Desplazamientos de horizonte. Reflexiones sobre la Asamblea general de 1997

Desplazamientos de horizonte

Reflexiones sobre la Asamblea General de 1997

Padre Robert P. Maloney

Casa Madre HH.CC, 15 de agosto de 1997

Como pueden imaginarse, Hermanas, sobre mi mesa se acumulan una gran cantidad de papeles. Durante los últimos días de la Asamblea General, pero antes de que estuviera redactado el Documento Final, llegó hasta allí un análisis, de una página, especialmente interesante. Sospecho que su autora, una Hermana delegada, desea permanecer en el anonimato, pero voy a reproducir para ustedes aquí sus observaciones, con solo ligeras modificaciones en sus términos, ya que me parece constituir una evaluación de la Asamblea de gran profundidad.

Desplazamientos de horizonte que se han revelado de manera evidente durante el transcurso de la Asamblea General de 1997

1. De una Comunidad moldeada predominantemente por costumbres europeas, se ha pasado a una Comunidad internacional en la que tienen cabida las costumbres de todas las regiones.

2. De una actitud de "socorro" y limosna a los pobres, se ha pasado a la solidaridad con las personas desheredadas, trabajando mano a mano con ellas para promover el cambio, comprometiendo a los pobres en su propia promoción .

3. De un enfoque estrecho localizado en los asuntos de la Provincia, a una preocupación por compartir los recursos de la Compañía sobre una base mundial.

4. De opinar que la unidad depende en gran parte de signos externos, a opinar que la unidad se funda ante todo en una motivación común, en convicciones comunes, en una acción común.

5. De la predicación del Evangelio a los que servimos, a la búsqueda de semillas evangélicas en la cultura de aquéllos que queremos evangelizar: «segar antes de sembrar».

6. De una administración altamente centralizada, a una administración más de centralizada.

Por supuesto, esos desplazamientos de horizonte no se han producido repente y tampoco han aparecido precisamente durante el mes de la Asamblea Más bien, han ido evolucionando gradualmente en el espíritu y el corazón de las Hijas de la Caridad durante los últimos años. Pero la Asamblea los ha hecho aparecer y ha promovido realmente esos cambios, por su clima, sus discusiones y sus decisiones. Permítanme que examine con ustedes hoy, uno por uno, esos desplazamientos.

1. De una Comunidad moldeada predominantemente por costumbres europea a una Comunidad internacional en la que tienen cabida las costumbres de todas las regiones.

a) Señales de este desplazamiento de horizonte.

En el Libro de los Hechos, en el momento en que se halla a punto de subir al cielo, Jesús envía a sus discípulos para que «sean sus testigos en Jerusalén, en toda la Judea... y hasta los confines de la tierra» (Hech 1,8). En realidad, no es sino al final del siglo XX cuando el Catolicismo ha llegado a ser verdaderamente un Iglesia mundial (1). Durante el pontificado de Pablo Vl se produjo un desplazamiento notable en el centro de gravedad de las estadísticas de la Iglesia. El giro tuvo lugar en 1970, en que el 51 por 100 de la población católica vivía en el hemisferio Sur (2).

Un cambio similar se ha ido manifestando gradualmente en la Compañía de la Hijas de la Caridad. Aunque el número de sus miembros en Europa siga siendo con mucho el mayor, actualmente muchas Provincias jóvenes están florecientes en Asia, África, América Central y del Sur. La responsabilidad de la formación y de la dirección de esas Provincias va pasando cada vez más a manos de Hermanas nativas del país. Es significativo observar que, durante la Asamblea, se ha concedido una delegada suplementaria al Viet-Nam como la Provincia con mayor número de Hermanas en período de formación.

Algunos de los momentos más señalados de la Asamblea General han sido aquellos en que hemos escuchado los testimonios presentados por Hermana diversos países, reveladores de bases culturales muy distintas.

