Preparación para la Asamblea General de 1998

La mision conferencia de apertura en Salamanca

P. Robert Maloney, C.M.

Superior General

Es muy grato para mi encontrarmme hoy aquí con vosotros, mis hermanos. Venimos del Este y del Oeste, del Norte y del Sur para reunirnos en esta Asamblea. Como Visitadores de la Congregación, vosotros tenéis una responsabilidad especial en lo que se refiere a la vida y a la misión de los cohermanos. Durante estos dias vamos a centrarnos conjuntamente en dos temas especialmente: 1) la función del Visitador como lider y como administrador, 2) la inculturación del carisma vicenciano. En estas observaciones que os presento en este acto de apertura, deseo ofreceros unas reflexiones sobre la misión de la Congregación misma. Lo hago así porque el Visitador, como animador, debe articular con claridad nuestra misión y sostenerla (defenderla) repetidas veces ante los ojos de los cohermanos. Lo hago así también porque es crucial que nosotros inculturemos hoy nuestra misión en nuevos y variados escenarios a través de todo el mundo.

Así, pues, permitidme comenzar.

Nuestro nombre es "Congregación de la Misión". Nos lo ha proporcionado el uso del pueblo, nos dice San Vicente, invocando a la Divina Providencia. El nombre clarifica nuestra vocación: somos misioneros.

Es sumamente importante resaltar desde el principio que nuestro nombre no es "Congregación de las Misiones". "La misión", en otros términos, no se ha de identificar con las "misiones populares". Si bien es verdad que San Vicente hace siempre hincapié en el lugar de las misiones populares, sin embargo es sumamente explícito al exponer que "la misión" puede realizarse de muy distintas maneras y modos.

Esta mañana, quiero centrar mi ponencia en "nuestra misión hoy". Lo expondré en dos facetas: 1) Nuevos factores con influencia en la "misión"., 2) algunos caminos contemporáneos para actualizarla.

I. Nuevos factores que influyen en "la mision".

El hecho de que las circunstancias cambian en la sociedad hace que las Congregaciónes tengan que reajustar continuamente su vida y misión. Los últimos Papas, particularmente Pablo VI en "Evangelii Nuntiandi" y Juan Pablo II en "Redemptoris Misio" y recientemente en "Tertio Millennio Adveniente" y en "Vita Consecrata", nos han recordado los nuevos desafíos que tenemos que afrontar los que estamos comprometidos en una misión evangelizdora. Ellos hablan de:

- los "nuevos areopagos"; es decir, nuevos sectores en los que el evangelio debe ser proclamado - tales como el mundo de la comunicación, de la ciencia, y de las relaciones internacionales - particularmente ahora cuando la Iglesia intenta promover la paz, el desarrollo humano y la liberación de los pueblos.

- Nuevas formas de pobreza, diferentes de aquellas de otros tiempos, que desafían a los misioneros al intentar entregarse enteramente a la opción preferencial de la Iglesia en beneficio de los pobres.

- Nueva evengalizacion: nueva en su ardor, en sus métodos y en su expresión.

- Nuevos medios de comunicación a disposición del evangelizador en los apostolados de la catequesis, de la predicación y de la enseñanza, pero que también forman parte de una nueva "cultura de información" que a su vez necesita evangelización.

Todos estos nuevos factores son un reto para nosotros. Tienen una gran influencia en nuestra vida y en nuestra misión, queramos darnos cuenta de ello o no. Es decisivo el que les permitamos dar forma a nuestros ministerios.

II. Actualizar la mision hoy

La misión de cualquier colectivo debe actualizarse en cualquier época; de lo contrario el colectivo permanece estático, y eventualmente se marchita y muere.

San Vicente mismo nos da la llave para actualizar nuestra propia misión. En realidad, nos lo dice repetidas veces: "El me ha enviado a predicar la buena nueva a los pobres". Nuestras constituciones exponen el mismo principio fundamental con toda claridad. "El fin de la Congregación es seguir a Cristo, Evangelizador de los Pobres". Cualquier cosa que hagamos ha de hacerse en esta perpectiva. Todas las actualizaciones, directa o indirectamente, deben ser expresiones de esa declaracion fundamental.

Permitidme hacer unas breves refleciones sobre los principales medios contemporáneos para actualizar la misión.

