Continuadores de la misión de Jesucristo

En esta 57 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, proponemos este este esquema para la Hora Santa de Oración por las Vocaciones, para quienes deseen seguirlo. El esquema ha sido propuesto por el equipo de Pastoral Vocacional de la Provincia de Perú. Esperamos les sirva

Monición inicial

Nos hemos reunido el día de hoy para adorar a Jesús presente en la Eucaristía pidiéndole, en primer lugar, por todos nosotros, por nuestra vida y salud. Y particularmente, por todas las vocaciones en la Iglesia universal.  Hombres y mujeres que entregan su vida a Dios para encarnarlo y anunciarlo en las realidades que a cada persona le toca vivir. 

(Ambientación: Sandalias del misionero, Biblia  y un cartel con la frase: Continuadores de la misión de Cristo)

CANTOS SUGERIDOS:

En tu nombre echaré las redes: 

(El sacerdote, diácono o acólito instituido inicia la exposición al santísimo como es debido y hace la introducción tradicional luego de exponerlo en la custodia)

Tiempo de interiorizar 

Guía: La crisis actual que atraviesa el mundo ha hecho que varias instituciones incluyendo la Iglesia cierren sus “puertas” para evitar el contagio masivo de personas a causa del Covid-19. Sin embargo, que la estructura esté cerrada no ha significado que la iglesia cierre sus horizontes de amor y evangelización, así pues,  pastores, religiosas y religiosos siguen anunciando -en actos concretos de caridad, por medio del internet y nuevos areópagos– la palabra viva, esperanzadora, y eficaz de Dios. 

Pidamos hoy por todas estas vocaciones que sirven a la Iglesia, en la Iglesia y por la Iglesia para que el Señor, siga bendiciendo sus vidas y suscite —con el testimonio de estos hombres y mujeres– nuevas vocaciones dispuestas para servir y amar a todos por igual. 

 (En un momento de silencio se pide a los presentes pedir a Dios para que bendiga y suscite vocaciones para la Iglesia. Se puede acompañar este momento con música instrumental)

Tiempo de escuchar a Dios

Del Evangelio según Marcos 16,9-15 

Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos. Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.  

(Momento de silencio, reflexión personal de la palabra de Dios)

Tiempo de reflexionar

Evangelio de Marcos nos sitúa en el contexto de las apariciones de Jesús a sus discípulos. Después de aparecérseles a las mujeres, a los discípulos de Emaús y finalmente a los once. Jesús les encarga una misión, particular, importante y única: “ir por todo el mundo y proclamar el evangelio”. 

Con esta frase queda develado el contenido de la misión: Cristo. Pero a su vez, se manifiesta al emisor de esta Buena Nueva: Los discípulos. Así pues, los discípulos-  hombres y mujeres- quedan constituidos como continuadores de la misión de Cristo en la tierra. 

Hoy estos discípulos son en particular aquellos que han recibido el llamado de Dios para consagrarse plenamente a él; son los encargados de llevar el mensaje de la vida  a toda la tierra. Lo cual consiste que el misionero, consagrado, sacerdote, o religioso, no tiene más límites para sus misiones y sus trabajos por Jesucristo que la tierra entera. 

En medio del Covid-19 este mensaje sigue llegando por medio de los muchos consagrados y sacerdotes, quienes, respetando las disposiciones del estado, siguen llevando y acercando y testimoniando a Cristo a todos en general. Hoy para estos consagrados no hay límites y tampoco un solo punto, todo el mundo es objeto de amor. Son los encargados de reproducir al vivo la vocación de Jesús.

(Momento de reflexión Personal a la luz de la palabra de Dios)

Reflexionemos a la luz del magisterio:

“Conscientes y agradecidos porque el Padre amó tanto al mundo que envió a su Hijo para salvarlo (Jn 3,16), queremos ser continuadores de su misión ya que ésta es la razón de ser de la Iglesia y define su identidad más profunda” (DA 373) 

¿En qué contribuyo para continuar la misión de Jesús en la tierra?
(Momento de Silencio)

Deseo que la Iglesia recorra este camino al servicio de las vocaciones abriendo brechas en el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí”, vencer la fatiga con la fe en Cristo y, finalmente, ofrecer la propia vida como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y al mundo entero. (Mensaje del Papa Francisco para la LVII jornada de oración por las vocaciones 08-03-20)

¿Es mi apostolado germen para futuras vocaciones?
(Momento de Silencio)

Si cada uno de nosotros, por la misericordia de Jesús, invita incluso a un joven a entrar en la Congregación, acompañándole con la oración y el ejemplo personal, y apoyándole directa o indirectamente a lo largo de las distintas etapas de formación, nuestra Pequeña Compañía crecerá en santidad y en miembros. Esto es posible, porque para Jesús nada hay imposible. (Carta del P. Tomaž Mavrič, CM – Día Mundial de las Vocaciones 2020) 

¿Dedico tiempo para escuchar y acompañar a jóvenes con inquietud vocacional?
(Momento de Silencio)

Tiempo de pedirle a Dios

⇒ Para que Cristo, que reunió a sus discípulos a su alrededor con el fin de asociarlos a su predicación evangélica, suscite también en nuestros días servidores de su Evangelio. Roguemos al Señor.
⇒ Para que el Señor ilumine la mente de los jóvenes cristianos y les infunda fuerza, a fin de que sean muchos los que se dediquen al ministerio y consagren su propia vida a hacerlo presente en medio de los fieles. Roguemos al Señor.
⇒ Para que la Iglesia asuma siempre con amor y responsabilidad la tarea de continuar la vocación del mismo Jesús.. Roguemos al Señor.
⇒ Para que quienes han escuchado la llamada del Señor a la consagración religiosa o al ministerio sacerdotal no se desanimen ante las tentaciones que puedan surgir a causa de la propia debilidad o de las circunstancias que los rodean. Roguemos al Señor.
⇒ Para que el testimonio de miles de consagrados hoy en estos tiempos de pandemia sea motivo de germen para más vocaciones para la Iglesia. Roguemos al Señor.

(Se pueden añadir peticiones)

Bendición Final

V. Les diste pan del cielo. (T.P. Aleluya).
R. Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya).

Oremos

Oh Dios, que en este admirable sacramento
nos dejaste el memorial de tu Pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R. Amen.

Bendición Eucarística

Preces 

Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.

Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

(Se Canta un canto de los sugeridos  o algún otro afín a adoración)

Oración vocaciones de San Vicente de Paúl

Señor, envía buenos operarios a tu Iglesia,
pero que sean buenos de verdad; envía buenos misioneros,
tal como deben ser, para trabajar en tu viña;
Personas, oh Dios mío, que sean desprendidas de si mismas,
de sus propias comodidades y de los bienes
de la tierra, que sean buenos de verdad,
aunque sean en menos número.
Señor, concede esta gracia a tu Iglesia. Amén.