Igualmente, entre las decisiones más importantes de la Asamblea, figura el cambio introducido en el Estatuto 39, en que se decide que, en adelante, África estará representada en el Consejo General por una Hermana africana, y Asia por una Hermana asiática.

b) Retos para el porvenir

Estoy convencido de que uno de los mayores retos que se les plantean a Hijas de la Caridad —y a otras muchas Comunidades— es el de mantener su tradición íntegramente pero con flexibilidad. Digo «íntegramente» porque tienen ustedes una herencia magnífica que quieren conservar: la entrega de su vida a Dios comunidad, por un amor a los pobres que sea práctico y eficaz, vivido en sencillez y humildad. Pero digo también «con flexibilidad», porque no quieren ustedes construir una comunidad europea en culturas no europeas. No quieren cometer el error que con frecuencia cometieron los arquitectos en épocas pasadas, cuando construyeron edificios de estilo europeo o norteamericano en contextos culturales en que aquéllos parecían tan extraños como una pagoda lo sería aquí en París.

Una buena formación inicial es la clave que permite mantener la tradición íntegramente, pero con flexibilidad. Yo propongo este reto a toda la Compañía, Hermanas: concreten sus energías en una buena formación inicial.

2. De una actitud de «socorro» y limosna a los pobres, a una actitud de solidaridad con las personas desheredadas, trabajando mano a mano con ellas para promover el cambio, comprometiendo a los pobres en su propia promoción.

a) Señales de este desplazamiento de horizonte

La palabra «acompañamiento» se encuentra con frecuencia en el vocabulario de las comunidades modernas. No se trata de una simple evolución linguística Más propiamente puede decirse que nuestro lenguaje expresa un cambio actitud. Hoy, especialmente en la Iglesia, pero también en la sociedad secular,reconocemos lo importante que es que los pobres se comprometan personalmente en su propia promoción. Vemos que la dignidad humana exige la determinación personal. Creemos en el compromiso personal de cada uno, en su propia educación, en la aceptación de la propia responsabilidad para crearse un porvenir. En las últimas décadas se ha producido un cambio importante en el acento: de la noción de «asistencia» a través de las obras de caridad (limosna, donativos de «cosas» a los pobres), se ha pasado a la de «promoción humana» (acompañamiento al desfavorecido en el proceso completo de su promoción individual y el hacerse cargo por sí mismo de ese proceso).

El cuarto compromiso de la Asamblea General de 1997 lo afirma de manera. clara: «nos comprometemos a dar nuestra vida a los pobres y a ofrecerles un servicio que responda a sus necesidades reales, teniendo en cuenta sus deseos , aspiraciones y valores, con el fin de permitirles que lleguen a ser ellos mismos los agentes de su propia promoción».

Observen cuántas veces insiste el Documento de la Asamblea en la «solidaridad». Lo hace en el 8º, el 10º y el 12º compromisos. Vean, también, el acento que pone la Asamblea en la colaboración con los laicos, con la familia vicenciana y, especialmente, con nuestros grupos de Juventudes Marianas.

b) Desafíos para el porvenir

El reto que plantea este segundo desplazamiento del horizonte queda ya muy claramente definido por la misma Asamblea: Unir nuestras fuerzas con las de las personas que defienden la vida y los derechos humanos. Igualmente con las de los que luchan por la justicia y la solidaridad en favor de los excluidos de la sociedad especialmente las mujeres y los niños que son los más pobres en grandes zonas del mundo. Una vez más, en este alborear del tercer milenio, las aliento, Hermanas, a que las Hijas de la Caridad sean conocidas como una Compañía que se hace solidaria con los excluídos de la sociedad, especialmente con las mujeres y los niños, que son los más pobres de los pobres en tantos lugares del mundo.

3. De un enfoque estrecho localizado en los asuntos de la Provincia, a una preocupación por compartir los recursos de la Compañía a escala mundial.

a) Señales de este desplazamiento del horizonte

Este desplazamiento se ha manifestado realmente de manera muy notable en las últimas décadas. Voy a indicar aquí dos señales importantes:

* Por espacio de muchos años, numerosas Hijas de la Caridad se han ofrecido como voluntarias para ser enviadas a misión en otros países. Se establecieron programas de formación para ayudarles a inculturarse y a aprender otros idiomas Durante los últimos seis años, la Compañía se ha implantado en Albania, Camboya, Ghana, Angola, Bielorrusia y Ucrania. La Compañía ha podido contar con un personal interprovincial, en situaciones de urgencia, en México, Guatemala, Burundi, Ruanda, Somalia y Egipto. Ciento cincuenta y cinco Hijas de la Caridad han marchado a misiones Ad Gentes en el intervalo de los seis últimos años.