1. Misiones Populares

Aunque, como he indicado anteriormente, es importante no identificar "la misión" con "las misiones", sin ambargo San Vicente consideraba el trabajo de las misiones como "el ministerio primero y más importante". Actualmente las misiones populares tienen en algunos paises menos atractivo y aparentemente menos eficacia que en tiempos pasados. Sin embargo, en muchas partes del mundo, son todavía una herramienta muy útil para la evangelización. Es, por consiguiente, sumamente importante, que este apostolado llegue a renovarse en la Congregación. Se han realizado ya esfuerzos creativos en este particular a nivel universal en la Congregacion. Las características específicas de estas misiones renovadas son las siguientes:

a. asignación de un tiempo de preparación - premisión

b. la organización y formación de un equipo de misiones.

Esto requiere un número considerable de sacerdotes, diaconos, hermanas, hermanos, y laicos.

c. permanencia durante un periodo de tiempo en el lugar de la misión - el tiempo varía según los lugares -

d. trabajo de catequésis y meditación por grupos pequeños

e. intervención del clero local y de los laicos en la misión misma.

f. organización de obras de caridad en el lugar de misión

g. seguimiento.

2. Formación del Clero

San Vicente de Paúl fue muy claro en considerar este apostolado como parte importante de nuestra misión. "Al principio", decia San Vicente a los cohermanos el día 6 de Diciembre de 1658, "la Compañía se ocupaba únicamente de si misma y de los pobres, pero con el tiempo Dios nos llamó para que contribuyésemos a la formación de buenos sacerdotes."

En los últimos años, este apostolado se ha deteriorado considerablemente por causa del cambio de circunstancias y de la disminución de vocaciones en la Europa del Oeste y en los Estados Unidos. Sin embargo, quedan todavía muchas posibilidades de poder tomar parte en este trabajo:

a. Ejerciendo nuestro servicio en los Seminarios Diocesanos de nuestro propio país

b. Formando equipos "nacionales" para proveer de personal a los Seminarios Diocesanos en otros paises.

c. Formando equipos "internacionales" para proveer de personal a los Seminarios de otros países.

d. proporcionando directores espirituales y confesores a Seminarios y Diócesis.

e. Dando retiros y ejercicios espirituales a seminaristas y sacerdotes.

f. Ofreciendo programas de formación permanente para sacerdotes.

g. Siendo acogedores.

3. Misiones "ad gentes"

Hay pocos temas sobre los que San Vicente habló con más elocuencia. Dijo a los miembros de la Congregación de la Misión: "Pidamos a Dios que conceda este espíritu a la Compañía, este corazón, este corazón que nos hará ir a todas las partes, este corazón del Hijo de Dios, el corazón de Nuestro Señor, el corazón de Nuestro Señor......"

Actualmente muchas Provincias de la Congregación patrocinan una misión "ad gentes" o comparten esa responsabilidad con otras provincias. Se ha notado también un resurgimiento en el interés por las misiones extranjeras. En la actualidad un buen número de cohermanos se han ofrecido para trabajar en las nuevas misiones interncionales.

Uno de los mayores retos en las misiones "ad gentes" hoy es la inculturación, tema que las Hijas de la Caridad han escogida para su próxima Asamblea General y del que vamos a tratar en esta reunión de Visitadores en Salamanca.

4. Ministerio de las Hijas de la Caridad

San Vicente se mantuvo siempre firme en decir que este trabajo es parte de nuestra misión:

"¿Acaso el Hijo de Dios no vino a predicar el evangelio a los pobres, a ordenar sacerdotes, etc.?. Sí. ¿Acaso no dio su consentimiento para que las mujeres se asociasen con El?. Sí. ¿Acaso no les guió a la perfección y al servicio a los pobres?. Sí. Por consiguiente, si Nuestro Señor, que hizo todas las cosas para enseñanza nuestra, hizo eso, ¿no hemos de pensar que estamos haciendo lo correcto siguiendo sus pasos?

La Congregación cumple especialmente este ministerio proporcionando dignos Directores Provinciales y Directores Epirituales a las Hijas de la Caridad. Con frecuencia también se nos pide que les proporcionemos predicadores para sus retiros. Como las Hijas de la Caridad son una gran potencia en el servicio a los más abandonados, nuestro servicio a ellas puede producir frutos significativos en las vidas de los pobres. Aunque el ayudar en la formación de las Hijas de la Caridad (y en otros grupos que sirven a los más abandonados) sea indirectamente un servicio al pobre, puede ser, sin embargo,un medio muy eficaz de multiplicar y de enriquecer las energías de aquellos que sirven directamente a las necesidades espirituales y corporales de los pobres.

