Las Semanas Vicencianas de Salamanca

Las Semanas Vicencianas de Salamanca

Por José Manuel Sánchez Mallo, C.M.

Provincia de Salamanca

Las Semanas Vicencianas se iniciaron en el año 1972 y en 1999 se ha celebrado la 25ª edición, fecha importante, pues supone una gran continuidad en este acontecimiento vicenciano. Su historia está unida a la casa de Salamanca. Quizás sólo en ella se haya podido realizar esta experiencia de gran repercusión en la propagación de los estudios vicencianos en España y con una cierta resonancia en toda la Congregación. Esto se debe no sólo al acontecimiento anual en sí mismo, sino también a la publicación de una serie de volúmenes que constituyen un arsenal importante de doctrina vicenciana. En la historia de las Semanas Vicencianas podríamos distinguir diversas etapas.

I.Etapa de iniciación

Sucedió a principios de julio de 1971. Se celebraba la primera Asamblea Provincial de la Provincia de Salamanca y en ella se hablaba sobre la formación y el desarrollo de los estudios vicencianos. Algunos Padres estaban interesados en ellos y algo se había hecho en el estudiantado: algunos cursillos, dirigidos por especialistas, entre otros, André Dodin. Pues bien, en esa Asamblea surgió la idea de preparar la primera Semana Vicenciana. Se comentó la idea con el Visitador, P. Miguel Pérez Flores, y con los miembros de la comunidad y a todos les pareció bien. Así, se iniciaron los preparativos de este primer encuentro que resultaría de una gran fecundidad.

La primera Semana Vicenciana tuvo como finalidad fundamental la formación vicenciana del estudiantado. Se invitó a algunas Hijas de la Caridad y a algunos Padres, uno de cada casa de la Provincia de Salamanca. Acudieron pocos. Los semanistas asistentes fueron alrededor de 120, entre estudiantes, Padres y Hermanas. La reunión tuvo lugar en el Salón del Trono, en un ambiente familiar. El encuentro se desarrolló del 4 al 8 de abril de 1972, durante la semana de Pascua. Fue toda una novedad.

La segunda Semana ya tuvo una mayor amplitud y una mayor participación. Asistieron unas 200 personas entre Padres y Hermanas. Como descripción bastan estas palabras de la introducción al libro, Vicente de Paúl evangelizador de los pobres, que reúne las conferencias de esta segunda Semana Vicenciana. “Del 24 al 28 de abril de 1973 tuvo lugar en el Teologado “San Vicente de Paúl” de Salamanca, la II Semana de Estudios Vicencianos. La asistencia fue numerosa y de calidad. La organización nunca pensó que estas jornadas despertaran tanto eco en las diversas provincias de Hermanas y de Padres de España. Esto manifiesta la inquietud y el interés en la obra de renovación y de puesta al día de nuestras comunidades y de nuestras obras”.

El volumen que recoge las conferencias de la III Semana se titula Vicente de Paúl inspirador de la vida comunitaria. Fue dirigida por el P. Enrique Rivas y tuvo lugar del 16 al 20 de abril de 1974. En la introducción, el P. Rivas afirma: “Las exposiciones, diferentes en sistematización y estilo, corresponden a una temática que inquieta dentro de las familias religiosas: la comunidad como encuentro y proyecto. Es hoy un tema base en una teología de la vida consagrada. Su inteligencia, dentro de la expresión de un espíritu, es lo que nos ha llevado a preguntarnos por la idea de la comunidad en la mente de San Vicente de Paúl”.

La IV Semana tuvo lugar en León, en la Casa Provincial de las Hijas de la Caridad, del 9 al 13 de septiembre de 1975. Las Hermanas de la Provincia de Gijón se prestaron y nos acogieron estupendamente. El tema fue “La acción caritativo social”. Participó Clara Delva, Presidenta internacional de la AIC., y tuvimos una gran colaboración de Cáritas Nacional. Se quiso que esta semana fuese más abierta y no se redujese a la doble Familia Vicenciana. Se dirigía a ambas compañías y a todas las asociaciones inspiradas en el espíritu de San Vicente. Por eso, nos pusimos en contacto con las Voluntarias de la Caridad y con las Conferencias de San Vicente de Paúl. Aquellas respondieron muy bien, no así éstas.