* La Compañía comparte de manera admirable sus recursos económicos sobre una base mundial. Las Provincias que disponen de más recursos han enviado, por el canal de la Curia Generalicia, una importante cantidad como ayuda económica al servicio de los necesitados de países pobres.

b) Desafíos para el porvenir

En este concepto, el desafío es también muy claro. Durante los seis últimos años, la Madre General ha insistido con fuerza, no sólo con sus escritos, sino también con sus hechos, en la identidad misionera de la Compañía. Por eso, yo también les digo, Hermanas, durante los seis años próximos, en este alborear del tercer milenio: «¡Vayan, vayan como misioneras! No duden en ofrecerse para ir allá donde se encuentran los más pobres de los pobres; ya sea en la propia Provincia de ustedes, ya en las Misiones Ad Gentes. ¡Vayan, marchen, sin temor!»

4. De opinar que la unidad depende en gran parte de signos exteriores a opinar que la unidad se funda ante todo en una motivación común, en convicciones comunes, en una acción común.

a) Señales de este desplazamiento de horizonte

En estas últimas décadas, la Compañía ha puesto fuertemente el acento, no sólo en la formación inicial, sino también en la formación continua. Las Provincias han organizado por su cuenta sesiones de formación sobre los diversos aspectos de nuestra vida: espiritual, apostólica, comunitaria, vicenciana y profesional. A nivel internacional, se organizan aquí, en la calle del Bac, dos o tres programas cada año, que reúnen a Hermanas de todos los países en que viven y trabajan las Hijas de la Caridad. Todos estos programas indican que una comunidad se fundamenta, no tanto en signos exteriores, como en una motivación común, en convicciones comunes y en una acción común, como con frecuencia lo ha hecho observar el filósofo Bernard Lonergan (3)

El quinto compromiso de la Asamblea General de 1997 lo indica con toda claridad: invita a la Compañía a que «recree Comunidades enrizadas en Jesucristo, que sepan compartir la experiencia de Dios, vivir la comunión por medio diálogo y el discernimiento, en una actitud mutua de sirvientas movilizadas por proyectos comunitarias creativos, realistas, exigentes y valuables».

Además, las decisiones tomadas por la Asamblea con relación al hábito confirman lo que la Compañía ha reconocido ya con toda claridad en estos últimos años: su unidad no depende de la uniformidad del vestido. De hecho, esta decisión reconoce que las necesidades de los pobres y las diferentes sensibilidades de las diversas culturas tienen que ser factores clave para determinar lo que el hábito de las Hijas de la Caridad. La Asamblea ha decidido:

«El hábito oficial de las Hijas de la Caridad es:

— el propuesto y escogido por la Segunda Asamblea General Legislativa;

— o un hábito modificado: falda, cofia azul marino, blusa blanca o azul,

— o un hábito modificado según las diferentes culturas y las necesidades d servicio a los pobres y aprobado por la Visitadora y su Consejo~.

«La autorización para no llevar cofa es de la competencia de la Visitado y su Consejo».

