Aquí el Coronavirus ha tocado a más de 1000 personas y ha matado una cincuentena de enfermos.

Con relación a los 12 millones de la población tunecina, esto es todavía mínimo. Es menos violento de lo que ha pasado en Europa. Pero todo el mundo está expuesto diariamente al peligro.

El gobierno ha tomado medidas de defensa y precaución, para que la enfermedad sea más o menos controlada. Se ha adoptado la medida de confinamiento ordenada por las autoridades civiles. La Diócesis de Túnez ha seguido esta orden. Por eso, todas las iglesias están cerradas y la reunión de los cristianos no es posible. Por consiguiente, hemos vivido el tiempo de cuaresma y el tiempo pascual de una forma inhabitual y silenciosa.

Los cohermanos permanecen en la casa celebrando la Eucaristía y sirviendo a los pobres. Aquí en la Parroquia San Félix de Sousse, yo, P. Norbert, Administrador de la Parroquia, y el P. Eric, hemos lanzado una llamada a la colaboración con los laicos para acudir en ayuda de las personas vulnerables, es decir, los estudiantes jóvenes subsaharianos, las familias emigrantes y las personas mayores (fotos).

Las Asociaciones humanitarias tunecinas (fotos) y nuestros feligreses han respondido a nuestra llamada. Trajeron a la parroquia donaciones, más concretamente, comida, dinero con el que podemos comprar productos de primera necesidad. También colaboramos con el Ayuntamiento de Sousse en la Comisión de Emigración. El Ayuntamiento ha lanzado, bajo la tutela de la Comisión de Emigración, una operación “solidaridad sin fronteras” de la que la iglesia San Félix de Sousse forma parte. La iglesia se rodea de voluntarios tunecinos y de un médico para las personas mayores. Hasta ahora, continuamos esta pastoral social, porque la medida de confinamiento no es siempre fácil para ciertas categorías sociales.

Aunque se recomiende a todos que se queden en casa, esto es imposible para nosotros. Nuestra conciencia vivenciana no nos deja tranquilos delante de una tal situación. La llamada de Jesús pobre es muy fuerte y nosotros le respondemos con humildad. Esto no nos impide para nada observar minuciosamente las medidas de protección necesarias como llevar mascarilla y la distancia social.

Esta es nuestra situación aquí en Sousse, Túnez.

¡Ponemos todo esto en las manos de Dios y con la intercesión de San Vicente de Paúl!

¡¡¡Que Cristo Resucitado bendiga a todos nuestros hermanos y hermanas vulnerables!!!

RAHARISON Nomenjanahary Norbert, cm
Misionero en Túnez