“El numeroso público que acudió a estas jornadas de estudio no se redujo a los miembros de la doble familia vicenciana. Fueron muchas las Voluntarias de la Caridad que se sintieron atraídas por nuestra invitación y colaboraron con su presencia. Del mismo modo, aunque en menor número, respondieron con su asistencia algunos miembros de las Conferencias de San Vicente de Paúl”.

La V Semana quiso desarrollar el lema de la Congregación de la Misión: “Evangelizare pauperibus, maxime ruriculis”. Tuvo lugar en Salamanca, del 6 al 11 de septiembre de 1976. “Desde tiempos de San Vicente, la Congregación de la Misión ha tenido como finalidad la evangelización de los pobres, concretada, directa o indirectamente, en la evangelización rural. Ésta se ha realizado mediante un ministerio que es de todos conocido y al que se han dedicado, desde hace tres siglos, la mayor parte de los sacerdotes de la Misión: las misiones populares. En España ha sido uno de los ministerios más importantes de la Congregación, durante muchos años”.

Participaron en ella unas 250 personas. Hubo problemas en su desarrollo, pues fallaron las reuniones de grupos de trabajo proyectadas para las tardes. La causa fue la especificidad del tema. Por eso, al evaluar esta semana, se pensó en dar un nuevo giro en el dinamismo de las futuras.

Con esta semana, la quinta, termina el primer ciclo de las Semanas Vicencianas. Podemos decir que es la etapa de la iniciación. Estas podrían ser las conclusiones de este ciclo:

1.Se creó un ambiente, en ciertos círculos vicencianos, de Padres sobre todo, de alguna Provincia en particular, como si Salamanca fuese un foco de heterodoxia, de progresismo mal entendido, de desviacionismo vicenciano. Nada más falso. Después se han convencido de que tal cosa no existía.

2.En esta etapa, la organización dependía de una sola persona. No había un equipo organizador. En la misma comunidad se encontraban bastantes reticencias para la colaboración. Por esta razón había deficiencias de tipo organizativo.

3.Las Semanas Vicencianas, desde el principio, fueron un foro de exposición de ideas, de libertad de expresión, de convivencia entre Padres y Hermanas, un lugar de encuentro enormemente positivo. Hoy, todo esto lo vemos con la más absoluta naturalidad, pero entonces era una verdadera novedad. Para esto sirvieron las Semanas Vicencianas, para abrir cauces a la exposición de ideas y vivencias, para la convivencia sana y fraternal, para el encuentro.

4.Las tres primeras semanas tuvieron como fecha de realización la semana de Pascua. Enseguida nos dimos cuenta que esa fecha ofrecía muchas dificultades. Muchos Padres y Hermanas que deseaban participar no lo podían hacer porque empezaban a mitad de semana las clases en sus colegios. Se trasladó a los primeros días de septiembre.

II. Etapa de consolidación

En un momento de duda y de desconcierto el P. Flores me puso en contacto con Sor Isabel Bello, entonces Secretaria Nacional de la F.E.R.S. Decidimos tratar el tema de “San Vicente y los enfermos”.

Desde el primer momento esta hermana me contagió de su entusiasmo y empezamos a trabajar. Como primer paso para dar un giro a la dinámica de estas semanas, pensamos en ponernos en contacto con las Visitadoras de las nueve Provincias de España por la implicación que las Hermanas tienen en el tema. Las diversas provincias de Hijas de la Caridad respondieron inmediatamente a nuestras llamadas. Se formó un equipo interprovincial. El trabajo de este equipo fue extraordinario. El resultado fue lo que pudiéramos llamar la Semana Vicenciana de la colaboración. Ésta se celebró en Salamanca, del 17 al 22 de octubre de 1977, y marcó un giro importante en la organización y en la dinámica.

La VII Semana tuvo lugar en Salamanca del 4 al 9 de septiembre de 1978. El tema: Vicente de Paúl y la Catequesis. En ella tuvimos como colaborador especial y orientador de todas las jornadas a D. Vicente Pedrosa, Delegado Episcopal de enseñanza y catequesis de la diócesis de Bilbao, y participó también Mons. Estepa.

