Una muy triste noticia nos ha llegado de la Provincia de Puerto Rico de la Congregación de la Misión. En la mañana del sábado, 17 de agosto, los médicos del Hospital San Cristóbal de Ponce (Puerto Rico) confirmaron la muerte cerebral del P. Stanislaw Szczepanik, C.M., un misionero nacido en Polonia que sirvió en Puerto Rico durante años. Un día antes, el 16 de agosto, fue encontrado en la calle, inconsciente y con varias heridas. No hubo testigos. Una persona anónima llamó a los servicios de emergencia para reportar el accidente. La investigación está en curso.
El Padre Stanislaw sirvió por como 10 meses como Vicario en la Parroquia Sagrada Familia de Manatí y unos tres años en la Parroquia la Milagrosa, donde estaba aquel desafortunado jueves. Un día antes, en la fiesta de la Asunción, celebró la Eucaristía en la iglesia de la Milagrosa (las fotos de esta noticia fueron tomadas durante esa misa). Se desconoce la hora exacta del incidente. Según la información policial, el sacerdote fue encontrado inconsciente junto a su bicicleta en el Paseo Linear, donde le gustaba dar paseos matutinos, al igual que otros sacerdotes. No llevaba consigo documentos, dinero ni teléfono celular, pues los había dejado en casa. La policía recibió la notificación hacia las 5:20 a.m. por una persona anónima que vio al sacerdote en el paseo.
Según el primer informe policial de la escena del incidente, las heridas del sacerdote eran las típicas de un accidente de tráfico. Cuando fue llevado a la clínica de Pavia (Dra. Pila) de Ponce, se realizó un extenso diagnóstico que mostró numerosas lesiones (incluyendo las heridas laceradas reportadas por la prensa local), una herida abierta en la cabeza y fractura de cráneo en la región occipital, que podrían indicar la participación de terceras personas. La policía ha abierto una investigación a cabo del Departamento de Homicidios local en Ponce. En la actualidad, sin embargo, se cita un accidente involuntario como la causa del incidente. Se decidió realizar una autopsia en el instituto local de medicina forense, el lunes 19 de agosto, esperando que se aclarara si fue un accidente o hubo participación de otras personas. La policía no da más detalles por el momento.
Tras ser llevado al hospital, el padre Szczepanik no volvió a recuperar el conocimiento. Así, el sábado 17 de agosto, el consejo celebró una reunión antes del mediodía, donde se confirmó la muerte cerebral. De acuerdo con la voluntad que había expresado anteriormente, sus órganos fueron donados para trasplantes. Fue también voluntad del sacerdote que su cuerpo fuese cremado y enterrado en Polonia.
El padre Stanisław Szczepanik nació el 4 de febrero de 1956 en el pueblo de Smarżowa, cerca de la ciudad de Brzostek, en la carretera de Cracovia a Tarnow, en el sur de Polonia. Ingresó en la Provincia de Polonia de la Congregación de la Misión en 1981. Hizo sus votos el 8 de diciembre de 1983 y fue ordenado sacerdote el 25 de mayo de 1985 en la Iglesia del Seminario Vicenciano de Stradom, en Cracovia, por Mons. Kazimierz Górny, entonces obispo auxiliar de Cracovia.
Los dos primeros años como sacerdote fue destinado a servir en la parroquia de Witoszyn, en el oeste de Polonia y, más tarde, en Grodków, en la diócesis de Opole. En 1986 fue enviado a la misión de Zaire, actualmente República Democrática del Congo, donde un grupo de misioneros paúles polacos ya estaban presente desde hacía un par de años. Primero trabajó como misionero y pocos años después como Director Espiritual en el seminario de Kinshasa. Debido a la situación política del país, la mayoría de los misioneros paúles huyeron de la República Democrática del Congo, el año 2000. Los pasdres Stanisław y Jarosław Lawrenz se trasladaron a Haití, para establecer allí una misión vicenciana. En el 2004 se fue a República Dominicana. En 2008 fue nombrado Director de las Hijas de la Caridad y se trasladó de nuevo, esta vez a Puerto Rico. En 2011 regresó a Polonia. Primero trabajó en la parroquia de la Sagrada Familia en Tarnow y un año después fue destinado al seminario vicenciano de Cracovia, donde ejerció como Director Espiritual y dirigió el secretariado de misiones extranjeras de la Provincia de Polonia. En 2013 el padre regresó a Puerto Rico. Esta vez fue asignado a la parroquia de Ponce, a unas dos horas de viaje de Manati.
“Sobre todo, el P. Stanislaw fue un hombre abierto, siempre buscando las mejores soluciones para el bien de los demás. Era muy trabajador y muy exigente consigo mismo. Se preocupaba de prepararse adecuadamente para cada función que ejercía —comenta su cohermano y colaborador, el P. Jaroslaw Lawrenz, C.M., en una entrevista para VaticanNews—. Recuerdo que terminó su trabajo en el campo y se le pidió que se hiciera cargo de la dirección espiritual del seminario de Kinshasa. Entonces pidió a sus superiores que lo enviaran a la universidad. Y en París realizó algunos estudios espirituales con los jesuitas. Cuando fue a la montaña, se preocupó de aprender el idioma local, para poder comunicarse con las personas que se le habían confiado. Recuerdo que cuando en el año 2000 fuimos juntos a Haití; él se ocupó de los seminaristas en la primera etapa de su formación. Lo primero que hizo para preparar a estas personas para el sacerdocio y abrirlas al sentido y a la riqueza de su vocación fue cultivar la Palabra de Dios y la liturgia. La Eucaristía fue muy importante para él. Creo que quien lo recuerde en ese momento, testificará lo importante que fue la iglesia en su vida. Para él, el lugar donde se encontró con el Señor era muy importante. Siempre apeló a la gracia del Señor. Solía decir que si Dios nos enviaba aquí, y si Dios quería que estuviéramos aquí, Dios nos ayudaría».
«Fue un gran sacerdote, un celoso ministro de la Eucaristía, un promotor de la devoción a la Divina Misericordia y dedicado a su culto. Un hombre de profunda vida interior —dicen sus hermanos de la Provincia puertorriqueña sobre el P. Stanislaw—. Ha partido repentinamente, pero nos ha dejado un legado de amor a Dios, amor a los pobres… Fue un trabajador incansable, carpintero, excelente cocinero, pero sobre todo, un gran sacerdote siempre dispuesto a vivir su sacerdocio para la santificación de los fieles». Fue un gran confesor y director espiritual, Director de las Hijas de la Caridad en Puerto Rico y guía espiritual de muchas almas alimentadas por sus sabios consejos, un formador de seminario y el director del Seminario Interno, promotor de numerosas vocaciones.
Mons. Daniel Fernández Torres, obispo de Arecibo, se dirigió a sus fieles en el diario local «El Nuevo Día» pidiendo oraciones por el difunto P. Stanislaw: «con gran consternación ha llegado a nosotros esta trágica noticia, por lo que pedimos al pueblo de Dios que se una en oración por el descanso eterno del padre Stanislaw Szczpanik, Vicario Parroquial de la Parroquia Sagrada Familia de Manatí, con la esperanza del Resucitado que no abandona a los que le sirven.
FB / Parroquia Santísimo Sacramento, Ponce, Parroquia La Milagrosa Ponce]