Día 6: 24 noviembre 2018 

A lo largo de todos estos días estamos oyendo, de diferentes voces, que no existe una crisis global de vocaciones en cuanto a otras realidades eclesiales se refiere, unas realidades nuevas con un crecimiento efervescente. Hoy lo ha recordado el Prof. Amedeo Cencini. en su reflexión sobre la cultura vocacional en el mundo eclesial que estamos viviendo actualmente, donde ha recordado que las nuevas congregaciones, con un objetivo evangelizador, están tenido muchos ingresos. Sus palabras vienen dadas desde la experiencia de una persona que ha trabajado directamente como consultor en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. La cuestión resulta preocupante cuando nuestro “Humilde Instituto” fue fundado para la evangelización de los Pobres y, en cambio, el número de nuestros miembros desciende cada año, lenta y progresivamente. 

El Hermano Francisco Berbegal, CM. comentaba que el ministerio de las parroquias frena el desarrollo de nuestra vida misionera. Otro aspecto que ha remarcado Paco, en cuestión al tema de la vocación del “hermano para la misión”, es la correcta utilización del lenguaje de nuestras comunidades, pues como ha indicado: “la palabra no es buena ni mala pero sí que lleva un significado concreto”. Este significado puede “convertir a aquel que habla en eso que dice”. Quizá habría que recordar, según muestran nuestras Constituciones y Estatutos, que nuestra Congregación (y vocación) gira en torno a su labor apostólica: la misión la realizamos en comunidad, por fidelidad a la misión nos acogemos a los consejos evangélicos por medio de la emisión de los votos y nuestra oración es apostólica. Todo ello, desde una teología de la misión, una espiritualidad bautismal y una constatación eclesial jurídica de Sociedad de Vida Apostólica.  

Por su parte, Amedeo Cencini hacía hincapié en la importancia de crear una mentalidad en torno a la cultura vocacional desde una sensibilidad vocacional que engloba la integridad de toda la persona humana durante todo su proceso vital. Todo esto, con el reconocimiento de ser una persona preciosa amado por el Dios creador. ¿Hablará el Papa Francisco en su exhortación apostólica sobre el discernimiento vocacional sobre esta sensibilidad vocacional? Pronto lo veremos. 

La sensibilidad vocacional, dentro de una formación permanente dinámica y renovable, es un gran reto  para nuestra Compañía misionera, cuyo discernimiento nos lleve a trabajar mejor y a conseguir más miembros para la misma desde la fuerza de una plena vida apostólica; siendo fieles al carisma donado por el Espíritu Santo a través de Vicente de Paúl que nos hace tener una vocación sensible hacia las pobrezas en una sociedad que tiene como bandera la globalización de la indiferencia. 

Mañana, domingo, Solemnidad de Cristo Rey del Universo, habrá descanso del personal para comenzar el lunes con ánimo y nuestras esperanzas. 

José Luis Cañavate Martínez, CM
Provincia de Zaragoza