Se continuó con la misma dinámica de la semana anterior. Como el tema se dirigía no sólo a las Hermanas, sino también de modo particular a los Padres de la Misión, nos dirigimos a las Visitadoras y Visitadores para que nombrasen un delegado y una delegada de cada Provincia. Así lo hicieron.

La novedad de esta semana fueron los “seminarios”: zonas rurales, movimientos juveniles, enseñanza, ancianos, pastoral parroquial, misiones populares, hogares, guarderías, marginados y emigrantes, sanidad. Fue en ella cuando el número de sacerdotes de la Misión alcanzó la cifra más alta: setenta.

La VIII Semana se celebró en Salamanca del 10 al 15 de septiembre de 1979. Se tituló Compromiso Social y Evangelización. Tenía como finalidad: profundizar en el campo social y religioso hoy; discernir nuestra actuación como vicencianos en la sociedad de hoy; potenciar la disponibilidad de entrega a las llamadas de la Iglesia; ofrecer una ocasión de estudio y reflexión para responder en fidelidad al Evangelio y desde el espíritu vicenciano, en el momento socio-político actual. Intervinieron, entre otros, José María Setién, Obispo de San Sebastián, Ricardo Alberdi y Rafael Belda. De esta semana no hay ninguna publicación.

En 1980 se celebraban los 150 años de las apariciones de la Medalla Milagrosa. Era una buena fecha para dedicar una semana a dicho tema. Así, la IX Semana Vicenciana se tituló: Las Apariciones de la Medalla Milagrosa.

Quien, de manera crítica y científica, había estudiado a fondo dichas apariciones y había escrito una vida de Santa Catalina Labouré, había sido el teólogo y escriturista francés, René Laurentin. Fui a París y mantuve una larga conversación con él. Muy gustoso aceptó participar. Recuerdo que indirectamente recibí presiones para que no le incluyese en el programa. Las causas, aunque las atisbaba, nunca las supe con certeza. En Roma, consulté con el P. General y me contestó que rechazase dichas presiones y que le parecía muy bien que René Laurentin participase.

En 1981, se celebraba en IV Centenario del nacimiento de San Vicente de Paúl. Para conmemorar tan feliz acontecimiento para la familia vicenciana quisimos organizar un Semana de Estudios Vicencianos extraordinaria. La X Semana se celebró en Salamanca del 24 al 29 de agosto de 1981.

Intervinieron en ella los mejores vicencianistas del momento: André Dodin, Raimond Chalumeau, José María Román, Jaime Corera, José María Ibáñez, Benito Martínez, Luigi Mezzadri. Especialistas en temas relacionados con las Hijas de la Caridad como Sor Pilar Pardiñas y Sor Carmen Urrizburu. La Presidenta internacional de la A.I.C., Clara Delva, y el Presidente Nacional de las Conferencias de San Vicente de Paúl, Luis María Chico de Guzmán. Este conjunto doctrinal e histórico quedó plasmado en un volumen de cerca de 500 páginas: Vicente de Paúl, inspiración permanente.

De este periodo de consolidación de las Semanas Vicencianas podemos sacar las siguientes conclusiones:

1.A nivel organizativo las Semanas Vicencianas encontraron un cauce que facilitó enormemente su desarrollo y dinámica. No cabe la menor duda de que, durante estos años, Sor Isabel Bello H.C. ejerció, en este nivel, un papel muy importante.

2.Las Semanas Vicencianas se consolidaron definitivamente y adquirieron fama internacional, de tal forma que en algunos países intentaron imitarlas, con mayor o menor éxito. Ellas contribuyeron, juntamente con la Editorial CEME, a hacer de la casa de Salamanca el centro vicenciano más importante de España.

3.En las Semanas Vicencianas hay estudios, reflexiones e investigaciones imprescindibles para cualquier estudioso de temas vicencianos. Los nueve volúmenes publicados constituyen un acerbo doctrinal de primera magnitud.

4.Las fechas de las Semanas Vicencianas han ido cambiando para adaptarse al público asistente. Por primera vez, para facilitar la participación, esta semana se celebró en la segunda quincena del agosto.

