La Declaración para el Jubileo del Año 2000 en nombre de los pobres

6 de diciembre de 1999

A los Visitadores de la Congregación de la Misión

Mis queridos cohermanos:

¡La gracia de Nuestro Señor esté siempre con ustedes!

Los responsables de la diversas ramas de la Familia Vicenciana, en nuestro encuentro anual del pasado mes de enero, decidimos publicar una Declaración del Jubileo en nombre de los pobres. Se pidió al P. Charles Shelby que coordinase el proceso de redacción y, después de numerosos borradores y mucha consulta, el documento adjunto fue unánimemente aprobado. Está disponible en ocho lenguas: inglés, francés, alemán, italiano, polaco, portugués, eslovaco y español.

El P. Shelby está enviando este documento a los responsables de las diversas ramas de nuestra familia para que lo hagan llegar a sus grupos. También aparecerá en nuestra página de Internet de la Familia Vicenciana.

Hoy se lo envío a usted para pedirle que lo distribuya en su provincia. Por favor, haga que su difusión sea lo más amplia posible: en el boletín provincial, en los periódicos y revistas locales, en la radio y la televisión (donde sea posible), en Internet. ¿Puedo pedirle también que coordine sus esfuerzos con los de las otras ramas de la Familia Vicenciana que existen en su provincia para que no haya duplicidades? Le adjunto el documento en las principales lenguas de su país. Si es útil para usted tenerlo en otra de las lenguas anteriormente mencionadas, por favor, hágamelo saber.

Gracias por su cooperación en este asunto que, según espero, fomentará la toma de conciencia en todo el mundo de las necesidades de los pobres.

Su hermano en San Vicente,

Robert P. Maloney, C.M.

Superior General

La Declaración para el Jubileo del Año 2000 en Nombre de los Pobres

Introducción de la redacción definitiva

En la reunión de la Familia Vicenciana, en enero último, en Roma, se me pidió que redactara una declaración en Nombre de los Pobres, para el Gran Jubileo del Año 2000, declaración que no debía sobrepasar de una página y que fuera accesible al mayor número de personas.

Al formular esta declaración, he tratado de:

  • Utilizar el “pequeño método” de San Vicente presentando los motivos (en el pasaje de la Sagrada Escritura), la explicación (en los hechos y en las convicciones) y los medios (en la invitación). La declaración termina evocando las consecuencias de un mundo más cercano al Reino de Dios. Al final se encuentran nuestros nombres, como Familia Vicenciana Internacional. Deseo que, entre el 27 de Septiembre y el 28 de Noviembre, presentemos la declaración a la aprobación de nuestros grupos locales, cualesquiera que sean las subdivisiones de nuestras organizaciones y de los demás grupos locales que comparten las miras de San Vicente de Paúl. Cuanto más amplia sea la participación, mayor será el impacto.

  • Hablar en nombre de los pobres, de los “sin voz” de nuestra sociedad, de los marginados. No veo la necesidad de hablar en nombre de los pobres que pueden expresarse personalmente (aunque podamos y debamos hablar en solidaridad con ellos); hablamos más bien en favor los pobres que no tienen ningún poder y cuya voz es ignorada, a veces incluso por los mismos pobres. He escogido la imagen del umbral, de la puerta porque es uno de los temas principales del Jubileo. En la motivación del principio, es decir en la referencia a la Sagrada Escritura, he puesto al pobre en lugar de Cristo que llama a la puerta. He hecho también referencia a la persona del pobre Lázaro que yacía a la puerta del rico (Lázaro es un “sin-voz”, pero Abrahán habla en su nombre).

  • Escribir frases cortas para que produzcan el mayor impacto con un mínimo de espacio. He centrado el interés en lo que parecía ser el origen de la pobreza. La prensa, por razones de publicidad, emplea con frecuencia declaraciones breves que ella puede citar. Espero que al menos ciertas palabras evoquen imágenes fuertes. Al redactar la declaración de esta manera, he optado por un modelo de tipo “americano”. En otras culturas u otras lenguas, puede ocurrir que no convenga este modelo. Por eso animo a los traductores a que hagan algo más que traducir meramente las palabras; que se sientan libres para adaptar la declaración a su propia cultura. Lo importante es que hablemos juntos y que demos testimonio del lugar que ocupan los pobres en el reino de Dios.

