Anunciamos con alegría para la Congregación de la Misión que el día de ayer fue erigida formalmente la Provincia de Vietnam. Más allá de la preparación inmediata para este acontecimiento, ha habido algunas muy remotas, como los primeros misioneros al Sureste de Asia que pusieron los fundamentos para este día.
Video de la Eucaristía
Casi hace un siglo, en 1828, misioneros franceses desde China venían con frecuencia a este país para servir a las Hijas de la Caridad y predicar misiones pastorales de corta duración. Inicialmente se limitaban a servir a las Hijas de la Caridad y a la población francófona. No obstante, en 1955, se estableció la primera casa canónica. En 1970, el grupo inicial de aspirantes se unió a los cohermanos. Este fue el punto de partida para el fuerte desarrollo. Los misioneros formaron una región de la Provincia de París hasta que fue erigida formalmente como una Vice-Provincia en febrero de 2012. Y el 8 de febrero de 2017 ha sido erigida como Provincia, instituido como visitador el padre Peter Nguyen Cong Tuan, C.M.
En la actualidad, la Provincia de Vietnam está conformada por 87 miembros: 74 sacerdotes, 9 diáconos, 2 hermanos, 2 cohermanos con votos perpetuos. 154 estudiantes en las siguientes etapas de formación: 50 estudiantes de teología, 21 estudiantes en el Seminario Interno, 59 en Filosofia y 24 en el postulantado.
En homilia el Superior General enfatizó que “la nueva provincia puede contar con dos puntos fuertes muy significativos. El primero, que está asentada en un país rico en vocaciones. La Provincia está bendecida verdaderamente a este respecto, porque recibe un número considerable de jóvenes, que se sienten llamados para seguir a Jesucristo, Evangelizador de los Pobres. Sus seminarios están llenos de seminaristas entusiastas: 76 seminaristas mayores y 99 aspirantes. Ninguna otra provincia en la Congregación tiene un número tan alentador de seminaristas en formación.
Sin embargo, ese gran número de jóvenes en formación requiere tres componentes básicos para proporcionarles una formación de calidad: infraestructura, personal de formación, y un programa de formación. Afortunadamente, la infraestructura está en el lugar con casas especiales de formación para todas las etapas. Se han tomado iniciativas para entrenar a los formadores y afrontar así las necesidades de la formación para un número considerables de cohermanos que están estudiando en distintas universidades en todo el mundo. Dado el gran número de vocaciones jóvenes, la nueva provincia necesitará cantidad, así como calidad”.