III. Período de madurez

Durante los próximos años, el P. Alberto López, por encargo del P. Visitador de Salamanca, dirigirá las Semanas. Por entonces, se hizo una encuesta a todos los Visitadores y Visitadoras de España sobre la continuidad y el temario de las semanas. El tenor de todas las respuestas, que fueron ocho, fue muy positivo en favor de su continuidad.

En 1983 se celebraba un acontecimiento importante para las Hijas de la Caridad, el 350 aniversario de la fundación de la Compañía. El tema era obligado: la actualidad de la identidad vicenciana de las Hijas de la Caridad, tal como la vivieron en sus orígenes hace 350 años. El volumen de la XI semana lleva como título: Don del amor de Dios a la Iglesia y a los pobres.

La XII Semana tuvo lugar en nuestra casa de Salamanca del 20 al 25 de agosto de 1984. En la carta de presentación, el P. Alberto decía: “Dada la circunstancia de la reciente aprobación por la Santa Sede de la redacción definitiva de las Constituciones y Estatutos de la Compañía de las Hijas de la Caridad, los estudios y reflexión de la presente semana, estarán centrados en ellas para lograr su comprensión profunda y descubrir los horizontes a que apuntan para los tiempos nuevos, ya que, indudablemente, este acontecimiento marcará un hito importante en la historia de la Compañía de las Hijas de la Caridad”.

Al presentar la XIII Semana, su director, el P. Alberto López, afirmaba: “Como en años precedentes, tendrá lugar en esta Casa de la Familia Vicenciana en Santa Marta de Tormes (Salamanca), del 19 al 24 de agosto de 1985, Año Internacional de la Juventud”. Esta coyuntura internacional nos movió, con total asentimiento de los participantes en la semana precedente, a orientar nuestra reflexión e intercambio de impresiones y experiencias a la interrelación vital entre el Mensaje Vicenciano y la juventud actua”. Sin duda es un tema que, por uno u otro motivo, a todos nos afecta y tiene que suscitar nuestro interés y atención.

La XIV Semana tuvo lugar en nuestra casa de Salamanca del 18 al 23 de agosto de 1986. El tema fue: Misiones vicencianas y evangelización del hombre de hoy. Estuvo dedicada a las Misiones Populares, ministerio principal y prioritario de la Congregación de la Misión.

Las conclusiones de este período pueden ser las siguientes:

1.La participación continuó siendo abundante, sobre todo, por parte de las Hijas de la Caridad. Los Padres, aunque en menor número, han seguido participando. Es interesante anotar que, en esta época, los Padres portugueses comienzan a venir a la Semana Vicenciana.

2.Se abandona el modelo organizativo de la etapa anterior y se centra fundamentalmente en una persona, la del Director de las Semanas.

3.La temática incide en elementos centrales de la vida y ministerios de las Hijas de la Caridad y de la Congregación de la Misión.

IV. Etapa de renovación temática.

En esta etapa, el director comienza siendo el P. José María López Maside. La XV Semana, tuvo lugar en Salamanca del 24 al 29 de agosto de 1987 y el tema fue: Respuesta vicenciana a las nuevas formas de pobreza.

“La nueva civilización -dice el director de la semana- da origen a nuevas formas de pobreza que inciden sobre los pobres de siempre y crean otros nuevos. No se trata de olvidarse de los pobres de siempre, sino de poner el acento en las nuevas formas bajo las que aparece y se presenta el mundo de los pobres. Esta nueva situación exige nuevas respuestas de la sociedad y de la Iglesia. La Congregación de la Misión y la Compañía de las Hijas de la Caridad se sienten llamados por su propio carisma a estar en esta primera línea de la Iglesia”

En esta semana se volvió a las antiguas formas de organización. Intervinieron en ella una delegada por cada Provincia canónica de Hijas de la Caridad. Se pasó al esquema de conferencias, comunicaciones y experiencias. Se cuidó de una manera muy especial la liturgia editando un folleto para laudes, vísperas y la celebración de la Eucaristía.

