Bydgoszcz, 26 de abril de 2020

Reverendo Padre
Tomaž Mavrič CM
Superior General  

¡El Señor esté con nosotros!

La fecha del sábado 14, de marzo del año en curso ha quedado grabada de forma única en la vida e historia de la vocación vicentina de cada uno de nosotros y de la Comunidad de la Basílica Menor de Bydgoszcz, dedicada a San Vicente de Paúl, -donde el Padre Tomaž Mavrič CM, Superior General, estuvo en 2018-. Ha sido en este día en que la amenaza de la enfermedad epidémica de la pandemia -el coronavirus (COVID-19)- fue anunciada en Polonia, nuestro país. Fue un día, en el que, cada uno de nosotros, individualmente y como Comunidad, escuchó una invitación y, al mismo tiempo, un desafío nuestro y de parte de Nuestro Señor: “Dadles vosotros de comer” (Mt 14,16).

De repente, el mundo que nos rodea está radicalmente marcado por el miedo, la desesperación y el aislamiento en todas las dimensiones de la existencia humana. Por lo tanto, en el primer impulso, como lo enseña San Pablo: “No te dejes vencer por el mal. Mejor: ¡Supera el mal con el bien!” (Rm 12,21) Nos unimos en la oración diaria del breviario y nos confiamos a nuestra Madre, rezando juntos el Rosario. El cielo no nos hizo esperar mucho tiempo. Las reuniones diarias de la Comunidad fueron una oportunidad, gracias a la que pudimos discutir para discernir en el Espíritu Santo, sobre los medios de cómo ayudar al “redil” que se nos ha confiado.

En primer lugar, para permitir que los fieles se encuentren con Dios, que lo necesitaba, aún más, en esta situación, a pesar de las restricciones gubernamentales y administrativas para el funcionamiento de la sociedad durante una pandemia.

Nosotros nunca cerramos la puerta de la Basílica y celebramos fielmente la Sagrada Eucaristía, incluso aumentamos la frecuencia de los Oficios dominicales cuando el número de personas que podían asistir estaba drásticamente limitado por la ley de seguridad. Había una posibilidad, durante todo el día, de recibir el Sacramento de la Misericordia – un Sacerdote estaba disponible permanentemente. Como nunca antes, nuestro jardín parroquial resultó ser muy práctico, donde se podía recibir el Sacramento de la Reconciliación, transformado para la ocasión en el “Paso de la Misericordia”. Cuando los feligreses no pudieron asistir a la Eucaristía del domingo en su mayoría, caminamos por el territorio de nuestra parroquia con el Santísimo Sacramento para que supieran que el Señor no los abandonó; sino que los fortaleció con su bendición.

Cuidar de los más pobres, los desamparados y los hambrientos fue un gran desafío para nosotros. A pesar de que tuvimos que pedir a nuestros empleados que se quedaran en casa, tomamos su lugar de acuerdo a los talentos y capacidades que el Señor nos ha dado. En la cocina, la limpieza y la distribución de alimentos, la Comunidad de los “doce”, marcada por el carisma vicentino era sorprendentemente fuerte. No estábamos solos, en este campo de batalla, en este Ministerio. Innumerables personas de buena voluntad han comenzado a apoyar este servicio. Como resultado, cerca de 300 personas de la calle vienen a nosotros para recibir una comida caliente. Entregamos las comidas alrededor de unos 20 ancianos en sus apartamentos.

     La última idea de Dios fue el paquete de ayuda vicentina, que abrió el campo de la hermandad cristiana entre nuestros feligreses. (Lo adjunto para que lo lea).

     Nosotros somos conscientes de que el camino que tenemos por delante está abierto a nuevas iniciativas de la misericordia de Dios y de la creatividad vicenciana, porque como dice el Señor: “A cada día le basta su preocupación”. (Mt 6,34c)

Padre General, le pedimos humildemente que ore por nosotros y por nuestras obras y nosotros no nos olvidamos de Usted P. Tomaž y de toda la Congregación, rezando con las palabras de este texto compuesto por el P. Jean Pierre Renouard CM Estas sean actuales las palabras de San Vicente en la situación de hoy: “¡Que Dios nos conceda la gracia enternecer nuestros corazones en favor de los miserables y de creer que, al socorrerlos, estamos haciendo justicia y no misericordia!”. (A Firmin Get, Superior, de Marsella, SVP VII, 90)

Medidas Vicencianas contra la Crisis asumidas en la Parroquia

      Para nosotros y para todos aquellos que el Señor pone en nuestro camino, nosotros somos testigos de Jesucristo, por lo que el mandamiento más importante que seguimos es el mandamiento de amar a Dios y al prójimo. Nosotros apoyamos todas las buenas iniciativas y a las personas de buena voluntad que siguen este mandamiento del Amor.

Así que estamos lanzando una colaboración fraterna, especialmente para los pequeños negocios familiares, tiendas, los servicios y todas las personas que han perdido sus trabajos. Nosotros los acompañamos en estas acciones:

– lanzando una cartelera de anuncios en la parte trasera de la iglesia para los que buscan trabajadores y para los que buscan trabajo;

– proporcionando portales parroquiales donde se pueden publicar anuncios;

– creando espacios especiales para anuncios publicitarios y tarjetas de visita para empresas y personas que puedan ayudar;

– proporcionando un periódico parroquial, donde usted puede también colocar anuncios de trabajo o de autoayuda;

– anuncios para tiendas locales, centros de servicios o centros de rehabilitación y atención a enfermos y personas mayores

– estamos lanzando la consultoría de desarrollo personal y el entrenamiento individual. “Coaching San Jose” – información en el tel: 52 322 53 52

También ofrecemos:

– ayuda espiritual (la disponibilidad de sacerdotes en nuestra parroquia, la confesión antes de cada eucaristía; San Juan Pablo II se convierte también en un compañero especial de nuestras actividades, por lo que le invitamos a la celebración por su intercesión todos los viernes a las 5:30 pm; (las intenciones pueden ser presentadas en la Basílica)

– asistencia jurídica (viernes a las 6:00 pm en la oficina de la parroquia, después de separar una cita por teléfono)

– ayuda alimentaria

(servicio de comida caliente de lunes a viernes a partir de las 4:00 pm y el sábado a partir de la 1:00 pm)

     Las palabras Hermanos y Hermanas, que posiblemente se habían convertido en un pequeño eslogan, hoy adquieren otro significado muy importante y significativo. Cristo nos reúne en la Iglesia para que podamos realmente construir y crear una comunidad de cristianos que, como en los inicios del cristianismo, será considerada como tal: “Miren cómo se aman. “(Tertuliano)                                                            

     Por eso les invito, mis queridos hermanos y hermanas, a este viaje con Cristo que construye la Iglesia, la Comunidad de Comunidades.

     Se puede obtener información detallada por teléfono:       

   

52 322 53 52
e-mail: haslobazylikapomaga@gmail.com

P. Sławomir Bar CM
Parroco parroquia san .Vicente de Paul, Bydgoszcz