«Todas las Hermanas llevan un signo distintivo universal de pertenencia a Compañía».

b) Desafíos para el porvenir

Según mi parecer, Hermanas, la Compañía tiene ya una comprensión bastante clara de las motivaciones comunes, las convicciones comunes y las acciones comunes que fundamentan su unidad. El reto que se lanza consiste en profundizar de continuo en estas últimas. Existe siempre una tendencia en los grupos, especialmente cuando se trata de grandes grupos, a confundir uniformidad y unidad. Esto puede llegar a ser una enfermedad seria cuando se trata de una comunidad internacional, porque puede conducir a imponer prácticas detalladas, que a las jóvenes procedentes de otras culturas pueden parecerles extrañas. Cuando yo era novicio teníamos permiso para ducharnos sólo dos veces por semana. Éramos jóvenes protestábamos sin cesar de esta extraña práctica. A veces, hacíamos notar con más viveza esa protesta. Una vez terminado el noviciado, todos volvimos a ducharnos a diario, como antes de entrar en él. Aquel reglamento chocante, relativo a nuestra higiene, no contribuyó en modo alguno a que profundizáramos en nuestras motivaciones, nuestras convicciones y nuestros actos, aun cuando a nuestros responsables, por algún motivo determinado, les hubiera parecido importante. La cuestión que se nos plantea es la siguiente: ¿Qué será lo que pueda hacer hoy más profundas, realmente, las motivaciones íntimas de una Hija de la Caridad (su deseo darse a Dios en el servicio a los pobres)? ¿Qué es lo que hará más sólidas sus convicciones más profundas (su voluntad de vivir en sencillez, humildad y caridad práctica)? ¿Qué es lo que hará más firme su compromiso de entregrarse a la acción común con otras (especialmente la oración hecha en común, una vida vivida juntamente con otras, en alegría y servicio hecho en común a los pobres)?

5. De la predicación del Evangelio a los que servimos, a la búsqueda de semillas evangélicas en su cultura: «segar antes de sembrar».

a) Señales de este desplazamiento de horizonte:

Pocos temas se abordan con más frecuencia en los documentos de la Iglesia hoy, que el de la inculturación. El Papa Juan Pablo II, que ha hablado reiteradamente de este tema de la inculturación, ha escrito lo siguiente a las Hijas de Caridad: "EI amor a los pobres lleva consigo el respeto a sus culturas, que manifiestan el alma de sus comunidades humanas, así como el reconocer y acoger los valores que constituyen la riqueza de las mismas".

La palabra "inculturación" ha brotado con frecuencia de los labios de las Hijas. de la Caridad en el transcurso de los dos años de preparación a la Asamblea General y durante la celebración de la misma.

La cuarta convicción expresada por la Asamblea es la siguiente:

"Estamos convencidas de la necesidad de descubrir personal y comunitariamente /as "semillas del Verbo" y /os valores que existen en todas las cu/turas y /os pobres:

— la solidaridad, la lucha en favor de la justicia y de la libertad,

— el reconocimiento de la dignidad de todo ser humano,

— las relaciones personales más cercanas, la hospitalidad, el sentido festivo,

— la confianza y la esperanza en la Providencia...

y también discernir los anti-valores que se oponen al Evangelio y a nuestra identidad vicenciana:

— el crecimiento de la pobreza y de la marginación,

— la explotación económica,

— la violación de los derechos humanos,

— la pérdida del sentido de Dios,

— la "cultura de la muerte"...

b) Desafíos para el porvenir

Ya estáa implícito el desafío en la convicción tan claramente expresada, como hemos visto más arriba, por la Asamblea. Quiero hoy invitar especialmente a las Visitadoras y a los formadores, de todas las Provincias de la Compañía, a que disciernan, con las Hermanas de su Provincia, cuáles son las semillas del Verbo que se hallan en cada cultura y a que disciernan también, en esa cultura concreta cuáles son los anti-valores que en ella se oponen al Evangelio. Es seguro que hay abundantes semillas del Verbo en toda la creación, porque es Dios quien la ha hecho; pero se dan también en abundancia las malas hierbas. Es Jesús quien nos lo asegura, porque todos los humanos —y nosotros comprendidos en ellos— somos pecadores.

6. De una administración altamente centralizada, pasar a una administración más descentralizada.

a) Señales de este desplazamiento del horizonte

Inmediatamente después del Vaticano II, el Papa Pablo VI dijo a las Comunidades religiosas que «el sistema de gobierno será de tal manera que el ejercicio de la autoridad llegue a ser más eficaz y más fácil, según las necesidades de la época actual. Para ello, en los diferentes grados de autoridad, se proveerá a los Superiores de poderes oportunos, con el fin de evitar que se tenga que recurrir inútilmente o con demasiada frecuencia a las autoridades superiores» (4).