Justicia y solidaridad con los pobres en la vocación vicenciana fue el tema de la XVI Semana. Tuvo lugar en Salamanca del 22 al 27 de agosto de 1988. El desarrollo de la misma quería responder a la inquietud de la justicia y de la solidaridad como elementos fundamentales de la vocación vicenciana. Como en la anterior, las ponencias se completaron con una serie de comunicaciones y experiencias del servicio de la Hijas de la Caridad. Se cuidó la liturgia y se creó un clima de oración y celebración que favoreció el compromiso por la justicia y la solidaridad con los pobres.

Identidad vicenciana en un mundo de increencia fue el objeto de estudio en la XVII Semana, celebrada ente los días 21 al 26 de agosto de 1989. “La increencia no resulta en la actualidad un fenómeno extraño sino, al contrario, casi familiar. De los ámbitos privados y círculos menores ha saltado a la calle y se pasea con toda naturalidad por los lugares más concurridos. En ocasiones se exhibe la increencia y ha pasado a ser para no pocos un signo de modernidad”. “Se ha introducido en el tejido social. No es inverosímil que nos afecte e influya en nuestro entorno espiritual y comunitario”.

En 1990 no se celebró la semana, pues las Hijas de la Caridad conmemoraban el bicentenario de la llegada de la Compañía a España y, con este motivo, tuvo lugar un encuentro nacional en Barcelona, el 26 y 27 de mayo de ese año.

En 1991 se celebró el cuarto centenario del nacimiento de Santa Luisa. El tema era obligado. “Los responsables de la semana, secundando las sugerencias de las Visitadoras, han tenido el buen acierto de dedicar este encuentro, a la figura fascinante de Santa Luisa”

La organización de la XVIII Semana la inició el P. José María López Maside. Al cesar como Visitador, dejó de nuevo en mis manos esta tarea, que acogí con mucho gusto. Se cambió la fecha de la semana para que el último día coincidiese con la fecha del nacimiento de Santa Luisa, el 12 de agosto de 1591. De este modo, la semana tuvo lugar en Salamanca del 7 al 12 de agosto de 1991. En ella se reunieron los mejores especialistas sobre la vida y la obra de santa Luisa.

El tema de la nueva evangelización lanzada a los cuatro vientos por el Papa Juan Pablo II ha sido estudiado y continúa siéndolo en toda la Iglesia. Por esta razón, los vicencianos, esencialmente evangelizadores, no podíamos quedar al margen de esta corriente reflexiva de la Iglesia. En este contexto, la XIX Semana tuvo como objeto de estudio: Vicencianismo y Nueva Evangelización y se celebró en Salamanca del 24 al 28 de agosto de 1992.

Uno de los temas claves en la vida de los vicencianos que nunca había sido tratado en las semanas era el de la caridad. Necesitaba ser estudiado en profundidad. Por esta razón la XX Semana estuvo dedicada a La Caridad, carisma vicenciano. Se celebró en Salamanca, del 23 al 28 de agosto de 1993. No fue fácil encontrar un desarrollo adecuado del tema. Tras reflexionar y consultar a varios expertos, optamos por un desarrollo bastante lógico. Partiendo del Antiguo Testamento, nos detuvimos en el Nuevo y en los Santos Padres, para llegar a una teología de la caridad en una perspectiva tomista. Pero la caridad se realiza especialmente en la Iglesia, comunidad de caridad. La caridad está íntimamente relacionada con la justicia, tiene una dimensión política y es el fin de toda evangelización. No podía faltar un estudio de la caridad en San Vicente de Paúl.

Desde hacía tiempo se me había aconsejado organizar una semana sobre las Misiones “ad gentes”. Es un tema muy importante tanto en la concepción eclesiológica de San Vicente como en la historia de ambas Compañías. Desde sus mismos orígenes, la misión ad gentes está inscrita en la misma vida de la Congregación de la Misión como de la Compañía de las Hijas de la Caridad. Por eso, elegimos como tema de la XXI Semana San Vicente y la misión “ad gentes”. Tuvo lugar en Salamanca del 22 al 27 de agosto de 1994.

La XXII Semana estudió un tema capital para la familia vicenciana, el espíritu vicenciano. Llevó por título Reavivemos el espíritu vicenciano y se celebró en Salamanca del 21 al 25 de agosto de 1995. En ella empleamos el método de conferencias, comunicaciones y talleres de texto. Las conferencias y comunicaciones tenían lugar por las mañanas y los talleres por las tardes.

