Durante los días 25-28 de noviembre de 2018 nos reunimos en Roma cerca de 100 personas pertenecientes a muchas ramas de la familia vicentina y de otras organizaciones que trabajan mancomunadamente en favor de los sintecho.

Sabemos que este es un problema multidimensional y un desafío creciente en la inmensa mayoría de las ciudades del mundo.  Según estimaciones de la ONU 100 millones de personas duermen en las calles de nuestras ciudades, 860 millones de personas en barrios subnormales y hay cerca 67 de millones de refugiados sin contar, en muchos casos, los desplazamientos internos.

La familia vicentina esta bien posicionada para responder a este desafío desde la perspectiva del cambio sistémico y aunando nuestras fuerzas y recursos para aliviar el dolor de los sintecho en el mundo. Esta acción sistémica propuesta con motivo de los 400 años de nuestro carisma puede fácilmente incrustarse en nuestra tradición mística y profética, corazón del carisma. En estos días, a través de las conferencias y momentos de espiritualidad y reflexión recordamos las lecciones de vida de San Vicente, San Luisa y tantos miembros de nuestra familia de ayer y de hoy en su compromiso irrestricto con los sintecho de la tierra. Acoger al extraño es un matiz central del evangelio que exige amar al distinto desde la cultura del encuentro y que reclama la compasión y la justicia en el dar y en el recibir.

Nuestra conferencia, organizada por la comisión internacional de la alianza vicentina por los sintecho, fue dividida metodológicamente en tres bloques que en si mismos describen los desafíos de los sintecho: habitantes de calle, refugiados y habitantes de barrios subnormales.  Los conferencistas y panelistas nos ayudaron a hacer conciencia de la magnitud de este problema a través de reflexiones densas y de historias que ponen en el centro a tantos invisibilizados de nuestra sociedad. Nuestro enfoque esta claramente centrado en las personas y en las comunidades que son victimas de este flagelo.

Al final de la jornada se nos hizo mas claro que la colaboración y el trabajo en redes no es solo mas efectivo, sino que pertenece a la esencia de nuestra identidad y praxis como familia.  La colaboración no solo esta relacionada con la efectividad, ella es un elemento central de nuestra espiritualidad.  Las historias del Líbano, Ucrania, Kenia, Colombia, Irlanda, Estados Unidos, Perú, Filipinas y muchas otras son un vivo reflejo de que el concepto de FAMILIA se va concretizando en proyectos que nos fuerzan a estar al lado de los mas excluidos de la tierra.

Un elemento común en las muchas experiencias compartidas fue el de la innovación y la creatividad desde la sostenibilidad ambiental. Quizás el momento cumbre de la conferencia fue el lanzamiento que hizo el padre general del proyecto de las 13 casas que ya es una realidad en mas de 20 países donde la familia vicentina esta presente. Las 13 casas evocan la experiencia de San Vicente con los niños de las calles de Paris y su extraordinaria creatividad para responder a un desafío apremiante de la sociedad francesa del siglo XVII.  El Instituto Global por los Sintecho de la Universidad de DePaul en Chicago lanzo además un programa para enfrentar el sintechismo en 150 ciudades del mundo hasta el 2030, siguiendo la agenda de la ONU. Este proyecto ya tiene unas ciudades vanguardia que le irán mostrando el camino a las demás que se vayan uniendo paso a paso… y es que el “el amor es creativo hasta el infinito”

La incidencia política a todo nivel y la recolección de datos -mapeo- son sin duda dos mecanismos esenciales a la visión y acción sistémica sobre el problema de los sintecho.  Durante la conferencia tuvimos la oportunidad de compartir los esfuerzos que se están haciendo el ala ONU a través del grupo de trabajo que las ONG vicentinas crearon para incidir en la agenda política en favor de los sintecho. Unido a esto escuchamos como desde la Universidad de Niagara se organiza una base de datos que nos ayudara a compartir mejores experiencias, recursos y a plantear asuntos comunes de reflexión ya acción que realizamos como familia. Dar voz a las personas y comunidades, servir como defensores, reclamar justicia en la protección de los derechos humanos, también a una casa adecuada, no están excluidos de la praxis que conjuntamente hemos asumido.

Nuestro compromiso es con la esperanza de los desesperanzados. Mantener viva la esperanza de las personas que viven en las calles haciéndonos sus hermanos y hermanas, caminado con ellas hasta que tengan un techo en el cual puedan construir un hogar. Sabemos que este techo es esencial para romper el ciclo de la pobreza que además les excluye de la alimentación necesaria, la educación, la salud, el acceso a un trabajo digno, etc.

Nuestro enfoque es global y nuestra acción es local y viceversa. La Alianza Vicentina por Los sintecho esta presente allí donde cualquier miembro o rama de la familia vicentina esta haciendo algo en favor de los sintecho.  Aun no sabemos cuanto estamos haciendo juntos, pero sabemos que es mucho y estamos convencidos de que haremos mucho mas a través de la coordinación, de la colaboración, de la visión y acción sistémicas, la innovación, la acción ambiental, la perspectiva multidimensional de la pobreza, etc.

Esta conferencia fue en todo sentido una oportunidad para ver en concreto todo aquello que en nombre del proyecto del Reino en el evangelio podemos hacer si nos atrevemos a salir del aislamiento, de la acción individual, o de la lucha territorial, etc.   Les pedimos que se unan a esta iniciativa, que compartan sus experiencias, que se unan a otros miembros de la familia vicentina y que realicen el proyecto de las 13 casas desde sus posibilidades y necesidades. Las 13 casas de San Vicente son una metáfora que desafía nuestra creatividad y que puede tener muchas formas: una casa de acogida, un proyecto con refugiados, un proyecto de mejora de vivienda…etc. Atrevámonos a unirnos a este sueño global de la familia y desde nuestras capacidades unamos para hacerlo crecer en favor de los pobres nuestros hermanos y hermanas.  Las 13 casas son apenas una de las posibles acciones que promueve la alianza, pero puede ayudarnos a visibilizar nuestros esfuerzos comunes y desatar nuestra creatividad en otras direcciones. Cómplices del espíritu hagamos que suceda!

Guillermo Campuzano, CM
Coordinador  VIN-JPIC