Las Constituciones y Estatutos renovados de las Hijas de la Caridad han conseguido recoger sólo parcialmente el «principio de subsidiariedad enunciado por Pablo Vl. Una de las etapas más significativas de las Constituciones con miras la descentralización, ha sido la importancia concedida al proyecto comunitario local, como medio de organizar concretamente la vida de la comunidad local y de encaminar a las Hermanas hacia un entendimiento mutuo para llevar a cabo esa vida. Las Constituciones han ampliado asimismo los poderes de la Visitadora han favorecido la libertad de las Hermanas de las Provincias para elegir a sus responsables gracias a una amplia consulta.

Durante la Asamblea, la decisión relativa al hábito, de la que acabo de habla ha constituido un paso importante en el sentido de la descentralización. Anteriomente, casi todas las decisiones relacionadas con el hábito tenían que proceder de la Madre General y de su Consejo. Ahora pueden tomarse a nivel provincial.

b) Retos para el porvenir

El principio de subsidiariedad es claro. Se trata después, de aplicarlo con buen criterio.

La Asamblea ha reconocido que debe avanzase todavía más en el sentido de la descentralización. A París siguen llegando demasiadas cosas que en realidad han de decidirse a un nivel provincial, empleando en ellas, sin necesidad, el tiempo y las energías de los miembros del Consejo General y de la Secretaría. La Asamblea General ha decidido que se nombraría una Comisión con el fin de llevar a cabo una revisión de las Constituciones y Estatutos, revisión que se sometería a la próxima Asamblea General. Uno de los problemas que se plantearían a esa Comisión —y por lo tanto a la próxima Asamblea General— sería el de tratar más plenamente la cuestión de la subsidiariedad y de la descentralización.

Los desplazamientos de horizonte son muy importantes, Hermanas. Influyen en nuestra manera de ver. Desdc el tejado de la Curia Gcneralicia puedo tener una buena vista de Roma: puedo ver la cúpula de San Pedro y veo también casas en las que vive gente pobre. Me ocurre a veces ver cómo pasa la droga de mano en mano. El otro día, hasta distinguí a alguien que en una ocasión me había robado Cuando bajo a mi despacho, que está en el piso inferior, el horizonte cambia. Allí no puedo ver ni San Pedro ni a los pobres. Por eso, es bueno para mí subir de vez en cuando al tejado ¡y cambiar de horizonte! Eso es exactamente, Hermanas lo que ha hecho su Asamblea. En realidad, es toda la Compañía la que lo ha hecho, especialmente en estos últimos seis años. Sus horizontes se han ampliado en sentido internacional. Su servicio a los pobres ha adquirido nuevas perspectivas y nuevas calidades. Sus relaciones con nuevas culturas han llegado a ser fuente de enriquecimiento.

Les invito, Hermanas, invito a toda la Compañía, hoy, a regocijarse de esos nuevos horizontes. Que sus ojos se llenen de la variedad de colores de la creación de Dios. Lean y estudien bien el Documento de esta Asamblea. Hagan suyas las convicciones que expresa y vivan sus compromisos en solidaridad con sus Hermanas. Que este Documento las inflame, como dice la Asamblea. Sean ustedes un fuego nuevo. Que la Caridad ardiente de Cristo se comunique a través de ustedes al corazón de los demás, especialmente a los pobres.

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(1) K. Rahner: "La significación duradera del Segundo Concilio Vaticano", en Investigaciones Teológicas XX, 90-102; cf. también, "El porvenir de la Iglesia y la Iglesia del porvenir", en Investigaciones Teológicas XX, 103-114 .

(2) W Bullmann: La Iglesia del Porvenir (Maryknoll, Nueva York, Orbis, 1986, 4-5.

(3) Bernard Lonergan: Una tercera colección (Malwab, New Jersey, 1985, 5-6).

(4) Ecclesiae Sanctae (6 de agosto de 1996), 18.