En el año de 1996 no se celebró semana vicenciana. La razón era muy sencilla: la mayor parte de los semanistas eran Hijas de la Caridad. Éstas, durante el verano de ese año, celebraron las Asambleas Provinciales.

Del 30 de junio al 4 de julio de 1997, se celebró la XXIII Semana. El cambio de fecha se debió a que los participantes en ella eran profesores laicos de los colegios de Hermanas y de Padres paúles de toda España. Asistieron 323 profesores. El tema fue: El carisma vicenciano en la educación. Fue una de las semanas más brillantes. El libro editado marca un hito en la historia de la educación vicenciana en nuestra nación.

En 1998, del 23 al 27 de agosto, tuvo lugar en Salamanca la XXIV Semana. El tema fue: La Familia Vicenciana ante el tercer milenio. Caminos de futuro. Una vez asentadas las bases teológicas y pastorales de la misión vicenciana, cada uno de los componentes de la Familia Vicenciana reflexionó sobre los caminos de futuro, ante el tercer milenio. Fue una semana densa, hermosa y participativa. Por las tardes, los talleres de texto enriquecieron extraordinariamente la reflexión común. El volumen publicado contiene un gran riqueza.

En 1999, el tema fue La oración en la Familia Vicenciana. Se celebró del 23 al 27 de agosto. Asistieron unas 320 personas. Todos los movimientos de las Familia Vicenciana estuvieron representados, aunque alguno en mínima parte. Por las tardes tuvimos una modalidad nueva, los talleres de oración

V. Conclusiones generales

1.Las Semanas Vicencianas representan un acontecimiento muy importante en los estudios vicencianos en España para ambas Comunidades: la Congregación de la Misión y la Compañía de las Hijas de la Caridad. Han contribuido, como ninguna otra iniciativa, a la investigación, al estudio de temas capitales del espíritu y carisma de san Vicente y de santa Luisa, a su propagación y a su conocimiento.

2.Los 24 volúmenes publicados contienen un arsenal inmenso de doctrina vicenciana, lugar obligado de consulta para quien desee conocer a San Vicente y Santa Luisa. Por eso, en todos los estudios nuevos, se citan los trabajos editados en los volúmenes de las Semanas Vicencianas.

3.Por las Semanas Vicencianas, en estos 25 años, han pasado la mayoría de los mejores vicencianistas de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad y han contribuido, de alguna manera, a que en España exista un conjunto importante de especialistas en temas vicencianos.

4.Las Semanas Vicencianas están íntimamente ligadas a la casa de Salamanca, de tal forma que ésta se ha convertido en los últimos 25 años en el centro vicenciano más importante de toda España. Aquí han tenido lugar las reuniones más importantes de tipo vicenciano.

5.Las Semanas Vicencianas han sido muy concurridas. En los últimos años, las Hijas de la Caridad han participado mucho más que los sacerdotes de la Misión. En las últimas 10 semanas han participado más de 320 personas. Calculando a una media de 250 personas, en las 25 semanas celebradas, se alcanza la cifra de 6.250 participantes.

6.Las Semanas Vicencianas dieron origen a la Editorial CEME, la más importante editorial especializada en temas vicencianos. Pequeña y humilde, ha prestado un gran servicio a la propagación de los estudios vicencianos y al conocimiento de los fundadores, de su espíritu y carisma.

7.La casa y las comunidades de Salamanca, excepto en la primera etapa, se han identificado con las Semanas Vicencianas y todos sus miembros han colaborado, de una manera inestimable, a su buen desarrollo.

8.Los Visitadores y Visitadoras de España las han apoyado y las han visto como fuente importante de formación permanente en temas vicencianos. Hemos de agradecer su apoyo, colaboración y participación.

9.Lamentamos que, especialmente en los últimos años, la participación de misioneros sea baja. La mayor asistencia se debe a las Hijas de la Caridad. Su participación ha contribuido a mantener y dar vigor a esta experiencia tan importante en la evolución de los estudios vicencianos en España. Últimamente se han abierto a los laicos vicencianos. Creo que poco a poco habrá una mayor participación de este colectivo tan importante.

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