Crónica del encuentro

CRÓNICA DEL ENCUENTRO

Por J. Ignacio Fernández Mendoza, C. M.

Vicario General

Tuvo lugar del 26 de julio al 6 de agosto de 1999 en la residencia Nuestra Señora del Monte, situada en Fatqa sobre una colina de 450 metros de altitud, a 25 kilómetros al norte de Beirut. Desde este lugar se divisa un hermoso panorama: la costa marítima y la expansión hacia el norte de la capital del país, en pleno crecimiento urbano.

Participaron en el encuentro 104 personas, de las que 54 residían en el Centro de Acogida Nuestra Señora del Monte y 50 asistían a las sesiones, permaneciendo en dicha casa de acogida durante el día. Acudieron a la cita 50 Misioneros de la C. M., 42 Hijas de la Caridad y 12 Laicos Vicencianos. Estuvieron representadas en el encuentro 13 Provincias mas la Curia General de la C. M. y 18 Provincias y Regiones mas la Casa Madre de las Hijas de la Caridad. Los Misioneros procedían de 17 países; las Hijas de la Caridad de 18 y los Laicos Vicencianos eran naturales de Líbano. Asistieron al encuentro un Patriarca, Su Beatitud Stephanos Gathas, C. M., tres Visitadores, los PP. G. Bou Jaoudé, F. Kangler y M. Ginete, y Sor Eva Saad, Visitadora de la Provincia de Medio Oriente. Representaban al Superior General los PP. Ignacio Fernández Mendoza, Vicario General, y Víctor Bieler, Asistente para las Misiones.

Por razones de conveniencia y teniendo en cuenta al mismo tiempo algunas sugerencias provenientes de varias Provincias y Misioneros Particulares de la C. M., el Superior General y su Consejo tomaron la decisión de convocar un encuentro sobre el Islam. En un principio se pensó que participarían en el mismo los Misioneros de la C. M. Con el paso del tiempo se vio la conveniencia de abrir las puertas a las Hijas de la Caridad e incluso a los Laicos Vicencianos. Una comisión, formada por los PP. Víctor Bieler, George Bou Jaoudé, Franz Kangler, Roberto Lovera y Jean Landousies, se encargó de activar los preparativos y la realización del encuentro.

Durante los días 24 y 25 de julio, sábado y domingo, varios Misioneros y Hermanas fueron llegando a Beirut, siendo acogidos en las respectivas Casas Provinciales de los cohermanos y de las Hijas de la Caridad. El 25 por la mañana un grupo considerable de cohermanos concelebramos la eucaristía, presidida por el P. Naoum Atallah, C. M., en la casa provincial de las Hijas de la Caridad. Al atardecer de esa misma fecha, dado que la mayoría de los participantes en el encuentro ya se encontraban en Beirut, viajamos en autobús al Centro de Acogida, perteneciente a las Hermanas Maronitas de la Santa Familia. Se trata de un edificio moderno y espacioso, dotado de toda clase de medios para la realización de esta clase de encuentros.

El 26, lunes, de par de mañana comenzaron las sesiones tal como habían sido programadas. El P. Ignacio Fernández Mendoza presidió la concelebración eucarística. En la homilía, además de glosar la figura de San Joaquín y de Santa Ana, cuya memoria celebraba la Iglesia en esa fecha, pidió a todos los presentes que consideraran el encuentro sobre el Islam como un tiempo fuerte de formación personal. En la actualidad los creyentes de muy diversas religiones viven mezclados en casi todo el mundo. Los cristianos no podemos contentarnos con el hecho de vivir codo a codo con los musulmanes, los unos junto a los otros. Hoy día la reflexión y el estudio son indispensables a fin de interpretar adecuadamente el pluralismo religioso, de actuar en coherencia con nuestra fe cristiana y de convivir con los creyentes musulmanes en medio de un clima de libertad y respeto mutuos.

Ya en la sala de sesiones, El P. Georges Bou Jaoudé, Visitador de la Provincia de Oriente, dio la bienvenida a los asistentes al encuentro. Recordó que todos los participantes viven en relación directa o indirecta con el Islam. Invitó a los presentes a tomar conciencia de esta realidad. En Líbano, dijo, existen tres religiones monoteístas, la cristiana, la musulmana y la judía. De ordinario ha sido posible la buena vecindad entre los fieles de las tres creencias, aunque ciertos períodos se han caracterizado por la incomprensión e incluso la conflictividad. En la actualidad la legislación vigente en Líbano reconoce a 18 comunidades religiosas, todas ellas representadas en el parlamento de la nación. El diálogo entre cristianos y musulmanes comenzó hace muchos siglos. Se trata de un diálogo que pasa ante todo a través de la vida y del contacto diario entre gentes pertenecientes a culturas y religiones distintas. Los cristianos viven en esta tierra en medio del mundo musulmán dando testimonio de su fe. Mons. Antonio María Veglio, Nuncio Apostólico en Líbano, dirigió un saludo a los presentes. Consideró muy oportuno este encuentro de la Familia Vicenciana, organizado para reflexionar sobre la relación entre cristianos y musulmanes.

