Hace poco anunciamos la Campaña “¿Cuándo Te Vimos?” , Con la cual la Congregación de la Misión busca “hacer todo lo posible para responder aquí y ahora a las tremendas necesidades de las personas: materialmente, emocionalmente, psicológicamente, y espiritualmente. Por otra parte, tenemos que comenzar o continuar planificando la respuesta a las necesidades de las personas en el así llamado periodo después del COVID-19”. Como lo ha afirmado el padre Tomaž Mavrič, CM Superior General en su carta del lanzamiento de la Campaña: https://cmglobal.org/es/files/2020/07/2020-06-19-Covid-19-ESP.pdf Queremos ahora, contarles de qué se trata el VIMS (sigla en Inglés) y como se realizará la recolección de fondos para la campaña:
¿Qué es el VIMS?
El VIMS (por sus siglas en inglés) es una corporación sin ánimo de lucro, exenta de impuestos, gobernada por una junta directiva de voluntarios que apoya el crecimiento y el desarrollo de las provincias, viceprovincias, regiones y misiones de la Congregación de la Misión (los Vicentinos) especialmente en países donde los recursos escasean y el progreso es difícil. El Superior General, P. Tomaž Mavrič, C.M., 24º sucesor de San Vicente de Paúl, creó el VIMS en el 2019 como una expansión de la misión comenzada en 1617, en Francia, por San Vicente de Paúl. El VIMS recauda y distribuye fondos apoyando proyectos aprobados por la Oficina de Solidaridad Vicentina o por el Superior General. Fiel a su carácter vicentino, el VIMS financia proyectos que benefician a personas en situación de pobreza, promueve la dignidad dada por Dios y fomenta el desarrollo humano integral.
¿A quién ayuda?
Los vicentinos servimos a las personas marginadas, a las personas que viven en la pobreza, a las personas que no cuentan para el mundo. San Vicente de Paúl nos enseñó a ver el rostro de Cristo en esas personas, a considerarlas nuestros amos y señores. Nuestros benefactores hacen posible que los sacerdotes y hermanos vicentinos, que sirven en las provincias más pobres de nuestra comunidad mundial, hagan brillar el amor de Dios en:
- Las personas que quieren vivir su ideal de santidad.
- Las personas con hambre, sed, mal vestidas.
- Las personas con educación insuficiente.
- La Personas sin hogar.
- Las personas jóvenes, mayores e intermedias.
- Las personas que anhelan algo mejor para ellos, sus hijos, sus vecinos.
¿Cómo ayuda?
Los sacerdotes y hermanos vicentinos de todo el mundo trabajamos en parroquias, seminarios, escuelas, hospitales, centros de capacitación laboral y muchos otros servicios más con el fin de que todos los hijos de Dios, nuestros hermanos y hermanas, puedan vivir con mayor dignidad. Al igual que el propio San Vicente, invitamos a las personas a las que servimos a unirse a nosotros en nuestro servicio para que todos crezcan, aprendan, sanen y se regocijen. Nuestro ministerio se enfoca en descubrir la presencia de Dios en cada persona y a construir desde ahí.
Historia del VIMS
En 1617, Vicente de Paúl comenzó a percibir a los pobres de una manera nueva. Esta gracia le llegó tan poderosamente que le llevó a reorientar su ministerio sacerdotal. Con esto tuvo que adicionar trabajos a sus deberes sacramentales con el propósito de satisfacer las necesidades de los pobres en quienes descubrió el rostro de Jesús. La congregación de sacerdotes y hermanos que Vicente fundó en 1625, comúnmente llamados vicentinos, sigue el camino de su fundador buscando personas solas, perdidas, olvidadas, marginadas y abandonadas o, simplemente, aquellas que sufren alguna condición de pobreza. Los vicentinos son una comunidad de reconocimiento mundial que cuenta con 3.000 miembros. Ellos hacen parte de una familia de organizaciones en constante expansión compuesta por personas inspiradas por San Vicente de paúl. Los sacerdotes y hermanos vicentinos han creado sistemas y estructuras para ayudar a satisfacer las necesidades de las personas que ellos sirven. En 2002, el Superior General, P. Robert Maloney, C.M., creó la Oficina de Solidaridad Vicentina (VSO) con el fin de ayudar a recolectar fondos para apoyar proyectos en las diferentes misiones vicentinas implantadas en los países en vía de desarrollo. Desde entonces la VSO ha ayudado a construir iglesias y seminarios, ha financiado el transporte para sacerdotes y niños en edad escolar, ha proporcionado los medios para abrir programas de capacitación laboral y mucho más. En el 2019 el P. Tomaž Mavrič, C.M. Superior General, creó el Servicios Misionero Internacional Vicentino (VIMS) encargándole la responsabilidad de recaudar fondos para apoyar los proyectos de la VSO entre otros. La respuesta ha sido asombrosa y humilde. Los benefactores desean que la manera de ver y de servir a los pobres que tenía San Vicente siga creciendo y prosperando. Bajo la dirección de su junta directiva y de un pequeño equipo misionero el VIMS sigue ayudando a los sacerdotes y hermanos vicentinos presentes en países en vía de desarrollo a hacer lo que Vicente de Paúl hizo hace 400 años. Y seguiremos haciéndolo hasta que ya no sea necesario.
