Secretaría de Estado: sobre el Tercer Centenario de la C.M. En China

Vaticano, 4 de Febrero de 2000

SECRETARÍA DE ESTADO

N. 467.907 / G.N.

Querido Padre Maloney:

El Santo Padre se ha regocijado al conocer que la Congregación de la Misión está celebrando el tercer centenario de su presencia en China. Espiritualmente se une a usted y a todos los vicencianos para dar gracias al Señor por los tres siglos de evangelización en China cumplidos en fidelidad al carisma de consagración y de servicio que les legó su Fundador, San Vicente de Paúl.

Desde que el primer grupo de misioneros, encabezado por el P. Luis Appiani, llegó a China el 14 de octubre de 1699, los sacerdotes vicencianos se han mantenido incansables en la predicación del Evangelio de Jesucristo y, de modo especial, en la tarea de la formación del clero. La cooperación generosa con otras congregaciones misioneras y su implicación en los trabajos académicos fue lo que caracterizó su modo creativo de dar a conocer la Buena Noticia de la salvación. Su alegría fue grande cuando, en 1926, el primer grupo de obispos chinos contó con dos vicencianos y un tercero educado por ellos.

Por amor a Cristo, muchos vicencianos soportaron sufrimientos y juicios y experimentaron privaciones y encarcelamientos. Algunos pagaron con su propia sangre su fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Su martirio “es la demostración más elocuente de la verdad de la fe, que sabe dar un rostro humano incluso a la muerte más violenta y que manifiesta su belleza incluso en medio de las persecuciones más atroces” (Incarnationis Mysterium, 13). La Iglesia honra la memoria de mártires como San Juan Gabriel Perboyre y el Bienaventurado François Regis Clet, cuyo supremo testimonio es un signo de aquel gran amor que sintetiza todos los demás valores y es fuente de aliento y esperanza para los que continúan sufriendo por su fe.

Hoy la Congregación da gloria a Dios por el amor hacia el pueblo chino manifestado en las vidas de sus cohermanos. El Santo Padre anima a los vicencianos a mirar su ejemplo a la hora de afrontar los nuevos desafíos de la evangelización. Durante este Año Jubilar la comunidad cristiana es invitada “a extender su mirada de fe hacia nuevos horizontes en el anuncio del Reino de Dios” (Incarnationis Mysterium, 2). De un modo especial, Su Santidad reza para que los vicencianos, al celebrar los trescientos años de su presencia en China, sean fortalecidos y renovados en su compromiso de dar a conocer a la gran familia china el misterio de la voluntad de Dios “que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra” (Ef 1, 9-10).

Con estos sentimientos, Su Santidad confía a la Congregación de la Misión en China a la intercesión celestial de María, Madre del Redentor y cordialmente imparte su bendición apostólica a todos cuantos se unen en las celebraciones de este anniversario.

Con la seguridad de mis oraciones personales y mis mejores deseos en esta ocasión especial

Suyo en Cristo,

+ Angelo Card. Sodano

Secretario de Estado

Reverendo Robert P. Maloney

Superior General

Congregación de la Misión

Via dei Capasso, 30

00164 ROMA