5. Organizar grupos, especialmente jóvenes, para servir al pobre.

Según hemos mencionado anteriormente, San Vicente tenía la gran habilidad de ser un buen organizador. Yo insto a la Cosngregación a que organice como él lo hizo.

El ministerio de la juventud es sumamente importante hoy día. Ellos son la Iglesia del futuro. Distintos estudios recientes indican que la juventud busca:

- unos objetivos religiosos explícitos

- una vida intensa de comunidad y solidaridad

- un servicio universal y claro a los más necesitados

Quiero animar a los miembros de la Congregación de la Misión de todo el mundo a que reunan a la juventud para que compartan nuestra misión vicenciana en el servicio al pobre.

Esto puede conseguirse por medio de los grupos de Juventudes Marianas Vicencianas, o bien por medio de otros colectivos, dependiendo de la cultura local y de sus posibilidades, pero insto a que todos consideren este ministerio como una de las actualizaciones contemporáneas de la misión. Así como en tiempos de San Vicente de Paul las "caridades" se propagaron por toda Francia, de la misma manera, es de desear, que los grupos de juventudes vicencianas de distintos matices florezcan hoy donde trabajan los miembros de la Congregación de la Misión y la Compañía de las Hijas de la Caridad.

6. Organizar comunidades cristianas de base entre los pobres

San Vicente reconoció la importancia de las comunidades de fe. Tuvo sumo cuidado de proveer una regla, un camino de vida que protegiese sus trabajos a todos los grupos que el fundó.

Hoy día, como se ha hecho manifiesto desde que salió la "Evangelii Nuntiandi", y aún antes, las comunidades cristianas de base ocupan un lugar especial en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Ellas son los beneficiarios de la evangelización y al mismo tiempo, evangelizadores ellas mismas. Tales comunidades pueden llegar a ser un lugar de suma importancia para oir y meditar en la palabra de Dios asi como también para organizar los medios de caridad práctica que serán de gran ayuda para afrontar las necesidades reales de los pobres.

7. Parroquias Misioneras. - Algunos interrogantes

Espero que me perdonéis por mi frivolidad en presentar algunos interrogantes importantes con relación a un apostolado en el que tantos cohermanos están implicados.

No tengo la menor duda de que hay en la Congregación parroquias genuinamente misioneras, las cuales constituyen en verdad una actualización de "la misión". Sin embargo, el estatuto 10 enumera una serie de condiciones para verificar si en realidad las parroquias son una manifestación de nuestra misión:

a. que el apostolado que ejercemos en ellas esté en conformidad con el fin y la naturaleza de nuestro Instituto,

b. que el número limitado de párrocos en el lugar requiera nuestra presencia.

c. que la parroquia en su mayor parte consista de gente realmente pobre.

d. que esté adherida a un seminario donde los cohermanos puedan impartir formación pastoral.

Nuestras estadísticas más recientes indican que 1047 cohermanos están involucrados en el ministerio parroquial, un porcentage sumamente alto (31%) del número total de miembros.

En comparación, el número de Paúles comprometidos en tales trabajos fundacionales de la comunidad, como misiones populares y misiones, es pequeño.

Esto me lleva a preguntar si es justificable para la Congregación de la Misión el estar comprometidos en tanta profundidad al ministerio parroquial y si realmente un número considerable de nuestras parroquias en la actualidad cumplen todos los requisitos que se mencionan en el estatuto 10.

Permitidme sugeriros las siguientes caraterísticas como base para evaluar si una parroquia es en realidad "vicenciana" y "misionera" o no.

a. se puede incluir entre las pobres de verdad;

b. el clero diocesano no tiene recursos para proveerla de personal

d. nuestro compromiso allí está limitado por un espacio de tiempo, (es de esperar que se por un contrato preciso).

d. tenemos objetivos misioneros bien definidos que deben de cumplirse dentro del tiempo establecido.

e. entre estos objetivos está la preparación de una asistencia pastoral permanente en el futuro, particularmente formando líderes en distintos ministerios

f. actividades de caridad orgnizada desempeñan una función en la parroquia al servicio de los necesitados;

g. grupos del laicado vicenciano reciben formación (Juventudes Marianas Vicencianas, Sociedad de San Vicente de Paúl, AIC, Asociación de la Medalla Milagrosa);

h. se ofrece instrucción sistemática en la enseñanza social de la Iglesia;

i. el" estilo" de ministerio es sencillo y humilde;

j. es una parroquia evangelizadora, con fuerte énfasis en la palabra de Dios

Cumplimos nuestra misión únicamente si seguimos a Cristo como el Evangelizador de los Pobres y actualizamos hoy su misión. El gran misionero no es tanto el hombre cuyos sermones son bellos sino más bien el hombre cuya vida, palabras y trabajos son reflejo de los de Cristo misionero.

