes en proyectos concretos de servicio y evangelización que respondan a una atención humana, social, espiritual y de desarrollo para los menos favorecidos:

  • con presencia y apoyo, en colaboración con las diferentes ramas de la Familia Vicenciana, principalmente con las Hijas de la Caridad y los Padres Paules;

  • Intentando crear Comunidades Permanentes de Servicio donde jóvenes se comprometen a sacar adelante un proyecto a favor de una comunidad desasistida, viviendo juntos por periodos de tiempo concretos;

  • Alimentando los grupos adultos de la Familia Vicenciana, con jóvenes que en su desemboque optan por vivir el carisma vicenciano desde ellos: en la vida consagrada (como misioneros o hermanas) o en la opción laical (en MISEVI, AIC, SSVP ó AMM).

El abanico de servicios es grande en todos los países:

a. Catequesis, animación litúrgica, visita a los enfermos, ejercicio de los ministerios laicales...

b. Talleres para grupos desfavorecidos: mujer, inmigrantes, jóvenes con problemas de adaptación social, niños de la calle…

c. Hogares para ancianos, ayuda a pacientes psiquiátricos, a personas con problemas de adicción a la droga, a presos, y apoyo escolar;

d. Trabajo en barrios marginales;

e. Apoyo en zonas rurales.

6. ¿Cómo nos gestionamos?

  • Con las cuotas mensuales / trimestrales / anuales establecidas;

  • Con la búsqueda constante de subvenciones que puedan ayudar a pagar los costos de los Secretariados, los encuentros, los viajes y los cursos de formación;

  • Con el apoyo económico de la CM y de las HC, a nivel local, provincial, nacional e internacional;

  • Con el trabajo voluntario de jóvenes en los Centros y Secretariados.

7. ¿Qué soñamos?

En la I Asamblea Internacional de JMV los jóvenes y asesores nos atrevimos a soñar el futuro de la JMV. De esta manera surgieron unos desafíos que hemos asumido como proyecto y compromiso, como un sueño a realizar por cada miembro de la Asociación y por cada comunidad de la JMV. En este Tercer Milenio nos gustaría lograr:

  1. Que nuestros grupos de jóvenes lleguen a existir en todos los países en los que la FV está presente;

  2. Que juntos, con las otras ramas de nuestra FV en el mundo, trabajemos en proyectos concretos de evangelización y promoción humana integral de los pobres;

  3. Que enriquezcamos cada vez más nuestros programas de formación para que respondan a las necesidades e intereses de los jóvenes de hoy;

  4. Que utilicemos, de manera creativa, los medios de comunicación modernos para el servicio de los pobres y canalicemos energías en favor de la solución de problemas de justicia y de paz;

  5. Que lleguemos a ser una Asociación que ora con fuerza y belleza;

  6. Que todos seamos testigos del amor y de la esperanza.

Muchos son los sueños que tenemos para seguir cultivando la tierra que Dios nos ha confiado:

1. Que contemos con jóvenes que se comprometan en la formación permanente por toda la vida y que cada Consejo Nacional desarrolle procesos de formación integral que favorezcan la identidad de la JMV y el protagonismo juvenil;

2. Que cada vez más los miembros de la JMV ejerzan su apostolado con otros jóvenes y que crezca la Asociación por la creación de nuevos grupos, de modo que la JMV llegue a existir en todos los países donde esta presente la FV;

3. Que los miembros de la JMV tengan una perspectiva global y que su visión del mundo sea cada vez más internacional. Esto nos permitirá abrirnos a otras realidades para enriquecernos, intercambiar experiencias y materiales, y crear una sola familia que vive la mundialización en su lado positivo;

4. Que en los países se anime y fortalezca la dimensión misionera, de tal manera que, cada vez con mayor facilidad, podamos asumir la misión ad gentes y podamos contar con jóvenes libres, con movilidad y disponibilidad para ofrecer sus servicios como voluntarios allí donde Dios y los pobres los necesiten;

5. Que, junto con las otras ramas de nuestra FV, trabajemos en proyectos concretos de evangelización y promoción humana integral de los pobres, de manera que seamos una fuerza transformadora;

6. Que cada vez más los miembros de la CM y de las HC tomen conciencia de su papel como asesores, acompañantes y formadores de los jóvenes y abran sus comunidades para compartir la riqueza del carisma con las nuevas generaciones.

Para poder llegar a realizar esos sueños tenemos que empezar por vivir nosotros en la verdad e identificarnos cada vez más con Jesús y su proyecto

Tenemos que lograr que el mensaje de la Rue du Bac no sea algo pasado sino un mensaje para hoy y mañana. La Virgen confía hoy a cada Hija de la Caridad la responsabilidad de acompañar a los jóvenes como Catalina lo hizo, y a cada Misionero Vicentino, como el P. Aladel hizo.

* En Vincentiana 43 (1999) 89-97.

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