La primera conferencia corrió a cargo de Georges Massouh, sacerdote ortodoxo, quien, teniendo en cuenta que un elevado número de los asistentes al encuentro conocía superficialmente la realidad compleja del mundo musulmán, ofreció una visión global del Islam. Puso de relieve la figura histórica de Mahoma, el nacimiento del Corán y sus contactos con ciertos personajes bíblicos, las semejanzas y diferencias entre el Islam y el Cristianismo, la existencia de grupos dentro del Islam y finalmente las creencias y prácticas religiosas más características de los musulmanes. La conferencia suscitó abundantes preguntas y respuestas.

A las 15,30 del día primero y del día segundo correspondía al P. Hans Vöking disertar sobre las diferentes corrientes dentro del Islam contemporáneo y sobre los compromisos misioneros del Islam respectivamente. Pero no fue así, dado que el conferenciante de manera injustificada no viajó a Líbano. El día 26 por la tarde ocuparon la mesa presidencial los PP. G. Bou Jaoudé, V. Bieler y R. Lovera. Durante dos sesiones los distintos grupos, formados ya sea por Misioneros ya sea por Hijas de la Caridad, según los lugares donde en este momento cada agrupación ejerce los ministerios, fueron exponiendo ante los congresistas algunos datos personales, los ministerios desempeñados y la relación pastoral con los musulmanes. Los presentes escucharon con sumo interés las experiencias contadas por cada grupo, sobre todo lo concerniente a la relación pastoral con el Islam. Los representantes de los diversos países actuaron siguiendo el siguiente orden: Argelia, Túnez, Marruecos, Indonesia, Filipinas, Austria-Turquía, Líbano, Bélgica, España, Francia, Inglaterra, Italia-Albania, Eslovenia, Mozambique y Camerún. Por lo general las Hijas de la Caridad se emplean en servicios asistenciales y de promoción de los pobres. Los Misioneros de la C. M. son con frecuencia responsables de centros de enseñanza abiertos a cristianos y musulmanes. Se constata la presencia cada vez más numerosa de musulmanes en suelo europeo. Las iglesias locales deberían tomar muy en serio el modo de afrontar pastoralmente esta realidad que está afectando a toda Europa al final y comienzo de un nuevo milenio. Conviene dejar constancia en esta crónica de la nutrida representación de la Provincia C. M. de Austria. Asistieron siete cohermanos, entre estos el P. F. Kangler, Visitador, quien de ordinario reside en Estambul.

El Hermano D. A., de la Congregación de la Misión, dio testimonio de su encuentro con el cristianismo. Contó uno por uno los pasos, no exentos de dificultades de muy diverso género, que le condujeron a la fe en Jesucristo. Por su parte el Diácono CH. K. también dio testimonio público sobre las motivaciones que le indujeron a abrazar el cristianismo y posteriormente a ingresar en la C. M. En ambos casos el encuentro y el buen ejemplo de determinadas personas fue la piedra de toque para dar el paso a la fe cristiana.

El día 27 amaneció soleado. El encuentro había calentado motores. Quién más quién menos, todos deseaban escuchar a los expertos en una materia tan decisiva, como es hoy la relación entre el Cristianismo y el Islam.

El Señor Hisham Nashabe expuso una brillante conferencia con el siguiente título: Testimonio de un creyente musulmán sobre su propia fe y su visión del Cristianismo. Puso de relieve su relación personal con la fe cristiana desde su infancia. Frecuentó centros de enseñanza dirigidos por católicos y andando el tiempo por protestantes. Su propio padre, siendo musulmán, le inculcó el respeto y la valoración positiva del cristianismo. A lo largo de la conferencia fue señalando los núcleos básicos de la fe musulmana, la relación del Corán con el cristianismo, las semejanzas y las diferencias mutuas, las actitudes deseables de cristianos y musulmanes en orden a una saludable convivencia: tolerancia, respeto, colaboración en la vida diaria y finalmente un decisivo empeño por la ética y en particular por la cultura de la paz. El diálogo que siguió a la conferencia se caracterizó por la claridad, la franqueza e incluso en algunas de las preguntas por la osadía. Las preguntas dirigidas al conferenciante apuntaban a temas candentes e incluso polémicos, referentes a la relación entre cristianos y musulmanes: cómo entender la tolerancia y la libertad religiosa, las posibles conversiones, la religión estatal, el fundamentalismo, el status de la mujer en el Islam y los derechos del hombre. Algunos de los interrogantes apuntaban a la realidad de la revelación y a la misión, ésta exigencia de la fe, tal como la entiende el Islam. No pocos temas doctrinales y prácticos del Islam quedaron esclarecidos. De particular interés fueron las alusiones a la visión que un musulmán creyente y practicante tiene del cristianismo. Los contenidos doctrinales del Islam y del Cristianismo con frecuencia no se identifican con las manifestaciones históricas de los mismos. En diversas ocasiones los intereses económicos y políticos han oscurecido la verdad del Islam y del Cristianismo. La religión del amor, el Cristianismo, a veces se manifestó como la religión de los violentos.

