El 8 de diciembre de 2019, Fiesta de la Inmaculada Concepción, marca el 140 aniversario de la dedicación del Santuario de la Medalla Milagrosa en Filadelfia. Durante los 140 años, el Santuario ha sido un lugar donde los peregrinos pueden “Experimentar a Nuestra Señora y Experimentar la Belleza y la Gracia”. El P. Michael Carroll, CM, Director del Santuario de la Medalla Milagrosa, escribió recientemente: “El Santuario es un lugar donde el cielo toca la tierra. Es un lugar donde las personas experimentan quietud, paz mental y serenidad en el  alma. Es un lugar donde nuestra Santísima Madre está siempre presente, siempre escuchando, siempre tocando almas”.

El santuario de la Medalla Milagrosa no comenzó como santuario, sino como capilla de seminario.

Los vicenitnos llegaron a los Estados Unidos en 1816 y en 1841, dirigían el Seminario de la Arquidiócesis de Filadelfia “San Carlos Borromeo”. En 1865, para hospedar a un asombroso aumento de vocaciones vicentinas, la Congregación de la Misión adquirió un terreno en Germantown de Filadelfia que se convertiría en el Seminario de San Vicente.

Los seminaristas Vicentinos fueros trasladado de Missouri a Filadelfia en 1868, el mismo año en que se colocó la primera piedra del Seminario Vicentino. En 1872 se concluyó la contracción del seminario y al año siguiente, se desarrollaron planes para construir una capilla para los sacerdotes, hermanos y seminaristas vicentinos. Al enterarse de los planes, el entonces obispo de Filadelfia, (próximo arzobispo) James Frederick Wood, pidió a los vicentinos que permitieran que la capilla estuviera abierta al público.  La Congregación estuvo de acuerdo, y los planes fueron rediseñados para que la entrada de la capilla se enfrentara a una calle residencial muy transitada La primer piedra de la Capilla se colocó en 1875, y cuatro años después, el Obispo Ryan de Filadelfia bendijo la Capilla de la Inmaculada Concepción.

Avanzando rápidamente hasta 1945, cuando la Asociación Central de la Medalla Milagrosa fue fundada por los padres vicentinos con el P. Joseph A. Skelly, CM, como director. En 1927, el p. Skelly encargó la construcción de un santuario a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en la Capilla de la Inmaculada Concepción. Para lograr el Santuario, el p. Skelly eligió extender la nave del oeste de la Capilla, en el sitio del altar de San Vicente DePaul. Así nació el Santuario de la Medalla Milagrosa.

Construir el Santuario de la Medalla Milagrosa habría sido suficiente para asegurar el legado del P. Skelly, pero tenía otro regalo para darle a la Santísima Madre: La Novena Perpetua a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que comenzó el 8 de diciembre de 1930, la Fiesta de la Inmaculada Concepción. La “Novena del lunes” —como se le llama popularmente— se ha celebrado todos los lunes desde su inicio, y esta devoción se hizo tan popular que durante la Segunda Guerra Mundial, 15,000 personas acudieron al Santuario todos los lunes.

Hoy, continua con una fervorosa devoción. Durante el día y al atardecer todos los lunes, cientos se reúnen en el Santuario para las “Novenas de la Medalla Milagrosa”, y estas oraciones han tenido un impacto poderoso.

El Santuario de la Medalla Milagrosa está abierta el público los sietes días de la semana, y siempre de manera gratuita. En el Santuario, siempre se encuentra peregrinos disfrutando del “silencio del corazón” en oración privada tanto en el Santuario Superior como en el Inferior. También se encuentra una vida sacramental vibrante, con Misa diaria, Sacramento de Reconciliación, Adoración Eucarística, Novenas semanales y muchos eventos litúrgicos especiales.

La belleza del estilo Románico de la Iglesia que alberga el Santuario de la Medalla Milagrosa tiene una vista inspiradora, completada con obras de arte marianas, esculturas, vidrieras y altares impresionantes.

En el Santuario Superior, detrás del altar principal de la Capilla de la Inmaculada Concepción, la belleza artística y religiosa del Santuario incluye murales que registran  la los narraciones de la Anunciación, de la Inmaculada Concepción y de la Natividad, pintados por el célebre artista Virgilio Tojetti, en la década de 1890.

A la derecha del altar mayor de la Capilla se encuentra el Santuario Central de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Con siete vitrales colocados en la pared en forma semicircular, retratando eventos de la vida de la Santísima Madre, desde su nacimiento hasta su coronación en el cielo.

Además, el Santuario alberga una réplica de la silla original en la que la Santísima Madre se sentó cuando se apareció a Santa. Catherine Labouré el 18 de julio de 1830. Enmarcado al lado de la silla hay una reliquia de tercera clase, una muestra de tela de la silla original en la que Nuestra Señora se sentó durante la aparición del 18 de julio.

El cuerpo de la Iglesia también contiene santuarios de oración votiva a Santa Catalina Labouré, la Primera Aparición de la Santísima Madre a Santa Catalina Labouré y la Piedad de Miguel Ángel (María llorando por el cadáver de Jesús).

El altar del Santuario Inferior representa la Segunda Aparición de la Santísima Madre a Santa Catalina Labouré, también conocida como “La Virgen del Globo”. Este Santuario Inferior también incluye santuarios de oración que conmemoran otras devociones populares a la Santísima Madre, incluidos santuarios a Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Vailankanni y Nuestra Señora de FIAT (Filipinos en América Hoy).

El Santuario también cuenta con una gran sala de usos múltiples que se utiliza para reuniones, como aulas escolares, o para eventos culturales y de socialización. Además, hay una popular tienda de regalos con artículos religiosos, devocionales e inspiradores.

Fuera del Santuario los lunes por la tarde, los visitantes, vecinos y los que pasan por la calle son tratados con los melodiosos sonidos de un carillón de 47 campanas que emana del campanario de 125 pies del Santuario, coronado por una estatua de María Inmaculada de 14 pies.

Mientras, la popularidad del Santuario crece entre una nueva generación de fieles que son abrazados por su gracia, el regalo eterno de la presencia de María se otorgará a todos los que entren por sus puertas.

Christopher Grosso
Escritor
Asociación Central de la Medalla Milagrosa