A nivel personal
Siendo, mayoritariamente, una comunidad compuesta por sacerdotes mayores: cuatro de nosotros sobrepasan los setenta; otro, los 80; solo uno tiene 30 años, tomamos pronto conciencia del apoyo solidario mutuo que necesitábamos. Agravaba la situación el hecho de que dos miembros de la comunidad necesitan cuidados especiales.
El confinamiento de la comunidad suponía un reto para todos nosotros: implicaba un aislamiento real, viviendo en la misma casa, distanciamiento, eliminación de los saludos normales, el uso embarazoso de las mascarillas, el no poder dialogar unos con otros de manera normal, dificultades en el servicio a los compañeros impedidos.
Solo uno, P. José Luis Cañavate, el de 30 años, podía proveer los alimentos y demás cosas necesarias de la comunidad, saliendo a hacer las compras.
Sin embargo, nos sentimos privilegiados al poder contar con los servicios de las dos señoras que atienden diariamente a la comunidad. Era un alivio impagable.
Cada uno de nosotros intensificó las comunicaciones telefónicas con sus seres queridos y con los feligreses necesitados de apoyo y consuelo.
A nivel comunitario
Esta situación de encerrona y aislamiento facilitó, por otra parte, la oración y meditación personal diaria y también las celebraciones comunitarias. Todos los días concelebrábamos y rezábamos juntos con especial intensidad, incluyendo todos los días en la oración comunitaria y en la eucaristía una intención especial para que la misericordia de Dios aliviara el sufrimiento de tantas personas que sufrían la pandemia, en especial por los enfermos y por los que estaban solos.
Nos unimos, día a día, al sufrimiento de las personas conocidas y familiares que habían sido contagiadas, sobre todo, a las familias que habían perdido uno de sus miembros y habían sido enterradas en la más profunda soledad.
A nivel pastoral
La declaración del estado de alarma, a nivel nacional, supuso el cese inmediato, absoluto, de todas las actividades pastorales: las normales, como la celebración diaria en las parroquias y capellanías a nuestro cargo, seis en total, como las especiales: celebración de los sacramentos del bautismo, comuniones, funerales etc. Era un verdadero shock para nosotros y para nuestros fieles, más aún para aquellas capellanías que incluían el servicio religioso a algunas comunidades religiosas y residencias de ancianos.
Afortunadamente, la imaginación y el espíritu creativo de nuestro fundador nos inspiró pronto la idea del uso de los medios técnicos a nuestro alcance: contando con un miembro joven en la comunidad, la idea de transmitir por facebook nuestras celebraciones comunitarias surgió casi de inmediato. A los dos días de la declaración del estado de alarma ya estábamos nosotros transmitiendo nuestras celebraciones comunitarias por este medio. Nos sentimos orgullosos de haber sido los primeros en Albacete en hacerlo así, aunque pronto hubo otras parroquias que adoptaron el sistema.
Conscientes de que algunos de nuestros clientes no pueden utilizar estos medios por sí mismos, nosotros, por nuestra cuenta, les enviábamos, vía whatsapp la celebración íntegra. Fue gratificante saber que hasta algunos amigos de ultramar seguían nuestras celebraciones por Facebook.
A lo largo de casi tres meses hemos recibido la gratitud y el reconocimiento por estas misas concelebradas. Algunos nos pedían expresamente que incluyésemos en nuestra intención de la misa a sus familiares difuntos.
Nuestras celebraciones eran como en familia, cercanas, directas, hasta tal punto que algunos llegaron a expresarnos, a lo largo del tiempo, que casi las preferían así, salvo en el hecho de que, no pudiendo recibir el cuerpo de Cristo, tenían que conformarse con una comunión espiritual.
Celebraciones especiales de Semana Santa
Las celebraciones de la Semana Santa online suponían otro reto difícil de superar, estando tan arraigada en nuestro pueblo la celebración de la Semana Santa, con sus visitas al Monumento del Jueves Santo, sus procesiones, la Vigilia Pascual y demás expresiones de la piedad popular en este tiempo litúrgico tan especial.
Desde el principio intentamos realizar todas las celebraciones de la Semana Santa con la máxima fidelidad a la piedad popular de nuestra tradición y retransmitirlas por Facebook. Y así lo hicimos.
La procesión de Ramos la hicimos desde el patio hasta la capilla con ramos y cantos propios del día. La celebración solemne del Domingo de Ramos, con el paso brusco de las aclamaciones a la primera lectura solemne de la Pasión de Cristo…
La celebración especial del Jueves Santo con especial énfasis de la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. Solo omitimos el lavatorio de los pies, por razones obvias. Por la noche tuvimos una especial Hora Santa, con textos escogidos del evangelio sobre el amor cristiano.
El viernes Santo fue de especial recogimiento y adoración de la Cruz, que culminó en la celebración de la tarde.
El Sábado Santo, siguiendo una tradición largo tiempo mantenida en las Pascuas juveniles, tuvimos un día de contemplación que titulamos día de Desierto. Las celebraciones de esta semana culminaron en la gran Vigilia Pascual en la que hay que destacar las lecturas escogidas de la historia de la salvación, la liturgia bautismal y la oración universal de la Iglesia.
Todas estas celebraciones fueron igualmente retransmitidas vía Facebook.
Dos miembros de esta comunidad participamos además en la celebración anticipada, vía online, de la Pascua de Juventudes Marianas vicencianas de España, con el testimonio de nuestra experiencia personal en JMV.
Sea todo para la mayor gloria de Dios.
P. Félix Villafranca, CM
Provincia de Zaragoza