El P. Jean Landousies, C.M. en la primera sesión de la tarde ofreció una excelente síntesis acerca del Islam. Se refirió en particular a las tres modalidades del Islam actual: Islam popular, radical y modernista; a las distintas lecturas del Corán: tradicional, científica y política; a la presencia de musulmanes en Europa y a su concepción misionera en territorio europeo. También aludió a los desafíos que el Islam deberá afrontar de inmediato: fidelidad al pasado y modernidad; revelación y libertad religiosa; concepción de la unicidad de Dios y estados teocráticos. Como de costumbre en el diálogo posterior a la conferencia se esclarecieron no pocos interrogantes.

Varios responsables religiosos venidos de fuera o pertenecientes a la iglesia local se acercaron al lugar del encuentro con el fin de saludar y apoyar con su presencia a los participantes. Su Beatitud Stephanos II Gathas, C. M., Patriarca de Alejandría para los coptos católicos, tuvo a bien participar en el encuentro desde el comienzo hasta el final. Mons. Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusalén, también hizo acto de presencia en varias ocasiones consecutivas. De la misma manera Mons. Paul Bassim, Vicario Apostólico para los Latinos de Líbano, también se acercó el día 27 de julio a fin de saludar a los congresistas. Esta afluencia de responsables religiosos denota que el hecho del encuentro y en particular la temática tratada cuentan con el apoyo de los responsables eclesiales.

Comenzó el día 28 con la concelebración eucarística, presidida por el P. Manuel Ginete, Visitador de la Provincia de Filipinas. Los cánticos litúrgicos ponían una vez más de manifiesto la internacionalidad de los asistentes al encuentro.

El P. Yves Danjou disertó sobre San Vicente y el Islam. Aludió a la situación de los musulmanes en tiempo de San Vicente con relación a Europa y a la política seguida por los países europeos con relación al mundo musulmán. Más en particular se refirió a las iniciativas misioneras de San Vicente. El conferenciante fue corroborando sus propios puntos de vista, acudiendo con frecuencia a los textos vicencianos. El proyecto misionero de San Vicente en relación con el Islam se desenvolvió siempre siguiendo el ejemplo de Jesucristo, quien primero actuó y después enseñó.

Durante el resto de la mañana del día 28 y las dos sesiones de la tarde diversos Misioneros e Hijas de la Caridad fueron presentando ante el pleno las actividades pastorales que llevan a cabo en relación con los musulmanes. Por razones de espacio me limito a nombrar y, en casos, a comentar brevemente los grupos que intervinieron. Provincia de Oriente de las Hijas de la Caridad, que comprende Líbano, Siria, Irán, Palestina y Egipto. En general las Hijas de la Caridad concentran sus actividades en la asistencia, educación, salud y promoción de la mujer. Las circunstancias políticas y sociales, así como el régimen de libertades, varían no poco en los países enumerados.

Las Hijas de la Caridad de la Provincia de África del Norte están presentes en Túnez, Argelia y Mauritania. En Argelia también se encuentra presente una comunidad de Misioneros C. M. La cercanía geográfica y las relaciones culturales no impiden que la situación de cada uno de estos tres países tenga colores propios. Túnez vive en apertura a la cultura occidental. Argelia se debate entre la fidelidad al pasado y el diálogo con la modernidad. Mauritania se ve afectada por la pobreza extrema en no pocas vertientes de la vida del país. Las Hijas de la Caridad, supuesto el arraigo del Islam y la presencia minoritaria de la Iglesia, han optado en la práctica pastoral por el camino que pasa por la relación en sencillez con los pobres, por la presencia y el testimonio pacientes, por el ejercicio de la caridad desinteresada y por la discreción, lejos de todo alarde. De esta manera el encuentro con el Islam resulta favorable, a la espera de lo que el Señor haya previsto en su providencia divina.

También dieron testimonio las Hermanas provenientes de países europeos: Inglaterra, Francia y España. El Islam ha sobrepasado las puertas de Europa y se encuentra ya presente en medio de nosotros. Aludieron con fuerte énfasis a las dificultades de todo género que los musulmanes encuentran a la hora de adaptarse a la cultura y sociedad europeas. Las Hijas de la Caridad procuran ofrecerles cercanía y afecto así como diversas ayudas materiales. Las Hermanas de Austria mantienen fuertes relaciones pastorales con el Islam. Dígase otro tanto de los cohermanos austríacos, quienes, a través de la acogida dispensada a los musulmanes en Austria y por medio del ministerio de la enseñanza en Estambul, se sitúan a la cabeza de las provincias europeas de la C.M. en lo referente a la relación pastoral con los musulmanes.

