¿Qué clase de jóvenes?

Cada año vienen al Berceau 10.000 personas, y de abril a junio acoge a más de 800 jóvenes. Hay dos tipos de estadías: de una jornada de 10h a 16h,  y otra para sesiones de 2 a 5 días, en el marco de la preparación para el sacramento de la confirmación o de un tiempo de « recogimiento y oración» organizado por determinado grupo o movimiento.

Cuando se trata de una sola jornada, llegan jóvenes entre 9 y 18 años pertenenecientes a capellanías escolares de establecimientos privados o públicos, y jóvenes que reciben catequesis en sus respectivas parroquias.

Los que vienen para prepararse a la Confirmación son oriundos de parroquias de esta provincia eclesiástica, y, a veces, de más lejos (Versalles, Carcasona…)

También pasa por aquí un centenar de jóvenes de la peregrinación VTT en el verano, además de alguno estudiantes del escuadrón 4L Trophy, un rallye automovilístico de Francia a Marruecos y patrocinados por la Sociedad de San Vicente.

Pasan igualmente jóvenes de toda Francia con sacerdotes de la fraternidad Santo Tomás Becket para sesiones propedéuticas a la vida interior y la oración.

¿Cómo es la acogida?

El equipo animador está compuesto por siete: cuatro laicos, una religiosa y dos sacerdotes. Presentan testimonios o enseñanzas sobre sobre los sacramentos, la fe, el Credo, etc.

A los participantes se les ofrece las siguientes experiencias:

– conocimiento del lugar por medio de un video acompañado de explicaciones sobre la Familia Vicenciana;

– Visita a Ranquines, la casa natal. Es esa la ocasión para contar detalles sobre la vida de San Vicente valiéndose de diversos objetos que nos lo recuerdan: citas de algunas de sus cartas, el sillón usado en el internado fundado por él y el busto con la máscara mortuoria;

– finalmente la capilla, dirigiendo la atención sobre la fe como fuente de la vida de san Vicente.

Cada grupo recibe libretas para escribir sus descubrimientos.

En una parte del tiempo se hacen juegos para profundizar en el conocimiento de san Vicente, unos más dinámicos, otros más estáticos: juego de la oca o crucigramas para hacer conocer datos biográficos como la injusta acusación de robo, las peripecias para ponerse al servicio de los más pobres, el valor de la vida familiar. Cada juego se constituye de entre tres y cinco etapas que comprenden ya sea textos bíblicos o escritos de san Vicente y retos deportivos (carrera de obstáculos, laberinto, etc.)

Para cada grupo que puede estar conformado por entre 40 y 300 participantes, estamos presentes entre 2 y 6 animadores, de manera que facilitamos esta vivencia en las mejores condiciones posibles. El grupo ideal es el de 30.

¿Cuáles son las enseñanzas?

El encuentro de los grupos se desarrolla con gran simplicidad. La presentación inicial ayuda a cada uno a encontrar su lugar y ser reconocido; los adultos presentes nos acompañan, participan, supervisan las actividades. Una vez los objetivos fijados y el contexto delimitado, inicia un verdadero compartir de conocimientos, competencias y satisfacción al servicio del descubrimiento o profundización del señor Vicente y de sus obras. Al terminar una jornada, según los grupos, la síntesis ayuda valorar la actualidad del mensaje del señor Vicente para los jóvenes.

Los testiminios, en un ambiente de libertad para expresarse, permiten compartir vivencias íntimas y reflexionar sobre nuestras opciones en la vida.

Cada grupo viene con sus espectativas y cada visita es diferente, enriqueciendo cada uno de estos encuentros con la serenidad del ambiente.

Todos los voluntarios y animadores se muestran contentos al descubrir al gignate de la caridad que impacta a los jóvenes por el sentido de servicio a los más pobres y el hecho de que no se trata de un religioso encajado en un molde, sino que se guía por el encuentro del otro. Recordar la vergüenza que él sintió de niño por su padre, las lágrimas después de visitar a su familia, conmueve mucho a quien empieza a comprenderlo.

Algunos jóvenes o animadores consignan algunas palabras en los libros de visita de Ranquines, confiando a San Vicente algunas personas sufrientes de su vecindario o de su propia familia.

Tenemos que ser inventivos para devolver la confianza a los más jóvenes que son objeto de mofa en el momento en que son reconocidos como creyentes. Les ayudamos a descubrir que creer es como disfrutar la música de su gusto. El ejemplo son los diversos estilos musicales: rap, slam, rock, etc., frente a los cuales podemos sorprendernos pero no rechazarlos porque todos los estilos musicales merecen respeto por igual.

Tenemos también el deber de hacernos cercanos a los adultos, confrontados a una existencia inestable, a menudo violenta y sin sentido, para ofrecerles un lugar y una palabra revitalizante, además de un testimonio de gozo por el servicio a los otros, ayudándoles así a recuperar la confianza en la fe y, comprometiéndose en el servicio de los demás y con los demás, ayudar a dar nacimiento a ese mundo anhelado: mundo fraterno y solidario, de relaciones humanas plenificantes, a imagen del reino evocado por Jesús.

Este pequeño equipo acoge siempre la generosidad de quienes quieren ayudarnos en estos espacios de animación, viniendo a enriquecer los testiminios dirigidos a los jóvenes. A los interesados, es necesaria la fe, conocer un poco a San Vicente, tener gusto por el trabajo de animador o acompañante. A quienes les suena la idea, no duden en contactarnos, será un placer integrarlos en este voluntariado.

Responsables: Anita Briffeuil ; Elena Cruz CALVO ; Bernard MASSARINI ; Frédéric PELLEFIGUE

Escribió: Bernard Massarini CM
Coordinador de la Familia Vicentina en Francia,
miembro de la comunidad local de El Berceau de San Vicente de Paúl

 

Visita el sitio web para conocer más: www.ouvre-berceau-st-vincent.cef.fr/

 

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