La COVID-19 no discrimina y, por ello, nuestra respuesta tampoco debería hacerlo
Las personas que participaron en el censo en la Provincia de Chiriquí Panamá, se encuentran en diferentes situaciones de vulnerabilidad y riesgo social, con diversas condiciones de vida agravadas por el brote de Coronavirus COVID 19 y las medidas tomadas por las autoridades.
Los más vulnerables: ancianos, mujeres, niños, personas con discapacidad, marginados, familias desplazadas, con solicitud de asilo, refugiados, pacientes psiquiátricos, enfermedades crónicas, desempleados, personas en extrema pobreza, sin papeles, hasta por la presión del momento con intentos de suicidio. Todos ellos pagan el precio más elevado y, además, son quienes tienen un mayor riesgo de sufrir devastadoras pérdidas por el COVID-19. El virus es un enemigo común al que no le importa la etnia o la nacionalidad, la raza o la religión. “Ataca a todos, sin tregua”.
Las medidas de contención como el distanciamiento social y el autoaislamiento pueden resultar imposibles para quienes dependen del apoyo de otros para comer, vestirse, bañarse, conseguir medicamentos, u operaciones médicas.
De éste que fue nuestro grupo encuestado, deseo destacar el sentido de solidaridad de muchos que no aparecen en la lista porque cedieron el apoyo que iban a recibir para otorgarlo a otras personas más vulnerables, aún siendo ellos igualmente afectados por la situación.
La ubicación de este censo se desarrolló en la provincia de Chiriquí. Las familias encuestadas viven en diversos distritos de la provincia, y son poblaciones de diversas nacionalidades y sufren esta situación, incluso teniendo una vivienda. (Ver Mapa).
Nosotros no estamos dando desperdicios ni alimentos que enfermen, compartimos el alimento sano para fortalecer el cuerpo de estas personas vulnerables, teniendo en cuenta que ellos son nuestros hermanos y hermanas en este contexto de crisis.
Hay que crear alternativas económicas que tengan principios éticos que pasan por el reforzamiento de la economía local y el cuidado de la diversidad de ecosistemas.
Pero no nos ha basta con solventar de alimentos en este momento, nuestro proyecto va mucho más allá al construir, buscar y establecer relaciones de solidaridad entre el campo y las personas vulnerables; este es un factor importante en este tiempo de crisis. Todos son hijos de Dios y tienen derecho a la alimentación. El reto que vivimos a diario, es el de construir fraternidad y solidaridad en medio de la crisis. Somos conscientes que al fortalecer la economía local campesina, ponemos en práctica la Laudato Sí.
Redactado por: Eric Joel Obaldía Félix C.M
EE.UU. – Provincia del Este