El 29 de julio a tenor de lo previsto en el programa los participantes en el encuentro nos desplazamos a ciertos lugares de particular significación en Líbano. La jornada ofrecía dos posibilidades complementarias: la parte turística y la parte académica, consistente esta última en la toma de contacto con la realidad cristiana y musulmana del país. Por la mañana, la comitiva, tras atravesar Beirut y escalar la cadena montañosa que separa la capital del valle interior, visitó las ruinas de Baalbech, en el valle de la Béhaa, situado éste entre las dos cadenas montañosas del Líbano y el Antilíbano. La cima superior del Líbano se encuentra en Mord a 3.087 metros de altitud. La cumbre más alta del Antilíbano es el Hermón, que alcanza los 2.900 metros, haciendo frontera al sur del país entre Líbano, Siria y Palestina.

Tuvimos un encuentro en el obispado de Deir-el-Ahmar con Mons. Boulos Mounged El Aachem, obispo maronita de Baalbech y Deir-el-Ahmar y presidente de la Comisión Episcopal para el Diálogo con el Islam, en representación de la Asamblea de Patriarcas y Obispos Católicos de Líbano (APECL). Participó también en el encuentro el Ulema Cheith Khalil Shoucoir, Mufti de Baalbeck y de la Béhaa. Ambos, el Obispo y el Ulema, expusieron sus propios puntos de vista sobre la relación entre cristianos y musulmanes. Posteriormente respondieron a las preguntas, por cierto muy numerosas, de los oyentes. El encuentro contenía en sí mismo un alto valor ecuménico. En este momento los representantes de las dos comunidades, cristiana y musulmana, hacen un encomiable esfuerzo en favor del mutuo acercamiento y de la convivencia en paz.

El almuerzo tuvo lugar en un restaurante de Ainata, en pleno descampado y muy cerca del manantial que lleva ese mismo nombre. Se trata de un nacimiento de aguas frescas y abundantes que fecundan en buena medida las tierras fértiles de la Béhaa. Los comensales apreciaron la belleza del lugar y aprovecharon la oportunidad para compartir los alimentos típicos del país en medio de un clima de alegría y gozo. A media tarde la comitiva emprendió viaje de regreso a Fatqa, atravesando de nuevo las cumbres de la cadena montañosa del Líbano, para luego visitar el llamado Valle de los Santos, en el que la comunidad maronita se instaló en tiempos antiguos y donde todavía hoy son numerosos los monasterios que siguen irradiando vida espiritual.

El día 30 de julio el P. Samir Khalil, S.J., profesor de la Universidad de San José, en Beirut, y del Instituto Oriental de Roma, empleó las dos sesiones de la mañana para exponer una temática de particular importancia. Disertó sobre: Monoteísmo y Trinidad: Dios y el hombre en el Cristianismo y en el Islam. Implicaciones concretas en la sociedad. Dividió su intervención en dos partes: Visión de Dios y consecuencias que de ello se derivan en la vida social, familiar, política y cultural. Los judíos, musulmanes y cristianos adoramos al mismo y único Dios, personal y creador. Pero la representación de Dios difiere notablemente en cada uno de los tres grupos monoteístas. Los tres grupos mantienen algún tipo de relación con la Biblia, si bien las conclusiones son en gran medida divergentes. El conferenciante expuso con profundidad y al mismo tiempo de modo inteligible la visión de Dios propia de los judíos, cristianos y musulmanes. Los musulmanes ponen de manifiesto la sencillez de su religión, mientras que consideran al cristianismo demasiado complicado. El ponente dio particular importancia a la necesidad de interpretar de nuevo los misterios de nuestra fe, partiendo de la presentación de Dios como amor e interpretando en esa línea la Trinidad, la creación y la redención. Concluida la primera parte de su exposición, el conferenciante dio respuesta a preguntas de sumo interés: ¿Qué quieren decir los musulmanes cuando afirman que el Islam es una religión perfecta? ¿Cuál ha sido la influencia del cristianismo sobre el Corán? ¿Cómo entienden los musulmanes la revelación? ¿Es posible el diálogo entre el Cristianismo y el Islam?

En la segunda parte el P. Samir se refirió a las consecuencias prácticas, en no pocos casos muy divergentes, que se derivan de la visión de Dios en el Cristianismo y el Islam. Aludió a los conceptos de persona humana, familia, libertad, democracia, tolerancia y pecado. De la visión trinitaria o monárquica de Dios fluyen las diversas interpretaciones, referentes a los comportamientos en la vida práctica tanto de los cristianos como de los musulmanes. Al término de la segunda parte de su exposición el ponente centró su atención en un dato de particular relieve en la actualidad: las consecuencias para cristianos y musulmanes de la presencia de veinte millones de musulmanes en suelo europeo. Ambas opciones religiosas se beneficiarán si los cristianos europeos logran transparentar ante los musulmanes los grandes valores de la modernidad, sin dejar de conservar íntegra la propia identidad cristiana.

