En la alegría del Tiempo Pascual, sábado después de Pascua, las Hijas de la Caridad de la Provincia de Eslovenia, nos hemos reunido con los miembros de la Familia Vicentina y amigos en Celje, cerca de la Iglesia san José. Es ahí que los primeros Lazaristas de la Provincia Austriaca llegaron en el año 1852. Y es en ese mismo lugar que hemos dado gracias al Señor por cien años de la instauración de nuestra Provincia, entonces Yugoslavia, ahora Eslovenia. Con nosotros estaba nuestro Superior General, padre Tomaž Mavrič, CM, el Sr. Cardenal Franc Rodé, CM, Obispos y los misioneros vicentinos, así como también otros sacerdotes.

La Solemnidad ha sido introducida por la Adoración al Santísimo Sacramento, que fue seguida por la acogida de las nuevas afiliadas a las Hijas de la Caridad.

En un acto academico, se recordaron los cien años de la vida de la Provincia con cantos, breves escenificaciones y el discurso del Superior General resumiendo la historia de la Provincia y estimulándonos para el futuro.

El padre Tomaž comenzó recordando la imagen del júbileo: Cristo crucificado y a su lado San Vicente, Santa Luisa y la Sierva de Dios Sor Léopoldina Brandis, fundadora de la Provincia de Graz, de donde sale la nuestra. Es después de la Primera Guerra Mundial que los nuevos países se constituyeron y en consecuencia también las Provincias.

Sor Léopoldina Brandis quien, fiel al Espíritu Santo, llevó las primeras hermanas a Eslovenia en 1843 a Maribor y en 1852 a Ljubljana. Además de cuidar durante la noche a los enfermos, llamó a la vida una nueva comunidad en nuestra tierra, las Hijas de los Enfermos, hoy la Congregación de María de la Medalla Milagrosa. Con todas estas Hermanas, Sor Leopoldina Brandis sembró el amor de Dios en medio de los más pobres.

Como con el nuevo Estado de Yugoslavia las Hermanas no podían ser más dependientes de los superiores de Graz, el 5 de abril de 1919, fue establecida la nueva Provincia. De eso ha pasado 100 años. La Provincia prosperó y las nuevas vocaciones surgieron. Impregnadas del amor de Dios, a pesar de las dificultades, ellas pudieron practicar su misión de la caridad, procurando ser fieles al espíritu de la Compañía y de los Fundadores desde la fundación de la Provincia hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial el año 1945. La Provincia contaba entonces más de 1200 Hermanas.

La guerra terminó, pero con el nuevo régimen comunista las hermanas fueron poco a poco devueltas (remitidas o expulsadas) de todas las instituciones. Primero las educadoras. El 8 de marzo de 1948, las últimas Hermanas fueron despedidas de su servicio en los hospitales. Ellas podían permanecer allí si estaban dispuestas a dejar la Compañía… Sin embargo, encontrándose sin abrigo, no estaban olvidadas por la Providencia Divina. Ellas fueron desposeídas de sus casas, algunas estaban prisioneras… muchas Hermanas se trasladaron a Serbia, Kósovo y Macedonia. La Casa Provincial fue transferida de Eslovenia a Belgrado, el Seminario fue reabierto, las candidatas venían de Croacia, Kósovo, Macedonia y Eslovenia.

Después de la caída del comunismo y de otros cambios políticos, es siempre la Providencia quien guía a la Provincia. La Casa Provincial con el Seminario fue transferida a Eslovenia, los signos de los tiempos han mostrado que es conveniente fundar la Región de Kósobo y Albania.

El futuro está frente a nosotros. Jesús permanece como nuestro primero y solo amor. Todo es por Él. Y la Santísima Virgen nos mostrará los caminos hacia los más pobres, hacia las gentes de la periferia…

Es  la Misa de acción de gracias presidida por el Sr. Cardenal Franc Rodé concelebrada por el Superior General Padre Tomaž Mavrič, CM los Arzobispos, Obispos, los Padres Lazaristas y otros sacerdotes que trabajan con las Hijas de la Caridad, que fue el culmen, así como nuestro agradecimiento por todas las gracias con que la Provincia ha disfrutado en estos 100 años de su existencia.

El Señor ha hecho que justo este día se publicó el libro “El don de María” sobre las respuestas del cielo por la intercesión de la Inmaculada de la Medalla Milagrosa que se puede ofrecer con gozo a todos aquellos que celebran con nosotros.

Sor Davorina y Sor Cveta Jost

Hijas de la Caridad