En obediencia a la Institución del Domingo de la Palabra de Dios por el Papa Francisco, la comunidad de los Padres Lazaristas de Beirut ha decidido organizar sesiones Bíblicas periódicas, con el fin de ayudar a las personas a leer bien las Santas Escrituras y, para este año, sobre todo el Antiguo Testamento.
Las sesiones, abiertas a todos, se desplegarán sobre 10 domingos consecutivos a partir del 26 de enero de 2020. Los cohermanos toman en cuenta el siguiente presupuesto: acercarse a los textos bíblicos con los ojos fijos en Jesucristo, el Verbo Eterno del Padre. El Cordero digno de abrir los sellos de las Antiguas Escrituras. Esto sin olvidar los diferentes métodos y enfoques científicos que nos ayudan a descubrir el sentido profundo del Antiguo Testamento. Sin caer sin embargo en el fanatismo de una fe ciega o de una apertura irresponsable a la ciencia que nos haría perder la unicidad de la fe cristiana.
Los dos primeros encuentros pondrán las bases necesarias a la lectura de la Santa Escritura desde el punto de vista antropológico y teológico.
En efecto, la palabra es el lugar privilegiado de la posibilidad de relación entre el hombre y el mundo. Es el medio con el que el hombre sale de sí para existir para el otro y vencer su soledad. Es también el intermediario por el cual el hombre expresa el impacto del mundo sobre él. La palabra es la narración que permite al presente encontrarse con el pasado para hacer emerger el futuro. Por último, la palabra no es un simple código arbitrario que permite a las gentes comunicarse, sino el fruto de la experiencia humana donde se condensa, a través de los siglos, la sabiduría humana. Esta sabiduría se expresa a través del símbolo que permite al hombre trascender la linealidad del discurso y la inmediatez de lo material.
Esta introducción lingüística nos permite comprender la palabra como la huella que Dios ha dejado en nuestra humanidad. Nuestro Dios, en efecto, es un discurso o un diálogo entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La capacidad de llamarse a sí mismo un hombre y su deseo de comunicarse que le ha empujado a la Palabra no es otra cosa que la imagen de Dios en él. Dios entra en la historia por el fallo del deseo de relación del hombre. En el Hijo, Dios ha tomado sobre él el lenguaje humano para hacerle “Capax Dei”.
Dios mismo, cuando ha querido hablar y revelarse al hombre, él ha querido “obedecer” a la estructura del hombre. Él no ha enviado palabras predefinidas para manifestarse a sí mismo, sino que ha querido que su Imagen de Cristo fuese el fruto de una palabra humana que describe el impacto de su Revelación y de su Amor. Dios se revela en las formas de la humanidad para llevar el discurso del hombre sobre Dios a su plenitud en la Encarnación del Hijo, allí donde Dios ha querido poner toda plenitud. Dios ha querido hablar de sí y manifestarse al hombre a través de las palabras del hombre sobre Él. Este camino encuentra su plenitud en el Verbo Encarnado donde Dios se presenta a sí mismo usando el lenguaje humano y la sabiduría humana.
Finalmente, la Biblia es una Palabra divina dicha con las palabras de los hombres. Ella es la historia del perfeccionamiento del discurso humano-divino sobre Dios hecho posible gracias a la Revelación Divina en las formas de expresión del hombre. La Biblia es la historia de la manifestación de Dios como discurso y dialogo que quiere englobar e integrar en él las comuniones de los hombres para que la vida del hombre llegue a ser una comunión eterna en Dios y con Dios.
Sobre esta base antropológica y teológica vamos a descubrir la Biblia como el testigo por excelencia de esta Historia de Salvación.
El género literario mitológico está muy presente en el Antiguo Testamento. Esta literatura no está bien vista por la ciencia moderna. A partir del siglo XIX, lo verdadero está encerrado en los límites de lo verificable. Ahora bien, nuestra experiencia nos muestra que las verdades más profundas de la humanidad y de la creación no pueden calcularse. De ahí la urgencia de redescubrir el mito como un medio con el que el hombre trata de arrancar a lo incontrolable lo que es necesario para la vida. El mito describe los enigmas de la historia que superan las posibilidades lingüísticas del lenguaje común para dar sentido a los misterios de la vida. Mientras se utiliza el género mítico, la Biblia no duda en releer estas narraciones “sobrenaturales” como acontecimientos históricos, porque el Dios de la Biblia es el Dios de la historia. Así, el mito para la Biblia no es más que una descripción detallada de lo que es meta-histórico, pero el medio con el que trata de decir las verdades y los misterios de este mundo a la luz de la revelación de Dios.
La historia de la formación del Pentateuco nos ayudará a comprender la complejidad de la historia de la escritura de la Biblia. Muchos acontecimientos históricos, políticos y sociales, han impulsado a los teólogos de las distintas épocas a ver de nuevo las escrituras de sus antepasados y a retocar e incluso a escribirlas de nuevo para hacerlas presentes y capaces de responder a los planteamientos de los tiempos actuales. Las aportaciones extra-bíblicas que vamos a descubrir presentes en la Biblia, son los testigos de la apertura del pensamiento bíblico a lo universal. Es una llamada actual y urgente al hombre de hoy a salir del fanatismo que cree tener toda la verdad. Finalmente vamos a subrayar que las contradicciones presentes en el Pentateuco dan testimonio de la pluralidad de la Biblia. Estas contradicciones son mantenidas a propósito por el último redactor de la Biblia porque son una fuente de fecundidad teológica y antropológica.
Nuestro recorrido ayudará también a los lectores de la Biblia a reflexionar sobre el corpus profético. La profecía en el antiguo Israel no es una predicción del futuro, sino la lectura de los acontecimientos de la historia a la luz de la Historia de la Salvación. El profeta en Israel era un hombre “poseído” por el Espíritu de Dios hasta tal punto que su vida llega a ser un símbolo y una analogía de los sentimientos de Dios y de sus voluntades. Los profetas estaban presentes en medio de los diferentes pueblos que rodeaban Israel, pero nuestra lectura de los textos de los profetas, hoy, nos hará comprender cómo estos géneros literarios han sido trabajados de nuevo, reelaborados y transfigurados por la experiencia de Israel para que puedan ser un medio creíble para contar el diálogo entre Dios y el hombre y dar testimonio de ello.
El cuerpo de la Sabiduría será observado a través de la lectura de los Salmos. Los Libros de la Sabiduría en la Biblia son el fruto del encuentro del pueblo de Dios con la filosofía griega. La Biblia, a través de este género literario, trata de responder a las preguntas existenciales que los escritos sapienciales de los pueblos vecinos llevaron a los judíos a establecerse. Este encuentro es muy fecundo y testimonia la riqueza que puede fluir del encuentro entre las diferentes culturas y los diferentes pueblos.
P. Ralph Germanos, cm
Los Padres Lazaristas – Achrafieh – Beirut – LÍBANO