En las dos sesiones de la tarde los representantes de diversos países, Padres, Hermanas y Laicos Vicencianos, hicieron una exposición de las actividades pastorales que llevan a cabo en los respectivos lugares, destacando en cada caso la relación con los musulmanes. Habló en primer lugar un laico vicenciano de Líbano. Los afiliados valoran la espiritualidad vicenciana, la formación permanente, el apostolado de las misiones y el testimonio personal, éste de suma importancia ante los musulmanes. A continuación el P. F. Kangler informó sobre los ministerios de la familia vicenciana en Estambul: Colegio de San Jorge y Hospital de San Jorge. También se escucharon informes sobre Albania y, más en particular, sobre las obras en dicho país de las Hijas de la Caridad de la provincia de Turín. El P. Luigi Cannato informó sobre la misión C.M. de Preshen, perteneciente a la provincia de Nápoles y, en parte, a las provincias de Turín y Roma. Informaron a continuación las Hijas de la Caridad y los Misioneros C.M. de Indonesia, las Hijas de la Caridad de Eritrea, el P. Manuel Velo, misionero en Mozambique, una Hija de la Caridad de Filipinas y otra de Italia, perteneciente a la provincia de Turín. Al término de la sesión un representante de las Conferencias de San Vicente de Paúl de Líbano describió las actividades caritativas de este laicado y de su relación con el Islam. De la misma manera el P. Fady Bassil, C. M., de la provincia de Medio Oriente, dio cuenta del Movimiento llamado Journées Romaines, cuyo fin es fomentar el diálogo entre cristianos y musulmanes. En términos generales, estos informes se referían a la situación histórica y social de cristianos y musulmanes en los respectivos países y, sobre todo, a las mutuas relaciones, que en general se articulan a través de la vida diaria. La caridad facilita la cercanía y con el tiempo llega a suscitar interrogantes e incluso un deseo manifiesto de diálogo interreligioso.

El día 31 de julio, sábado, nos ofreció la oportunidad de escuchar a primera hora de la mañana al P. Emilio Platti, O. P., quien expuso una magnífica conferencia bajo el título siguiente: Inspiración y Revelación en la Biblia y el Corán. El Corán incorporó elementos provenientes de la tradición bíblica, sin dejar por eso de ignorar totalmente ciertos puntos fundamentales de dicha tradición. Mahoma nació y creció en medio de un clima politeísta, influenciado por corrientes judías y cristianas. De un cúmulo de doctrinas entremezcladas logró formular con claridad algunas conclusiones referentes a Dios único, escatología, profetismo, justicia, solidaridad y mandamientos, que en cierta medida provienen del mensaje bíblico. Estos mandamientos manifiestan sin lugar a duda la voluntad de Dios.

A continuación el P. E. Platti matizó algunas vertientes referentes a los mandamientos y, en particular, a las prescripciones del Corán, consideradas válidas en todo tiempo y lugar. El orden universal se apoya en los mandamientos y en las normas del Islam, llegando por este camino a establecer un "totalitarismo" religioso, al socaire de una legislación estrecha y minuciosa. El Islam guarda una estrecha relación con el judaísmo, dado que en el Corán es frecuente la alusión a los Patriarcas de la Biblia, si bien esos contactos, a excepción el mensaje monoteísta y escatológico, son por lo regular marginales. Al final el Corán terminará mirándose a sí mismo y rechazando toda relación con la Torah. El Corán, con todos sus contenidos, desciende directamente de Dios, sin necesidad de mediaciones humanas. Al marginar toda posible mediación entre Dios y el hombre, el Corán se distancia del cristianismo, dado que la misión de Jesús es en el Corán poco menos que anecdótica. Falta toda alusión a la filiación divina de Jesucristo, a la mediación y a la redención.

El sábado por la tarde del día 31 nos trajo consigo una grata sorpresa: la visita a las cuevas de Deita. Se trata de dos cavernas situadas a poca distancia de Beirut, en las que el visitante puede admirar una de las maravillas del mundo. El juego de las estalactitas y estalagmitas, de singular belleza, resulta sorprendente a cada paso. Acto seguido nos dirigimos al santuario de Nuestra Señora de Líbano, erigido sobre una montaña de unos 600 metros de altura, desde la que se divisa la costa mediterránea y un extenso complejo de construcciones modernas. Nuestra Señora de Líbano es hoy un centro de irradiación cristiana. Cada año miles de cristianos y musulmanes ascienden a este santuario para venerar a la Virgen María. Su Beatitud Stephanos II Gathas, C. M. presidió la celebración eucarística. En la homilía, dado que en Eritrea y Etiopía se celebra la memoria del santo misionero el 31 de julio, puso de relieve la vocación misionera de San Justino de Jacobis.

El calendario señalaba ya el comienzo del mes de agosto. El día 1, domingo, tras la celebración eucarística a primera hora de la mañana, los congresistas nos desplazamos al sur de Líbano. Desde la ventanilla de los autobuses nos fue posible contemplar la costa mediterránea y una sucesión ininterrumpida de ciudades con sus antiguos y nuevos edificios. Líbano en breve plazo de tiempo se rehace de los deterioros causados por la última guerra. Nos detuvimos en la antigua ciudad de Sidón. En esta ciudad dejaron sus huellas diversos pueblos y culturas: los fenicios, cruzados y árabes. El Evangelio sitúa en este lugar la estancia de Jesús a propósito de una de sus salidas a tierras extranjeras.