Mark Pranaitis, C.M., PhD, Director ejecutivo
Mark reportando al P. Tomaž Mavrič, CM, Superior General de los Vicentinos, y colaborando estrechamente con la Oficina de Solidaridad Vicentina (VSO), se asegura de que las donaciones al VIMS respalden los proyectos más urgentes. Durante sus más de 25 años como sacerdote vicentino el P. Mark ha trabajado individualmente con cientos de benefactores quienes han contribuido con millones de dólares en apoyo de muchos proyectos de toda índole, desde pequeños comedores que proporcionaron alimentos a unas cuantas docenas de personas hasta la construcción de casas, iglesias, y escuelas entre otros. Habiendo estudiado, enseñado y predicado sobre la espiritualidad de la administración, el P. Mark está firmemente convencido de que todo lo que poseemos es un regalo de Dios para nosotros pero al mismo tiempo que Dios nos llama a compartirlos con prudencia y generosidad, poniéndolos al servicio de los más pequeños. Las pequeñas donaciones le producen más alegría al P. Mark que ayudar a las personas a discernir el llamado a ser generosos. Él quiere que todos den la ofrenda correcta, en el momento correcto, al ministerio correcto. El P. Mark ha servido en parroquias, ha sido un líder en su provincia, director administrativo para el desarrollo en una diócesis y ejecutivo de la Universidad DePaul. Ha trabajado en Caridades Católicas en USA y en la Asociación de Colegios y Universidades Católicas. Ha ofrecido servicios de consulta en docenas de organizaciones ayudándoles a canalizar recursos para alcanzar sus fines misioneros. Cuando no está en el trabajo, al P. Mark le gusta montar bicicleta, leer, ir a la costa de Jersey y escribir cartas.
Rob Silbaugh, Oficina principal de donaciones
Rob trabaja con los benefactores interesados en contribuir, con sus constantes u ocasionales donaciones, al fortalecimiento de la misión del VIMS. Su larga relación con los vicentinos hace que le resulte fácil ayudar a los benefactores a comprender todo el bien que pueden hacer con sus donativos. Gracias a sus grandes nexos con la comunidad y con el grupo de ex alumnos de la Universidad de Niágara, Rob tiene muchos amigos que forman parte de la Familia Vicentina. Ha pasado gran parte de su carrera, de 30 años, trabajando con organizaciones que, como los vicentinos, sirven a las personas que viven en la pobreza. La amplia experiencia de Rob en la orientación de organizaciones católicas y seculares con respecto al mercadeo, las campañas de capital, las comunicaciones, la administración y la recaudación de fondos constituye un recurso valioso para el VIMS. Rob posee un probado historial de éxito financiero. Rob ha ayudado a recolectar cientos de millones de dólares para diferentes organizaciones sin ánimo de lucro. Con ese dinero, Rob ha contribuido a garantizar que esas organizaciones puedan llevar a cabo su misión. La clave de su éxito radica en crear una estrecha relación entre el benefactor y la organización. Las organizaciones sin ánimo de lucro para las que Rob ha recaudado dinero incluyen: World Villages for Children, la Universidad Católica de América, Messenger Eagle Communications, la Arquidiócesis de Baltimore, la Asociación Central de la Medalla Milagrosa, la Patrulla de Guerreros Heridos, Harvest for the Hungry, Our Daily Bread, El Hospital de San Vicente en Nueva York, la Universidad de Niágara y la Patrulla Nacional de Esquí. Cuando no está en el trabajo, Rob disfruta pasar tiempo en las pistas de esquí, cocinar, montar bicicleta y pasar tiempo con sus hijos y nietos.