La génesis del proyecto
Cuando el Superior General pidió a los Visitadores informaran sobre lo que pasaba en sus países y provincias con la COVID-19, se vio que la pandemia estaba teniendo consecuencias desastrosas en lo humano, social, económico, ecológico, político y religioso, ya que mostraba la precariedad, la incertidumbre, las dudas y los miedos de la gente y de las organizaciones administrativas, médicas y religiosas.
Pero muchos han destacado también algunos aspectos positivos como la demostración de la virtud de la humildad, la sencillez, la importancia de escuchar más y hablar menos, el fortalecimiento de los lazos y los tiempos de comunidad. Sobre la respuesta a la pandemia, mientras que algunas provincias han dado contribuciones más prácticas, otras, como Camerún, se limitaron a crear conciencia a través de sus propios trabajos y aquellos que nos han sido encomendados, a través de las redes sociales, y acompañados con las indicaciones del gobierno y de la OMS.
Desde la disponibilidad de fondos hasta la preparación inmediata
La sorpresa sobre la disponibilidad de fondos y la importancia de armar un proyecto de respuesta provincial y local al coronavirus modificó a la vice-provincia, que se había sentido pobre por dedicarse únicamente a crear conciencia durante las celebraciones y a través de las redes sociales. Como respuesta, de inmediato se prepararon los kits anti-COVID-19: mascarillas, gel hidroalcohólico, termómetros digitales, jabones y cubos con grifos. También se contactó a doctores para que crearan conciencia entre los beneficiarios durante la distribución de los mismos.
Dado que se disponía de fondos y teníamos 12 zonas, los cohermanos trabajaron con los párrocos, consejos parroquiales, autoridades tradicionales, Cáritas y la Familia Vicenciana para encontrar a las 600 familias más pobres, o 50 familias por zona. Son familias grandes, monoparentales, mujeres viudas y gente con pocos recursos, ancianos, o personas que no tienen acceso a más de una comida por día, católicos o no, creyentes o no.
La distribución de los kits
Antes de la fase de implementación del proyecto, se hizo una campaña de comunicación en las radios nacionales y locales, así como en las redes sociales. Cuando las diferentes estructuras dirigidas por los vicentinos se pusieron de acuerdo en las fechas precisas y en un programa bien armado, empezó la distribución en Nyamfende y Abam, Diócesis de Kribi. En cada etapa, hasta el final de agosto de 2020, la viceprovincia, la Familia Vicenciana y el personal médico visitarán a las comunidades locales, los que tienen que recibir los kits, las autoridades tradicionales y a los líderes diocesanos para este momento humano, espiritual, eclesial y vicenciano.
El final de cada ceremonia supone un signo de alegría, con celebraciones, comidas compartidas como signo de comunión y gratitud, palabras de ánimo por ser capaces de unirnos en la marginalidad, oraciones de acción de gracias al Señor, y palabras de gratitud a la Congregación de la Misión por su cercanía y este apoyo inesperado.
Guénolé Feugang, CM
Visitador Vice Provincia de Camerún