El segundo lugar visitado fue el santuario de Nuestra Señora de Maghdouche o de la Espera, situado sobre una elevada colina desde la que se divisa la ciudad de Sidón y, entre otros, un extenso campo de refugiados palestinos. Los habitantes de no pocos poblados del entorno son cristianos. Se trata de un segundo santuario al que los cristianos libaneses se acercan con frecuencia. Tras cantar la Salve Regina y pedir a la Santísima Virgen el don de la paz para Líbano, proseguimos el viaje hacia Tiro. Se encuentra esta ciudad en la costa sur del territorio libanés, cerca ya de la frontera con Israel. Pudimos recorrer y admirar las ruinas romanas y bizantinas. Desgraciadamente en esta zona de Líbano se palpa todavía la tensión bélica. En cierto momento nos sorprendió el estruendo de los reactores israelíes y las detonaciones de los bombardeos dentro del territorio de Líbano. Compartimos el almuerzo en el Restaurante Mounes Hotel. A la hora de los postres presenciamos una demostración del folklore de la región. Un grupo de jóvenes interpretó al son de la música tradicional una danza típica.

De vuelta a casa quedaba todavía por hacer un alto en el camino. A las 4,30 p. m. comenzamos un encuentro en Chark Saida con el Archimandrita Sélin Ghazal, de la Iglesia greco-católica, superior general de los religiosos salvatorianos y miembro de la comisión episcopal para el diálogo con los musulmanes. Participó también en este encuentro Fouad Saad, responsable local de los musulmanes sunitas. Ambos pusieron de relieve el interés y los pasos que se van dando en este momento en orden a asegurar una convivencia en paz y respeto entre cristianos y musulmanes. Destacaron con especial énfasis la conveniencia de ir cambiando la mentalidad a fin de facilitar el entendimiento entre todos. Salimos de este encuentro gratamente sorprendidos por el entendimiento ecuménico que los dos líderes, el cristiano y el musulmán, habían logrado.

El día 2 de agosto, lunes, anunciaba el paso a la segunda parte del encuentro, caracterizado por la participación de los congresistas cada vez más activa, si cabe decirlo así, que en la primera parte. Este encuentro intentaba entre otros fines revitalizar nuestro apostolado vicenciano dentro del mundo musulmán. Intentaba igualmente ayudarnos a ser más creativos en los ministerios que llevamos a cabo en contacto con el Islam. Se pretendía, en fin, dar un nuevo impulso a la misión y a los servicios sociales en favor de los pobres.

El P. Khaled Akasheh, jordano de nacimiento, miembro del Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso, en la primera sesión de la mañana habló sobre la teología del diálogo interreligioso. Comenzó felicitando a la familia vicenciana por el hecho de haber convocado este encuentro. Afirmó que conviene conocer cuáles son los fundamentos teológicos del diálogo interreligioso. El pluralismo religioso actual, puesto de manifiesto por la globalización, ha suscitado una gran crisis en todo el mundo. De ahí la insistencia de la Iglesia a favor de asentar el diálogo interreligioso sobre bases firmes. ¿Cómo valorar los contenidos teológicos de las diversas religiones? ¿Cuál es el punto de partida de un católico a la hora de establecer contactos con otros grupos religiosos? El ponente fue desgranando algunos presupuestos ineludibles a tener siempre en cuenta. Dios es único y creador. El hombre, creado a imagen de Dios, cuenta con la posibilidad de entrar en contacto con Dios. El horizonte último de todo ser humano es el mismo y único Dios. Jesucristo es el mediador entre Dios y el hombre. Su muerte y resurrección redentoras se sitúan en medio de los caminos de la humanidad. Por otra parte, la Iglesia ha recibido el mandato de anunciar a Jesucristo para que, creyendo en él, todos alcancen la vida eterna.

El conferenciante se refirió también al valor salvífico de las religiones. Siendo portadoras de tales valores, no podemos dejar de afirmar que la plenitud de la verdad se encuentra en la revelación cuyo exponente principal es Jesucristo. Calificó a la oración de medio y camino apto para el diálogo interreligioso constructivo. Por la oración entramos en contacto con Dios y al mismo tiempo nos situamos los unos y los otros en medio de un clima de escucha y encuentro con quienes profesan un credo diferente del nuestro. En las preguntas dirigidas al conferenciante afloraron problemas doctrinales y de carácter práctico que afectan directamente al diálogo con los musulmanes.