El misionero auténtico vive el amor de Cristo. Otros lo experimentan en el. No puede ocultarlo aunque lo intente.

La misión--- esa es nuestra vocación. Respirad profundo, hermanos mios, el espíritu misionero que San Vicente inspiró en la Congregación. Que llene vuestras mentes y vuestros corazones. Sostenedlo con clarividencia ante los ojos de los cohermanos. Animadles a que adapten totalmente nuestra misión a las nuevas culturas, a que busquen a los pobres de hoy, a que usen los medios nuevos de comunicación para propagar la buena nueva. Ayudadles a que nuestra misión sea más universal y más acogedora. Decidles lo que dijo Jesús: Id. "Id a todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura". (Mk. 16:15).

(Traductur: Teodoro Barquín, C.M.)

[nota1] Reglas Comunes XI,10 (de aquí en adelante RC): "El nombre de misioneros, o sacerdotes de la Misión, claramente manifiesta que la obra de las misiones es el primer y más importante de los ministerios al pueblo".

[nota2] Ibid

[nota3] SV XI, 135; XII, 85ff.

[nota4] Vita Consecrata, 96f; Tertio Millennio Adveniente, 57.

[nota5] Redemptoris Missio, 37.

[nota6] Vita Consecrata, 73, 82, 89; Tertio Millennio Adveniente, 51; Sollicitudo Rei Socialis, 42.

[nota7] Juan Pablo II, Discurso a la 19ª asamblea ordinaria del CELAM, Haiti, Marzo 9,1983: discurso pronunciado en Santo Domingo 12 de Octubre 1984; véase Evangelii Nuntiandi, 63, Centessimus Annus,5; Tertio Milennio Adveniente, 45: Vita Consacrata, 81.

[nota8] Vita Consecrata, 99; Evangelii Nuntiandi, 45; Redemptoris Missio, 47.

[nota9] Para una reflexión interesante sobre esta materia, cf. A. Sylvestre, "Sacerdotes de la Misión para qué fin?" Vincentiana XXXIV, ( 6; Noviembre-Diciembre 1995) 363-73.

[nota10] Un número de corporaciones de negocios est'n aprendiendo esta dura lección. Aún algunos que en algún tiempo rezumaban progreso, ahora experimentan dolores de parto, porque no se ajustaron a circunstancias económicas que cambiaban rápidamente.

[nota11] Lk 4:18.

[nota12] Constituciones (de ahora en adelante C.)

[nota13]RC XI,10

[nota14] En tiempos recientes, se han ido preparando ternas de misiones hasta de 1000 miembro, para centrarse en una diócesos o aún país, con un resultado maravilloso. Cf. T. Sendlein, "Una

experiencia del Espiritu Vicenciano en uan Misión Nacional de Panamá" Vincentiana XXXIX (1995) 311-24.

[nota15] SV XII, 84.

[nota16] SV XI, 291.

[nota17] Para una lista complketa de las misiones ad gentes de la Congregación de la Misión y de las Hijas de la Caridad, cf. José Ignacio Fernández, "La extensión misionera actual de ambas congregaciones: Congregación de la Misión y Compañía de las Hijas de la Caridad" en San Vicente y La Misión Ad Gentes (Salamanca: CEME, 1995) 253-287. XI,10

[nota18] C 17.

[nota19] Cf. Albert di Ianni, "Religious Vocations: New Signs of the Times," Review

for Religious 52 (# 5; September-October 1993) 745-763. Also, D. Nygren and M.

Ukeritis, The Future of Religious Orders in the United States (Connecticut:

Praeger Press, 1993) 251.

[nota20] Evangelii Nuntiandi, 58.

[nota21] Medellin, "Conclusions," 6.13, 14; 13.33.