  • Las declaraciones y, especialmente, los elementos de la lista, pueden ser interpretados de forma estrecha, condescendiente y arrogante; pueden también interpretarse de manera más amplia, inclusiva y evangélica. Mi intención es, evidentemente, la segunda manera. Sin embargo no sé cómo evitar esta ambigüedad sin caer en un texto mucho, mucho más largo.

Indico ahora el resumen del trabajo realizado hasta este momento. Elaboré una primera redacción y la sometí al Padre Maloney, al Padre Romo y a algunos otros que me dieron excelentes sugerencias. A continuación escribí una segunda que entregué a los miembros de la Familia Vicenciana que participaron en nuestra reunión. Me hicieron sugerencias, críticas y comentarios muy valiosos. En esta amplia base de comienzo del trabajo había algunos comentarios contradictorios entre sí. Entregué esta redacción al Padre Maloney y al Padre Romo antes de hacer la distribución general. Creo que ya he cumplido mi tarea. Nos queda ahora traducirla y entregarla a los miembros de nuestra Familia para su aprobación y publicarla.

P. Charles Shelby,C.M.


A las Puertas del Gran Jubileo del Año 2000

A las Naciones del Mundo y a todos los Pueblos de Buena Voluntad

en Nombre de los Pobres

“Los Pobres del mundo están llamando a la puerta, piden entrar y cenar con nosotros, a fin de unirse a los invitados del banquete de este gran jubileo.

(ver Apocalipsis 3, 20; comparar con Lc. 16, 19-21).

Nosotros, miembros de la Familia Vicenciana Internacional, que seguimos a Jesucristo y a su discípulo Vicente de Paúl, tenemos en común una profunda inquietud por el sufrimiento de los pobres.

Reconocemos los hechos y defendemos las convicciones siguientes:

  • Cada ser humano posee una dignidad fundamental y tiene derecho al respeto.

  • Formas de pobreza que existen desde hace mucho tiempo persisten todavía en nuestros días: la ignorancia, el hambre, la falta de vivienda, el desempleo, los bajos salarios, la enfermedad, la intoxicación, la falta de higiene, la opresión, los estragos de la guerra.

  • Nuevos pobres y nuevas pobrezas han surgido entre nosotros: el SIDA, la ruptura de las familias, la imposibilidad de tener acceso a la tecnología, la polución del ambiente, la cultura de muerte.

  • Algunas de estas pobrezas, entre las antiguas y las nuevas, se ven reforzadas por las estructuras de nuestra sociedad.

  • Cristo, nuestro Salvador, vive y sufre hoy con los pobres.

  • El amor efectivo a los pobres proclama la buena noticia de que el Reino de Dios está cerca.

Nosotros, miembros de la familia vicenciana internacional, invitamos a todos los pueblos a unirse para escuchar los gritos de los necesitados y para dar la respuesta adecuada. Juntos podemos llevar a cabo lo que, por separado, no podemos hacer. Abramos las puertas de esta posibilidad que se nos ofrece:

  • Construyendo una cultura de solidaridad, de comprensión y de diálogo, mientras que crece nuestro respeto por los derechos de cada persona.

  • Poniendo a disposición de cada persona, sin distinción de estatuto, raza o género, los medios de acceso a la educación.

  • Asegurando un salario básico a todos los trabajadores.

  • Aliviando el peso de la deuda de los que tienen más dificultad para pagar, tanto si se trata de naciones como de individuos.

  • Ofreciendo a los hambrientos el alimento, los medios y las competencias que necesitan para que puedan nutrirse y nutrir a sus familias.

Entonces, todos, ricos y pobres del mundo, podremos unir nuestros corazones para celebrar el Gran Jubileo y darnos las manos para avanzar juntos hacia el tercer milenio.

Somos los responsables de algunas de las principales ramas de la Familia Vicenciana internacional:

La Asociación Internacional de Caridades, fundada en 1617, 260.000 miembros

La Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, fundada en 1625, 4.000 miembros

La Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, fundada en 1633, 25.000 miembros

La Federación de Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, fundada en 1734, más de 4.500 miembros

La Federación de Hermanas de la Caridad de tradición vicenciana y setoniana, fundada en 1809, 7.000 miembros

La Sociedad de San Vicente de Paúl, fundada en 1833, 930.000 miembros

Los Religiosos de San Vicente de Paúl, fundados en 1845, 300 miembros

La Juventud Mariana Vicenciana, fundada en 1847, 200.000 miembros

La Asociación de la Medalla Milagrosa, fundada en 1905, más de 6.000.000 de miembros inscritos.

Fiesta de San Vicente de Paúl, 27 de septiembre de 1999