Acto seguido el P. Khaled formuló algunos interrogantes con los que reflexionar en los grupos y posteriormente dar paso a una puesta en común. El cuestionario contenía tres interrogantes: ¿Es necesario desarrollar la reflexión teológica sobre el diálogo entre las religiones a fin de activar en particular un verdadero diálogo con los musulmanes? ¿Cuál es la relación entre la teología y la espiritualidad del diálogo? ¿Es posible individualizar algunos elementos de la espiritualidad vicenciana que facilitan el diálogo con los musulmanes? Estos sencillos interrogantes bastaron para animar la reflexión en los grupos y la posterior puesta en común. El diálogo interreligioso es una exigencia derivada de la paternidad de Dios. De él procedemos todos y todos los humanos nos dirigimos hacia el encuentro con él. Por otra parte el diálogo con otros creyentes se ha de revestir de afecto, cercanía, respeto y sobre todo de actitudes dialogantes. La espiritualidad vicenciana contiene elementos que facilitan el diálogo interreligioso: las cinco virtudes, el sentido de la providencia de Dios y la pobreza espiritual.

En la segunda y última sesión de la tarde el P. Khaled Akasheh informó sobre la finalidad y las actividades a partir de 1995 del Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso. Se refirió en particular a los contactos mantenidos con los musulmanes. Los encuentros van siendo cada vez más frecuentes, aunque se intenta evitar la precipitación. Es preferible caminar despacio, pero apoyándose sobre bases firmes. En todo caso, el conocimiento mutuo, la cercanía y la amistad se van acrecentando de día en día. El diálogo ha logrado tender puentes sobre todo con los musulmanes de Medio Oriente y Norte de África, sin olvidar las comunidades musulmanas de Estados Unidos de América del Norte y de Europa occidental. Terminó el conferenciante diciendo que el diálogo con los musulmanes es difícil, pero necesario y prometedor.

Al atardecer del día 2 de agosto nos trasladamos al Colegio San José, de Antura, Frecuentan sus aulas 4.000 alumnos de primaria y secundaria. Después de recorrer las dependencias del edificio, compartimos en la terraza la cena que los cohermanos habían preparado con todo esmero. En esta crónica dejamos constancia de nuestro agradecimiento a todos ellos por la acogida fraterna que nos dispensaron.

Durante el 3 de agosto la reflexión se centró en los compromisos pastorales concretos relacionados con los musulmanes. ¿Qué hacer hoy y aquí? ¿Cómo actuar en medio del mundo musulmán? Su Beatitud Stephanos II Gathas C.M., al inicio de su conferencia, manifestó su alegría por el hecho de participar en el encuentro. Afirmó que jamás había dejado de reconocer a San Vicente como al santo de sus preferencias y de sentirse miembro de la familia vicenciana. Formuló varias observaciones preliminares. En Medio Oriente los musulmanes adoptan dos actitudes divergentes: la fundamentalista y la laica. La primera tiene como fin el establecimiento del estado musulmán regulado por la ley islámica. La segunda fomenta el nacionalismo, dejando en segundo plano las motivaciones religiosas. Ambas corrientes se combaten mutuamente. Por otra parte, la división de los cristianos impide en buena medida el diálogo con los hermanos musulmanes. Por eso mismo urge la unión de las iglesias a fin de evitar el escándalo permanente de cara al Islam. La Iglesia católica, siguió diciendo el Patriarca, debería seguir responsabilizándose de diversas obras de promoción: educación, cultura, salud y desarrollo social. A través de estas obras, abiertas a todos sin distinción, se va creando un clima de comunión fraterna con los musulmanes. En el momento presente la iglesia de Medio Oriente necesita líderes cristianos en el campo de la cultura, sacerdotes bien formados y una pastoral parroquial renovada. Concierne a todos los cristianos de estas iglesias locales ser luz y sal en medio del mundo musulmán. Las obras al servicio de los pobres revisten en esta parte del mundo una importancia excepcional. La civilización del amor se ha de plasmar en obras concretas. Es necesario, además, reavivar por parte de los cristianos el sentido de pertenencia a estas naciones de Oriente Medio, en las que la Providencia los ha situado y donde les corresponde dar de continuo un vivo testimonio de fe en Jesucristo, a la espera de la hora el Señor.

El P. Antonius Abimantrono, C. M. describió con toda clase de detalles la situación histórica, pasada y actual, de Indonesia y, de modo particular, la relación entre la mayoría musulmana y los cristianos. A pesar de los incidentes ocurridos en los últimos años el diálogo prosigue en dos direcciones: la académica y a través de la vida y convivencia diarias.

Durante las dos sesiones de la tarde del 3 de agosto los diversos grupos reflexionaron a partir de varios interrogantes formulados por el P. J. Landousies, C.M. Dado lo que hemos vivido en el encuentro, ¿qué consideras más útil para ti en cuanto misionero/a en medio del mundo musulmán?, ¿crees conveniente dirigir al Superior/a general o al Visitador/a alguna sugerencia referente a la misión en general y en particular a la formación?

El P. Khaled Akasheh, tras exponer algunos pensamientos sobre el diálogo interreligioso, enumeró los documentos eclesiales más significativos, referentes a la valoración y al diálogo con otras religiones y, en particular, con el Islam. Entre los documentos conciliares se encuentran los siguientes: Nostra Aetate, Dignitatis Humanae, Gaudium et Spes y Ad Gentes. También indicó algunas encíclicas papales: Redemptoris Missio, Veritatis Splendor y Tertio Millennio Adveniente.

