«Yo no soy ni de aquí ni de allí,
sino de todas partes a donde Dios quiere que vaya»
San Vicente de Paúl
A todos los Cohermanos de la Congregación de la Misión
Queridos Cohermanos
¡La gracia y la paz de Jesús estén siempre con nosotros!
Con profundo agradecimiento a Jesús, a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, a los Santos, Beatos, y Siervos de Dios de la Familia Vicenciana, volvemos la mirada al año 2017 cuando celebramos el 400 Aniversario del Carisma Vicenciano, así como el comienzo de nuestra “Pequeña Compañía”, como San Vicente gustaba llamarla.
Llamar a la Congregación de la Misión la “Pequeña Compañía”, expresa la total convicción de San Vicente de que todo lo que somos y todo lo que hacemos desde el comienzo hasta el final depende de Jesús, de su Providencia. El nombre, “Pequeña Compañía”, expresa también la gran humildad de San Vicente con relación a otras Congregaciones existentes en la Iglesia, a las que miraba, resaltando sus capacidades, conocimiento, y talentos.
San Vicente tenía una profunda convicción de la misión que Jesús confió a él y a todos los que pertenecen a la Pequeña Compañía. Es una llamada y una misión de toda la vida que comienza al entrar en la vida consagrada, siguiendo las huellas de San Vicente, y termina en la tierra con nuestro paso de esta vida a la futura. Después continúa en los cielos como deseamos, Dios lo quiera, estando con nuestros cohermanos, así como con otros miembros de la Familia Vicenciana, continuando nuestra misión desde lo alto por toda la eternidad. Esta profunda convicción también está expresada claramente en el deseo de San Vicente al añadir el cuarto voto, el voto de “la perseverancia hasta el final”.
El año 2018 es el comienzo del quinto centenario del Carisma Vicenciano.
En la historia extraordinaria de la “Pequeña Compañía” se han realizado muchas cosas maravillosas cuando sus miembros ponen toda su confianza en la Providencia, actuando con humildad, reconociendo que todo es gracia y viene de la iniciativa, acompañamiento, y visión de Jesús. Por consiguiente, miramos al futuro con absoluta confianza, convencidos de que, si seguimos caminando a lo largo del mismo camino, realizaremos en el quinto centenario la misión que Jesús confió a San Vicente hace 400 años, continuando avanzando con deseo ardiente hasta llegar a los rincones más alejados del mundo.
Como cada año, en el mes de octubre, el Superior General escribe una carta a todos los misioneros del mundo con un tema específico, las misiones “ad Gentes.” Nuestra “Pequeña Compañía” se llama oficialmente la Congregación de la Misión”. La misión “ad Gentes” es parte de nuestro ADN. Una de nuestras cinco virtudes es “el celo por las almas” para ayudar a todos a conseguir la salvación, la redención, el cielo.
La carta del Papa Francisco para el Domund 2018se titula, “Juntos con los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos”.El Papa Francisco ha anunciado que para el próximo año, 2019, el mes de octubre será un “Mes Misionero Extraordinario” con ocasión del primer centenario de la Carta Apostólica “Maximum Illud”del Papa Benedicto XV, para encender de nuevo nuestro ardor y pasión por la misión de Jesucristo. El tema para octubre 2019 es “Bautizados y Enviados: La Iglesia de Cristo en Misión en el Mundo.”
La invitación y el reto del Papa Francisco, se dirige también a todos los miembros de la “Pequeña Compañía”, la “Congregación de la Misión”, La respuesta positiva a esta llamada depende de una respuesta positiva de cada uno de nosotros, de cada miembro de la Congregación. La respuesta positiva de ir a la misión “ad Gentes” depende de la disponibilidad de un cohermano particular que siente la llamada, así como de la apertura de la Provincia o Vice-provincia a la que pertenece el cohermano para enviarle a una misión “ad Gentes”.
Es evidente que resulta más fácil para provincias o vice-provincias con un número significativo de cohermanos enviar algunos a una misión “ad Gentes”. Sin embargo, es igualmente cierto que incluso donde los números son más pequeños o con muchos compromisos, ministerios y obras sobre el lugar, enviar un misionero o misioneros a una misión “ad Gentes” llega a ser una fuente de gracia enorme para la misión donde el misionero es envido, así como para la Provincia o la Vice-provincia que le envía. Aporta energía renovada, ardor, motivación para todos, al implicarnos directa o indirectamente con la nueva misión. Esto llega a ser también una oportunidad maravillosa para renovar la cultura de las Vocaciones.
Hemos tenido ejemplos extraordinarios de cohermanos a lo largo de la historia de la “Pequeña Compañía”, que fueron a las misiones “ad Gentes” y que incluso llegaron ser mártires y santos. Del mismo modo, hoy hay cohermanos en las misiones “ad Gentes” y hay Provincias y Vice-provincias abiertas a enviar cohermanos a las misiones “ad Gentes”. Reflexionar sobre esto nos da tanta esperanza que seremos capaces de reforzar las misiones ya existentes y abrir nuevas misiones en países donde todavía no estamos presentes.
En la Carta de Llamada a Misión del último año, yo invité a todos los cohermanos del mundo a implicarse en la iniciativa:
“Enviar 1% de los miembros de la Congregación de la Misión a las misiones
ad Gentes”. El 1% de todos los miembros de cerca de 3000 cohermanos es de unos 30 cohermanos, que irían como nuevos misioneros a las misiones “ad Gentes”.
La invitación y el reto concretos para la Congregación en todo el mundo, para el próximo año aproximadamente, en respuesta a la invitación del Papa Francisco para el Mes Misionero Extraordinario de Octubre 2019, es ser capaces de presentar al Papa Francisco el siguiente mensaje escrito:
Santo Padre, la Congregación de la Misión después de orar, reflexionar, y estudiar las distintas posibilidades dentro de la Congregación, basada en su invitación a la Iglesia Universal, está contenta y rebosante de alegría por la misericordia de Dios hacia nosotros. Le anunciamos, Su Santidad, que en este mes de octubre de 2019 nuestra “Pequeña Compañía” está enviando un 1% de todos sus miembros, es decir, 30 cohermanos, como nuevos misioneros a misiones “ad Gentes”.
La invitación es asumir el compromiso el próximo año, que incluye el tiempo para la preparación y para terminar el actual ministerio u obra en la que uno esté implicado. El envío para algunos podrá ocurrir quizás después de dos años, pero el compromiso deberá hacerse entre ahora y octubre de 2019.
Su hermano en San Vicente,
Tomaž Mavrič, C.M
Superior General
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Carta del Llamado misionero 2018