Con esta frase como telón de fondo y atendiendo a todas las normas sanitarias en este tiempo de post-pandemia, se realizó el 21 de junio, la celebración de un aniversario más de la Comunidad en Diálogo. En esta ocasión no estuvieron presentes las familias de los jóvenes del programa, por la misma razón, pero acompañaron el momento el Padre Tomaž Mavrič, CM, Superior General, Mons. Lorenzo Loppa, Obispo de la diócesis Anagni-Alatri, el padre Erminio Antonello, CM, Visitador de la Provincia de Italia,  el imán Salameh Ashour, Presidente de la Comunidad Palestina en Roma y Lazio, el señor Daniele Natalia, alcalde de Anagni y algunos cohermanos de la Curia General.

La celebración comenzó con una Eucaristía presidida por el Padre Tomaž Mavrič, CM quien hizo referencia a la Palabra de Dios y de como la obra se ha extendido ya en muchos países como Colombia, Perú, Ucrania, Argentina y posiblemente en Eslovaquia o República Checa. Es una obra en la que se busca ayudarles a los jóvenes, a buscar el sentido profundo de sus vidas.

De la misa se pasó a la mesa en donde se compartió con toda la comunidad un rico almuerzo lleno de signos preparados por los mismos jóvenes, un gran pan en forma de corazón, que fue compartido por todos. El almuerzo finalizó con una torta que tenía precisamente la frase: “Ser uno mismo en la alegría del conjunto”; al referirse a esta frase, el padre Matteo Tagliaferri, CM, director de la obra, explicó que “la Comunidad nos ayuda a que cada persona saque lo mejor de sí mismo, porque sabemos que solos no lo podemos hacer, si nosotros nos ayudamos, es hermoso estar juntos y nos alegramos que cada uno se transforme siempre en sí mismo, pero solo no lo logra”. Esta es la base de la sociedad, de las relaciones entre todos, las razas y sobre todo, las religiones.

 La tarde siguió con eventos preparados por los jóvenes del programa, con la alegría de encontrarse en el mismo camino, y en la búsqueda siempre de ser uno mismo en medio de las dificultades. Uno de los carteles que se ha destacado en el salón y que puede resultar inspirador para todos nuestros lectores en este tiempo de pandemia, decía: “Hay virus que matan el cuerpo, otros que matan la mente y el corazón. Salvemos por lo menos, la mente y el corazón”.

Oficina de Comunicación