El calendario indicaba que estábamos a 4 de agosto. El encuentro por lo tanto tocaba a su fin. Disponíamos apenas de una mañana para atar algunos cabos en lo concerniente a la parte académica y al orden práctico.

Su Beatitud Stephanos II Gathas presidió la concelebración eucarística, siguiendo la liturgia de San Basilio, en uso entre los coptos católicos. Se trata de un rito litúrgico rico en sus expresiones oracionales y en el uso de símbolos. A quienes pertenecemos al rito romano, hoy un tanto estereotipado, nos sorprende gratamente el frecuente intercambio oracional entre el presidente, el diácono y el pueblo.

Durante la sesión de la mañana el secretario de cada uno de los seis grupos leyó ante el pleno las conclusiones y sugerencias a las que habían llegado en los encuentros de la tarde precedente. Las conclusiones y las sugerencias se referían a cuatro áreas. Todos los grupos dejaron constancia de los resultados positivos del encuentro, considerado como un momento de gracia. A pesar de las dificultades inherentes al diálogo con los musulmanes, estamos dispuestos, decían los grupos, a proseguirlo con discreción, paciencia y un alto sentido de la gratuidad cristiana, orando por ellos y apreciando al mismo tiempo los valores del Islam. Las sugerencias se referían al futuro de la presencia vicenciana en medio del mundo musulmán y, más en particular, a la actividad misionera y la orientación de los servicios sociales. Finalmente los grupos pidieron, a la hora de expresar ciertas necesidades, contar en el futuro con los medios necesarios para seguir recibiendo suficiente información y formación sobre al Islam. Dado que el número de las conclusiones y sugerencias fue muy elevado y rico en matices, se pensó elaborar un resumen y posteriormente publicarlo en Vincentiana.

El encuentro terminó con una breve alocución del Vicario General, quien en nombre del Superior General, dio las gracias a los miembros de la comisión encargada de la preparación y marcha del encuentro, a los conferenciantes, al equipo de traductores y a todos los presentes. Al término de esta crónica quien esto escribe desea dejar constancia en nombre propio y en el de todos los asistentes al encuentro de nuestro agradecimiento a los Misioneros de la C. M. de la Provincia de Oriente, en particular al P. G. Bou Jaoudé, Visitador, y a las Hijas de la Caridad, por la acogida fraterna que en todo momento nos dispensaron. Nuestro agradecimiento igualmente a las Hermanas Maronitas de la Santa Familia y al personal colaborador.

Terminado propiamente el encuentro, quedaba todavía una jornada entera a disposición de los congresistas. Disponíamos del día 5 de agosto para tomar contacto una vez más y conocer de cerca la realidad del país y en particular de la iglesia local. Muy de madrugada la comitiva se dirigió a la residencia patriarcal de verano del Patriarca y Cardenal Maronita Su Beatitud J. Sfeir, situada en el Valle de los Santos, cuna de la Iglesia Maronita desde el siglo VII. El Patriarca tuvo a bien presidir la celebración eucarística, concelebrada en rito maronita. En la homilía glosó la realidad histórica de la iglesia en este país y, en particular, en el Valle de los Santos, poblado desde tiempos antiguos por eremitas, penitentes y santos. En este lugar se forjó la espiritualidad propia de la Iglesia Maronita, fundamentada ante todo en el seguimiento de Jesucristo camino de la cruz y de la resurrección. Desde este lugar los cristianos siguen en la actualidad dando testimonio de los valores evangélicos ante quienes participan de otras creencias. Posteriormente ya en una amplia estancia los congresistas escucharon de boca del Patriarca una extensa exposición acerca de la actual situación política, social y religiosa de Líbano. El tiempo transcurría y todavía quedaban bastantes lugares por visitar. Siguiendo el programa diseñado por los organizadores, nos trasladamos a las cumbres en las que crecen los famosos cedros de Líbano, conocidos pos los autores bíblicos. Posteriormente compartimos los alimentos, primorosamente preparados por las Hijas de la Caridad, para finalmente visitar el Monasterio de San Antonio, uno de los exponentes de la vida monástica en el Valle de los Santos.

El cronista antes de poner punto final al relato, desea dejar constancia de la opinión compartida y expuesta por todos los participantes poco antes de regresar a los respectivos lugares de procedencia. Todos ellos sin excepción se sentían plenamente satisfechos por los contenidos académicos, por la organización impecable y por el modo como el encuentro se había desenvuelto desde el primero hasta el último día. Los cristianos y los musulmanes conviven en muchos lugares el mundo. Nos urge conocer y valorar esta realidad sobre todo de cara al nuevo milenio a punto ya de comenzar. Quienes hemos tenido la suerte de participar en este encuentro contamos con una nueva sensibilidad a la hora de afrontar el apostolado en medio del mundo musulmán. Laus Deo.