Una Santa hablando de otro Santo
Tomaž Mavrič, CM
Superior General
Al iniciar el quinto siglo del Carisma Vicenciano, nos alienta el ejemplo de miles y miles de nuestros hermanos y hermanas de la Familia Vicenciana que vivieron, con todo su corazón, alma y mente, el carisma y la espiritualidad vicenciana durante los 400 años que han pasado desde nuestra fundación. Nos transmitieron el don de Dios, un camino a la santidad, para que nosotros, a su vez, podamos entregarlo a las generaciones futuras. La Iglesia también reconoce oficialmente a muchos de ellos como Santos, Beatos y Siervos de Dios.
Entre ellos está el Siervo de Dios, el Obispo Janez Frančišek Gnidovec, CM, cuyo proceso de beatificación ya se ha completado y ahora está a la espera de un milagro para que la Iglesia lo reconozca oficialmente como beato.
Los miembros de la Familia Vicenciana —aunque, por supuesto, no solo sus miembros—tenemos una excelente oportunidad de acudir a los muchos Santos, Beatos y Siervos de Dios de nuestra Familia. Les pedimos que intercedan ante Jesús por nosotros, por nuestras diversas intenciones y necesidades, para que nos ayuden, a nosotros y a todos aquellos por quienes oramos, en nuestra cotidiana peregrinación diaria en la tierra.
A finales de enero y principios de febrero de 2018, la Superiora General de las Hijas de la Caridad, sor Kathleen Appler; la Consejera General, sor Hanna Cybula; el Visitador de nuestra Provincia de Italia, el padre Nicola Albanesi; la Visitadora de la Provincia de Eslovenia, sor Francka Saje; el Superior de la comunidad en la Curia general de la Congregación de la Misión, el padre Giuseppe Carulli; y un servidor, visitamos Albania y Kosovo. En todos los lugares que visitamos sentimos la vívida presencia espiritual y la memoria que el pueblo conserva de Santa Madre Teresa de Calcuta. Ella era de origen albanés: nació en Skopje, capital de Macedonia.
Además de la presencia espiritual y la memoria de la Madre Teresa entre el pueblo de Albania y Kosovo, sentimos lo mismo también con el Siervo de Dios, el Obispo Janez Frančišek Gnidovec, CM. Fue obispo de la Diócesis de Skopje-Prizren, un territorio donde vivían muchos albaneses, incluida la Madre Teresa.
El obispo Gnidovec conocía a la Madre Teresa desde su infancia. La acompañó en sus primeros años y fue uno de los instrumentos en manos de Jesús que ayudó a la Madre Teresa a descubrir su vocación a la vida consagrada y a tomar la decisión definitiva de entregarse totalmente a Jesús. El Obispo Gnidovec celebró la Eucaristía en la que estuvo presente la Madre Teresa antes de dejar su hogar para ingresar en la vida consagrada.
Años más tarde, cuando comenzó el proceso de beatificación de Janez Frančišek Gnidovec, se pidió a la Madre Teresa que fuera uno de los testigos. Ella escribió una breve nota en croata. Se adjunta una copia, de su puño y letra.
La nota dice:
Nuestro obispo Gnidovec fue un santo. Todos lo llamaron por este nombre. Fue verdaderamente un sacerdote según el corazón de Jesús, con un corazón tierno y humilde.
A punto de partir yo a misiones, celebró la Eucaristía para mí, me dio la Sagrada Comunión, me bendijo y me dijo:
“Vas a misiones. Dale todo a Jesús, vive solo para Él, sé solo Suya, ámale solo a Él, ofrécete únicamente a Él. Deja que Jesús sea todo en tu vida”.
Estoy convencida de que él ora por mí y que tengo en él un intercesor ante Jesús.
Madre Teresa, MC
Una Santa hablando de otro Santo.
Que esta maravillosa historia de vida y ejemplo nos ayuden a mirar al cielo con regularidad y a pedir la intercesión de los Santos, Beatos y Siervos de Dios de la Familia Vicenciana, para que nos acompañen a los que aún peregrinamos por este mundo. ¡Están deseosos de ayudarnos!
A través de nuestra fidelidad, confianza y fe, los milagros continuarán sucediendo y aquellos a quienes la Iglesia aún no reconoce oficialmente como Santos, Beatos y Siervos de Dios, mediante nuestras oraciones, sus intercesiones y los milagros aceptados por la Iglesia, serán reconocidos formalmente como Santos.
Por supuesto, los Santos, como tales, no necesitan este reconocimiento. Es por nuestro propio bien. Necesitamos estos ejemplos extraordinarios de vida cristiana para ayudarnos a alcanzar el objetivo final de todo cristiano, de todo ser humano: la vida celestial, unidos eternamente con Jesús, llevando a su cumplimiento todos nuestros deseos más profundos, por los siglos de los siglos.
A medida que continuamos o comenzamos a andar este camino, quisiera pedirles que envíen información sobre las gracias y los milagros recibidos por intercesión de nuestros Santos de la Familia Vicenciana, Beatos y Siervos de Dios a la Oficina de la Familia Vicenciana Internacional (VFO), padre Joseph Agostino, CM, en el correo electrónico vfo@famvin.org.
La oficina enviará la información a los responsables de los diversos procesos de nuestros Beatos y Siervos de Dios, a los Vicepostuladores en los diferentes países donde se están llevando a cabo los procesos o al Postulador General de toda la Familia Vicenciana en Roma, el padre Giuseppe Guerra, CM.
¡Que nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, los Santos, Beatos y Siervos de Dios de la Familia Vicenciana intercedan por nosotros!
Una breve biografía del Obispo Janez Frančišek Gnidovec, CM:
Inglés: http://gnidovec.si/l_english.htm
Francés: http://gnidovec.si/l_france.htm
Español: http://gnidovec.si/l_spain.htm
Italiano: http://gnidovec.si/l_italy.htm
Alemán: http://gnidovec.si/l_germany.htm